Esta es la versión extendida del texto preparado por Isaac León Frías para el catálogo publicado por el Festival de Lima en homenaje a Isabelle Huppert.
Nacida en 1953 y con cerca de 100 películas hasta la fecha, Isabelle Huppert es desde hace ya muchos años una de las mejores actrices del cine mundial y este no es un elogio, es simplemente la comprobaciónde un hecho indiscutible. Más aún, Huppert no precisa de la versatilidad o los recursos de otros intérpretes.
Basta un pequeño cambio en la mirada o el gesto, una apenas perceptible modificación en la postura o en el andar para que el carácter del personaje sea otro. Y así, con frecuencia, la actriz parece repetir un mismo rol, pero no es así y basta seguir las incidencias del relato en cuestión para que se advierta la diferencia. Pocos intérpretes, en tal sentido, han logrado dosificar de ese modo, sin mayores alteraciones en su apariencia, un juego de variaciones mínimas que le permiten conformar personajes con rasgos propios y con frecuencia irrepetibles.
Por otra parte, Huppert se aparta del modelo de la estrella tradicional. Ni sus características físicas (noes especialmente llamativa ni tiene el sex appeal habitual) ni un maquillaje que levante sus facciones le otorgan el estatus de una Catherine Deneuve, por ejemplo. Sin embargo, posee ese magnetismo propio de los grandes intérpretes, unido a un atractivo que a veces se carga de una acusada sensualidad para bien o para mal. Isabelle Huppert puede ser la Madame Bovary, de Claude Chabrol, pero también la asesina de La ceremonia, del mismo Chabrol, o La profesora de piano, de Michael Haneke, en la que ejecuta el sórdido rol de una autodestructiva.
La actriz homenajeada ha sido dirigida por varios de los mejores realizadores del cine francés y de otros países. Entre los primeros, además de Chabrol (su director más constante) están Jean-Luc Godard, Bertrand Tavernier, Benoit Jacquot, Maurice Pialat, André Techiné, Jacques Doillon...Entre los otros, además del germano-austriaco Haneke, los norteamericanos Michael Cimino y Hal Hartley, los italianos Marco Ferreri y Paolo y Vittorio Taviani, el chileno Raul Ruiz, el suizo Claude Goretta, la húngara Marta Mezsaros, el alemán Werner Schroeter... En realidad, para cualquier director de talento y también para los otros, la presencia de Huppert constituye de por sí un plus para la película y por cierto la garantía de que si todo lo demás falla al menos la actuación de Isabelle no desmerece.
Afortunadamente, la actriz ha sabido a lo largo de su carrera escoger bien a sus directores. Es una suerte y una oportunidad única poder tenerla entre nosotros durante el Festival.
Isaac León Frías
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