Decepcionantes "La puta" (The Slut) y "Mi pequeña princesa", dos de las películas de la reciente Semana de la Crítica del Festival de Cannes.
Ambas empiezan bien y prometen en los primeros minutos. "La puta" como retrato de un personaje llevado por sus impulsos y de un mundo rural en el que la animalidad se confunde y se prolonga en los comportamientos humanos. "Mi pequeña princesa" como acercamiento a una infancia expropiada, violada y forzada por las fotografías de una madre monstruosa y excéntrica, inocente y malvada a la vez. En este caso, con acentos autobiográficos pues la directora Eva Ionesco fue la protagonista de fotos similares tomadas por su madre.
Pero con ellas ocurre algo similar: en el transcurso, el punto de vista de la acción se extravía, el centro dramático se pierde, las situaciones se reiteran, la narración se estanca, todo deviene desarticulado y anecdótico y el interés se extingue.
Quedan, por cierto, algunas cosas apreciables. En "La puta", sin duda, la capacidad del encuadre para descubrir el paisaje y hallar en él las marcas de lo primitivo y lo pulsional. La imagen del caballo atropellado al inicio de la película resulta insuperable en todo el metraje que sigue. Un interés adicional que no es mérito de la película: la proyección en el sistema DCP (Digital Cinema Package) en la sala 6 del Cineplanet Alcázar. ¿Quién duda que el futuro es digital?
En "Mi pequeña princesa" destaca la actación de Isabelle Huppert que aporta los matices y la ambiguedad que sustenta la ausencia de una mirada moralizadora sobre el personaje de la madre y su mirada perversa. Pero también es un logro el universo kitsch del pequeño y encerrado mundo de fantasías principescas de la fotógrafa, así como el clima de las secuencias del trabajo en Inglaterra, con su recreación entre romántica, gótica, decadente y post punck. Anamaria Vartolomei, que encarna a la niña modelo, es una presencia que condensa los fantasmas de Dietrich y de Lewis Carroll.
Otra película de la Semana de la Crítica es "Las mujeres son héroes", que tiene más de catálogo chic y globalizado sobre la miseria y la explotación de la mujer que de documental que aporte y ofrezca vías nuevas. Las secuencias brasileñas son expresión de una mirada exterior, fotográfica, cosmética: la pobreza en "fast forward" y focal corta, como si si fuese obligado pagar tributo a la estética de "Ciudad de Dios".
Ricardo Bedoya
Ricardo Bedoya
8 comentarios:
Súper vulgar la traducción Sr. Bedoya. Ya se está pareciendo a Oswaldo Cattone. Traducciones correctas de "The slut" serían: "La buscona", "La suelta", "La perdida". La película no se llama "The whore" a la que sí correspondería "La puta" como traducción. Por favor, corregir.
Saludos.
No tengo nada que corregir. Si usted prefiere un término como "la suelta" a "la puta" es su problema.
Por otro lado, el título que aparece en la traducción de los créditos de la película proyectada en Lima es La puta. Si se hubiese dado el trabajo de verla, lo habría comprobado. Y Cattone no creo que haya sido el responsable de la traducción internacional de los créditos y subtítulos de la cinta.
Por otro lado, debo decirle que puta me parece un término conceptual y fonéticamente más atractivo y preciso que suelta, buscona o perdida, que son los eufemismos ajenos a la "vulgaridad" que usted sugiere.
En todo caso, para no avalar la vulgaridad, debió limitarse a referirse a la cinta con el título original de "The slut", que es con el que estuvo anunciada en todos los listines y la programación oficial del festival y no lanzarse con traducciones antojadizas y ordinarias.
Saludos.
Respuesta al comentario anterior.
Lo siento, pero el título taducido en la copia de la película es La puta. Así se llama en español.
Por otro lado, no encuentro ninguna vulgaridad en ese término. Es más, lo encuentro sonoro y preciso. Lo vulgar (y equívoco), más bien, es tratar de encontrar eufemismos que no dicen nada, como "La suelta".
Qué raro porque en los listines y en la programación oficial del festival nunca la ví anunciada con el grotesto título de "La puta"; sino sencillamente con el original. ¿Y qué tiene de malo "La suelta"? En Chile se usa mucho.
Saludos.
Otra respuesta sobre La puta.
Es usted persistente, señor Carlos, para tratar de negar lo evidente. La pelìcula se llama La puta. Si no lo cree, pregunte a las màs de 400 personas que la vieron proyectada con ese título.
Pero lo que de verdad me parece muy gracioso es su obstinaciòn en asociar el tèrmino "puta" con lo grotesco y lo vulgar. Puta es una palabra castísima, muy usada en la literatura clàsica española. Es una palabra sonora y hasta bella.
Don Francisco de Quevedo escribió:
"Puto es el hombre que de putas fía,
y puto el que sus gustos apetece;
puto es el estipendio que se ofrece
en pago de su puta compañía.
Puto es el gusto, y puta la alegría
que el rato putaril nos encarece;
y yo diré que es puto a quien parece que no sois puta vos, señora mía.
Mas llámenme a mí puto enamorado,
si al cabo para puta no os dejare;
y como puto muera yo quemado,
si de otras tales putas me pagare;
porque las putas graves son costosas,
y las putillas viles, afrentosas.
Quevedo)
Pero no sòlo eso. El Diccionario Larousse inglés-español traduce el tèrmino como Marrana y ramera (¿prefiere usted el uso de esos tèrminos?)
El Diccionario Reverso (lo puede consultar aquí: http://diccionario.reverso.net/ingles-espanol/slut) traduce slut como "puta", "marrana", "guarra"
Es decir, no sòlo la traducciòn de slut es perfecta como "puta", sino que el título español elige ese término de modo adecuado.
Y si piensa que el sonoro "puta" es una palabra vulgar, ¿cómo traduciría usted el título de la película de Jean Eustache, La maman et la putain, o el de La putain respecteuse, de Jean Paul Sartre? ¿Acaso como La mamà y la suelta o como La suelta respetuosa?
Ricardo Bedoya
Y usted es obstinado con el tema de "La suelta". ¿No le presenté otros sinónimos?
En el caso de "La maman et la putain" es obvio que la traducción es "La madre y la puta". Como le dije en mi primer post la película debería llamarse "La puta" en español si su título original fuera "The whore", pero no lo es. A eso me refiero. Y ¿me va a decir que los subtituladores nunca se han equivocado?
Y una última cuestión que persiste en no responder, ¿por qué simplemente no se refirió a ella con el titulo con el que fue anunciada en los listines y programación oficial del Festival: "The slut"? Así se daría por finalizada esta polémica.
Saludos cordiales.
Pocas veces me he divertido tanto respondiendo los comentarios de este blog. Estimado señor Carlos, su obsesión denegatoria por una palabra es digna de mejor causa y resulta preocupante.
Le contesto brevemente: Llamo y seguiré llamando La puta a esa película porque es su nombre en español; porque no creo que sea un término vulgar; porque me parece una palabra perfecta, justa, redonda y de prosapia clásica como lo demuestra su uso literario desde hace siglos.
¿Por qué usar "la suelta"? Suelta es algo que ha dejado sus ataduras. No tiene nada que ver con el comportamiento sexual al que alude la película.
¿Perdida? Perdido quiere decir extraviado. Caperucita roja, por ejemplo, se pierda en el bosque. Hansel y Gretel, también.
¿Buscona? ¿Qué búsqueda oscura realiza? ¿Una fortuna ilegal, un tesoro ajeno, una víctima?
Los eufemismos que usted propone no van, no cuadran, son propios de una forma de hablar imprecisa. Tienen algo de Tartufo.
¿Por qué tendría que llamar "Los que hurtan bicicletas" o "Los cacos de bicicletas", o "Los amigos de las bicicletas ajenas" para referirme a Ladri di biciclette, un clásico del cine que designa una actividad que, de pronto, resulta vulgar para alguien.
Ahora bien, si se trata de sustituir el término "puta", entonces bien podrían usarse los términos que indica el diccionario que referí en un comentario anterior: Guarra, marrana.
¿Prefiere usted que se llame La marrana o la guarra en vez de la puta?
Nadie me va a convencer que el término puta es vulgar. No lo es. Me parece de una sonoridad muy contundente y hasta bella. Y designa un concepto que es básico en la película. Los subtituladores no cometieron ningún error como lo demuestran los diccionarios. Hicieron lo correcto. Llamaron a las cosas por su nombre.
Un último pero importante detalle: usted no ha visto la película y no tiene idea de a qué se refiere el título.
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