GIGANTE
Adrián Biniez ratifica las posibilidades emocionantes de la comedia romántica. Para ello administra las situaciones graves así como las derivas sentimentales de sus personajes, en medio de torrentes platónicos y divertidos. Gigante no precisa de una mirada realista ni de metáforas. Le basta el amor puro, el cariño y la compasión de sus personajes, el enorme Jara (Horacio Camandule) y la empleada de limpieza del supermercado (Leonor Svarcas), consolidados por Biniez a partir de encuadres fijos, naturales, que los insumen en sus carismas silenciosos, físicos y emotivos. Este es un filme servido con nobleza, con ánimo templado y con las suficientes dosis de voyeurismo que conectan tan bien con el auditorio. Gratificante pero no estúpida Gigante es una cinta recomendable aunque menos sustantiva que La teta asustada, a tenor de la última premiación en Berlín.
LA NANA (en la foto)
Agradable sorpresa en la programación del Festival de Lima, La nana de Sebastián Silva debe ser la mejor película chilena del quinquenio junto a Días de campo de Raoul Ruiz. También es una nueva demostración del poder y la solvencia que otorgan la cultura y la erudición cinematográficas. Apostamos que Silva conoce El sirviente de Joseph Losey y ha visto previamente todo ese universo de películas maravillosas que abordan el tema de la servidumbre. Esta también es una comedia dramática, bastante tensa como el personaje de Raquel (la Nana), estupendamente bien actuado por Catalina Saavedra, que logra vencer sus antipatías iniciales hacia otras nanas como ella; sus conflictos y sus patologías físicas y conductuales, construyendo una amistad liberadora con la risueña Lucy (Mariana Loyola) la doméstica que la reconcilia con la vida y con la familia de clase acomodada que tanto la aprecia. Una de nuestras favoritas al momento del reparto de los premios.
LÍNEA DE PASE
El brasileño Walter Salles es un director incurso en grandes proyectos cinematográficos, tan distintos como Estación central, Diarios de motocicleta, Detrás del sol, París, je t´aime o Dark Water. Pero su solvencia en recursos y sus importantes contactos en el mundo de la producción contrastan con su impersonalidad como cineasta. Creemos, no obstante, que Línea de pase debe ser su mejor película a tenor de la solidez del guión y de la instrumentalización de la técnica cinematográfica.
Adrián Biniez ratifica las posibilidades emocionantes de la comedia romántica. Para ello administra las situaciones graves así como las derivas sentimentales de sus personajes, en medio de torrentes platónicos y divertidos. Gigante no precisa de una mirada realista ni de metáforas. Le basta el amor puro, el cariño y la compasión de sus personajes, el enorme Jara (Horacio Camandule) y la empleada de limpieza del supermercado (Leonor Svarcas), consolidados por Biniez a partir de encuadres fijos, naturales, que los insumen en sus carismas silenciosos, físicos y emotivos. Este es un filme servido con nobleza, con ánimo templado y con las suficientes dosis de voyeurismo que conectan tan bien con el auditorio. Gratificante pero no estúpida Gigante es una cinta recomendable aunque menos sustantiva que La teta asustada, a tenor de la última premiación en Berlín.
LA NANA (en la foto)
Agradable sorpresa en la programación del Festival de Lima, La nana de Sebastián Silva debe ser la mejor película chilena del quinquenio junto a Días de campo de Raoul Ruiz. También es una nueva demostración del poder y la solvencia que otorgan la cultura y la erudición cinematográficas. Apostamos que Silva conoce El sirviente de Joseph Losey y ha visto previamente todo ese universo de películas maravillosas que abordan el tema de la servidumbre. Esta también es una comedia dramática, bastante tensa como el personaje de Raquel (la Nana), estupendamente bien actuado por Catalina Saavedra, que logra vencer sus antipatías iniciales hacia otras nanas como ella; sus conflictos y sus patologías físicas y conductuales, construyendo una amistad liberadora con la risueña Lucy (Mariana Loyola) la doméstica que la reconcilia con la vida y con la familia de clase acomodada que tanto la aprecia. Una de nuestras favoritas al momento del reparto de los premios.
LÍNEA DE PASE
El brasileño Walter Salles es un director incurso en grandes proyectos cinematográficos, tan distintos como Estación central, Diarios de motocicleta, Detrás del sol, París, je t´aime o Dark Water. Pero su solvencia en recursos y sus importantes contactos en el mundo de la producción contrastan con su impersonalidad como cineasta. Creemos, no obstante, que Línea de pase debe ser su mejor película a tenor de la solidez del guión y de la instrumentalización de la técnica cinematográfica.
Programada en la sección “Presentaciones especiales”, Línea de pase es un drama que se desarrolla en los recodos más pobres de Sao Paulo, donde vive una madre soltera y sus cuatro hijos jóvenes –todos de padre distinto y desconocido- sobrellevando una existencia que material y emocionalmente adolece de calidad. Un hijo futbolista que por su “individualismo” no puede engancharse en un club importante; un hijo mensajero en moto que vuelve a robar al paso para mantener a su esposa e hijo; otro converso al evangelismo que no puede dar el giro necesario a su vida; y el menor, inseguro del amor de la madre, sale todos los días a la calle a la búsqueda de su padre ausente, de quien sólo sabe que está empleado como chofer de autobús. El trabajo de edición es supremo al igual que la fotografía grisácea y las actuaciones. Lejos del miserabilismo trillado, esta cinta puede interesar por encima de sus defectos.
HUACHO
Otra interesantísima película chilena. Huacho de Alejandro Fernández Almendras se encuadra en una jornada en la vida de los integrantes de una familia campesina del sur de Chile. La abuela, la madre, el hijo y el abuelo son mostrados en sus excursiones por el mundo urbano que los arrincona, los discrimina, los vuelve solitarios y se retroalimenta de ellos: a la vera del camino en un puesto de venta; en un trabajo exigente; en la escuela primaria o en las faenas agropecuarias. Con una influencia palmaria de Jia Zhang Ke y de Ermanno Olmi, Huacho necesita exhibirse en el Perú con subtítulos para comprenderla mejor. Y dar fe de su éxito en Cannes 2009.
EXCURSIONES
Ezequiel Acuña es uno de los grandes directores del cine argentino actual. Luego de Nadar solo y de Como un avión estrellado, Acuña ha presentado al mundo Excursiones un retrato de amistad juvenil, ligero, barrial, lleno de sentimiento y de tensión a la vez. Que va de la comedia al drama melancólico, retomando los personajes de su cortometraje Rocío (2000), Marcos y Martín, ex compañeros de escuela y grandes amigos que dejaron de verse por diez años. Los amigos se han reencontrado y se apoyan en los ensayos de un unipersonal para teatro. Entonces el registro en blanco y negro de esas excursiones humanas, le confieren a la película una textura casual, que la música maravillosa resalta mejor en cada situación, desplazamiento o revelación. Este relato minimalista y poético es una de las presencias importantes en la competencia oficial, en el contexto de un año en el que los grandes nombres del cine latinoamericano (Martel, Reygadas, Trapero, Alonso, Caetano, Escalante) están ausentes por encontrarse perfilando y/o factibilizando sus proyectos para el 2010.
Óscar Contreras
HUACHO
Otra interesantísima película chilena. Huacho de Alejandro Fernández Almendras se encuadra en una jornada en la vida de los integrantes de una familia campesina del sur de Chile. La abuela, la madre, el hijo y el abuelo son mostrados en sus excursiones por el mundo urbano que los arrincona, los discrimina, los vuelve solitarios y se retroalimenta de ellos: a la vera del camino en un puesto de venta; en un trabajo exigente; en la escuela primaria o en las faenas agropecuarias. Con una influencia palmaria de Jia Zhang Ke y de Ermanno Olmi, Huacho necesita exhibirse en el Perú con subtítulos para comprenderla mejor. Y dar fe de su éxito en Cannes 2009.
EXCURSIONES
Ezequiel Acuña es uno de los grandes directores del cine argentino actual. Luego de Nadar solo y de Como un avión estrellado, Acuña ha presentado al mundo Excursiones un retrato de amistad juvenil, ligero, barrial, lleno de sentimiento y de tensión a la vez. Que va de la comedia al drama melancólico, retomando los personajes de su cortometraje Rocío (2000), Marcos y Martín, ex compañeros de escuela y grandes amigos que dejaron de verse por diez años. Los amigos se han reencontrado y se apoyan en los ensayos de un unipersonal para teatro. Entonces el registro en blanco y negro de esas excursiones humanas, le confieren a la película una textura casual, que la música maravillosa resalta mejor en cada situación, desplazamiento o revelación. Este relato minimalista y poético es una de las presencias importantes en la competencia oficial, en el contexto de un año en el que los grandes nombres del cine latinoamericano (Martel, Reygadas, Trapero, Alonso, Caetano, Escalante) están ausentes por encontrarse perfilando y/o factibilizando sus proyectos para el 2010.
Óscar Contreras
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