A diferencia del año pasado, el 2008 ha presentado, al menos en comparación, una mayor cantidad de títulos valiosos en la cartelera comercial. Cintas como "Expiación, deseo y pecado", "Dueños de la noche", "Relaciones peligrosas", "El asesinato de Jesse James", "El diario de los muertos", entre algunas otras, me parecieron muy apreciables. Sin embargo, son ocho las películas que para mi gusto brillaron muy por encima de las demás películas estrenadas durante el año (las coloco sin ningún orden de preferencia):
Crimen oculto (Paranoid Park, en la foto): Es una película que nos absorbe con la lentitud del tránsito de su protagonista, con la quietud con que percibe la vida, que se distancia de ciertas figuras sociales (los padres, la pareja) para dejarse llevar por la evasión, por el placer de lo vacuo, metaforizada por el manejo de un skate; acto rutinario que en la puesta en escena de Van Sant deviene en un momento de sublime poesía audiovisual.
Luz silenciosa (Stellet Licht): Reygadas mezcló la espacialidad de ecos metafísicos de Ozu y la intensidad pasional de las imágenes del cine de Dreyer. Así, logró un relato sugestivo sobre la fe y la carne.
Luces al atardecer (Laitkaupungin valot): Es una cinta que encandila con su romanticismo näif, que se expresa en esa actuación desdramatizada, en clave baja, de su personaje principal, que parece alguno de esos memorables y lacónicos protagonistas de Bresson.
Petróleo sangriento (There will be blood): El filme recuerda a ese majestuoso y soberbio relato de ascenso y caída que es "Ciudadano Kane" de Orson Welles, pero con una lóbrega fotografía de potencia épica, y una actuación de Daniel Day-Lewis que le da al filme una vibración torva y visceral.
Sin lugar para los débiles (No country for old men): La cinta de los hermanos Coen toma parte de la tradición de un género clásico deHollywood como el film noir (cine negro), para dar una visión fría ydespiadada del mundo contemporáneo, habitado por criminales sin razones ni móviles y sujetos de ambigüedades morales; invadido por la sensación de que la muerte ha perdido su capacidad de conmover y no es más que un fantasma cotidiano al acecho.
Promesas peligrosas (Eastern promises): Es otra película claramente asociada al film noir, aunque adaptada al universo carnal del cine de David Cronenberg. Este crudo relato sobre un espía que se camufla en una mafia rusa revela los rasgos de sus personajes a través de sus cuerpos: de sus poses, de sus marcas, de sus explosiones de violencia animal.
Wall-E: Curiosamente, la mejor cinta de animación vista este año también recoge estéticas vinculadas a modos expresivos clásicos, como el cine mudo y el musical, para alcanzar una retórica singular. Es una infantil historia de amor sci-fi que discurre en una alegoría posmoderna sobre los males que traen consigo las nuevas tecnologías. Lo fascinante es cómo sus imágenes pueden pasar con espontaneidad de un extremo a otro: de la atmósfera post-apocalíptica al tierno homenaje cinéfilo.
4 meses, 3 semanas y 2 días: Es una de las excelentes películas que se pueden encontrar en el llamado "nuevo cine rumano", y que se sirve del humor negro y de una cámara de acercamiento similar al documental para escarbar en las pesadillas convertidas en realidad al interior del Tercer Mundo.
Algunas películas favoritas del circuito cultural:
En la ciudad de Sylvia (José Luis Guerín)
Bled number one (Rabah Ameur-Zaïmeche)
Intercambios violentos en medio templado (Jean-Marc Moutout)
Ebrio de mujeres (Im-Kwon Taek)
Retribution (Kiyoshi Kurosawa)
Intimidades de Shakespeare y Victor Hugo (Yulene Olaizola)
José Carlos Cabrejo