John Campos Gómez envía su primera crónica de la muestra de cine regional organizada por la Asociación de la Prensa Cinematográfica.
8:00 p.m. El Cinematógrafo de Barranco. Poco público, la mayoría prensa. Gabriel Quispe, vicepresidente de APRECI presenta la muestra. Al minuto cede la palabra al director del largo a proyectarse, el juliaqueño Joseph Lora, quien contento por la mostración de su trabajo brinda unas palabras franeleras y de precaución para los presentes. Se apagan la luces artificiales para que el ecrán ilumine la sala con sus imágenes. Los presentes esperamos terror, ya veremos que resulta al final... Empieza la muestra...Un ave redonda que en pleno vuelo es víctima de un disparo de bala. Fin de la primera historia.Siguiente...
Una zorra que envidia 'sanamente' la belleza de las crías de una gansa, por lo que pretende conocer el secreto para que los suyos sean también de hermosura admirable. Entonces, le pregunta al ave por el 'secreto', a lo que la plumífera le responde con una treta ingenua para que los zorritos sean cremados por acción de su madre. Una moraleja aparece para finalizar la fábula andina, en ella se entrevé de una forma bastante coqueta e inocentona, que la envidia te lleva al fatalismo.
Esos dos cortísimos animados (Maíz y Pisaca Pankaritampi Tayca Tiwulampi) fueron preámbulo para el estreno nacional de La casa embrujada, película que sigue con la tendencia provinciana -en lo que a cine se refiere- de hacer (o, mejor dicho, intentar hacer) terror.
Una familia arequipeña (papá, mamá, hija y abuela) recién llegada a Juliaca está siendo perturbada por espíritus penadores de personas muertas y enterradas hace 60 años en la casa donde ahora habitan. Conocer los motivos de los disturbios es la clave para solucionarlos. La abuela acude a chamanes para intentar liberarse de los fastidios, al mismo tiempo que investiga los hechos antecedentes a través de los testimonios vecinos, lo que servirá para esclarecer el misterio.
La muerte de la madre por un accidente 'provocado' es el punto de quiebre para que la familia, unida, (y junto al chamán) actúe contra los 6 espíritus habitantes de la casa. Todos ellos muertos por un angurriento hombre como condición del diablo (¿?) para brindarle riquezas infinitas. Jovita, la niña, con el poder adqurido por las legañas de perro (no, no es comedia), que le permiten ver a los fantasmas, los desaloja diciéndoles la VERDAD, y liberando así el alma de su madre.
Esto no acaba ahí, pues en sueños la madre advierte a Jovita que aún hay un espíritu que resistió el embate chamanesco. Aparecen los créditos. Habrá La casa embrujada 2...
Atando cabos y haciendo supuestos, de eso va la historia. La casa embrujada no difiere en la calidad técnica de sus compañeros de corriente. En lo argumental es tan convencional y discontinuo como una historia seudo terrorífica del grupo de chibolos asustadizos en las noches de barrio obrero. La abuela al principio parece ocultar algo relacionado con el misterio, pero en el transcurrir del relato se muestra tan ajena de los hechos forjadores del drama como toda la familia. La cabeza escurridiza de la mujer en la noches no tiene razón de ser explicable y congruente. Fue sólo un decorado 'amedrentador' más de la propuesta. La película es humilde (en verdad, paupérrima) en lo que pretende y en lo que es; los parlamentos parecen sacados de un sketch de la primaria puneña, la composición de plano se rige a lo más precario y defectuoso, y el sonido directo es pésimo: los diálogos se pierden con el sonido bullicioso de las calles, por el volumen más elevado de lo debido de la música añadida o por la mala ubicación de los micrófonos unilaterales, que no cubren todo el perímetro, sino sólo lo frontal desde el punto de la cámara.
No cabe punto positivo qué rescatar más allá del esfuerzo de este grupo que logró el objetivo de acabar un largo, aunque sea tan imperfecto que no tenga virtudes técnicas ni argumentales. Pero, por el respeto que se merece un trabajo hecho con la total seriedad posible, se le aprecia sin tapujos ni complacencias. El cine regional es un tipo de realización que se manifiesta como catarsis andina contra el sistema capitalista siempre acaparador, es un fenómeno socio-cultural que no merece ser visto de reojo ni como anécdota, sino como parte del contexto actual y como tal se le debe juzgar. Tan serio, firme y honesto como los más respetables.
Durante la proyección hubo atención y seriedad hasta que se desquebrajó con una carcajada desinhibida y justificada de uno de los presentes, la cual se hizo constante después de su primera emisión.
Salgo de la sala. Saludo a unos, despido a otros. La primera jornada había acabado y tenía que regresar a casa a la inmediatez, pues un largo camino regreso a casa me aguardaba. Para finalizar, se recomienda y pide -a los realizadores- hacernos sentir miedo y tensión con una película de terror, no todo lo contrario, como con esta película de horror (o horrorosa). La casa embrujada es pésima.
John Campos Gómez
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