jueves, 31 de diciembre de 2009

Mejores de la década: José Luis Riddout (desde Toronto)


Mulholland Dr. (David Lynch)
Con ánimo de amar (Wong Kar Wai)
Una historia violenta (David Cronenberg)
Cartas desde Iwo Jima, Mystic River, Million Dollar Baby (Clint Eastwood)
Un hombre sin pasado (Aki Kaurismaki)
Hable con ella (Pedro Almodóvar)
Of Time and the City (Terence Davis)
El empleo del tiempo (Laurent Cantet)
El hijo (Jean-Pierre y Luc Dardenne)
Buenos dias noche (Marco Bellocchio)
El mundo (Jia Zhang-Ke)
Luz silenciosa (Carlos Reygadas)
Flandres (Bruno Dumont)
We Own the Night, Two Lovers (James Gray)
Three Monkeys (Nuri Bilge Ceylan)
Zodiac (David Fincher)
Best of Youth (Marco Tulio Giordana)
En la ciudad de Sylvia (José Luis Guerin)
Escondido (Michael Haneke)
Exiled (Johnny To)
El aura (Fabian Bielinski)

José Luis Riddout

Postdata

P. D. En una entrevista a Carlos Fernández publicada hoy en su blog, Castro Cobos utiliza la misma táctica tendenciosa y malintencionada de siempre. En primer lugar, hace lo que se llama preguntas dirigidas y cerradas, es decir, las preguntas que anticipan la respuesta, que conminan prácticamente al entrevistado a ratificar los supuestos de la pregunta. Pero, además, esas preguntas orientadas están llenas, como siempre en ese sujeto, de insidia y engaño.

Pongo dos ejemplos: en una de sus intervenciones, haciendo más que una pregunta una afirmación, "inquiere" si Conacine "es un organismo aséptico, de aspiraciones platónicas, casi más allá del bien y del mal", como si en algún momento alguien haya sugerido tamaño disparate.

En otro se refiere a quienes están empecinados "en sostener a capa y espada la a-po-li-ti-ci-dad de CONACINE". Otro disparate mayúsculo que, por supuesto, nadie con dos dedos de frente podría ni siquiera insinuar, pero que ese falsario nos quiere endilgar.

Claro que CONACINE es un organismo político, como lo son todos aquellos que administran fondos o que regulan de una u otra manera la actividad fílmica. Lo que no quiere decir necesariamente que el gobierno de turno oriente las líneas de producción o, como en el caso peruano, exista una política cinematográfica, entendida como un conjunto de lineamientos que articulan las actividades fílmicas o cinematográficas. Y ese es otro tema de debate: si es que debería existir o no una política de Estado en materia cinematográfica.

Los presidentes de CONACINE son elegidos por el gobierno, pero en el caso de Perla, Protzel y Oliart puedo asegurar su independencia de criterios frente a los gobiernos que los nombraron. Ellos no venían ni de la administración ni de la política partidaria, sino de la docencia y la actividad profesional en el campo del cine. Y una ventaja (o desventaja, dirán otros) es que CONACINE está formado en su mayoría por gente ligada a la actividad cinematográfica. Eso no es un certificado de garantía, pero creo que es preferible frente a organismos similares en otros países donde los cineastas están prácticamente ausentes y son burócratas o políticos de profesión quienes los administran.

¿Eso hace menos político a CONACINE? No, pero al menos le permite ser accionado desde los intereses y las necesidades del medio cinematográfico local, y con mayor conocimiento de la materia, con todos los errores, fricciones, rencillas (también políticas) e incluso potenciales favoritismos que puedan haber.

Para vigilar esos riesgos o para opinar y debatir están los gremios organizados, los aficionados y, por cierto, la prensa, pero no esa prensa tendenciosa de tipos inescrupulosos como Castro Cobos que seguirá buscando echar lodo por todos los medios a su alcance. A ese mismo fin apuntan los videos incluidos en su blog en los que Izaguirre y él pretenden entrevistar a Portugal y Annichini prácticamente en medio de la deliberación del jurado, mostrando la situación casi un cónclave de tramposos cocinando los premios con la complicidad y asesoría de Emilio Moscoso, Secretario Ejecutivo del CONACINE, cuyos movimientos de pies y manos son reiteradamente encuadrados.

Isaac León Frías

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Mi posición frente al CONACINE y al cine peruano

A la vista del debate suscitado en estos últimos días, varios lectores y amigos plantean interrogantes acerca de mi aparente defensa cerrada del CONACINE y de algunas películas peruanas recientes. Quiero decir, en primer lugar, que las reiteradas alusiones al CONACINE han sido motivadas por los términos utilizados por Claudio Cordero en su balance del año y que mi propósito no ha sido hacer la defensa de ese organismo, sino aclarar los errores y las imprecisiones emitidas. Me parece incorrecto y deleznable en cualquier forma de periodismo que se escriba o hable a partir de supuestos o de falsedades.

Fuera de eso, el tema es ciertamente controversial. Algunos dirán que no debería existir un organismo como CONACINE y que el Estado no tiene por qué apoyar proyectos fílmicos y menos los que parecen condenados al fracaso comercial. Otros pensamos que sí es un deber cultural del Estado contribuir a la creación cinematográfica y artística. El gobierno de Fujimori, con el que nunca simpaticé, eliminó los beneficios de la ley 19327 y más adelante promulgó la ley que crea al CONACINE y el sistema de premios. ¿Es una buena ley? No, porque es muy limitada en sus alcances, pero al menos, y dentro del modelo liberal que se impuso en la economía peruana, ofrecía un "respiro" en términos de apoyo a algunos proyectos fílmicos que debían ser escogidos por jurados.

La ley, como se sabe, se aplicó de manera muy retaceada porque las entregas de dinero han estado muy por debajo de lo señalado y las posibilidades del CONACINE han sido escasas. En los últimos tiempos, no obstante, las cosas han mejorado, pues los fondos se han visto incrementados y ha crecido el volumen de proyectos y de producciones en marcha. No es mérito del gobierno aprista, sí de algunos parlamentarios, de la tenacidad de varios cineastas y, en los últimos tiempos, también de la habilidad de Rosa María Oliart, Presidente del CONACINE.

Pese a todo, el cine peruano sigue siendo económicamente raquítico y sin mercado, con muy escasa proyección, creativamente débil, con aciertos parciales, pero que se mueve y avanza, aún de manera incierta y errática. Y CONACINE sigue siendo un organismo con posibilidades de acción muy limitadas, casi sin personal y librado en una buena medida a la voluntad de quienes lo tienen a su cargo. En una cierta medida, el CONACINE es un reflejo de lo que ocurre al interior de la cinematografía peruana: los niveles de asociación de los cineastas son precarios y los gremios débiles. La Asociación de Cineastas del Perú (ACP) creada en 1976 se dividió a raíz de la derogación de los beneficios de la ley 19327 y terminó extinguiéndose. Ahora hay dos asociaciones. Por otra parte, la Asociación de Prensa Cinematográfica (APRECI) es hasta hoy casi fantasmal. Afortunadamente, ha sido gente con probidad y competencia la que ha ejercido la Presidencia de CONACINE, especialmente José Perla, Javier Protzel y ahora Oliart. Sin duda, han cometido errores o equivocaciones. Oliart no debió estar en el jurado del último Festival de Lima ni incurrir en la imprudencia de ofrecer declaraciones periodísticas, por más tergiversadas que puedan haber estado. Tampoco creo que fue muy acertada la forma en que se apoyó el proyecto presentado por la Asociación de Productores Cinematográficos. Pero, frente a estos y a otros posibles yerros, el saldo me parece ampliamente favorable a su gestión por los resultados obtenidos. Que muchas cosas puedan ser discutibles, que los proyectos elegidos dejen que desear, que los jurados no sean los mejores, probablemente. Pero, y sobre el último punto, ¿¡quiénes son los mejores jurados y qué es lo que se debe favorecer? Personalmente me inspiran confianza realizadores como Annichini o Portugal, por señalar a dos que han sido mencionados en otro blog. Pero no sobra la gente con probidad y competencia, desde el lado de la actividad fílmica, que ofrezca la misma confianza. Y, francamente, tampoco del otro lado. Imagínense a Castro Cobos como miembro de un jurado. Por cierto, acaba de decir en su blog que cuando habla de los viejos críticos no se refiere a la edad, sino a las ideas, con lo cual se infiere que él representa las ideas nuevas o jóvenes. Pago para que me explique cuáles son las ideas viejas y cuáles las nuevas o jóvenes.

No hay nada escrito sobre los criterios que deben guiar a los jurados y aquí entramos en un terreno resbaloso que no voy a tratar en esta ocasión, pero sí recuerdo la opinión que el dramaturgo Alonso Alegría emitió, después de haber sido jurado, de que los premios debían favorecer a películas con posibilidades comerciales. Otros nos inclinamos a pensar que no es ese el criterio que debiera primar, pero el tema requiere mayor sustentación y debate.

En lo que a mí se refiere he preferido no formar parte de ninguno de los jurados para los proyectos de largometraje. No me considero un buen candidato. No soy un buen lector de guiones ni puedo opinar mucho que digamos sobre asuntos de factibilidad, muy importantes porque de eso depende la concreción de los proyectos. Por ejemplo, el guión de José Carlos Huayhuaca sobre Guamán Poma de Ayala, pese al apoyo de CONACINE, no se pudo realizar por cuestiones de presupuesto. También se me hace muy difícil comprometerme con el apoyo económico (y con la exclusión del apoyo) a cualquier película. Eso no es lo mío y lo que me gusta es ver la película terminada y con la que no he tenido absolutamente nada que ver y sólo allí emitir mi opinión.

Asimismo, me incomodan los dimes y diretes que se corren cuando uno forma parte de esos jurados, como si a uno lo eligieran para favorecer a los "mismos de siempre" en los términos de Cordero.

Pero no todo el cine peruano pasa o tiene que pasar por el CONACINE ni este organismo tiene que marcar el ritmo de la producción local en cortos y largos. Es claro que se trata de apoyos a un rango limitado de películas (por más que se esté ampliando) y sólo a una parte del volumen presupuestal. El CONACINE, tal como está constituido, no es la panacea, ni la clave que permitirá levantar o derribar lo que se pueda construir. Es un instrumento significativo en un medio tan indigente como el que rodea la producción de cine en el país, pero no es el único ni mucho menos. Sin CONACINE ha podido ir avanzando, mal que bien, la producción en provincias. Y lo mismo los cortos. Es un error, por tanto, hacer de CONACINE una suerte de Gran Hermano que regula toda la vida del cine peruano.

El balance fílmico peruano del año a partir de lo que he visto no me parece mucho mejor del que ofrece Cordero, si a ese balance le quitamos todos los errores e imprecisiones.

Ha sido un año muy discreto, con una distinción significativa, la de La teta asustada que, sin duda, es la mejor, aunque para mí no es ninguna gran película. Sí una obra sólida, inteligente y sugestiva que encuentra sus límites en la quizás muy marcada racionalidad que le impone Claudia Llosa a la construcción narrativa. Tarata y Cu4tro son filmes que no alcanzan mucho vuelo, pero son películas dignas y aceptables. Tarata sabe crear una atmósfera de desconfianza, no está mal Gisela Valcárcel (en cambio es muy estereotipado el personaje que encarna Miguel Iza) y no matiza bien las dos partes en la que está estructurada. En Cu4tro lo mejor es el episodio que dirige Pérez Garland, con una buena actuación de Vanessa Saba, y en segundo lugar el de Sergio Barrio, con un Paul Vega bastante convincente en un rol difícil.

Es poco, en verdad, lo que se ha visto en soporte fílmico, pero no es lo único. Ahí están, entre otros, los cortos valiosos que se han exhibido, como los de Marianela Vega. Hay talentos que despuntan y ojalá que se consoliden más adelante. Esperamos con expectativa los estrenos de Paraíso y Contracorriente. A ver si el 2010 permite un balance más entusiasta.

Isaac León Frías

Preferidas de la década: Mónica Delgado


Por vía comercial. Menciono en orden de preferencia:

1. Petróleo sangriento de Paul Thomas Anderson
2. Enemigos públicos de Michael Mann
3. Con ánimo de amar de Wong kar Wai
4. El Camino de los sueños de David Lynch
5. Kill Bill vol. 1 de Quentin Tarantino
6. Escondido de Michael Haneke
7. Los dueños de la noche de James Gray
8. Promesas del este de David Cronenberg
9. Antes del atardecer de Richard Linklater
10. El viaje de Chihiro de Hayao Miyazaki
11. El cuarto del hijo de Nanni Moretti
12. Una historia violenta de David Cronenberg
13. Old boy de Park Chan Wook
14. Los muertos de Lisandro Alonso
15. El protegido de M. Night Shyamalan
16. Paranoid park de Gus Van Sant
17. Sin lugar para los débiles de los hermanos Coen
18. Luz silenciosa de Carlos Reygadas
19. Rio místico de Clint Eastwood
20. Hable con ella de Pedro Almodvar
21. El niño de los hermanos Dardenne
22. Una guerra de película de Ben Stiller
23. Lejos del cielo de Todd Haynes
24. Hierro 3 de Kim Ki duk
25. El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, de Andrew Dominik


Por vía cultural. Esta lista se me hace más difícil, pero hago el intento:

1. Kairo de Kiyoshi Kurosawa (foto)
2. Inland empire de David Lynch
3. El club del suicidio de Sono Sion
4. Una pareja perfecta de Nobuhiro Suwa
5. Memorias de asesinato de Bong Joon-ho
6. Shara de Naomi Kawase
7. Los límites del control de Jim Jarmush
8. En la ciudad de Sylvia de Jos Luis Gerin
9. Flandres de Bruno Dummont
10. Good Bye, Dragon Inn de Tsai Ming- liang
11. La muerte del señor Lazarescu de Christi Puiu
12. Three times de Hou Hsiao Hsien
13. Blissfully yours de Apichatpong Weerasethakul
14. Ten de Abbas Kiarostami
15. Santiago de Joao Moreira Salles
16. Ichi the killer de Takashi Miike
17. Election de Johnnie Too
18. La isla de Kim ki Duk
19. I'm not there de Todd Haynes
20. Los amantes regulares de Philippe Garrel
21. 35 tragos de ron de Claire Denis
22. The world de Jia Zhang-ke
23. A tale of cinema de Hong Sang-soo
24. Breaking News de Johnnie To
25. Ploy de Penek Ratanaruang


Una secuencia: una persecución automovilística bajo la lluvia, en Los dueños de la noche de Gray.

Un actor de la década: Viggo Mortensen

Una actriz: Tengo dos: Shu Qi y Cate Blanchet

Mónica Delgado Ch.

Mejores de la década: Óscar Contreras


Esta ha sido una década de cine en la que los directores, mayoritariamente provenientes de los territorios emergentes y periféricos al sistema de producción hollywoodense, obtuvieron consagración. Lo lograron con trabajos personalísimos, específicos, en donde se advierte una clara emancipación así como una aproximación graciosa e inteligente a la realidad y a la verdad. Las posibilidades expresivas de los soportes digitales; la inestabilidad de la vida política, económica y social tras los sucesos del 11 de setiembre de 2001; y el fin de la apuesta narcisista y postmoderna de las sociedades occidentales, influyeron en los nuevos directores (y en los directores aggiornados) quienes supieron construir relatos, descripciones o representaciones penetrantes, suspendidas, mínimas; y otras veces recreadoras de géneros y espacios amplios, épicos, riquísimos.

El sentido transgresor y la incorrección política conversaron permanentemente (al interior de las grandes películas) con las ideas, con las descripciones riesgosas, con las formulaciones sesudas, con la filosofía y la cosmovisión del autor que -según fuera el caso- afirmaba o negaba la mundialización o el autismo, con agudeza y autoridad.

En estricto orden de preferencia, consigno veinticinco notables películas vistas en la cartelera comercial limeña durante los últimos diez años; así como otras veinticinco películas descubiertas en algunos viajes al exterior. En ambos casos, se trata de títulos vistos en 35 mm.

Las mejores películas de la década estrenadas comercialmente en Lima

1.- PETROLEO SANGRIENTO (PAUL THOMAS ANDERSON) * EE.UU 2008
2.- KILL BILL Vol. 1 y Vol. 2 (QUENTIN TARANTINO) * EE.UU 2004
3.- APOCALYPSIS NOW REDUX (FRANCIS FORD COPPOLA) * EE.UU 2002 (*)
4.- LUZ SILENCIOSA (CARLOS REYGADAS) * MÉXICO 2007
5.- CON ANIMO DE AMAR (WONG KAR-WAI) * HONG KONG 2002
6.- ESCONDIDO (MICHAEL HANEKE) * FRANCIA-AUSTRIA 2005
7.- MULLHOLAND DRIVE (DAVID LYNCH) * EE.UU 2003
8.- EL ARCA RUSA (ALEXANDER SOKUROV) * RUSIA 2003
9.- ANTES DEL ATARDECER (RICHARD LINKLATER) * EE.UU 2004
10.- LOS MUERTOS (LISANDRO ALONSO) * ARGENTINA 2004
11.- HABLE CON ELLA (PEDRO ALMODOVAR) * ESPAÑA 2003
12.- EL NUEVO MUNDO (TERENCE MALLICK) * EE.UU 2006
13.- ATRAPAME SI PUEDES (STEVEN SPIELBERG) * EE.UU 2001
14.- LA PIANISTA (MICHAEL HANEKE) * FRANCIA-AUSTRIA 2002
15.- CARTAS DESDE IWO JIMA (CLINT EASTWOOD) * EE.UU – JAPÓN 2006
16.- EL CIRCULO (JAFAR PANAHI) * IRAN 2001
17.- ELEFANTE (GUS VAN SANT) * EE.UU 2003
18.- UNA HISTORIA VIOLENTA (DAVID CRONENBERG) * EE.UU 2005
19.- RIO MÍSTICO (CLINT EASTWOOD) * EE.UU 2005
20.- LOS DUEÑOS DE LA NOCHE (JAMES GRAY) * EE.UU 2007
21.- LUCES AL ATARDECER (AKI KAURISMAKI) * FINLANDIA 2007
22.- EL LABERINTO DEL FAUNO (GUILLERMO DEL TORO) * ESPAÑA-MEXICO 2007
23.- SIN LUGAR PARA LOS DEBILES (JOEL & ETHAN COEN) * EE.UU 2008
24.- COLATERAL (MICHAEL MANN) * EE.UU 2005
25.- EL AURA (FABIAN BIELINSKI) * ARGENTINA 2005
A LA IZQUIERDA DEL PADRE (LUIZ FERNANDO CARVAHLO) *
BRASIL 2002

(*) Apocalypsis Now Redux es una versión extendida, revisada, corregida y espléndida del original estrenado en 1979. Se trata de un proyecto absolutamente personal, llevado adelante por el propio Francis Ford Coppola en 2002. Es para todos los efectos una película distinta y no un rutinario uncut.

Las mejores películas vistas en el exterior

1.- CRIMSOM GOLD (JAFAR PANAHI) * IRAN 2004
2.- GOODBYE DRAGON INN (TSAI MING LIANG) * TAIWAN 2004
3.- THREE TIMES (HOU HSIAO HSIEN) * CHINA 2006
4.- THE WORLD (JIA ZHANG KE) * CHINA 2005
5.- TROPICAL MALADY (APICHTAPONG WEERASETAKHUL) * TAILANDIA 2004
6.- SYNDROMES AND A CENTURY (APICHTAPONG WEERASETAKHUL) * TAILANDIA 2007
7.- UN CUENTO DE NAVIDAD (ARNAUD DESPLECHIN) * FRANCIA 2008
8.- FLANDRES (BRUNO DUMMONT) * FRANCIA 2005
9.- EL HIJO (JEAN-LUC & PIERRE DARDENNE) * BELGICA 2004
10.- EL INTRUSO (CLAIRE DENIS) * FRANCIA 2006
11.- LA MEJOR JUVENTUD (MARCO TULIO GIORDANA) * ITALIA 2006
12.- BUONGIORNO NOTE (MARCO BELLOCCHIO) * ITALIA 2004
13.- FIVE (ABBAS KIAROSTAMI) * IRAN 2005
14.- BAILAR CON BASHIR (ARI FOLMAN) * ISRAEL 2008
15.- SARABANDA (INGMAR BERGMAN) * SUECIA 2004
16.- DISTANTE (NURI BILGE CEYLAN) * TURQUÍA 2004
17.- SHARA (NAOMI KAWASE) * JAPÓN 2005
18.- LA MUERTE DEL SEÑOR LAZARESCU (CHRISTI PIU) * RUMANIA 2006
19.- BUCAREST 12:08 (CORNELIU PORUMBOIU) * RUMANIA 2007
20.- JUVENTUD EN MARCHA (PEDRO COSTA) * PORTUGAL 2007
21.- 35 RONES (CLAIRE DENIS) * FRANCIA 2008
22.- EXCENTRICIDADES DE UNA MUCHACHA RUBIA (MANOEL DE OLIVEIRA) * PORTUGAL 2007
23.- THE FORSAKEN LAND (VIMUKTHI JAYASUNDARA) * SRI LANKA 2005
24.- S21: THE KHMER ROUGE KILLING MACHINE (RYTHY PANG) * FRANCIA 2004
25.- ELECTION (JOHNNIE TO) * HONG KONG 2006


El cine peruano tuvo dos momentos luminosos en la presente década. Primero, DÍAS DE SANTIAGO de Josué Méndez que implicó, en 2004, un importante quiebre y a la vez una inflexión sustantiva para nuestro cine. Ninguna película peruana había ganado hasta ese momento tantos premios internacionales, obtenido tanto prestigio y cosechado tantos elogios de la crítica mundial como la ópera prima de Méndez. Nos tocó descubrir DÍAS DE SANTIAGO en Buenos Aires, Argentina, en el marco del 6º BAFICI varios meses antes de su estreno en Lima. Los peruanos presentes en el precitado Festival nos dimos cuenta del valor de la cinta y del talento de su realizador, a la vez que no podíamos ocultar nuestro orgullo por el triunfo del actor Pietro Sibille en la premiación final.

El segundo momento importante del cine peruano en la década ha sido el triunfo del filme LA TETA ASUSTADA de la directora Claudia Llosa en el Festival de Cine de Berlín 2009, donde se hizo acreedor al máximo galardón, el Oso de Oro a la mejor película. LA TETA ASUSTADA es una demostración palmaria de la evolución de Claudia Llosa como cineasta; de la riqueza y diversidad de su mundo interior e imaginario; y sobre todo la confirmación de su solvencia y sensibilidad para construir relatos metafóricos llenos de personajes en crisis, en contextos modernos, móviles, atávicos, donde las reciprocidades y las transacciones utilitaristas se desarrollan internamente, contradiciendo el milenarismo andino.

Oscar Contreras

martes, 29 de diciembre de 2009

Dúplica de Isaac León Frías

Isaac León Frías responde al texto de Claudio Cordero publicado en el post anterior:
En el texto enviado por Claudio Cordero al blog La cinefilia no es patriota con el título Derecho de réplica, detrás del tono sosegado y la apariencia de argumentos razonables, se incurre nuevamente en serios errores de información y, a partir de allí, de apreciación y de valoración. Es elemental lo que voy a decir: no se puede juzgar algo si no se manejan los elementos de juicio básicos. Y Cordero no los maneja, por lo tanto se equivoca, persiste en el error.

Por lo pronto, de las tres películas peruanas que menciona como fraudes artísticos, una no es peruana: Máncora. El director es peruano, las locaciones también lo son, pero la producción es íntegramente española y sólo Margarita Morales Macedo ha ofrecido algunos servicios locales de apoyo, más no como empresa coproductora.

Pero eso no es lo más serio. Al insistir en que CONACINE ha premiado varios fraudes artísticos (¿cuáles, además de Tarata y Cu4tro?), señala que se repiten los mismos nombres de siempre y que se descarta a realizadores dispuestos a correr mayores riesgos.

No es verdad en absoluto que los premios de CONACINE hayan premiado a los mismos nombres de siempre (¿cuáles son?) y, es más, son mayoría los proyectos de operas primas los que han obtenido esos premios. Por ejemplo, en los últimos concursos han ganado Daniel y Diego Vega, Rosario García Montero, Palito Ortega, Alejandro Rossi, Héctor Gálvez, Javier Fuentes, Joel Calero y Flaviano Quispe. Cordero no se informa y por eso dice lo que dice. Eso se llama negligencia e irresponsabilidad. Por otra parte, ¿alguna vez ha escrito algo acerca de los cortos o largos previos (en el caso de Ortega y Quispe o del documental de Calero) de esos realizadores? ¿Qué talentos ignorados por los premios han sido descubiertos por él?

Alonso Izaguirre, después de glosar a Bedoya, pregunta, en una de esas perogrulladas antológicas, "Quién elige a los miembros de esa comisión?" Y responde" Pues, el propio CONACINE". Sí, claro, todas las entidades del mundo que otorgan premios eligen a los jurados o comisiones que deciden a los ganadores, pero eso no significa que son esas entidades como tales las que escogen a los premiados. Por ejemplo, las direcciones de todos los festivales de cine eligen a los miembros de los jurados y eso no significa que los manipulen o los presionen. ¿Quién le atribuye a la organización de un Festival la responsabilidad de premiar a tal a cual película? ¿No son acaso los jurados los responsables? ¿Por qué no en este caso? ¿Quién elige a los miembros del jurado? ¿No están acaso propuestos por la directiva de CONACINE que representa a los diversos estamentos de la actividad fílmica? ¿No hay varios "notables de la cultura" que no tienen que ver con el cine y cuya participación incluso ha motivado críticas de Ricardo Bedoya en este blog? ¿ Se puede acusar a esos escritores, intelectuales, pintores, teatristas, docentes, etc. de actuar de forma manipulada?

Para que lo sepan Cordero, Izaguirre, y todos los desinformados que generan las confusiones y hacen correr las suspicacias que motivan estos textos aclararatorios, ni Bedoya, ni Bustamante, ni de Cárdenas ni yo, ni creo ninguno de los críticos de ese presunto y mal entendido establishment que menciona Castro Cobos, hemos formado parte de los jurados que han decidido los premios para los proyectos de largometraje ni que yo sepa ninguno ha tenido nada ver con las decisiones de esos jurados.

Que los jurados se pueden equivocar, quién lo niega o lo discute. El mismo Fernando Vivas reveló en su columna de El Comercio hace algún tiempo que él no votó por el proyecto que dio lugar a Días de Santiago porque no le pareció un guión convincente, reconociendo que le parecía buena la primera película de Josué Méndez. Y eso ocurre con frecuencia, para bien o para mal. Es muy difícil decidir sobre guiones que en el papel pueden ser muy prometedores y que dan lugar luego a una película mediocre. O al revés, hay guiones por los que uno no apostaría y se convierten en filmes novedosos o curiosos. Hay guiones de apariencia convencional que pueden dar lugar a tratamientos heterodoxos o, incluso, de ruptura.

Claro que debe apoyarse a realizadores dispuestos a correr mayores riesgos, como afirma Cordero, que cualquiera diría tiene información sobre esos proyectos que habrían sido descartados. Pero no la tiene y parte una vez más de los supuestos, de lo que él cree que se está descartando y que no conoce. Y eso lo sostiene además quien ni siquiera se toma la molestia de enterarse de todo lo que se produce en el cine peruano y que pide un cine alternativo, desconociendo que, por reducido que sea, existe ese cine que no se exhibe en los multicines.

Por otro lado, ¿qué cosa es lo que entiende Cordero por mayores riesgos? Tarata, más allá de la valoración que pueda suscitar, es un film encerrado y perplejo y Cu4atro casi un ejercicio de coreografía catatónica. ¿No son propuestas arriesgadas y por eso de muy difícil aceptación del público? Lo mismo ocurre con buena parte de las mejores películas argentinas, muy superiores a esas dos películas peruanas, pero con una cuota de riesgo similar (o a veces mayor) que no alcanzan a tener 10,000 espectadores.

Otro malentendido de los textos de Cordero tiene que ver con la valoración. Dice que El delfín y Motor y motivo son “menos malas” que Tarata y Cu4tro. No creo que nadie, que no esté tan identificado con sus propios preconceptos, pueda hacer tal afirmación, especialmente en el caso de Motor y motivo, una realización chapucera por donde se la mire. Y con eso, además, incurre en una flagrante contradicción, pues opone dos películas que están pensadas en función del mercado a otras dos que no lo están, o al menos no en los términos en que se formulan El delfín y Motor y motivo. Para qué pedirle, entonces, a CONACINE que apoye a realizadores que estén dispuestos a correr mayores riesgos. ¿Qué riesgos? Creo que Cordero no tiene una noción clara de lo que está pidiendo y por eso su balance del 2009 es una amalgama de errores y contradicciones.

Dice también Cordero que "a veces el pueblo sabe más que los expertos". ¿A qué se refiere? ¿A que El delfín y Motor y motivo han tenido muchos más espectadores que Tarata y Cu4tro? Ninguna de las películas del argentino Lisandro Alonso ha hecho, hasta donde sé, más de 10,000 espectadores y buena parte del llamado nuevo cine argentino ofrece cifras parecidas. A las películas de la nouvelle vague se les acusó de haber hundido a la industria francesa. Las películas de Glauber Rocha y del cinema novo brasileño fueron fracasos de público. Sí, desde luego, el pueblo sabe más de los expertos sobre lo que le gusta, pero quien tiene un poco más de conocimiento no puede hacer de eso un postulado populista. Ese pueblo que a veces "sabe más que los expertos" no es el que iría a ver las películas de Haneke o de Tsai Min-liang, de Godard o de Rivette.

Esa referencia se llama simple demagogia y con ese argumento podemos descartar buena parte del llamado cine de autor que se ha hecho y se hace en el mundo. Claro que el periodista puede alinearse al lado del público mayoritario, es su derecho y es lo que hacía Alfonso Delboy de manera muy consecuente.

Sin embargo, es una enorme contradicción sostener que el pueblo sabe más que los expertos y por otro lado pedirle a los jurados de CONACINE que apoyen a los realizadores dispuestos a correr mayores riesgos. Encima, Cordero trata de justificar esa frase afirmando que las películas peruanas generan una sensación de aburrimiento y hastío. ¿Entre quiénes, si el público que las ve es muy escaso? En el caso de la mayor parte de esos "fraudes artísticos" ese público no pertenece al "pueblo"? Es el público de los multicines de Miraflores, San Borja y Surco.

Finalmente, una alusión al inefable Castro Cobos que dice con la ligereza de siempre hablando de los "señores tan adorables y entretenidamente risibles", frase que merecería un largo comentario ( no sé a quiénes se refiere, además de Bedoya, Bustamante, seguramente Contreras y a mí), "como si no supieran que ustedes son parte del establishment".

El que parece que todavía no se ha enterado de que es parte del establishment es el mismo Castro Cobos. ¿Cuál es el establishment local? Supongo que se está refiriendo a lo que sería el "establishment cinematográfico" pese a que no lo dice y no creo que esté mencionando ni el establishment gubernamental ni a los más ricos del país. Entonces, ¿no somos parte de ese "establishment" todos los que de una manera u otra estamos involucrados en las prácticas fílmicas o de cultura cinematográfica ¿O es que Castro Cobos se siente en un espacio único de marginalidad?


Isaac León Frías

Réplica de Claudio Cordero

Pese a que no fue remitida a este blog, publicamos la respuesta de Claudio Cordero a las aclaraciones hechas por Isaac León Frías en un anterior post.
Dice Cordero en su respuesta publicada originalmente en el blog La cinefilia no es patriota:
"Antes de continuar la polémica, deseo aclarar algunos puntos. Mi artículo no era una crítica, sino un balance sobre los estrenos peruanos de la cartelera comercial del 2009. Si buscan un análisis profundo de esas películas, van a tener que buscarlo en otro lado. Eso no es impedimento para que me refiera a “Cu4tro”, “Máncora” y “Tarata” como fracasos artísticos. Además, en el texto están apuntados los motivos principales que sustentan mi opinión desfavorable. Quizás algunos colegas se sientan irritados por el tono de mi artículo, pero no conozco ningún crítico que sea comprensivo con bodrios de otras nacionalidades.

Nunca he afirmado que Conacine sea un fraude, pero sí estoy convencido de que han premiado a varios fraudes artísticos. La lista es larga, pero no asoma ninguna autocrítica sobre el hecho de que se repitan, entre los ganadores, los mismos nombres de siempre. No, no estoy acusando a los jurados designados por Conacine de haberse corrompido; simplemente discrepo con la mayoría de sus fallos y lamento que otros realizadores dispuestos a correr mayores riesgos hayan sido postergados hasta la fecha.

Por último, quiero volver a la reflexión central de mi artículo. ¿Qué pasa cuando películas como “El Delfín” o “Motor y Motivo” son menos malas que las financiadas por Conacine? Con la excepción de “La Teta Asustada” creo que la cosecha del cine peruano en el 2009 fue muy pobre. Escribí en mi artículo que “a veces el pueblo sabe más que los expertos” porque son pocas las críticas que recogen este sentimiento de aburrimiento y hastío, sensación que comparten otras muchas personas del medio cinematográfico.

Si no creen en el mensajero, al menos crean el mensaje."

lunes, 28 de diciembre de 2009

Preferidas 2009: Enrique Silva


El año 2009 ha sido menos interesante en estrenos comerciales que el anterior. Algo que preocupa porque siguen inaugurándose nuevas salas y la oferta empeora. Entre lo más resaltante de estos últimos doce meses puede destacarse el hecho que hayan coincidido en la cartelera dos películas del veterano Clint Eastwood y también de Quentin Tarantino, que consigno en mi lista. Ciertamente, han habido otros títulos de interés como "La felicidad trae suerte" (Mike Leigh), "La teta asustada" (Claudia Llosa), "¿Qué pasó ayer?" (Todd Phillips), "El llanto de la mariposa" (Julian Schnabel), "El gran golpe" (Roger Donaldson), "Coraline y la puerta secreta" (Henry Selick), "La huérfana" (Jaume Collet-Serra) y "Milk" (Gus Van Sant). Esperemos que 2010 sea mejor.

CARTELERA COMERCIAL

1) Gran Torino (Clint Eastwood)
2)Enemigos públicos (Michael Mann)
3)Sector 9 (Neill Blomkamp)
4)El matrimonio (silencio) de Lorna (Jean-Pierre y Luc Dardenne)
5)A prueba de muerte (Quentin Tarantino)
6)El sustituto (Clint Eastwood)
7)Unas vacaciones diferentes (Martin McDonagh)
8)Up: Una aventura de altura (Pete Docter)
9)Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen)
10)Bastardos sin gloria (Quentin Tarantino)

CIRCUITO ALTERNATIVO

1)La nana (Sebastián Silva)
2)Gigante (Adrián Biniez)
3)Los paranoicos (Gabriel Medina)
4)Excursiones (Ezequiel Acuña)
5)Mal día para pescar (Alvaro Brechner)
6)Cinco días sin Nora (Mariana Chenillo)
7)El diario de Agustín (Ignacio Agüero)
8)Ernesto Sábato, mi padre (Mario Sábato)

Enrique Silva Orrego

Mejores de la década: Jorge García (desde Buenos Aires)


Vistas por todas las vías (estrenos, festivales, DVD)

EN CONSTRUCCION (José Luis Guerin) 2000
LA CIENAGA (Lucrecia Martel) 2000
PLATFORM (Jia-Zhang-ke) 2000
NO QUARTO DA VANDA (Pedro Costa) 2000
WERKMEISTER HARMONIES (Bela Tarr) 2000
LA LIBERTAD (Lisandro Alonso) 2001
OU GIT VOTRE SOURIRE ENFOUI? (P. Costa) 2001
PISTOL OPERA Seijun Suzuki) 2001
H/STORY (Nobujiro Suwa) 2001
GOODBYE DRAGON INN (Tsai-Ming-liang) 2003
SHARA (Naomi Kawase) 2003
CAFÉ LUMIERE (Ho-Hsiao-Hsien) 2003
SARABANDE (Ingmar Bergman) 2003
ROUTE 181 (Eyai Sivan/Michael Khleifi) 2004
L´INTRUS (Claire Denis) 2004
EL CIELO GIRA (Mercedes Alvarez) 2004
TROPICAL MALADY (Apichapong Wereesetakul) 2004
GERRY (Gus Van Sant) 2004
LOS AMANTES REGULARES (Philippe Garrel) 2005
HONOR DE CAVALLERIA (Albert Serra) 2006
L´HISTOIRE D´ASTRÉE ET CELADON (Eric Rohmer) 2007
LA FRONTERA DEL ALBA (Philippe Garrel) 2008
HISTORIAS EXTRAORDINARIAS (Mariano Llinás) 2008
JUVENTUD EN MARCHA (Pedro Costa) 2008
INDEPENDENCIA (Raya Martin) 2009

Jorge García

La negación de la racionalidad

Isaac León Frías vuelve a la polémica para responder un artículo de Mario Castro Cobos, publicada en su blog.


Vuelvo sobre uno de los asuntos que han motivado mis dos últimas intervenciones en este blog y que me parece francamente preocupante. Es el enquistamiento de un tipo de acercamiento al cine basado en la pura y más radical subjetividad.

Cordero dice una serie de inexactitudes en un balance del cine peruano durante el 2009. Se cuestionan de manera muy clara esas inexactitudes y sale al ruedo un tipo como Castro Cobos para burlarse y poner en entredicho la lógica que sustenta esos cuestionamientos. No valen las razones, los argumentos: somos cómicos y patéticos quienes intentamos reflexionar, ofrecer datos y pruebas conceptuales. Es decir, entramos de plano en el reino de la total arbitrariedad. El mundo al revés.

Por eso es que Castro Cobos escribe como escribe. Jamás se leerá en sus artículos - que no críticas, pues no lo son- un intento de análisis, un comentario apoyado en los procedimientos del lenguaje audiovisual. Lo que escribe son impresiones o consideraciones que le suscita la película, sin que eso sirva en absoluto para que el lector se forme una imagen de lo que es la película ni tampoco para comprender su significado. Si es verdad que toda crítica o comentario es una elaboración literaria, en este caso lo es de una forma extrema, pero en el sentido más vacuo, como pura divagación. En alguna medida, lo que escribe Castro Cobos sobre las películas encuentra un equivalente, digamos, "poético" (cuántas barbaridades se escriben en nombre de la poesía) en los versos que publica ese blog. No sería sorprendente que Castro Cobos escribiera con otro nombre esas excrecencias que quieren pasar por poesía y si no es él, es su claro alter ego versificado. No es simple casualidad que las publique y las promueva.

Entonces, cada película viene a ser un simple pretexto para la elucubración, para lo que se le ocurra en el momento de la escritura, para lo que quiere o necesita soltar en ese instante Y si no son películas, cualquier otro tema está tratado de la misma manera. La coherencia y la sindéresis no interesan para nada. Es la escritura como catarsis en un estilo alambicado y a la vez fatigado y remolón.

Pero más allá del caso individual, que podría estar circunscrito a una (o a unas pocas personas), la arbitrariedad se extiende. Entonces, se puede decir cualquier cosa, lanzar cualquier acusación o agravio, dar por hechos supuestos no probados y todo eso parece legítimo y defendible.Y cualquiera que contradice con argumentos de peso está atentando contra la libertad de expresión. Es decir, es la conversión del error, la torpeza y, por cierto, la inquina como valores defendibles.

Eso es lo que ocurre, lamentablemente, en relación con el cine peruano donde hay varios críticos que se prodigan en cargos, en descalificaciones, en sarcasmos, y además lo hacen a partir de una supuesta superioridad intelectual, desde una atalaya en la que miran como a minusválidas las producciones peruanas, merecedoras de todas las burlas y desaprobaciones. Entonces, la paranoia se impone: todo resulta sospechoso, producto de ventajas y de arreglos bajo la mesa, de favores inmerecidos, de apoyos que no debieron ser entregados. Ergo: CONACINE se convierte en una bestia negra por prohijar tales despropósitos.

No hay el menor esfuerzo por informarse y comprender los reglamentos de CONACINE, y por tanto sus atribuciones y sus límites, el funcionamiento y los mecanismos con que se financian los proyectos ni los modos en que se producen los filmes. Tampoco los problemas de la distribución y del mercado. Se mencionan las "expectativas" como si fueran un hecho conocido e inconmovible. Se miran las películas de cualquier modo, con aire displicente y, con frecuencia, con una metodología crítica precaria.


¿Qué queda? La subjetividad suelta de la peor manera, el impresionismo más rampante, la repetición de lugares comunes...

Sin embargo, y aunque suele mantenerse la ligereza y el poco rigor, no es igual el tratamiento que se les dispensa a las películas que vienen de fuera, por malas que sean. La actitud es otra, los términos utilizados, también. El sarcasmo está ausente. Es decir, se ablanda el vínculo con el film, hay una mayor consideración, no se le trata como a un producto minusválido.

En la perspectiva señalada no funciona la posibilidad de un debate que quiera arrojar algún resultado provechoso. ¿Cómo oponer razones a sinrazones, criterios claros a afirmaciones o acusaciones basadas en supuestos no probados o en medias verdades? ¿Qué cotejo de ideas puede intentarse con alguien como Castro Cobos que vive dentro de una suerte de semiautismo intelectual? ¿Sobre qué base si no tiene la menor consistencia conceptual? Nunca le he escuchado un enunciado mínimamente articulado ni ninguna propuesta coherente. De allí que, no lo dudo, saldrá una vez más al paso con su afectado estilo literario y con su paquidérmico sentido del humor para, finalmente, no decir nada que no sean burlas y agravios, recurriendo a las imágenes de ancianos y a sus reiteradas referencias a la edad. Como si no hubiera jóvenes o gente de mediana edad que son emocionalmente mucho más viejos que los mayores. Habría que ver hasta qué punto esa reiteración suya con el tema de la edad está dando cuenta de lo que sería un mecanismo de contraidentificación compulsiva, un rechazo patológico a lo "viejo" que habita en él. Pero ni soy psicoanalista ni quiero imaginarme qué abismos tortuosos habitan en el interior de Castro Cobos, aunque ya lo que escribe es bastante revelador.

Isaac León Frías

domingo, 27 de diciembre de 2009

Respuesta a los (malos) levanta ánimos de Cordero

Isaac León Frías responde a un post aparecido en La cinefilia no es patriota:
Cuando no hay argumentos y razones que esgrimir, cuando no hay nada defendible que no sea la mera frivolización de la escritura sobre el cine, se apela a la burla, a la ironía, a la descalificación por edad ("los viejos críticos"), a las alusiones al ridículo ("estos señores tan adorables y entretenidamente risibles"). Eso es lo que hace Castro Cobos en el blog La cinefilia no es patriota, en la introducción a una supuesta discrepancia de Alonso Izaguirre con una objeción hecha por mí al texto de Cordero sobre el cine peruano del último año. No hay en esa introducción un solo término que no sea despectivo y burlón. Todo lo contrario de lo que hemos escrito quienes hemos formulado serias objeciones a ese texto y en las que no hay el menor asomo de ironía o de menosprecio. ¿Cómo se podría responder a una introducción como la que refiero? Sin duda, de la misma forma, pero no lo voy a hacer porque me parece inútil.

Ahora sí me permito una pequeña ironía: Cordero debería decirle a quienes fungen de levanta ánimos, "no me defiendan, compadres". No dicen nada que pueda ser atendible. Lo único rescatable de lo que firma Izaguirre son las largas citas de lo que escribió Bedoya, con lo que Izaguirre, con las ambiguedades habituales en esa crítica chatarra que parece extenderse en el espacio informático, parece estar de acuerdo pero no tanto. No hay nada propio o personal, ni siquiera un tímido intento de decir algo que tenga sentido.

Claro que Cordero tiene todo el derecho del mundo a expresar lo que cree o piensa. Cuestionar lo que dice no es negarle en absoluto ese derecho. En este caso concreto es sólo poner en evidencia los errores de información, las confusiones, las atribuciones inexactas, como en otro caso - que no es el que ha suscitado las respuestas- podría ser discrepar con criterios o valoraciones. Pero ni siquiera es un asunto de discrepancias el que se ha puesto de manifiesto: es simplemente, repito, el señalamiento de errores, confusiones e inexactitudes. ¿Por qué Claudio Cordero no responde a las objeciones hechas? ¿No será precisamente porque no tiene razones para oponer a las que se han vertido cuestionando los términos de su texto? Tampoco se puede discrepar de lo que escriben Castro Cobos e Izaguirre porque todo es hueco e insustancial: burlas o repetición de lo que otros dicen.

Nadie ha dicho, o de pronto sí y no me he enterado, que no se puedan hacer cuestionamientos -incluso duros y severos- al Conacine. Lo que no corresponde hacer son cargos infundados, acusaciones sin base que no sean esas vaguedades que se parecen a las risitas o a los murmullos de un grupo cómplice ante algo que les parece cómico y patético como a Castro Cobos "los viejos críticos". ¿Por qué Castro Cobos, Izaguirre o el mismo Claudio Cordero no hacen de una vez una lista fundamentada de cuestionamientos al Conacine?

Quiero enterarme, porque todavía no lo sé, si es que hay motivos o no para las discrepancias. Me temo que una vez más el pedido caerá en el vacío y con ello la posibilidad de un diálogo o un debate que aclare posiciones y que ofrezca diversos puntos de vista sobre temas controversiales.

Isaac León Frías

sábado, 26 de diciembre de 2009

Preferidas 2009: Miguel Marías (desde Madrid)


MEJORES PELÍCULAS RECIENTES (no anteriores a 2007) VISTAS POR VEZ PRIMERA DURANTE 2009

1. Independencia (Raya Martin, 2009)
Historias extraordinarias (Mariano Llinás, 2008)
Two Lovers (James Gray, 2008)
4. Vincere (Marco Bellocchio, 2009)
Ne change rien (Pedro Costa, 2009)
Un lac (Philippe Grandrieux, 2008)
Morrer Como Um Homem (João Pedro Rodrigues, 2009)
A Religiosa Portuguesa/La Religieuse portugaise (Eugène Green, 2009)
9. Yuki & Nina (Suwa Nabuhiro & Hippolyte Girardot, 2009)
Singularidades de uma Rapariga Loira (Manoel de Oliveira, 2009)
11.Yumurta (Semíh Kaplanoğlu, 2007)
12.Merde (en “Tokyo!”) (Leos Carax, 2008)
Bellamy (Claude Chabrol, 2008)
Jal aljido mothamyeonseo (Like You Knew It All)(Hong Sang-soo, 2008)
15.La Danse-Le Ballet de l'Opéra de Paris (Frederick Wiseman, 2009)
Niupi er (Oxhide II) (Liu Jia Yin, 2009)
La Fille du RER (André Téchiné, 2009)
Juego de escena - Jogo de Cena (Scene Playing) (Eduardo Coutinho, 2007)

Miguel Marías

Preferidas 2009: Ricardo Bedoya


Sólo las 3 primeras están en orden de preferencia.
1- Gran Torino (foto)

2- A prueba de muerte

3- Bastardos sin gloria


El matrimonio de Lorna
La teta asustada
La huérfana
¿Qué pasó ayer?
Enemigos públicos
La felicidad trae suerte
Avatar

Ricardo Bedoya

Preferidas 2009: Isaac León Frías


Una vez más, 2009 ha sido muy discreto en lo que se refiere al nivel de calidad promedio de los estrenos, pero a diferencia del año pasado en que se podía hacer una lista de 10 mejores estrenos sin forzar el ingreso de títulos, este año sólo incluyo sin dudas a los cinco primeros, tal como me ocurrió hace dos años.

1) Bastardos sin gloria (Quentin Tarantino)
2) Gran Torino (Clint Eastwood)
3) A prueba de muerte (Quentin Tarantino)
4) El matrimonio de Lorna (Jean-Luc y Pierre Dardenne)
5) 12:08, Al este de Bucarest (Corneliu Porumboiu)
6) La felicidad trae suerte (Mike Leigh)
7) Juegos macabros (Michael Haneke)
8) Coraline (Henry Selick)
9) Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen; en la foto)
10) Enemigos públicos (Michael Mann)


Isaac León Frías

Preferidas 2009: José Luis Riddout (desde Toronto)


Un Profeta (Jacques Audiard)
Vincere (Marco Bellocchio, Italia)
Singularidades de uma rapariga loura (Manoel de Oliveira, Portugal)
Les Herbes Folles (Alain Resnais, Francia)
A Serious Man (Joel Coen, Ethan Coen)
Bright Star (Jane Campion)
Un Conte de Noël (Arnaud Deplechin)
Irène (Alain Cavalier, Francia)
The Hurt Locker (Kathryn Bigelow)
35 Shots of Rum (Claire Denis)
Norteado (Rigoberto Perezcano, Mexico)
L’heure d’été (Olivier Assayas)
The White Ribbon (Michael Haneke)
Precious: Based on the Novel “Push” By Sapphire (Lee Daniels)
Politist, Adjective (Corneliu Porumboiu)
Hadewijch (Bruno Dumont, Francia)
Mother (Bong Joon Ho, Corea del sur)
Presunto culpable (Roberto Hernandez, Geoffrey Smith, Mexico)
Sector 9 (Neill Blomkamp)
Ajami (Scandar Copti, Yaron Shani, Israel)
El matrimonio de Lorna (Jean-Pierre y Luc Dardenne)
Up, una aventura de altura (Pete Docter)
L’Enfer de Henri-Georges Clouzot (Serge Bromberg, Ruxandra Medrea, Francia)
Ne Me Liberéz Pas, Je M’en Charge (Fabienne Godet, Francia)
Arrástrame al infierno (Sam Raimi)
White Material (Claire Denis, Francia)
Antichrist (Lars Von Trier)
Bastardos sin gloria (Quentin Tarantino)
¿Qué pasó ayer? (Todd Phillips)
El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, Argentina)
Adventureland (Greg Mottola)
I Love You, Man (John Hamburg)
Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans (Werner Herzog)
The Time That Remains (Elia Suleiman, Palestina)
Levanone (Samuel Maoz, Israel)
La Nana (Sebastian Silva)
Sin Nombre (Cary Joji Fukunaga)
The Girlfriend Experience (Steven Soderbergh)
Sugar (Anna Boden, Ryan Fleck)

José Luis Riddout

Preferidas del 2009: César Guerra


12 mejores películas del año estrenadas comercialmente (por orden de preferencia):


El Matrimonio de Lorna de Jean Pierre y Luc Dardenne

Bastardos sin Gloria de Quentin Tarantino

A prueba de Muerte de Quentin Tarantino

Juegos Macabros de Michael Haneke

El Llanto de la Mariposa de Julian Schnabel (foto)

Gran Torino de Clint Eastwood

Una Visita Inesperada de Thomas McCarthy

El Luchador de Darren Aronofsky

Rec de Jaume Balagueró y Paco Plaza

Vicky Cristina Barcelona de Woody Allen

Milk de Gus Van Sant

Unas Vacaciones Diferentes de Martin McDonagh


10 mejores películas vistas en el circuito cultural (sin orden de preferencia):

Muriel de Alain Resnais

Mélo de Alain Resnais

My Winnipeg de Guy Maddin

Tres Días de Sharunas Bartas

El Corredor o El Pasadizo de Sharunas Bartas

71 Fragmentos en una Cronología del Azar de Michael Haneke

Tiro en la Cabeza de Jaime Rosales

Xala de Ousmane Sembene

Bamako de Abderrahmane Sissako

La Leyenda del Tiempo de Isaki Lacuesta


César Guerra (programador del cine club de la Universidad Cayetano Heredia y editor del blog También los cinerastas empezaron pequeños)

viernes, 25 de diciembre de 2009

Los cines argentino, colombiano y mexicano en 2009


La interesante y muy informada página argentina Otros cines (http://www.otroscines.com/) trae interesantes cifras sobre los cines nacionales de Argentina, Colombia y México durante 2009.


Sobre el cine en Argentina, dice Otros cines:

“-Este año se registraron 85 estrenos argentinos contra los 74 de 2008.

-Los films nacionales convocaron a 5,3 millones de espectadores contra los 4 millones que habían conseguido las novedades de 2008.

-El total de entradas vendidas en el país ascendió a unos 33,2 millones, casi la misma cifra que en la temporada pasada.

-La cuota de mercado para el cine argentino fue del 16 por ciento contra el 11,9 por ciento de 2008. Es la mayor desde el año 2000 (19,1 por ciento).

-Sólo 20 de los 85 estrenos superaron los 10.000 espectadores.
-Sólo 9 títulos congregaron a más de 100.000 personas.

-Los 10 films locales más vistos del año obtuvieron el 90,5 por ciento del total de espectadores del cine nacional: una concentración brutal.

-El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella, se quedó con el 45 por ciento del público que fue a ver cine argentino.”

Más información en:
http://www.otroscines.com/noticias_detalle.php?idnota=3712&PHPSESSID=72e0ae0272e8683c31f7896e6bb84e17

Citando a Noticine.com, Otros Cines dice lo siguiente respecto al cine en Colombia:

“Triunfa en festivales, aumenta su número de títulos en producción... pero muchos no se estrenan o lo hacen tarde, y cuando ello ocurre, sus resultados distan de ser brillantes. Sumadas todas las películas nacionales lanzadas en Colombia en 2009, la cifra resultante en espectadores supera por no mucho el millón de espectadores, concretamente 1.068.627 hasta el 20 de diciembre. El film de Guillermo Calle, El arriero, fue el más visto, con 285.814 personas, según fuentes de Cine Colombia (...)

La segunda producción colombiana más taquillera fue La pasión de Gabriel, de Luis Alberto Restrepo, con 220.204 boletos vendidos, y la tercera Los viajes del viento, de Ciro Guerra, con 162.126. Curiosamente, la cuarta se estrenó ya el año anterior, y en este 2009, Ni te cases ni te embarques, de Ricardo Coral, sumó otros 121.975 espectadores.La película con mayor difusión festivalera del año, La sangre y la lluvia, apenas superó los 91.000 boletos. Por su parte, Harold Trompetero fue el único en estrenar dos películas, El man y Riverside, ambas rondando entre los 44.000 y 45.000 espectadores.
En definitiva, de los casi 26 millones de personas que fueron a las salas de cine en todo el país durante 2009, poco más del 4% lo hizo para ver un film nacional. Cifra que choca con el esfuerzo institucional de apoyo a la producción. Quizás, como ya ha sucedido en otros países, sea momento de plantearse si no se debe también apoyar la distribución, exhibición y promoción de las películas colombianas.
Según los datos de Cine Colombia, hasta el 20 domingo pasado se estrenaron 12 largometrajes colombianos en el país.”
Otros cines, teniendo como fuente a IMCINE, también consigna datos de México:

“-Estrenos: 54 (42 producidos con fondos estatales) frente a 47 de 2008.
-Total de espectadores para el cine mexicano: más de 10 millones.
-Film más visto: Otra película de huevos y un pollo, con 3.100.000 entradas vendidas.
-Producción: 66 películas, cuatro menos que en 2008.
-Proyectos apoyados por el Estado: 75 largometrajes, 29 documentales y 35 óperas primas.”
Un comentario:
Que en Argentina sólo 20 de las 85 películas estrenadas hayan logrado ser vistas por más de 10,000 espectadores es muy preocupante. Lo mismo se puede decir del bajísimo 4% que obtuvo el cine colombiano en su mercado. En ambos casos, se trata de cinematografías muy apoyadas y promovidas desde el Estado.
Sumo preguntas a las que formulé en el post sobre el cine peruano: ¿estarán los estados argentino y colombiano desfilfarrando fondos públicos en la promoción de películas que pocos ven? ¿las películas argentinas y colombianas tampoco "superan las expectativas" y, por eso, son rechazadas por el público masivo? ¿El sentido de la promoción estatal al cine no supone también la existencia de esas películas que no convocan a las masas?
Ricardo Bedoya

Avatar


Viendo “Avatar”, de James Cameron, se evocan los ritmos, ritos y emociones de los viejos westerns. Pero no los de John Ford, Anthony Mann o Delmer Daves, de personajes contrastados y situaciones adultas, sino los filmes de vaqueros de serie B, los de Arnold Laven o Gordon Douglas, concebidos para la fascinación espectacular y la identificación con un héroe que se interna en un mundo extraño, distinto, de geografía opulenta y nativos peligrosos.

Porque de eso trata “Avatar”: de la trayectoria de aprendizaje de un ser que es casi humano y casi “otro”, en parte “marine” y en parte nativo de un lugar distante llamado Pandora. Lugar donde habitan seres de piel azul, altísima estatura, ojos y nariz de felino, formas atléticas y cola. Ellos protegen una selva lujuriosa, ambiente codiciado por una corporación de comando tecnocrático-militar que busca apropiarse del mineral que allí abunda. El “avatar”, infiltrado entre los nativos por el imperialismo, sigue la trayectoria de “Un hombre llamado caballo” y de muchos otros westerns. El “cara pálida” secuestrado por los nativos se hace guerrero luego de aprobar sucesivos “ritos de paso”: el del aprendizaje de la destreza física, del respeto a la naturaleza, del control del dolor, del dominio del miedo, de la doma del animal bravío.

Lo mejor de “Avatar” es su apuesta por la aventura y sus reglas esenciales, por el relato trepidante, por la acción sin complejos ni coartadas. La fábula antibélica y ecologista -de intención más bien beata y formulada en clave “new age”- está allí, así como las obvias ironías a la arrogancia y necedad de la administración Bush, pero nunca sofocan lo que Cameron hace mejor: descubrir los riesgos y la sensualidad de un mundo que tiene entidad propia. La mejor secuencia de la película es la primera incursión del avatar en el bosque, rodeado por una vegetación extraña, acechado primero por insectos inofensivos y luego atacado por un bestiario de seres formidables y feroces. La secuencia tiene la apelación física de la acción visceral que transcurre en un mundo primitivo pero a la vez posee la cualidad onírica de las imágenes de las selvas del “King Kong”, de Schoedsack y Cooper, o de “El mundo perdido”, de Conan Doyle, adaptada al cine en la época muda.

Todo en “Avatar” tiene esa doble condición. Por un lado, la acción es seca, elemental, neta, dura, violenta; por el otro, las imágenes tienen una cualidad evanescente, difusa, irreal. La tecnología 3D nunca ha sido mejor usada: no se emplea para arrojar proyectiles haciendo sentir al espectador que debe esquivarlos, sino para crear una geografía inédita de plantas volátiles, insectos luminosos y seres traslúcidos que conforman un entorno visual que luce tangible pero que se aleja de cualquier forma de representación realista. Marcada por “¡Apocalipsis ya!, a la que Cameron cita una decena de veces, “Avatar” quiere también ofrecer un espectáculo bélico filtrado por la mirada fantasmática, espectral, del protagonista (Sam Worthington), sumergido en el sueño para actuar como guerrero nativo en Pandora, entre selvas que recuerdan el Vietnam entrevisto por el delirio de Martin Sheen en el filme de Coppola.

Que los diálogos son elementales, los personajes unívocos y la trama tenue y primaria: es verdad. Que la mirada sentimental de Cameron se codea con la cursilería: cierto. Que la película no es mejor que otros filmes de Cameron como “Terminator 2” o “El secreto del abismo”: tal vez. Pero aun aceptando esos y otros cargos contra la película, es preciso decir que “Avatar” es una apasionante película de acción y aventuras, hecha con un vigor narrativo y una preocupación plástica infrecuentes en el anodino cine norteamericano de hoy. Pero, sobre todo, es un espectáculo deslumbrante que muestra a Cameron dominando las posibilidades expresivas de la tecnología de punta del mismo modo en que Stanley Kubrick lo hizo en “2001, odisea del espacio” hace más de cuarenta años.

Ricardo Bedoya

Preferidas de 2009: Mónica Delgado


Cartelera comercial


Las películas que más valoro de la cartelera del año 2009, en orden de preferencia (coloco algunas que vi durante mi permanencia en Ciudad de México):


1. Enemigos públicos, de Michael Mann. También es una de mis favoritas de la década. Una obra maestra en digital, todo en ella me parece perfecto.

2. Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar. Posee una de las secuencias más hilarantes del español por las referencias a los motivos de su mismo cine que creía perdidos, una oda a sí mismo. La frase al final “… hay que terminar las películas, aunque sea a ciegas" resulta contundente, casi como la frase que suelta Brad Pitt en el último round de Bastados sin gloria: “Esta es mi obra maestra”.


3. El silencio (matrimonio) de Lorna, de los hermanos Dardenne. Un embarazo imaginado se convierte en la idea más cercana a la liberación. Me gusta más el título literal, porque me sugiere ese silencio (el de un vientre vacío) al que ella se aferra.

4. La teta asustada, de Claudia LLosa. Lo mejor: una abierta mención a lo femenino desde la sutileza, una flor roja entre los labios de Magaly Solier.

5. Bastardos sin gloria/ A prueba de muerte (Death proof), de Quentin Tarantino. En la primera, David Bowie como fondo musical en la secuencia en que Shoshanna se viste para matar me permitió abrir mi corazón a la obra que menos me gusta de Quentin Tarantino. Brad Pitt como un excelente actor y el personaje más insólito del año: Hugo Stiglitz. En la segunda, grupo de mujeres adrenalínicas, velocidad y diálogo futiles me siguen pareciendo delicia y lo mejor de Tarantino.

Otras cintas que destaco: El luchador, de Darren Aronofsky, Gran Torino, de Clint Eastwood, 500 días con ella, de Marc Webb (para espíritus ochentosos: un karaoke con ¡Pixies!), Reprise, de Joachim Trier, La felicidad trae suerte, de Mike Leigh, Arrástrame al infierno, de Sam Raimi (añoraba su estilo y escatologías), Sector 9, de Neill Blomkamp (el rollo inicial tipo mockumentary me resulta original por el contexto que propone), y Tres monos de Nuri Bilge Ceylan.

Las peores: El lector, de Stephen Daldry, y Quisiera ser millonario, de Danny Boyle.

Cartelera cultural

Casi todas las he visto afuera.


1. Los límites del control, de Jim Jarmush. No cabe duda que Jarmush está aquí en estado de gracia. No es una cinta convencional, es decir no se parece, más allá de la predilección por personajes fantasmales, metódicos o inexpresivos, a lo que hizo antes este cineasta, es más bien un ensayo consolador sobre el poder del arte en medio de los contextos beligerantes actuales.

2. Love exposure, de Sono Sion. Excesivo, mastodóntico, bizarro, genial, todo lo que me gusta de Sion, me dio en la yema del gusto.


3. La frontiere de l’aube, de Philippe Garrel. Una visión romántica del nuevo siglo sobre el amor más allá de la muerte, a través de un blanco y negro sugerente que ayuda a borrar los límites entre sueño y vigilia.

4. Breathless, de Yang ik June. Cinta de Corea del Sur sobre un matón duro e irracional, que hace amistad con una adolescente que vive en un ambiente igual de violento que el que propone su nuevo amigo.

5. 35 tragos de ron, de Claire Denis. La relación ambivalente entre padre e hija que deja abierta preguntas. Una escena en un bar, donde ambos bailan, perturba y a la vez propicia reflexiones sobre la fragilidad y tensiones de las relaciones familiares.

6. Hunger, de Steve McQueen. Tiene un plano secuencia de lo más sencillo pero fuerte: el preso y un cura disertando sobre política, religión y libertad.

7. En comparación, de Harun Farocki. Documental sobre la fabricación de ladrillos en tres lugares diferentes del mundo, en África, Asia y Europa. De lo colectivo a lo individual, del hombre a la máquina.

8. Chocolate, de Prachya Pinkaew. Sin duda, el director de Ong Bank tiene sentido del espectáculo cuando introduce los elementos más insospechados en escenarios impropios para las secuencias de peleas: una fábrica de cartones, un mercado de carnes, sobre luces de neón de las fachadas, etc.

9. Aquel querido mes de agosto, de Miguel Gomes. Una Portugal rural se inserta en lo que parecía el documental sobre un rodaje, pero luego la historia va tomando cuerpo hacia un relato amoroso, inspirado en la nostalgia.

10. Afterschool, de Antonio Campos. La adolescencia como un entorno macabro en medio de la efervescencia de la web 2.0.

Me gustaron mucho también Vals con Bashir de Ari Folman y Gomorra de Matteo Garrone.

Mónica Delgado Ch.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Cine peruano: temas a debatir

No quiero comentar el artículo de Cordero que ha dado lugar a las intervenciones de León y Bustamante, con las que estoy totalmente de acuerdo. Pero sí lo pongo como referencia para debatir sobre algunos conceptos acerca del cine peruano que se repiten aquí y allá con insistencia, ligereza y hasta frivolidad, a pesar de basarse en supuestos erróneos o en prejuicios.

1- Decir que CONACINE financia fraudes o que ha modelado una “generación” de cineastas revela desconocimiento de los contextos en los que desarrolla el cine peruano, aplicando, de modo mecánico, las críticas que se hacen en otros lugares a los organismos oficiales de promoción del cine.

Me explico: a CONACINE se le pueden cuestionar muchas cosas, pero no una supuesta influencia o intromisión en la línea, estilo o temática de los proyectos premiados en los concursos que convoca.

Y no puede ejercer esa influencia porque CONACINE no decide nada respecto de esos proyectos; simplemente convoca los concursos. Los premios son decididos por jurados de composición heterogénea y prevista por la ley de cine.

CONACINE no es un banco, ni una financiera, ni un fondo estatal, ni un fondo revolvente, ni un fondo de apoyo; ni siquiera es una institución que decida de modo autónomo a quién entrega los recursos. Nada de eso. CONACINE convoca a concursos cada vez que tiene fondos para ello y gira los premios señalados por el jurado.

Felizmente, CONACINE no dice cuál es el cine que se debe hacer, ni establece líneas temáticas para las películas, ni formula políticas del cine “necesario” o “pertinente”. Tampoco dice: “a este proyecto le entrego plata porque promete ser más exitoso que el otro”. No diseña tendencias ni encausa generaciones.

Eso diferencia a CONACINE de lo que ocurre en Argentina, en España, o en otros países, donde los institutos oficiales deciden, de acuerdo a políticas determinadas, a qué proyectos apoyan y con cuánto. Incluso diferencia a CONACINE de la antigua Comisión de Promoción Cinematográfica (en funciones hasta 1992), que decidía qué películas podían acogerse a la exhibición obligatoria en las salas. COPROCI, con esa facultad, sí marcaba una tendencia del cine peruano ya que sus decisiones eran adoptadas por funcionarios designados por el régimen político.

2- ¿Se puede hablar de películas “independientes”, como Motor y motivo o El delfín, o como cualquier otra, en el Perú?

¿Independientes en relación a qué industria, a qué espíritu oficial, a qué dependencia económica, a qué política de producción cinematográfica, a qué estética dominante?

¿Un premio de CONACINE es signo de alguna “dependencia” oficial o cultural o económica? ¿Un apoyo de Ibermedia es sinónimo de amparo institucional o industrial?

Supongamos que sí lo es. Entonces, cabe preguntarse: ¿cuál es el apoyo o premio que afilia a una película en la categoría de la “no-independencia”? ¿Será el premio al proyecto de largometraje? ¿Será el premio a la postproducción? ¿Será el que se convoca para los proyectos generados en las regiones?

¿O acaso para ser independiente se requiere no haber estrenado en multicines, lo que no sería el caso de Motor y motivo y El Delfín? Pero si fuere así, El huerfanito, Duele amar, Flor de retama, De ollas y sueños y hasta Vedettes al desnudo, entre otras, serían representantes del cine “no emancipado”.

¿No será más bien que cada película en el Perú construye su propio sistema de producción, apelando a los recursos que ofrece el sistema nacional (CONACINE e Ibermedia, al que considero nacional sólo porque está creado en virtud de un acuerdo internacional que suscribe el Perú) e internacional (fondos de ayuda de todo tipo y pelaje) o a fondos propios?

¿No será que esos microsistemas de producción crean sus propios ámbitos de difusión que, en algunos casos, incluyen la exhibición (cada vez más marginalizada y periférica) en multicines o en pantallas alternativas?

¿No será que todas las películas peruanas son “independientes” a su manera y en su escala, por el modo de su producción; por la forma en que “levantan” de modo lento y hasta azaroso recursos económicos de aquí y de fuera; por las dificultades que encuentran en la postproducción y por el retraso con que llegan al público?

Hablar de “cine independiente peruano” es aplicar con pereza intelectual un concepto que puede funcionar en Argentina o en países donde hay industrias consolidadas o, al menos, políticas oficiales delineadas y operativas de apoyo a la cinematografía, pero no entre nosotros.

Lo que diferencia a Motor y Motivo de Tarata, o a Don Melcho, amigo o enemigo, de Mariposa negra, a Encierro de El destino no tiene favoritos, o a Detrás del mar de Una sombra al frente, puede ser un asunto de envergadura de producción, pero no de mayor o menor “independencia”.

Las diferencias sustanciales entre esas películas son de naturaleza expresiva, de puntos de vista diversos, de estrategias narrativas diferentes, de modos opuestos –o acaso coincidentes, pero desde bases distintas- de abordar la realización cinematográfica. La crítica de cine debe dar forma conceptual a esas diferencias y debatirlas, pero para eso es preciso dejar de lado los prejuicios y el autismo que lleva a ignorar lo que se hace en el cortometraje y en otros terrenos de la realización fílmica en el Perú.


3- ¿Qué le da la nacionalidad a una película? ¿Qué la hace peruana? ¿Cuándo se habla de una coproducción? ¿Es Máncora una película peruana o una coproducción con el Perú?

El tema es complicado, pero los festivales de cine lo han resuelto considerando que las películas tienen la nacionalidad de sus productores. Es decir, una cinta sigue el destino nacional de las empresas que pusieron el dinero para hacerla.

Es el modo más extendido de entender el tema de la nacionalidad de las películas.

Puede ser que me equivoque –en ese caso, me gustaría que me digan el dato exacto que ignoro- pero Máncora es una producción española al cien por ciento. No se la puede considerar, por eso, una película peruana.

En lo personal, me daría igual que una película, o todas, para efectos de registros y trámites, fuera apátrida, siempre que diera cuenta a cabalidad de un entorno cultural. Pero aun así creo que es conveniente discutir este asunto.

¿La nacionalidad se la da sólo el lugar de nacimiento o nacionalidad adquirida del director? En ese caso, Anaconda sería una producción peruana.

¿Es el lugar de rodaje el que importa? Si fuera así, nacionalizamos Aguirre, la ira de Dios.

¿Será la intervención de actores peruanos y especialistas en producción local la que decide? En ese caso, Prueba de vida es peruana.

Es verdad que ahora abundan las coproducciones multinacionales de papel, levantadas con el fin de cumplir las exigencias de las instituciones que conceden fondos internacionales, pero al menos en ellas se establece con claridad el origen nacional de los productores.

También ocurre eso cuando una producción hecha con inversiones mayoritarias de fuera recibe el premio de una institución oficial. En ese caso, más allá del volumen del premio o subsidio, la recompensa “nacionaliza” a la película.

Este tema se actualiza con el caso Máncora y bien vale la pena darle vueltas antes de lanzar listas de mejores o peores del año.

4- ¿CONACINE comete un fraude premiando películas que no “superan las expectativas” y despilfarra el dinero de los contribuyentes al haber premiado películas que no han tenido éxito de público?

Por supuesto que no.

Si los apoyos estatales existen el mundo es justamente para permitir que se haga un cine distinto, alejado del canon, que puede no gustarle al espectador masivo, modelado en sus preferencias por los blockbusters que acuna la Motion Picture Association of America (MPAA).

Es decir, lo que buscan las leyes de promoción a los cines nacionales es diversidad, y en esa diversidad habrá películas buenas, regulares y malas, que son la mayoría.

El argumento que cuestiona al Estado por despilfarrar recursos en películas raras, difíciles, mortecinas y ensimismadas es tan viejo como los discursos de Jack Valenti, antiguo presidente de la MPAA, que repetía esa monserga en sus permanente lobbies con el fin de lograr la derogación de las leyes nacionales de promoción al cine y conseguir la utopía hollywoodense -ya casi cumplida- de retener para el cine norteamericano la totalidad de las pantallas del planeta. Lo mismo sostenía en el Perú, desde los años sesenta, el crítico Alfonso Delboy, en las páginas de 7 días del Perú y del Mundo, suplemento del diario La Prensa, haciendo eco permanente de los intereses de las distribuidoras norteamericanas.

Luego, ese argumento fue reciclado por las políticas neoliberales aplicadas a rajatabla luego del golpe de estado de Fujimori de 1992 y que pusieron fin a la ley de cine de 1972.

Ahora el argumento reaparece pero con una variante: el Estado despilfarra fondos en películas que no “superan las expectativas”.
¿Expectativas de quién?

Creo que estos temas deberían discutirse en público. Ojalá Gabriel Quispe, Presidente de APRECI, considere la posibilidad de organizar un seminario abierto y amplio, donde se expongan y debatan ponencias elaboradas a partir de una agenda temática precisa.

Ricardo Bedoya

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Preferidas de 2009: Jorge García


Desde Buenos Aires, Jorge García, de la revista El Amante, manda su lista:

1) Criatura de la noche (Let the Right One In/Låt den rätte komma in, Tomas Alfredson)
2) Of Time and the City (T. Davies)
3) El Sol (A. Sokurov)
4) Uzak (N. B. Ceylan)
5) Belle toujours (M. de Oliveira)
6) Two Lovers (J. Gray)
7) Z32 (A. Mograbi)
8) Una semana solos (C. Murga)
9) My Winnipeg (G. Maddin)
10) Bug (W. Friedkin)
11) Bastardos sin gloria (Q. Tarantino)
12) Vil romance (J. C. Campusano)
13) Los abrazos rotos (P. Almodóvar)
14) El matrimonio de Lorna (Hnos. Dardenne)
15) Conte de Noel (A. Desplechin)
16) Bellamy (C. Chabrol)
17) Gran Torino (C. Eastwood)
18) Tulpan (S. Dvordsevoy)
19) Shotgun Stories (B. Nichols)
20) La huérfana (J. Collet-Serra)

Jorge García

Mejores de 2009: Óscar Contreras


Empezamos con la publicación de las listas de las películas preferidas del año 2009. Seguirán las preferidas de la década. Abre fuegos Óscar Contreras:


Este ha sido un año cinematográfico muy discreto en todo el mundo. Los formatos Bluray y DVD, la internet, las salas alternativas, los festivales de cine dentro y fuera del país, así como los libros, revistas y conversatorios permiten la revisión y puesta al día profunda sobre el mejor cine (el más diverso y aireado). Esta es mi lista con los mejores estrenos comerciales de 2009 en estricto orden de preferencia:

BASTARDOS SIN GLORIA, Quentin Tarantino (EE.UU 2009)
GRAN TORINO, Clint Eastwood (EE.UU 2009)
12:08 AL ESTE DE BUCAREST, Corneliu Porumboiu (Rumania 2007)
LA TETA ASUSTADA, Claudia Llosa (Perú 2009)
ENEMIGOS PÚBLICOS, Michael Mann (EE.UU 2009)
EL GRAN GOLPE, Roger Donaldson (Inglaterra 2008)
EL LLANTO DE LA MARIPOSA, Julian Schnabel (Francia-Inglaterra 2007)
EL MATRIMONIO DE LORNA, Jean-Pierre y Luc Dardene (Bélgica 2008)
LA FELICIDAD TRAE SUERTE, Mike Leigh (Inglaterra 2008)
CORALINE, Henry Sellick (EE.UU 2009)
¿QUÉ PASÓ AYER?, Todd Phillips (EE.UU 2009)
EXCURSIONES, Ezequiel Acuña (Argentina 2009)
JUEGOS MACABROS, Michael Haneke (EE.UU 2007)


La peor película del año: TRANSFORMERS 2, Michel Bay
La película sobrevalorada: UNAS VACACIONES DIFERENTES (EN BRUJAS), Martin McDonagh
La decepción del año: QUISIERA SER MILLONARIO, Danny Boyle y EL EXTRAÑO CASO DE BENJAMIN BUTTON, David Fincher.
La mejor película peruana: LA TETA ASUSTADA, Claudia Llosa
La peor película peruana: TARATA, Fabrizio Aguilar

Óscar Contreras

martes, 22 de diciembre de 2009

Isaac León Frías aclara a Cordero

Voy a hacer sólo un par de aclaraciones al texto de Claudio Cordero, tan lleno de errores, supuestos no demostrados, explicaciones insuficientes e, incluso, ligerezas de juicio, parte de lo cual ha sido respondido por Emilio Bustamante.
Los dos puntos que quiero tocar - y hay varios más que quedan pendientes- son los siguientes:

1) En referencia a ciertas películas, dice Claudio: "algunos de los fraudes financiados por CONACINE".

El término fraude es equívoco porque hace pensar en una operación dolosa.
No dice fraude artístico, creativo o algo similar. Dice simplemente fraude. Queda, por lo tanto, la impresión de que CONACINE promueve o respalda operaciones dolosas. Y, en el caso de que se le conceda al autor del texto el error de no haber completado la frase, igual queda la impresión de que CONACINE financia a su antojo fraudes fílmicos, es decir, películas que engañan o defraudan las expectativas (¿de quién? ¿de quiénes?, ¿cómo se establecen o miden esas expectativas?). En realidad, CONACINE financia en parte, porque el monto no cubre ni siquiera la mitad del presupuesto en la mayor parte de los casos, y lo hace a partir de la decisión de jurados independientes. Se puede discutir la elección de los proyectos que escogen los jurados, tarea ciertamente difícil hecha a partir de un guión y un plan de producción, pero no inferir a partir de allí que los jurados estén promoviendo fraudes y menos atribuirle ese cargo a CONACINE.

2) No es verdad que Cu4tro esté formada por cuatro cortos ensamblados para la ocasión, como no lo es que se trate de una empresa similar a la de Cuentos inmorales en 1978. Ambos son proyectos que convocan a cineastas unidos por afinidades generacionales y otras, pero mientras que Cuentos inmorales apuntaba, y lo logró, a llegar a un público local relativamente amplio, Cu4tro es una cinta de ostensible vocación minoritaria, como que está articulada a partir del motivo de la pérdida y el duelo y tiene un tono mortecino.

Mientras que en Cuentos inmorales cada historia es independiente una de la otra y los tratamientos narrativos y estilísticos son variados, en Cu4tro hay una unidad temática, visual y rítmica, aún cuando se puedan reconocer matices diferenciados. El episodio de Pérez Garland es notoriamente menos dialogado que los otros y se eslabona a partir de un solo personaje, a diferencia de los demás episodios que también tienen entre sí componentes de historia y tratamiento que los distinguen.

Cuentos inmorales corresponde a un periodo relativamente privilegiado de la producción peruana en el que la asistencia del público era notoriamente superior, aunque no en todos los estrenos locales, y en su momento fue una propuesta novedosa en nuestro ámbito, una aventura, si se quiere, en el terreno de la búsqueda de la comunicación con un público en formación.
Cu4tro no tiene la menor pretensión de hacer de los episodios un esquema a seguir y se inserta en una etapa histórica que no admite comparación con la de los años 70.

Isaac León Frías

lunes, 21 de diciembre de 2009

Escondido, por Robin Wood



Un texto de Robin Wood sobre Escondido (Caché), de Michael Haneke:

Ha muerto Robin Wood


El viernes 18 murió, a los 78 años, el británico Robin Wood (1931-2009), un crítico de cine esencial.
Fue uno de los mejores exégetas de Ingmar Bergman, Claude Chabrol, Antonioni (con un punto de vista muy polémico sobre su obra), Mizoguchi, Howard Hawks, Ozu, Alfred Hitchcock, Rossellini, Max Ophuls.
Formado en la rica tradición de la crítica idealista y humanista británica encarnada en la figura de F.R. Leavis, al que Wood consideraba un maestro, en los años 70 Wood transformó su punto de vista crítico, al reconocer su identidad homosexual luego de varios años de llevar una vida familiar ortodoxa. Releyó entonces la obra de sus cineastas admirados y les aportó nuevas luces de interpretación desde entradas distintas, siempre radicales, inseparables de su biografía personal. Es interesante la revisión de la obra de Hawks leída desde "sus responsabilidades como crítico gay". Lean al respecto este texto apasionante: http://media.opencultures.net/queer/data/international/gay_film_critic-dyer.pdf
Radicado en Toronto desde hace muchos años, Wood fundó un colectivo de críticos que editaron la revista Cineaction (http://cineaction.ca/), una de las mejores publicaciones sobre cine de los últimos 25 años.
Un gran libro de Wood es Personal Views que, lástima, no ha sido editado en castellano. Otro libro básico es Hollywood from Vietnam to Reagan, que recoge su ensayo The American Nightmare, trabajo seminal sobre el cine de terror de los años setenta. En español se pueden encontrar sus libros sobre Hitchcock (Editorial Era; en la versión original), Bergman, Chabrol, Arthur Penn (en Editorial Fundamentos) y Howard Hawks (en Editorial JC). Los libros sobre Hitchcock y Hawks fueron revisados por el autor en años posteriores.
En lo personal, los libros de Wood sobre Hitchcock y Bergman fueron, junto con las lecturas de la colección de Hablemos de cine, de El lenguaje del cine, de Víctor Perkins, de las críticas de Miguel Marías en la revista española Nuestro Cine, y de ¿Qué es el cine?, de André Bazin, las guías básicas para formar mi afición al cine. Gracias, Robin Wood.
Una entrevista interesante, aquí:
Ricardo Bedoya

Bustamante versus Cordero

En Cinencuentro (http://www.cinencuentro.com/2009/12/18/cine-peruano-2009-godard/#comments) se reproduce un artículo sobre el cine peruano de 2009 escrito por Claudio Cordero en la revista Godard! Inmediatamente, Emilio Bustamante le sale al frente.


Aquí está el artículo de Cordero:


"El año que termina fue contradictorio para el cine peruano. Mejoró respecto del 2008 –un escenario distinto hubiese sido aterrador-, pero sigue mirando con asombro la calidad alcanzada en 2006 con Madeinusa, Chicha tu madre y La prueba. De no ser por el fenómeno de La teta asustada, estrenada en marzo con gran éxito de público y crítica, este balance sería un epitafio. Bienvenida sea la Llosa-dependencia. Ahora podemos afirmar que La teta asustada ganó con toda justicia el Oso de Oro a la uruguaya Gigante, su más tenaz competidora en la Berlinale. Algunos dirán que los europeos cayeron redonditos ante el exotismo tercermundista; otros, que el infantilismo adornado con mutismo –es decir, Gigante- despierta menos entusiasmo al otro lado del Atlántico. Sea como fuera, Claudia Llosa enseñó a los peruanos cómo se siente jugar en las ligas mayores.


La Llosa-dependencia también salvó a Conacine (Consejo Nacional de Cinematografía) del absoluto desprestigio, algo que parece no quitarles el sueño a los promotores de las anecdóticas Cuando el cielo es azul, Django, Un cuerpo desnudo y Una sombra al frente, algunos de los fraudes financiados por este organismo en años anteriores. El crítico de cine no debería sentirse menos disgustado que el espectador común y corriente que este 2009 salió de El premio, Cu4tro y Tarata preguntándose qué diablos hace Conacine con los fondos del Estado. Por supuesto, nos alegra que los cineastas peruanos tengan trabajo, sobre todo si son jóvenes, pero los buenos deseos no pueden tapar el sol con un dedo. Esta vez hay que darle la razón a los espectadores que prefirieron despilfarrar su dinero en dos películas peruanas desvergonzadamente comerciales como Motor y Motivo y El Delfín, pero que no recibieron un centavo del gobierno. A veces, el pueblo sabe más que los expertos.


"El cine peruano está mejorando", el nuevo slogan de Conacine –lanzado en plena fiebre del Oso de Oro-, terminó estrellándose contra la realidad, especialmente cuando Tarata y Cu4tro tuvieron que ser expuestas al escrutinio público. La primera en estrenarse fue Tarata, el segundo largometraje de Fabrizio Aguilar, conocido aquí y en el extranjero por Paloma de Papel (2003), su modesta ópera prima sobre Sendero Luminoso y los niños de la sierra. Con Tarata, Aguilar reincide en el tema del terrorismo, esta vez tomando como pretexto el cruento atentado en la calle Tarata del barrio limeño de Miraflores, ocurrido en 1992 y que costó la vida a 25 personas. Pero Tarata no es una dramatización de los eventos a la manera de Torres Gemelas de Oliver Stone. Eso tiene un lado positivo: se respeta la memoria de las víctimas; y un lado negativo: la película busca desesperadamente un argumento.

Es interesante comparar Tarata con Cu4tro, dos películas aparentemente distintas pero con problemas comunes. Ambos son intentos de cineastas jóvenes por hacer un cine "serio" y "adulto". Los resultados son similares: la solemnidad se apodera de la escena y cualquier conducta deja de ser natural, el sentido común es largamente ignorado y podría especularse que Lima ha sido invadida por autómatas. Los actores de ambas cintas son intercambiables porque ensayan la misma mirada al vacío y un mohín de tristeza y sufrimiento que sólo es interrumpido por arrebatos histéricos –los gritos del personaje de Gisela Valcárcel en Tarata deben ser más traumáticos para su familia que el estruendo de las bombas- o por deseos sexuales incontenibles -Gisela Ponce de León y Miguel Iza se besan en la cocina y antes de que cante un gallo ya están haciendo el amor en Cu4tro-.


A diferencia de Fabrizio Aguilar, los realizadores de Cu4tro –cuatro directores para cuatro cortometrajes ensamblados para la ocasión- tomaron conciencia de algo muy elemental: hacer un largometraje implica un mayor grado de compromiso, tanto intelectual como emocionalmente. Por lo que es comprensible que hayan unido sus fuerzas para sacar adelante una empresa similar a Cuentos Inmorales (1978), la recordada película de episodios donde están los mejores trabajos de Francisco Lombardi y Augusto Tamayo, nuestros cineastas de más larga y discutible trayectoria. Por desgracia, la película sólo vino a confirmar nuestras sospechas: la generación de la antigua Ley del Cine (que funcionó hasta 1994) era más talentosa y preparada que la generación Conacine. La sensación que deja este trabajo es que el mejor espacio para presentar este repertorio de situaciones incómodas era la televisión pública o You Tube. La mortecina Cu4tro sólo cobra vida en la sentida actuación de Vanessa Saba – el capítulo Cuatro de Frank Pérez Garland- y en el retrato compasivo de una pareja de homosexuales –Uno de Sergio Barrio-. El resto deja mucho que desear.

Mención aparte para la que considero la peor película del año sin discriminar lugar de procedencia. Dicho honor está reservado para Máncora, una experiencia francamente miserable que tuvo la osadía de competir en el Festival de Sundance. Dirigida por Ricardo de Montreuil –el mismo de La mujer de mi hermano-, se trata de una coproducción peruano-española que intenta repetir la fórmula de Y tu mamá también: un viaje en carretera por escenarios turísticos y folklóricos, la estimulante presencia de una actriz española (Elsa Pataky) y las calenturas de dos latins lovers (Jason Day y Enrique Murciano). Cualquier posibilidad de diversión es arruinada por un guión errático y azaroso. Pero Máncora abre nuevas puertas al cinismo cuando intenta convertir a su protagonista en un rebelde sin causa, un mártir del sufrimiento que cita Los Heraldos Negros de César Vallejo porque no puede soportar tanto dolor existencial. Usted también querrá darle una paliza a este joven aburrido y sin virtudes.
Como ya comenté líneas más arriba, las únicas películas peruanas que "superaron las expectativas" fueron las "independientes" Motor y Motivo y El Delfín. Motor y Motivo es un musical hecho a mayor gloria del Grupo 5, el conjunto de cumbia más exitoso del momento. Su realización estuvo a cargo de Enrique Chimoy, y contó con la participación de comediantes y modelos de la farándula. Por su parte, El Delfín es el mejor y más costoso filme de animación hecho en el Perú aunque no tiene una sola pizca de originalidad. Ostenta un acabado técnico impecable y un mensaje edificante, cortesía del best seller de Sergio Bambarén. No es casualidad que ambas hayan sido las preferidas del público, aunque eso no sea sinónimo de calidad, desde luego, como ocurrió también el 2008 con el taquillazo de la patética Vidas paralelas, una cinta producida por la Universidad Alas Peruanas (propiedad de la Fuerza Aérea), que condenaba abiertamente a la Comisión de la Verdad y Reconciliación –que examinó la conducta de los militares contra el terrorismo entre 1980 y el 2000- por supuestamente procesar a héroes de guerra como violadores de derechos humanos. Lo más sensato con Motor y Motivo y El Delfín, es no tomárselas en serio.


¿Qué depara el 2010 para el cine peruano? Están pendientes los estrenos de Paraíso de Héctor Gálvez y Contracorriente de Javier Fuentes-León, dos ganadores de Conacine que ya fueron presentados en Venecia y San Sebastián, respectivamente, y con buenas críticas. También es inminente el arribo a la cartelera de Illary de Nilo Pereira, un nuevo drama sobre el terrorismo que fue presentado en el Festival de Lima y obtuvo las peores calificaciones de los críticos de godard! También deben estar listas las nuevas obras de Francisco Lombardi (Ella), Augusto Tamayo (La vigilia) y otros más. Habrá una ración estimable de cine peruano en 2010 pero se extraña la presencia de otras alternativas, películas independientes o marginales que sean el contrapeso al acartonado establishment, nuevas voces que estén más preocupadas en expresarse artísticamente que en competir con las majors. Me rehúso a creer que el sueño de todos los cineastas peruanos es estrenar sus pelìculas sólo en los multicines más fashion de Lima." (http://www.mabuse.cl/columna_semanal.php?id=86419)


Aquí está la respuesta de Emilio Bustamante, enviada como comentario a Cinencuentro:


1. Quiero comentar algunos párrafos del recuento de Claudio Cordero. El autor dice respecto a “Cu4tro” que es:


“una empresa similar a ‘Cuentos Inmorales’ (1978), la recordada película de episodios donde están los mejores trabajos de Francisco Lombardi y Augusto Tamayo, nuestros cineastas de más larga y discutible trayectoria. Por desgracia, la película sólo vino a confirmar nuestras sospechas: la generación de la antigua Ley del Cine (que funcionó hasta 1994) era más talentosa y preparada que la generación Conacine”.


Creo que la conclusión a la que llega Claudio es precipitada y el razonamiento inductivo empleado es falaz. Yo podría comparar a “La teta asustada” de Claudia Llosa y “Días de Santiago” de Josué Méndez con “Nunca más lo juro” de Roberto Bonilla y “La manzanita del diablo” de Federico García, y concluir que la generación de Conacine es infinitamente más talentosa que la de la antigua ley de cine. Razonamiento igualmente falaz. De otro lado, la antigua ley de cine (el decreto ley 19327) rigió hasta 1992, y no hasta 1994.

Dice Claudio, más adelante que:


“las únicas películas peruanas que ‘superaron las expectativas’ fueron las ‘independientes’ ‘Motor y Motivo’ y ‘El Delfín’”.


Habría que precisar qué expectativas fueron las que superaron esas películas. En el caso de “Motor y motivo”, tengo entendido que no superó las expectativas económicas de sus productores, ni las de entretenimiento del público, y mucho menos las artísticas de la crítica.


Ahora bien, pese a haber -según él- superado expectativas, el autor añade que:


“Lo más sensato con ‘Motor y Motivo’ y ‘El Delfín’, es no tomárselas en serio”.

Discrepo. Al contrario, hay que tomarlas en serio pues suponen una postura sobre el cine a realizar en el Perú. Implican una propuesta de cine comercial sin respaldo del Estado, como el mismo Claudio sugiere; y el empleo de convenciones narrativas y de lenguaje audiovisual con las que el público se encuentra familiarizado gracias al consumo de los productos de las majors.


Sin embargo, hay diferencias entre ellas. Mientras “El delfín” (con todas sus limitaciones artísticas y técnicas) busca dar al público un producto de calidad; “Motor y motivo” evidencia con su chapucería una censurable falta de respeto al espectador. De otro lado, a pesar de sus defectos, “Tarata” y “Cua4tro” son películas más arriesgadas, interesantes y respetuosas del espectador que “Motor y motivo”.


Respecto al 2010, Claudio dice que “habrá una ración estimable de cine peruano”, pero, añade:


“se extraña la presencia de otras alternativas, películas independientes o marginales que sean el contrapeso al acartonado establishment, nuevas voces que estén más preocupadas en expresarse artísticamente que en competir con las majors. Me rehúso a creer que el sueño de todos los cineastas peruanos es estrenar sus películas sólo en los multicines más fashion de Lima”.


Al respecto, sería pertinente recordar que hubo películas peruanas “independientes” y “marginales” exhibidas este año en salas alternativas (el cine club de la Universidad Cayetano Heredia y CAFAE), que Claudio no comenta en su recuento. En el cineclub de la Cayetano se pudo ver “Encierro” de Fernando Montenegro, que es de este año. Es más, uno de los programadores de la Cayetano es colaborador de Godard! (Mario Castro Cobos, quien además dirige el blog “La cinefilia no es patriota”, un espacio que promueve ese “otro” cine que Claudio extraña). Pueden sumarse algunos documentales como “Lucanamarca” de Carlos Cárdenas y Héctor Gálvez, “Requecho” de Humberto Saco, y los exhibidos por DocuPerú, incluyendo la última película hasta hoy de Juan Alejandro Ramírez (“Diario del fin”), y las nuevas cintas andinas, varias exhibidas también en Cafae, y algunas amazónicas (la comedia “El perro del hortelano”, por ejemplo, que se pudo ver en el festival “Amo Amazonía”). Además, están los cortometrajes participantes en Filmocorto, Fenaco y el concurso de Conacine (que tampoco considera Claudio en su balance); todos ellos exhibidos en diversas salas, en especial en La Noche de Barranco por iniciativa de “La noche de los cortos”. Y hay también proyectos de este tipo de filmes para el próximo año.


No; el sueño de todos los cineastas peruanos no es estrenar en los multicines fashion ni competir con las majors. Incluso, ni “Tarata” ni “Cu4tro” han pretendido competir con las majors en el sentido más estricto, pues ni la narrativa ni el estilo empleado por esos filmes son los que han estandarizado las grandes producciones norteamericanas. Eso sí, han competido con ellas en buscar y obtener (como lo obtuvieron) un lugar en la cartelera cinematográfica de su país; a lo que, obviamente, tienen derecho. Finalmente, así como el sueño de todos los cineastas peruanos no es estrenar en los multicines fashion, tampoco la labor de todos los críticos peruanos se reduce a comentar los estrenos nacionales en esos multicines."