miércoles, 20 de febrero de 2008

La expiación inconclusa


No basta con decir que es una historia sobre la culpa. Expiación, deseo y pecado (Atonement, 2007) no sólo llama la atención por sus vericuetos argumentales que se basan en la reconstrucción de la memoria y de su posible ficcionalidad. Hace tiempo que no me encontraba con un filme que indague sobre la construcción de lo metatextual y del ejercicio de narrar como evento literario como en esta película inglesa. Y ojo que lo que escribo a continuación puede arruinar la sorpresa de aquellos que aún no han ido a verla.

El filme dirigido por Joe Wright, el mismo de Orgullo y prejuicio, expone no sólo el caso de la consecuencia de una mentira de una púber celosa, sino que desarrolla un juego sobre los imaginarios de los recursos literarios, los extrapola: estamos dentro de la construcción del relato autobiográfico de una escritora (encarnada por Vanessa Redgrave).

Wright enfatiza desde el comienzo del filme que estamos dentro del terreno de la invención: una adolescente escribe en una máquina de escribir su primera obra. El sonido de las teclas va a acompañar diversos momentos de la cinta, fundiéndose con la banda sonora e inclusive sirviendo de sincronización con algunas imágenes (y aquí las teclas van preparando camino al plot point del filme). Entonces, dentro de las reglas del relato, estamos ante personajes que hacen de personajes, que son gobernados por el ojo de una mujer que busca subsanar cuentas con su pasado. No solamente ha escrito una novela sino que plasma el deseo de reelaborar un nuevo pasado y de darle otro sentido.

Los diversos flashbacks, los cambios de puntos de vista, el ritmo narrativo no sólo se convierten en recursos cinematográficos del director sino en reflejo de otro plano: el de la mano que escribe o que pulsa las teclas, de la escritora que está en el deber de redactar un texto desapasionado "sin adjetivos, sin adornos". En este sentido, Atonement apuesta, dentro de su contexto argumental, en convertirse en una narración que no puede ser del todo desdramatizada, por lo que la expiación de la autora se vuelve también un acto fallido. No existe la verdad desnuda, el testimonio descarnado, crudo. El ornamento (entendido como una suerte de subjetivación de la realidad) encuentra espacio, a pesar de que se ha querido prescindir de él. Sí que Christopher Hampton volvió a la carga con este guión pero no tanto Joe Wright.

Me hubiera gustado decir que Expiación es una gran película (la secuencia de la biblioteca es notable), pero estuvo a punto de serlo sino fuera por la segunda parte, que despide un tufillo sentimental muy hollywoodense (sobre todo la secuencia en Dunkerke).

La historia de amor frustrado que se narra en la segunda mitad, si bien no es del todo lograda tiene motivos comunes con diversos filmes ambientados en la segunda guerra mundial, que me recuerda a algunos clásicos, sino fuera por tanto flashback. Un amor inconcluso con fondo bélico no es novedad, sino recordar a Casablanca para ser un poco didáctica, o a Douglas Sirk en
A time to love and a time to die.

Pero más interesante, aunque parezca antojadizo, es relacionar la culpa del personaje de Vanessa Redgrave con la de George en Escondido de Michael Haneke. Si bien la del austriaco trata sobre la negación de la culpa, ambos personajes deben afrontar las consecuencias de actos llevados a cabo durante la niñez o pubertad. Confrontar a la infancia como un periodo donde se está más allá del bien y del mal, como lo dijera el protagonista de Atonement, donde no existe el mayor discernimiento de si se actúa con cordura, sino prácticamente a través de pulsiones o caprichos, y plantearlo como un dilema moral. ¿Son en realidad culpables? ¿Merecían todo ese desprecio? Al menos, sin llegar a ser como Escondido, Expiación, deseo y pecado vuelve a acercarnos a este problema de carácter filosófico, al menos nos asoma, como aquella abeja que quiere salir de la ventana y que invita a la protagonista a ver una nueva realidad e imaginarla.



Mónica Delgado

31 comentarios:

Anónimo dijo...

No te preocupes Monica, aunque no lo digas, Atonement es una gran pelicula

Anónimo dijo...

Dices que te hubiera gustado que Expiacion, deseo y pecado sea una gran pelicula pero que no puedes afirmarlo por culpa de su segunda parte. Sin embargo, tus comentarios explotan su lado mas interesante y lo unico que has logrado es despertar mi interes por verla. Yo creo que si te gusto. La veo y te digo si tenias razón.

Michael

Anónimo dijo...

Quisiera recordarle a mi amiga Mónica que frustrado no es exactamente lo mismo que inconcluso, aunque pueden complementarse. La historia de amor entre Cecilia Tallis y Robbie Turner se frustra por una mentira y permanece inconclusa en la supuesta realidad de la película, pero no en la novela que ha escrito la anciana Briony. No estoy de acuerdo con eso de calificar peyorativamente a la segunda parte de la película como "muy hollywoodense. "Casablanca" es recontra hollywoodense y Douglas Sirk tiene melodramas mucho más sentimentales, hechos también en Hollywood. Que haya un quiebre a partir del estupendo plano secuencia en plena guerra y que a partir de ahí la narración coja otro ritmo, es cosa distinta. De todas formas estoy seguro de que ni Mónica se esperaba ver a Vanessa Redgrave como la anciana Briony al final de la película revelando los tejes y manejes de su fértil imaginación. Además, la puesta en escena de Joe Wright me parece bastante sobria.

Anónimo dijo...

No tiene nada de sobria la puesta en escena de la película, es caligráfica, afectada, puntillista
en exceso. No es una mala película
(los actores en general están muy bien), pero es una clara demostración de ese cine de qualité que apasiona a un crítico como Sebastián Pimentel, quien incluso echa mano a nombres como los de David Lean y Michael Powell.
Por favor, qué tienen que ver Lean
y Powell con Expiación? El inútil
plano-secuencia en en las playas
de Dunkerke ofrece un ejemplo clave
sobre el dispendio expresivo de
esta película sobrevalorada. Jamás
hubo ese dispendio en las películas de Lean y Powell.

Anónimo dijo...

Hola Kiko: Así como frustrado e inconcluso se complementa, considero que tus aportes también complementan mi texto.
No me refería a lo hollywoodense de modo peyorativo, sino que me parece que sin la segunda parte la película no sería una de las favoritas entre los miembros de la Academia. Lo afirmaba en el sentido de su nominación al Oscar. No me refería a una tradición hollywoodense como si fuera un lastre o una desventaja. Pero insisto en que si Wright hubiera manejado el filme con la sutileza de su primera parte, no hubiera terminado en una expiación de su propia dirección.
Mónica Delgado

Anónimo dijo...

Mónica
Resulto mucho peor el remedio que la enfermedad. Tu comentario de la película no solo es confuso y pretencioso de una inteligencia crítica que no tienes como no la tiene Campos, sino que el hecho putrefacto y patético de enmendarle la plana a otro comentarista del mismo blog, no es precisamente un atributo y mucho menos que provenga de una distinguida dama.
Feo, muy feo, Mónica Delgado.
Creer que con frases payasescas y difíciles vas a construir una crítica veraz y reveladora como una tomografía computada me parece risible. Estás en el camino correcto , pero tienes que darte cuenta que recién has transitado el 20%. Finalmente, comparar a Expiación con Escondido y Casablanca, en el contexto que sea, es poco menos que una mutilación de tus precarios conocimientos.

Anónimo dijo...

Señorita Comentarista
Creo que su apreciación o comentario que hace sobre el film Expiación es trivial e incompleto.
Las comparaciones que suele usted realizar me dan la impresión de ser más que burdas mal situadas o mal implementadas. La utilización de palabras intragables como, Pulsiones, Vericuetos, Ficcionalidad, Metatextual, Plot Point, Ornamento, Hollywoodense, reelaborar, entre otras, no ayudan a clarificar ni el contexto y menos el concepto de su opinión sino en volverlo más ténue. Ej; Lo que señala el Señor Kiko Silva es relevante; Frustrado no es lo mismo que Inconcluso. Es decir, pareciera que usted escribiera sobre un plástico y no sobre un papel. Ojo, no quiero ser irrespetuosa ni grosera aunque se lo imagine así. Por lo tanto, me siento atropellada, maltratada y perturbada por un comentario inconexo y desarticulado.
Para terminar, he leído otras notas suyas y me han parecido conmovedoras y muy bien estructuradas. Esta no. A que se debería este cambio tan radical creo que usted tiene la respuesta.
Gladys Campusano

Anónimo dijo...

La crítica que hace usted del film es una explicación de lo que se observa claramente en el mismo.
Yo cuando leo una crítica seria y objetiva espero que la misma me llame la atención teniendo esta que convencerme de alguna situación o escena determinada que yo no haya podido comprender o que se me haya pasado por alto durante el visionado del film.
No encuentro nada de eso en su analisis. Usted me ha vuelto a contar lo que yo ya ví en el Cine.
Lamento esta circunstancia.
Zoila Chuquiruna

Anónimo dijo...

la chica tiene talento pero a veces es arrogante y cree saber demasiado cuando no es así. Se nota en sus escritos, que son el mejor reflejo de la mente que los redacta. Comparto la opinión de los demás.
espero en un futuro mejores análisis de su parte.

Anónimo dijo...

"Yo cuando leo una crítica seria y objetiva espero que la misma me llame la atención teniendo esta que convencerme de alguna situación o escena determinada que yo no haya podido comprender o que se me haya pasado por alto durante el visionado del film".
La pregunta es ¿cómo rediablos hace el crítico para acertar qué fue lo que los demás no entendieron?
Esa visión del crítico como un sacerdote dueño de un poder extrasensorial y de un decodificador de signos, de un tótem ¿no está ya algo desfasada?

Anónimo dijo...

Delgado, parece Ud. un personaje de una película de Woody Allen de los 70s: se ahoga en un intelectualismo vacío. Con "jóvenes" comentaristas como Ud., críticos serios, aunque limitados (no son ningún Gallagher, Marías o Coursodon), como León, Bedoya o De Cárdenas, seguirán perpetuándose.

Anónimo dijo...

Tienen razon. Somos muy ignorantes ante palabras como "metatextual", "vericuetos", "Plot Point", etecé. Por favor, tal vez nos está insultando o tomando el pelo con términos tan confusos (y que seguro huelen mal, pof!!!), porque son palabras que no entendemos. Eso no es "nice". Su texto tiene que entenderlo hasta una descerebrada consumidora de enlatados hollywoodenses como yo.

Atte.

Dina la godard(!)ina

Anónimo dijo...

jajajajaa, qué graciosos los comentaristas.
Si bien la redacción del post es bastante conceptual y de un dominio académico del cine (y la crítica de cine) -pues es un hecho que no se acerca en lo absoluto a un titular de El Trome- tampoco creo que sea un texto intragable. Vamos! cómo no van a saber qué significa ornamento???? vericueto??? pulsiones??? Creo que los redactores del blog, para democratizar un poco más su público y continuar promoviendo el interés y el debate desde el cine, podrían explicar con mayor detalle algunos términos especializados como "plot point" cuando sean usados... y listo! Pero si no dominamos términos básicos como los que ya mencioné... entonces mejor cambiemos de medio y sintonicemos a Brunito Pinasco, él siempre tan simpático y divertido.

Anónimo dijo...

Para el Anonimo de las 21.26 pm
Al genio intelectual y dominador prominente de los términos cinematograficos en vigencia o genuinamente aceptados por la realeza academica de la prosa más sabia de nuestro querido país bananero y tercermundista, tengo que decirle dentro de mi extensa e infertil ignorancia que un 13 a 1 no es normal dentro de un metaforico encuentro futbolistico.
Seguramente Doña Martha Hildebrant es una de tus peores alumnas y indignas representantes de tu inigualable sabiduría y dominio de las palabras tragables. El problema es que el 99% de la población no te entiende a tí y quieres que entienda a la respetable Mariana. Prefiero 100,000 veces a Bruno Pinasco que a tu profusa y compleja inteligencia. Para que complicarse con un literato ejemplar como tu , triste comentarista, si eres, psicoanalíticamente, repulsivo, si tu mente es tan vericueta y el ornamento de la misma es adefeciera. Si te simpatiza tanto Brunito Pinasco anda a buscarlo para que te muestra la billetera.

Anónimo dijo...

El problema es que en el campo de algunos supuestos cinéfilos parece que hay una ignorancia francamente terrorífica. ¿Cómo no entender términos como "pulsión" u "ornamento"?

Si uno revisa los comentarios de blogs literarios, no encuentra esas muestras de ofensiva limitación intelectual, y con esto no digo que necesariamente todo el mundo tenga que ser Marco Aurelio Denegri o algo por el estilo, simplemente que sorprende ver que muchos no entiendan siquiera palabras como ésas.

Nada les cuesta ir a la página de la RAE y averiguar qué significan palabras de uso tan común en la crítica de cine como en la de literatura, artes plásticas o teatro.

Anónimo dijo...

Parece que los amigos o groupies de la srta. Delgado tratan de desviar el blanco de las críticas que varios anónimos han hecho a su texto sobre Expiación: el problema no es el uso (pomposo, de por sí) de cierts términos, sino su desesperada necesidad de demostrar que su mente vuela en una extratósfera intelectual de suma, o casi tortuosa, complejidad. Pero más bien sus esfuerzos sólo revelan una pésima asimilación de algún rancio curso de semiótica.
En Annie Hall, Woody Allen apela a Marshall MacLuhan para que desmienta la disertación de un cretino que ya lo hartó en la cola para entrar a un cine: "Si tan sólo la vida pudiera ser así", culmina ante la cámara. Algo así provoca que ocurra con la srta. Delgado: que alquno de los intelectuales de pelo y medio o medio pelo a los que suele citar en sus escritos, le diga cara a cara que la verborrea barata y la abundancia de referencias "intelectuales" no la hacen de ninguna forma una crítico de cine inteligente.

Anónimo dijo...

Señor Bedoya
Que sucedió con mi comentario.
No quiero pensar que usted no la haya publicado y empiece con el bendito tema de la Censura.
Un anónimo se burla y agravia sarcásticamente a todos llamandolos brutos, y yo me burlo de ese anónimo. Ese es el delito para una censura inaceptable ? No me queda más remedio que reaccionar lógicamente de una manera educada y no repugnante como la suya Sr. Bedoya.

Anónimo dijo...

Un mensaje para el ANONIMO de las 9:18. El tema, estimado Señor o Señorita, no son el valor de las palabras por si mismas o por su significado sino en el contexto de la frase que representa la formación de una idea clara y entendible. Yo no me considero un brillante intelectual pero tampoco soy un ignorante terrorifico. Si usted da a entender que una persona como Marco Antonio Denegri es una luminaria intelectual entonces ya la duda me llama presurosa y me señala que su inteligencia, no la del Señor Denegri, es mucho más elemental que todos los que comentamos en este blog. El hecho de que usted vaya a la Real Academia Española a averiguar el significado de una palabra supuestamente difícil o normalmente utilizada no es absolutamente garantía de nada mucho menos el de revisar algunos blogs literarios. Acá lo que importa es en que contexto la palabra impone o expone cierto significado no lo que significa en sí la misma. Has ta pronto Señor o Señorita ANONIMO.

Anónimo dijo...

Sr. Anónimo.
Si usted se refiere a lo señalado por la Srta. Campusano yo entiendo pefectamente lo que ella quiere transmitir. Lo que parece es que ustedes no la llegan a entender a ella y no es un tema de significado de palabras es simplemento su ubicación dentro de un contexto que ella no entiende porque las palabras están incorrectamente utilizadas.
En lo referente a la RAE usted insiste en el significado de la palabra que puede tener 5, 10 o 15 acepciones diferentes. Se trata de que la palabra aclare al contexto y no viceversa. Yo no creo que la palabra "pulsión" tenga un significado literalmente cinematográfico así como tampoco la palabra "repulsión" . El hecho es que la Srta. Mónica Delgado no ha utilizado la palabra en el momento adecuado o en el contexto adecuado, por eso es que confunde y no se le entiende . Espero que me haya explicado correctamente.
Cordiales Saludos
Luis Degregori

Anónimo dijo...

He posteado algunos de los comentarios anteriores a pesar de no estar convencido de hacerlo. Pero lo hice para que quede en claro el tipo de intervención que les pido evitar.

Si alguien no entiende un término, que lo busque en la inmensa cantidad de diccionarios que abundan en la red o que pregunte el sentido, pero que no ataque al autor atribuyéndole tal o cual actitud. Todos somos ignorantes en determinados campos del conocimiento pero esa ignorancia no da derecho para atribuir conductas supuestas al autor de un texto que no se entiende.

Algún anónimo habla de la repugnante censura que cree que yo ejerzo. Lo siento, pero mi responsabilidad es controlar los desbordes y la mala leche provocadas por la impunidad que da el anonimato. Es cierto que el anonimato es una de las reglas del juego de los blogs, pero eso no da licencia a decir cualquier barbaridad contra alguien.

Anónimo dijo...

No hay ninguna barbaridad, Bedoya, en argumentar que Delgado y otros de sus habituales colaboradores escriben no para acercarse a una película o autor, sino ante todo para demostrar que "saben", que son "intelectuales" a tiempo completo, que son la "inteligenzia" que este país de ignorantes necesita. Hace poco hallé un número de Hablemos de Cine de hace unos 35 años donde Ud. publicó una crítica a Sleuth, de Mankiewicz, cuyo sólo recuerdo debe hacerlo morir de vergüenza. Haciendo cálculos, ud. apenas bordeaba los veinte en ese entonces. Pecado de adolescencia el querer demostrar estar al tanto de todos los estudios semiológicos de aquellos años, ser inteligente, ser el traductor peruano del pensamiento analítico francés. Ahora, tanto tiempo después, la srta. Delgado y otros de sus colaboradores no tienen la disculpa de la edad (todos deben tener más de 30 años), y de la proximidad de las publicaciones de teóricos franceses (Metz a la cabeza), que entonces aún no podían ser asimiladas del todo y puestas en su verdadero lugar. No hay ninguna mala leche en plantear que la srta. Delgado et al tienen poco que hacer en el campo de la crítica de cine, de la reflexión intelectual, al menos mientras no ordenen conceptos que no tienen bien asimilados y que, en la mayoría de los casos, no son pertinentes en el análisis de una película o autor. La única mala leche proviene de Ud., que de forma tal vez inconsciente tiene la necesidad de rodearse de clones del Bedoya que críticaba Sleuth para parecer más equilibrado y acucioso de lo que en realidad es, o mejor dicho, el Bedoya que quiere ser ahora.

Anónimo dijo...

"Tu anónimo de las 9 y 18"

Me aluden en algunos anónimos. Vamos por partes y cucharadas.

He leído rápidamente, sólo una vez, el texto en cuestión, y no me parece haber encontrado palabras en contextos equivocados o con alguna acepción errada. Por ello, sólo es factible que algunos hayan entendido cosas que no son, o no hayan entendido nada, si es que desconocen el significado de ciertas palabras. No obstante, ¿alguien ha explicado con claridad en qué consisten esos usos inadecuados o descontextualizados –o el “intelectualismo vacío”- en la crítica de Delgado? Nadie.

El editor de este blog dice que censura comentarios agraviantes o con mala leche. Pienso que también debe censurar los comentarios lanzados sin sustento o que revelan un desconocimiento extremo. Todo esto es tan o más ofensivo que lo otro, porque, como dice mi abuela, “la ignorancia es atrevida”.

Por eso, sugiero un "MATABURRO" virtual para aquellos que tengan algo de alergia a las publicaciones en papel:

http://www.rae.es

Hay muestras reales de problemas de comprensión de lectura en quienes escriben ciertos comentarios:

“Si usted da a entender que una persona como Marco Antonio Denegri es una luminaria intelectual entonces ya la duda me llama presurosa y me señala que su inteligencia, no la del Señor Denegri, es mucho más elemental que todos los que comentamos en este blog”.

¿En mi comentario digo de manera explícita o implícita algo semejante? Si leen el párrafo, lo que afirmo en otras palabras es que no hay que tener el conocimiento semántico amplio del Sr. Denegri para entender lo escrito por Delgado. "Tu anónimo de las 9 y 16" redactó lo siguiente:

“con esto no digo que necesariamente todo el mundo tenga que ser Marco Aurelio Denegri o algo por el estilo, simplemente que sorprende ver que muchos no entiendan siquiera palabras como ésas”.

Mi referencia a Denegri, como se nota en el párrafo, es por el conocimiento del significado de las palabras que él posee. Eso, no quita que sus críticas literarias, y de otro tipo, sean un soberano chiste.

Con aquella afirmación, Sr. O Sra. Anónima, Ud. consolida lo que asevero sobre las lecturas terroríficas que se encuentran en uno que otro comentario. Ud. me ha hecho sentir serios escalofríos.

c) Otro ejemplo del mismo problema. Alguien dice que la palabra “pulsión” no “tiene un significado literalmente cinematográfico”. ¿Alguien lo ha dicho? Tal vez alude a que afirmo que es una palabra frecuentemente utilizada en diversos ámbitos de de la crítica en general. Pero bueno, basta tener primaria completa para saber que lo que dice ese señor no tiene nada que ver con lo que se expone en mi texto. La palabra “pulsión”, extraída del psicoanálisis, se ha empleado muchas veces en textos que se aproximan al cine, desde la ensayística propiamente psicoanalítica (¿en muchos casos no se ha hablado de la mezcla de “pulsiones eróticas y tanáticas” en filmes como “El imperio de los sentidos”?) hasta la propia crítica de cine en sí. Recuerdo haber leído una crítica de Emilio Bustamante sobre una cinta de Tim Burton utilizando el término “pulsión” en la revista “La Gran Ilusión”, así como en otras. En ese sentido, llama poderosamente la atención que alguien se refiera a la palabra “pulsión” como término usado con sorpresiva arrogancia intelectual, cuando se emplea en textos sobre cine desde hace varias décadas.

No soy ni me considero un gran intelectual, pero eso no deja de lado la necesidad de aclarar las cosas bárbaras que se encuentran en algunos "comments".

Anónimo dijo...

Al anónimo de las 8.20. No me averguenzo de la crítica de Sleuth, como no me averguenzo de lo que pensaba y sentía a mis 19 años. Esa película me entusiasmó entonces tanto como en las 5 o seis veces que la vi en los años siguientes. Tal vez vez fui oscuro, torpe, inexperto, confuso o lo que fuere al defenderla pero semiológico y metziano no creo que fuese; esa varicela provocó alguna fiebre pero nunca causó estragos en mi.

Después de leer su mensaje lo único que me provoca es volver a ver la película para comprobar si me sigue gustando y hasta tal vez se despierte el metziano dormido que debe estar por allí.

Anónimo dijo...

Nadie refuta con planteamientos racionales lo propuesto por Delgado. Más bien, la tratan como una pobre muchacha que requiere de mayor preparación. ¡Qúé pena!

Todo este entrevero no hace sino confirmar los niveles de resentimiento y complejos que se viven en Lima. Estamos enfermos.
Y digo resentimiento porque cuando una persona menciona una fuente en algún texto de opinión, lo único que desea es compartir esa referencia, provocar con humildad en los lectores esa inquietud que los lleve a buscar ese autor para generar comentario. Pero no. Los complejos pueden más. Eso somos los peruanos.

Anónimo dijo...

No critico el uso de palabras "difíciles" (para eso es el diccionario, cierto) ni puedo negar que la señorita Delgado tiene una idea de lo que es la crítica de cine. He dicho una idea, ojo. Pero un retrato muchas veces dice más del retratista que del retratado y éste es el caso. No es la primera vez que la señorita demuestra sus ganas de decirnos todos los libros que conoce. Alguien ha mencionado a Emilio Bustamante. Ese señor es un ejemplo de claridad expositiva cuando escribe porque no antepone su persona al objeto de análisis y sus análisis suelen ser muy profundos. Eso es toda una lección: escribir de manera sencilla es lo más difícil porque se requiere humildad. Aquí una analogía: Hitchcock decía que la labor de un director de cine es clarificar y simplicar (lo que no significa hacer algo simplón). Saludos

Anónimo dijo...

Siempre leo las críticas de los señores que escriben en este blog, en tal sentido me parecen críticas interesantes y en cierta medida objetivas, pero a raiz de esta polémica que surgió entre el Sr. Bedoya y los charlatanes de Godard, es importante que los críticos tradicionales y sus discípulos se hagan una autocrítica en el sentido del porqué la crítica de cine, sobre todo las que ustedes realizan no son tan difundidas.Si hay un motivo por el cual la crítica de cine no es tan difundida es en parte a la actitud de cierto grupo de críticos, tipo Bedoya, León, etc., que no buscan y tampoco les interesa buscar una forma con la cual se puedan conectar con la masa (en referencia a toda la gente que siente mucha atracción por el cine), por el contrario les genera un placer enfermizo el revolcarse en su pseudointelectualidad camuflándose en un "uso correcto del idioma" (esto fue escrito en una entrada antigua en este blog), yo no veo más que alarde de lo poco que saben y solo reflejan su carácter elitista. Sería bueno que demuestren inteligencia planteando críticas más accesibles y muestren un cambio. Gracias.

Anónimo dijo...

Se ha mencionado a Emilio Bustamante y yo quiero preguntar
porqué Bustamante, muy cercano a
Bedoya y León, como que ha compartido con ellos su participación en más de una revista, no escribe en este blog.

Anónimo dijo...

Ja jaja... O sea, a la crítica de cine se le pide lo que no se le pide a la crítica literaria o de arte: extrema claridad, absoluta transparencia... por qué?

Anónimo dijo...

Sleuth es un peliculón. Y yo al igual que Bedoya creo que no se debe arrepentir por lo escrito hace años. Puede no ser ya "su verdad" actual, pero lo fue en su momento.

EL ADVERSARIO dijo...

Es una gran pelicula Monica. Sorry.

Anónimo dijo...

ES PATETICO QUE TODOS CRITIQUEN LA CRITICA Y QUE NADIE SEA CAPAZ DE ELABORAR UNA PROPIA