jueves, 15 de marzo de 2007

Ochenta años después... la censura


La reciente interdicción, en Chile, de la teleserie Epopeya, por “razones de Estado”, nos recuerda un episodio similar ocurrido en el Perú hace más de ochenta años, en 1926, cuando se prohibió el largometraje Páginas heroicas, el segundo filme argumental de larga duración producido en el Perú.

Corrían los días del Oncenio, o de la Patria Nueva, como llamaban sus seguidores al régimen del segundo mandato de Augusto B. Leguía (1919-1930). Hasta entonces, en el Perú sólo se había realizado un largometraje de ficción, Camino de la venganza, dirigido por Luis S. Ugarte y Narciso Rada, y estrenado en julio de 1922.

Páginas heroicas se rodó por iniciativa de la empresa productora Atahualpa Films, una sociedad formada en Lima, en marzo de 1925, por José M. Román y el abogado José A. Carvalho, que aportaron un capital de 1,500 libras peruanas para editar "películas cinematográficas en general" y realizar "todo negocio relativo a la explotación de la cinematografía", según consta en la ficha del registro societario de Lima.

Formada la empresa productora, los socios se lanzaron al rodaje de Páginas heroicas, aprovechando el clima de efervescencia nacionalista generado por las expectativas de resolver los problemas territoriales con Chile, pendientes desde el fin de la Guerra del Pacífico. Por entonces, se había incumplido la realización del plebiscito que debía decidir el futuro de las provincias peruanas que quedaron en poder de Chile al acabar la guerra. Ello trajo consigo un clima de pasiones exaltadas de los que dio cuenta el proyecto de Páginas heroicas, concebido y dirigido por el propio Carvalho.

La publicidad de la época resumió el argumento de la película peruana, consignando las siguientes informaciones: durante la Guerra del Pacífico, un grupo de mujeres peruanas cumple tareas piadosas en el frente de batalla. Asisten a los heridos en los "hospitales de sangre", pero el enemigo chileno no respeta las convenciones de guerra y "repasa" a los heridos en la batalla de Huamachuco.

Páginas heroicas estuvo lista para estrenarse a fines de 1926, en un momento en que la diplomacia negociadora había comenzado a actuar para resolver los problemas. Las “razones de Estado” obligaban a mantener discreción y prudencia en el tratamiento del tema de los límites con Chile. En ese contexto, la exaltación nacionalista, el discurso revanchista y el fervor chauvinista de Páginas heroicas resultaban contraproducentes. Por eso, la censura oficial llegó de inmediato.

En el Orden del Día del Acta de la Sesión de la Junta de Censura realizada el 18 de diciembre de 1926, según la publicó el diario El Tiempo, se lee lo siguiente:

"Se declaró sin lugar la reconsideración de la Empresa Cinematográfica Mundial (razón social de la empresa distribuidora y exhibidora) sobre el pase para la exhibición de la película Páginas Heroicas, con el siguiente acuerdo: Atendiendo a que no ha sido aún definitivamente resuelto el problema internacional del sur; a que el éxito hasta hoy alcanzado se debe en buena parte a la serena entereza con que la nación y sus representantes han mantenido la justicia de nuestros derechos, a que esta actitud digna y tranquila, de que nuestras delegaciones dieron ejemplo no debe, por ahora, ser transmutada por la sugestión gráfica de una película cinematográfica de opuesta tendencia. A que los intereses mercantiles de la empresa Atahualpa Films por muy respetables que sean, deben supeditarse a los sagrados intereses de la patria. A que en ocasión anterior se prohibió la exhibición de una Revista del Ejército Chileno, la Junta censora decide suspender la exhibición de la película Páginas Heroicas en tanto no se haya liquidado la actual situación internacional a que alude el primer considerando, debiéndose, llegado el momento, ser sometida nuevamente dicha película a la Junta para su revisión, exonerándosele, por ahora, del pago de derechos de censura".

Fue la prohibición definitiva de la película, que nunca llegó a ser exhibida en público.

La prensa de la época sólo publicó algunas protestas por la prohibición, como ésta, firmada por Juan Franco y aparecida en una edición de la revista Cinegrama, de 1927:

"... por desgracia la Junta Censora ha equivocado lamentablemente su función. Una labor de selección en que debía primar sobre todo la consideración artística y justificadamente esperada, de la capacidad intelectual de los componentes de la junta. Tres son las principales armas que usan con ensañamiento inexplicable la junta censora: la prohibición, tal o cuál película no debe exhibirse por tres o cuatro razones carentes en absoluto de fundamentos razonables, como en el caso de Páginas heroicas; la tijera, con la cual cortan escenas; la clasificación que no sabemos con qué criterios se realiza(...)."

No se conoce ninguna copia o el paradero de los negativos de Páginas heroicas, película víctima de razones de Estado similares a las que ahora se esgrimen contra una serie televisiva chilena en su propio país.

Ricardo Bedoya

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cual censura? Los paises tiene el derecho de decidir sobre las imagenes que van a significar su histora y su pasado. Si los chilenos las paran es porque creen que esas pueden desfigurar su prestigio o darle problemas, ademàs que no es lo mismo el cine que la television ya que esta llega a todos.

Anónimo dijo...

Juan Gargurevich, el historiador de la prensa peruana ha publicado un buen articulo en el que condena la censura en todo lugar