Sin duda, la proyección digital está recuperando la vieja tradición del “reestreno”, perdida desde que se inició la era de los videocasetes, a fines de la década de los años setenta. Ahora, gracias al DCP, podemos celebrar la programación de "Pulp Fiction" en pantalla grande una vez más.
Pero el asunto también tiene sus bemoles, al menos por ahora.
Me entero que un distribuidor nacional quiso adquirir "Amour", de Michael Haneke. El proveedor internacional le ofreció únicamente copias en DCP ya que, al parecer, carece de copias en fílmico.
Luego de hacer sumas y restas, el distribuidor nacional se desanimó de adquirir la película de Haneke. ¿Las razones?
La primera. El escaso número de salas que cuentan aún con equipamiento digital y, sobre todo, que estén dispuestas a preferir la programación de Haneke antes que la del Hobbit o la de cualquiera de los otros personajes de animación en tercera dimensión que esperan turno para el verano de vacaciones que se avecina.
La segunda. Las cadenas transnacionales de exhibición cobran una tarifa especial a los distribuidores por el uso de sus salas digitales, lo que resulta un sobrecosto. Esta tarifa podría ser cobrada también a partir de 2013 por el resto de cadenas exhibidoras, lo que configura un panorama complicado para la distribución del “otro” cine.
En otras palabras, en estos tiempos de transición de lo fílmico a lo digital, cada vez será más frecuente que las películas "distintas", más pequeñas, de "arte", independientes, o como se las quiera llamar, sean ofrecidas a los distribuidores nacionales en soporte digital.
Y que ellos las rechacen.
¿Por qué?
No solo porque no estarán dispuestos a asumir un riesgo económico adicional al de haber adquirido una película "difícil", sino porque ninguna cadena va a ceder a Haneke o similares el espacio que tienen reservado para el Hobbit o semejantes, que son productos digitales por excelencia.
Lo que está ocurriendo ahora es que los proveedores internacionales de películas “difíciles” toman pedidos de diversos países para evaluar si se justifica el tiraje de copias en fílmico de algún título. Es lo que pasará, tal vez, con "Amour" si destaca en la próxima entrega del Óscar. Si es así, llegará con el retraso correspondiente.
Lo único que cabe esperar es que se acelere el proceso de digitalización de las salas, o que se consolide un circuito alternativo de salas digitales dedicadas a ese tipo de cine.
De otra manera, los próximos años serán los de la ausencia absoluta de un cine distinto en las salas comerciales.
Y en este panorama una pregunta cae por su propio peso.
¿Cómo van a afrontar esos costos y a conseguir espacios las películas digitales peruanas?
Alguna ha sido exonerada del pago de la tarifa por usar las salas digitales. ¿Pero esa será la regla de aplicación para todas las que vengan?
Ricardo Bedoya
9 comentarios:
También hay que considerar que en el resto del mundo la digitalización de las salas va a pasos agigantados. México tiene 80% de sus salas en ese sistema y en Los Angeles (no sé como será en el resto de USA) en muchos multicines se cuenta con una sala donde se pasa Blue Ray, increíble ¿no? También hay una sala donde se pasa film, el resto es DCP, y se cobra 17 dolares la entrada sin importar la sala a donde uno acuda. A mi modesto parecer, la tendencia mundial es que en breve la exhibición en film será una rareza para románticos como muchos de nosotros, pero la aplastante mayoría se hará en digital. Con un escenario así, las salas peruanas cada vez tendrán menos films para exhibir. Por supuesto mientras ese proceso de transición ocurre el panorama es oscuro.
En estos días he visto dos películas latinoamericanas en formato digital en la sala de “Cine Arte” de UVK Larcomar, la mexicana “El sueño de Lu” y la chilena “Perro muerto”. Al margen de que puedan mostrar ciertas virtudes, lo cierto es que las dos parecen tener la misma estética, el mismo “look”, la misma intensidad y definición de los colores, el mismo filtro, no se distingue el trabajo de fotografía de una y de otra porque todo se ve igual, lo cual les resta personalidad. Y aunque estoy acostumbrado a ver películas en el más feo formato digital en muestras, retrospectivas y hasta en festivales, nunca he visto tanta uniformidad como en estas novísimas copias. Mucha razón tiene entonces Tarantino quien ha anunciado la muerte del cine como expresión artística ante el avance de lo digital y el retroceso del filme.
Es tristemente paradójico, al respecto, que mientras en el Perú todavía estamos luchando para poder ver lo mejor del cine mundial, ahora, para poder acceder a él, tenemos que adecuar nuestras salas al formato digital que lo está degradando.
El gran problema aquí es que se ponga a "El Hobbit" como ejemplo de tanque hollywoodense, cuando se trata de una EXTRAORDINARIA película y una de las mejores estrenadas el 2012 en nuestro país. Lo terrible no es cuando una película notable retrasa el estreno de otra; sino cuando basuras y mediocridades como "Transformers", o la patética saga de "Crepúsculo" retrasan estrenos importantes como el de "Amour". Debería corregir su post, Señor Bedoya.
No voy a corregir el post, señor Carlos. El Hobbit es una película atractiva pero es un tanque. No se trata de calidad, sino de un sistema que impone determinados títulos, mejores o peores, con gran numero de copias y copando todas las salas disponibles.
ASI ES, más allá que le tengamos simpatia o cariño a Peter Jackson o sus obras, la pelicula es un tanque que todo lo aplasta.
EL señor Bedoya hace bien en hacerle frente a este sistema abusivo, y quiza podria comenzar sus acciones por casa, viendo que su hijo, Rodrigo Bedoya, viaja como redactor de Luces de El Comercio, con todas las comodidades que le pueden pagar las Majors Hollywoodenses, lo alojan en hoteles 5 estrellas, y lo acercan a las figuritas del star system de Hollywood. ¿Para qué? Para asegurarse que el tanque aplane todos los rincones mediaticos de un mercado enano como el del Perú, acapare portadas y asegure aplastar a la competencia local el primer fin de semana de estreno.......
NO importa aquí si el 'señor periodista' es 'independiente' y tiene su opinion formada sobre la pelicula, llegando incluso -oh! qué insolencia!- a criticarla negativamente. NO, qué va, lo importante para las Majors es que se hable de la película, que le dediquen 1, 2, 3 portadas, entrevistas 'exclusivas', coberturas de premieres, etc. El resto son excusas, coartadas bienintencionadas, usadas para sentirse bien con el alma limpia. Autoengañarse, en resumidas cuentas.....
SI esta actitud 'pragmatica' ("chamba es chamba") viene de parte de personas inteligentes, de un estrato social alto, con todas las facilidades y acceso a la mejor educacion que se puede tener en el país, personas enteradas de cómo funciona el sistema por dentro, y que bien podrían plantear opciones viables; qué se podrá esperar pues de cualquier otro periodista o redactor mediocre que solo piense en lo metálico, en los viajes, en los lujos momentaneos, y que le interese un bledo la industria cultural peruana.
Así estamos. Pero nadie se atreve a decir nada, porque 'tocas carne'...
Rodrigo Bedoya es un periodista profesional y ejerce como tal. Tiene a su cargo la sección cinematográfica de un diario y cubre la actualidad del cine que se ve y se hace en el país. Esa es su función y su obligación.
Eso es lo que yo leo de su trabajo y no tengo más que decir. Él dirá lo suyo.
Una precisión. El asunto que se trata en este post está desarrollado a partir del mismo tema que Rodrigo Bedoya trató en su balance del año 2012 publicado en El Comercio del domingo 30 de diciembre de 2012.
Ricardo Bedoya
Asu, viejo, el anónimo de la 10:30 pide que pongas orden en casa. ¿Me vas a dejar sin propina? ¿Sacarás la correa? ¿Cambiarás la chapa de la casa? ¿Cómo harás para que deje de ensalzar tanques?
Sin duda, el material que pueden ofrecer las distribuidoras es atractivo. La posibilidad de tener material exclusivo con Peter Jackson, Tarantino, Ewan McGregor y otros actores y directores resulta excelente periodísticamente hablando, y sería irresponsable que ni mi editores ni yo siquiera consideráramos la posibilidad de tomarlo. Esa es la responsabilidad que tengo como periodista.
Y entendería la queja del moralista anónimo si solamente cubriéramos eso. Pero cualquier que chequee Luces se dará cuenta que hemos hechos extensas coberturas a todos los estrenos peruanos del año pasado. Es más: le dimos dos portadas de fin de semana a "Cielo oscuro", algo que no hemos hecho con algunas de las cintas por las que he tenido la suerte de viajar. O fácil el anónimo piensa que también me pagaron hotel en Beverly Hills. Sorry, les pregunté pero no les alcanzaba el presupuesto.
Además, en el diario siempre he podido escribir con total libertad sobre temas como los problemas del cine peruano y su público, o, como bien señala mi viejo, los líos que va a traer la exhibición digital, además de las opiniones que, cuando hay espacio, publico los días de semana (además de mi actividad en Twitter),y sobre las que ejerzo total control. Mi trabajo está ahí, publicado, para que el lector lo evalúe.
Pero tengo que agradecerte, anónimo, porque ahora entiendo muchas cosas: claro, es el intento de limpiar mi alma la que explica el porqué no me gusta "El Hobbit", y que lo haya escrito en el diario. Ajá. No te preocupes, más tarde saco el silicio para expurgar la culpa que siento de que "Django sin cadenas" me parezca una gran película. O más fácil: papá, saca la correa pa que pongas orden en casa.
Repito: "Lo terrible no es cuando una película notable retrasa el estreno de otra; sino cuando basuras y mediocridades como "Transformers", o la patética saga de "Crepúsculo" retrasan estrenos importantes como el de "Amour"." "El hobbit" es una gran película, y eso que apenas se está empezando a desarrollar la trama del libro. Las controversias entre Bedoya padre e hijo no me interesan en lo absoluto; como parece que sí al anónimo del día de ayer; pero si tuviera que comparar la opinión crítica de Bedoya Jr. con la de Federico de Cárdenas por ejemplo, ya se imaginarán por qué lado me iré decantando.
En realidad debería haber espacio para todos. Cada multisala debería tener un par de salas dedicadas a exhibiciones (a falta de un mejor término) "poco comerciales", y como público debemos exigir que se cumpla.
Y una pregunta con el tema de los "tanques": En el hipotético (e imposible) caso que "Amour" o "Los misterios de Lisboa" copara todas las salas de los multicines, ¿alguien haría chilla? No lo creo, porque se trata de dos notables películas que merecen ser vistas y apreciadas por la mayor cantidad de espectadores posibles. Es lo mismo que pasa con "El hobbit".
Saludos cordiales y feliz año a todos.
El señor Rojas se equivoca con los periodistas. Debe distinguir entre informacion y opinion.
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