Por motivos de fuerza mayor -como se estila decir- no asistí a la C. C. CAFAE para la tercera jornada de la Muestra de cine regional, la cual se llevó a cabo el último sábado (15); por ende, no tengo material para reseñar lo acaecido en esa fecha en la que quedó pendiente el final de la cajamarquina El encuentro de dos mundos, la otra cara, además de la correspondiente a la programación para ese día: la versión remasterizada de El abigeo, de Flaviano Quispe.
Hablando de Quispe's, me comuniqué con Gabriel (Quispe, valga la redundancia), vicepresidente de APRECI, para preguntarle e informarme si es que lo del día sábado se realizó sin contratiempos. Guiándome ciegamente de su respuesta, manifiesto que la tercera jornada se llevó a cabo sin inconvenientes, asimismo se cumplió con lo prometido.
Pero la cuarta jornada trae consigo sus propios comentarios y sucesos, y a eso me abocaré en las próximas líneas...
El cuarteto de cortos documentales Warasqa Kichwa Markam, de Erick Aquino, es lo mejor que pude ver en toda la muestra. Audiovisuales sencillos grabados con cámara fija, que recogen testimonios en quechua de algunos poblados ancashinos. Piteq, donde se conoce a la familia campesina de Valerio, además de dar un simple vistazo al Parque Nacional Huascarán; Llupa, tierra de montañeros, ahí Oscar e Hilario se dedican a cargar las pertenencias de los gringos escaladores de nevados; Wanchaq está a diez minutos de Huaraz, Rómulo, Santa (los padres) y Yon (el hijo y esmerado criador de cuyes) atienden su humilde restaurante desde tempranas horas del día; en cambio, Rosalinda disfruta viendo las piruetas de los gringos sobre unas enormes piedras que hace siglos dejó un aluvión por la zona; y Waras (Huaraz), que es un lugar donde también se habla mucho quechua, prácticamente en todas partes (en las combis, en el trabajo, en la radio, etc.). Esa querida lengua por los locales es difundida mediante inusuales medios como pequeños libros, clases del idioma, programas radiales de variada temática, etc.
Esa lograda producción de "Vasos comunicantes" con el auspicio de la COOPERACION TÉCNICA BELGA y la participación de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, es lo más resaltante -en lo que a calidad del producto se refiere- de los cuatros días de proyecciones; pulcritud en el lenguaje audiovisual (simple y explícito), testimonios de interés además de divertidos, debelador en lo que a costumbres andinas se entiende, y puntual y conciso con su propuesta (sin ambages ni efectismo). Una obra de nivel más que aceptable, que sirve como material didáctico para los estudiantes de quechua y, también, para quien quiera conocer la idiosincrasia, costumbres (cotidianidad) y contexto socio-cultural a grosso modo de los ancashinos en la mayoría de sus facetas. Aunque en el transcurso de su proyección el público presente se estaba hastiando -posiblemente por los largos y aburridos créditos finales- el global de los cuatro cortos dejó mucho para comentar y asimilar en el durante y el después.
El público esperaba impaciente el plato el fondo, el largo de ficción cerrador la muestra, que en este caso sería el "thriller" arequipeño Mónica, más allá de la muerte, de Roger Acosta. Recreación provinciana del universal mito urbano del fantasma de una chica que perturba a los hombres en busca de su disfrute y amor eterno, con varios agregados sacados de otros mitos de menor popularidad; el total representa un '7 colores' audiovisual de mínima originalidad, lo que resulta su máximo defecto.
Un tipo ebrio es seducido por una mujer (el alma en pena de Mónica) que lo induce a arriesgar su vida al caminar por filo de la caída de un puente, un taxista que pierde la vida por una distracción del mismo espíritu, un susto mayúsculo para un chofer al enterarse que su pasajera (la misma señorita) está muerta desde hace años, entre otras apariciones que dan a entender la versatilidad de la muchacha para fastidiar vidas. Este espíritu se enamora de Paul, quien sale de una decepción amorosa por infidelidad, y a raíz de eso se plantea el romance cursi base del melodrama a contarse. Todo acabaría trágicamente al suicidarse Paul para estar con Mónica "más allá de la muerte" durante la eternidad.
Situaciones involuntariamente jocosas son la constante de esta interna corriente cinematográfica, que se ha podido comprobar con este pequeño ciclo . La madre de Paul le advierte que su pareja puede ser alguien muerto (poco dramático, ¿no?), la visita al burdel de personajes cuaternarios e inútiles, el chisme barato y estúpido en la peluquería del barrio, (ahora el plano más general) las actuaciones no convincentes, especialmente del protagonista masculino, a quien se le atribuye mucho peso dramático para su nivel interpretativo; nuevamente, los parlamentos y situaciones clichés bastante previsibles; las sosedad de las acciones dramáticas por el mal planteamiento visual nada favorable al cometido; la férrea negación a la elipsis por parte del realizador, pues como consecuencia la película es innecesariamente larga, ya que se pone énfasis en lo insustancial y en lo tácito; la imagen lavada del vídeo por pésima iluminación del encuadre, parece que sólo se contará con la luz artificial propia del foco de luz de la habitación o de los postes callejeros para las escenas en exteriores; y la pésima dirección de actores y/o, como se mire, el pésimo casting -si es que se hizo.
La muestra ha finalizado. APRECI hizo su primera aparición frente a la sociedad, tal vez con menor ventura de lo que se esperó. No hubo gran afluencia de público ni tampoco de prensa. Pero siempre hay tiempo y espacio para recuperarse de una caída; por eso, se espera mayor éxito para el próximo evento, en el cual -ojalá- se pueda contar con mayor movilización de medios informativos, asmismo de mejor material qué mostrar a los interesados, pues por más que APRECI sea una entidad que promueva el movimiento cinematográfico en el país, es importante que muestre parte del mejor cine que se hace en el mundo como manifestación de la cinefilia que debe caracterizar a un grupo de dedicados al cine, sin contar que más de dos se los agradecerían.
La Muestra de Cine Regional sirvió como ventana para quienes les hacía más falta. Para esas producciones de escasa difusión en la capital que merecen siquiera alguna oportunidad de ser mostradas, y para que se sepa que Lima no es el Perú tampoco en relación a lo cinematográfico... Con eso sí que se cumplió.
John Campos Gómez
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