Isaac León Frías explica su posición sobre la crítica, las repercusiones de su opinión y la oportunidad de comentar las películas peruanas en el momento de su estreno. Volveremos sobre estos temas. Por si acaso, el de arriba no es León Frías, sino Anton Ego, el temible crítico gastronómico de Ratatouille.
León dice:
"A raíz de mi respuesta a un post de Eduardo Maldonado, un comentario señala que siempre hemos dicho que la crítica no tiene ninguna influencia sobre el público. Corresponde hacer algunas precisiones.
1) La influencia de la crítica sobre los lectores y sobre los espectadores potenciales es en la mayor parte del mundo muy limitada, muy difícilmente mensurable y en muchas partes seguramente inexistente. Pero depende mucho de los medios que utilicen los críticos y del contexto social. Un programa de televisión como el de los críticos Gene Siskel y Roger Ebert en los Estados Unidos es probable que haya ejercido una influencia que, probablemente, ningún medio escrito ha alcanzado en ese país. Es muy probable, asimismo, que la crítica (con peso en revistas, diarios, radio y televisión) haya tenido en la Cuba de las últimas décadas, con una programación fílmica muy limitada, un peso comparativamente superior al de otros países latinoamericanos. No se pueden hacer juicios categóricos al respecto. Lo prudente es indagar en cada situación concreta pero, claro, no es fácil hacerlo.
2) Las evidencias indican que hay películas cuyo marketing les asegura (no siempre, pero sí muy frecuentemente) un éxito de público relativamente seguro. Por ejemplo, las películas de la serie Harry Potter, de la serie James Bond, Duro de matar, etc. pueden recibir las peores críticas de todo el stablishment periodístico, sin que eso les reste prácticamente nada. Son películas cuyos espectadores en su gran mayoría ni están interesados por lo que la crítica pueda decir ni la leen o la escuchan, si se trata de medios audiovisuales. Aquí y en cualquier parte, incluidos los Estados Unidos o un país como Francia donde hay una tradición crítica considerable. En estos casos el peso de la crítica es prácticamente nulo.
3) En cambio, la crítica sí puede tener alguna influencia cuando se trata de películas que apuntan a un público minoritario. En los últimos años lo hemos visto en el Perú. Títulos como El camino de los sueños(Mullholand Drive) o Exótica se beneficiaron del apoyo de la crítica (las opiniones favorables, las estrellas en las calificaciones, los cuadros con los títulos preferidos) y algo similar ocurre en otras partes. Aquí, por cierto, ese influjo es muy limitado y en muchos casos lo que provoca es que quienes finalmente acceden a ver una película "por recomendación del crítico" adopten luego una actitud de desconfianza o rechazo a quienes la recomendaron o al estamento crítico en su conjunto. Es habitual reacciones como la que se ha leído recientemente en este blog, luego de la lista de preferencias que elaboró Ricardo Bedoya a propósito de lo visto en el último Festival de Cine de Lima: ya se qué películas no voy a ir a ver. A mi me lo dicen un poco en broma y un poco serio con bastante frecuencia.
4) La posible influencia señalada es mínima. ¿Cuántos espectadores tuvieron El camino de los sueños o Exótica en Lima? Probablemente no más de 20,000 y, naturalmente, sería una audacia atribuirlo a la recomendación crítica. Habría que pensar, más bien, que un pequeño porcentaje de esa totalidad lo hizo por esa razón y en una medida importante porque la publicidad de esos filmes se vale de la opinión supuestamente informada de los críticos para apoyar la difusión de las películas. En otras palabras, el uso publicitario de las opiniones o las calificaciones críticas es el que en mayor medida contribuye a ese efecto, no lo que sostengan de manera puntual y razonada los críticos en ejercicio.
5) La crítica de cine en general es un empeño mal visto, incómodo, antipático. Lo es para los lectores y potenciales espectadores, lo es para los distribuidores y exhibidores, lo es también, en mayor o menor grado, para los realizadores y la gente de cine. Los críticos independientes resultamos impertinentes, casi como los que se meten a una fiesta a la que no han sido invitados. Véase que ni siquiera en el marco de un Festival de Cine como el de Lima hay coincidencia entre la opinión de los críticos (que este año privilegió Luz silenciosa) y la del público asistente que debe haber ubicado la película de Reygadas en uno de los puestos más bajos. Estamos hablando de un Festival y, por tanto, de un espacio de mucha mayor exigencia potencial. Quienes asisten al Festival no son los que llenan las salas para ver Duro de matar 4.0 Creo que este es un buen indicador local del peso de la crítica.
6) Llegamos a las películas peruanas. Como sabemos, ni ha existido ni existe una industria fílmica en el país. No hay continuidad en la producción, no se han creado patrones o modelos a los que adhiera el público. A su manera cada película baila con su propio pañuelo. Hay películas que funcionan bien, que son las menos, y la mayor parte no funciona y no siempre porque no sean buenas películas. El caso de Días de Santiago puede servir de ejemplo. La crítica fue muy favorable en su mayoría, pero eso no significó nada en volumen de espectadores. Días de Santiago es un film áspero, desagradable y frustrante para las apetencias del espectador medio y tampoco satisface necesariamente al espectador
más informado o exigente.
Entonces, se preguntará el lector que envía el comentario: por qué los críticos no pueden adelantar opinión al estreno? Mi respuesta es la siguiente: nadie está prohibido de hacerlo, es una opción libre. Yo opto por hacerlo después del estreno. Repito que algunas veces (llevo más de 40 años en esta práctica) se me ha acusado de enemigo del cine nacional y también, por cierto, de favorecer indebidamente ciertas películas, aunque hasta ahora nadie me ha demostrado en qué consisten esos favores. Sí tengo un compromiso con el cine que se hace en el país, lo que no significa acomodo o condescendencia.
7) Lo que ocurre es que está muy arraigado el prejuicio en contra de las películas peruanas y, lamentablemente, hay un segmento de espectadores jóvenes (muchos de los que se expresan en blogs) que piden prácticamente la lapidación de los directores peruanos. Es cierto que las reacciones frente a las últimas películas peruanas en el Festival han sido desfavorables y es por eso que se impone un criterio de prudencia. ¿Por qué contribuir a una suerte de cargamontón que a fin de cuentas contribuye muy poco a explicar o a comprender las cosas? No estoy "arrugando" ni quitando el cuerpo, sino apuntando a lo que considero el meollo de la labor crítica: el análisis lo más razonado posible, no el juicio pasional a favor o en contra a la manera en que lo practica, por ejemplo, Eduardo Maldonado. Eso no es para mí el ejercicio de la crítica. Eso no sirve sino para crear tensiones, enervar el ambiente.
Que hay que decir que las cosas no están bien o que podrían estar mucho mejor, por cierto. Pero al menos creo que toda película peruana merece ser vista sin hacer recibido previamente un varapalo generalizado que refuerza prejuicios y alienta rechazos. Y este sí creo que es un terreno en el cual la opinión desfavorable encuentra un terreno mejor abonado, aunque desde luego no voy a sostener que esa es la razón principal por lo que una película fracasa. Hay buenas películas como Días de Santiago que no reciben la atención del público y otras muy malas como El forastero o Un marciano llamado deseo que tampoco la reciben. Lo que la crítica diga de una u otras influye muy poco, pero el adelanto del juicio en algo contribuye a la reserva, a la desconfianza, a la idea de que el cine peruano es muy malo, idea alentada cada vez más desde los propios espacios periodísticos, especialmente en el ciberespacio. Creo que lo menos que se puede pedir es que una película pueda "vivir", no la matemos antes de nacer, lo que se convierte además casi es una especie de censura previa. Y la verdad es que en los últimos tiempos se respira un aire inquisitorial que encuentro francamente preocupante."
Isaac León Frías
1) La influencia de la crítica sobre los lectores y sobre los espectadores potenciales es en la mayor parte del mundo muy limitada, muy difícilmente mensurable y en muchas partes seguramente inexistente. Pero depende mucho de los medios que utilicen los críticos y del contexto social. Un programa de televisión como el de los críticos Gene Siskel y Roger Ebert en los Estados Unidos es probable que haya ejercido una influencia que, probablemente, ningún medio escrito ha alcanzado en ese país. Es muy probable, asimismo, que la crítica (con peso en revistas, diarios, radio y televisión) haya tenido en la Cuba de las últimas décadas, con una programación fílmica muy limitada, un peso comparativamente superior al de otros países latinoamericanos. No se pueden hacer juicios categóricos al respecto. Lo prudente es indagar en cada situación concreta pero, claro, no es fácil hacerlo.
2) Las evidencias indican que hay películas cuyo marketing les asegura (no siempre, pero sí muy frecuentemente) un éxito de público relativamente seguro. Por ejemplo, las películas de la serie Harry Potter, de la serie James Bond, Duro de matar, etc. pueden recibir las peores críticas de todo el stablishment periodístico, sin que eso les reste prácticamente nada. Son películas cuyos espectadores en su gran mayoría ni están interesados por lo que la crítica pueda decir ni la leen o la escuchan, si se trata de medios audiovisuales. Aquí y en cualquier parte, incluidos los Estados Unidos o un país como Francia donde hay una tradición crítica considerable. En estos casos el peso de la crítica es prácticamente nulo.
3) En cambio, la crítica sí puede tener alguna influencia cuando se trata de películas que apuntan a un público minoritario. En los últimos años lo hemos visto en el Perú. Títulos como El camino de los sueños(Mullholand Drive) o Exótica se beneficiaron del apoyo de la crítica (las opiniones favorables, las estrellas en las calificaciones, los cuadros con los títulos preferidos) y algo similar ocurre en otras partes. Aquí, por cierto, ese influjo es muy limitado y en muchos casos lo que provoca es que quienes finalmente acceden a ver una película "por recomendación del crítico" adopten luego una actitud de desconfianza o rechazo a quienes la recomendaron o al estamento crítico en su conjunto. Es habitual reacciones como la que se ha leído recientemente en este blog, luego de la lista de preferencias que elaboró Ricardo Bedoya a propósito de lo visto en el último Festival de Cine de Lima: ya se qué películas no voy a ir a ver. A mi me lo dicen un poco en broma y un poco serio con bastante frecuencia.
4) La posible influencia señalada es mínima. ¿Cuántos espectadores tuvieron El camino de los sueños o Exótica en Lima? Probablemente no más de 20,000 y, naturalmente, sería una audacia atribuirlo a la recomendación crítica. Habría que pensar, más bien, que un pequeño porcentaje de esa totalidad lo hizo por esa razón y en una medida importante porque la publicidad de esos filmes se vale de la opinión supuestamente informada de los críticos para apoyar la difusión de las películas. En otras palabras, el uso publicitario de las opiniones o las calificaciones críticas es el que en mayor medida contribuye a ese efecto, no lo que sostengan de manera puntual y razonada los críticos en ejercicio.
5) La crítica de cine en general es un empeño mal visto, incómodo, antipático. Lo es para los lectores y potenciales espectadores, lo es para los distribuidores y exhibidores, lo es también, en mayor o menor grado, para los realizadores y la gente de cine. Los críticos independientes resultamos impertinentes, casi como los que se meten a una fiesta a la que no han sido invitados. Véase que ni siquiera en el marco de un Festival de Cine como el de Lima hay coincidencia entre la opinión de los críticos (que este año privilegió Luz silenciosa) y la del público asistente que debe haber ubicado la película de Reygadas en uno de los puestos más bajos. Estamos hablando de un Festival y, por tanto, de un espacio de mucha mayor exigencia potencial. Quienes asisten al Festival no son los que llenan las salas para ver Duro de matar 4.0 Creo que este es un buen indicador local del peso de la crítica.
6) Llegamos a las películas peruanas. Como sabemos, ni ha existido ni existe una industria fílmica en el país. No hay continuidad en la producción, no se han creado patrones o modelos a los que adhiera el público. A su manera cada película baila con su propio pañuelo. Hay películas que funcionan bien, que son las menos, y la mayor parte no funciona y no siempre porque no sean buenas películas. El caso de Días de Santiago puede servir de ejemplo. La crítica fue muy favorable en su mayoría, pero eso no significó nada en volumen de espectadores. Días de Santiago es un film áspero, desagradable y frustrante para las apetencias del espectador medio y tampoco satisface necesariamente al espectador
más informado o exigente.
Entonces, se preguntará el lector que envía el comentario: por qué los críticos no pueden adelantar opinión al estreno? Mi respuesta es la siguiente: nadie está prohibido de hacerlo, es una opción libre. Yo opto por hacerlo después del estreno. Repito que algunas veces (llevo más de 40 años en esta práctica) se me ha acusado de enemigo del cine nacional y también, por cierto, de favorecer indebidamente ciertas películas, aunque hasta ahora nadie me ha demostrado en qué consisten esos favores. Sí tengo un compromiso con el cine que se hace en el país, lo que no significa acomodo o condescendencia.
7) Lo que ocurre es que está muy arraigado el prejuicio en contra de las películas peruanas y, lamentablemente, hay un segmento de espectadores jóvenes (muchos de los que se expresan en blogs) que piden prácticamente la lapidación de los directores peruanos. Es cierto que las reacciones frente a las últimas películas peruanas en el Festival han sido desfavorables y es por eso que se impone un criterio de prudencia. ¿Por qué contribuir a una suerte de cargamontón que a fin de cuentas contribuye muy poco a explicar o a comprender las cosas? No estoy "arrugando" ni quitando el cuerpo, sino apuntando a lo que considero el meollo de la labor crítica: el análisis lo más razonado posible, no el juicio pasional a favor o en contra a la manera en que lo practica, por ejemplo, Eduardo Maldonado. Eso no es para mí el ejercicio de la crítica. Eso no sirve sino para crear tensiones, enervar el ambiente.
Que hay que decir que las cosas no están bien o que podrían estar mucho mejor, por cierto. Pero al menos creo que toda película peruana merece ser vista sin hacer recibido previamente un varapalo generalizado que refuerza prejuicios y alienta rechazos. Y este sí creo que es un terreno en el cual la opinión desfavorable encuentra un terreno mejor abonado, aunque desde luego no voy a sostener que esa es la razón principal por lo que una película fracasa. Hay buenas películas como Días de Santiago que no reciben la atención del público y otras muy malas como El forastero o Un marciano llamado deseo que tampoco la reciben. Lo que la crítica diga de una u otras influye muy poco, pero el adelanto del juicio en algo contribuye a la reserva, a la desconfianza, a la idea de que el cine peruano es muy malo, idea alentada cada vez más desde los propios espacios periodísticos, especialmente en el ciberespacio. Creo que lo menos que se puede pedir es que una película pueda "vivir", no la matemos antes de nacer, lo que se convierte además casi es una especie de censura previa. Y la verdad es que en los últimos tiempos se respira un aire inquisitorial que encuentro francamente preocupante."
Isaac León Frías
4 comentarios:
Muy interesante el analisis que realiza Isaac León sobre el papel de la crítica a nivel local e internacional.Me gustaría hacer algunos comentarios al respecto:
1)Coincido con el real dimensionamiento del papel de los críticos en el cine.A diferencia del teatro-donde una buena o mala crítica de la noche de estreno puede catapultar al éxito o certificar la defunción de una obra-en el cine la opinión de los críticos es meramente referencial.Al igual que en la música o en las artes plásticas son pocos los críticos que optan por hacer un analisis desapasionado y generalmente examinan una película a partir de sus personalísimos conceptos,sus fobias,cariños o antipatías personales.Es eso relevante o digno de ser considerado como un elemento de juicio a la hora de escoger una película? En todo caso la primera tarea es la de seleccionar -al igual que hacemos con médicos,abogados u otros servicios de profesionales- un crítico que ejercite su función de manera sensata y ponderada.
2)Hace no mucho protagonicé un fuego cruzado en un blog de cine en el cual participo como consecuencia del estreno de la ultima película de Harry Potter.Se me criticaba "el no poder opinar de una película sin haberla visto". Bueno, no tuve el atrevimiento de reseñarla y tampoco se me paso por la cabeza el gastar dinero y tiempo en ver dicho producto de artificio para saber que no era algo con un mínimo contenido sustancioso.Coincido al 150% con I. León en la inutilidad de la crítica frente a estos productos.
3)Creo que la crítica puede ser perniciosa si es acogida como un úkase por algun espectador que requiere de alguna "certificación" que afine su decisión por tal o cual película.Basta como ejemplo las citas de algunas reseñas que se incluyeron como propaganda de "El Arca Rusa". Para mi también fue una obra maestra pero no olvido los bostezos, ronquidos y maldiciones de la gente que se sintió estafada pues no habían entendido nada de nada.Debe un crítico prevenir en sus reseñas al espectador medio sobre el caracter críptico de algunas propuestas cinematográficas o debe circunscribirse a su labor en forma estrictamente forense?
4)La situación del cine peruano es lamentable no por culpa precisamente de los críticos.Una combinación de desidia gubernamental,iniciativa privada y alarmante escasez de ideas y empeños por parte de algunos realizadores tiene como consecuencia el lamentable estado en el que nos encontramos.Con honrosísimas excepciones los críticos no son ajenos a este problema.Desde los sabiondos que se metieron a realizadores con desastrosos resultados (Huayhuaca y Fortunic) hasta los reseñistas que por vinculos amicales o favores inclasificables se atrevían a comentar favorablemente en las páginas de Somos bodríos infumables como "Muerto de Amor".Es difícil reseñar una película nacional sin salir chamuscado por el fuego de tirios o troyanos.El día que aprendamos a discrepar sin insultarnos, a intercambiar ideas sin pontificar ideológicamente y a dejar de mirarnos el ombligo para abrir nuestro entendimiento y nuestras vallas hacia objetivos de real valía podremos hacer que todos los actores que juegan algun rol en la cinematografía puedan coadyuvar positivamente en el reflotamiento de la industria nacional del cine.
Me da mucho gusto que los debates en este foro no pierdan la ecuanimidad y sigan produciendo artículos como el de I.León.Ojalá que en el camino esta situación no varíe para mal.
Saludos
Jorge
Señor Isaac Leon, comparto casi todo lo que sostiene en su interesante articulo, pero acaso ustedes no fueron inquisitoriales con las peliculas de Armando Robles Godoy?
Con relación a las películas de Robles:
1) Nunca se comentaron antes del estreno comercial.
2) Las críticas, muy polémicas, estuvieron sustentadas en criterios analíticos muy claros (las de Desiderio Blanco en la revista Oiga, por ejemplo)y nunca hubo en ellas ataques ad hominen.
3) Tal vez la más dura de todas fue una crítica mía de La muralla verde publicada en Hablemos de Cine dos o tres meses después del estreno de la película. Reconozco que en ella hubo un excesivo tono descalificador con argumentos (eran parte del "aire de la época") que pueden sonar inquisitoriales y que poco tiempo después (era el año 1970) no hubiera podido sostener.
4) Armando Robles Godoy contribuyó a la confrontación descalificando a los críticos y a la misma función de la crítica (y de manera muy peyorativa: "la eyaculación precoz de la función intelectual", por ejemplo) en cuanto espacio público pudo hacerlo. Hubo, entonces, una retroalimentación constante en la controversia, lo que no es habitual, y eso radicalizó las divergencias, especialmente en el período 1965-1973.
Isaac León Frías
Hay que decir que en los pequeños grupos la critica sirve(a veces influye aunque sea minimamente) como referencia porque las personas que no quieren ver lo que regularmente pasa en nuestra cartelera su primera referencia lo toman de los críticos y es así que se animan de repente a ir a un cine club.
Recuerdo claramente que en el programa del señor Ricardo le dedicaron un especial a la película camino de los sueños, primeramente un comentario de Ricardo y en un segundo programa un intercambio de opiniones con otro critico, ese intercambio de opiniones influyo quizás en algunas personas y fueron haber dicha película, es mas tengo amigos que empezaron a ver a Lynch precisamente con esa película y me preguntaban que películas mas había hecho dicho director.
Adonde voy con ello, que los críticos se vuelven referentes para algunos que quieren ver algo distinto, y ahí quieran o no esta su influencia aunque sea mínima.
Sobre el cine peruano que al padecer, como dices, respira un aire inquisitorial es en parte también por la crítica, las películas que se estrenan son lamentables y el critico que es lo que hace expone lo que ve, ante ello el espectador promedio relaciona y dice de verdad el cine peruano es lamentable.
No estoy diciendo que la critica tenga la culpa de algo si no que en un país como el nuestro donde no hay industria cinematográfica y la calidad de las películas son deplorables, la critica de una película peruana es la confirmación de lo que uno ya tiene en mente respecto de esa película. Por lo general es desfavorable, y quizás por ello haya un rechazo a nuestro cine.
Finalmente la presentación de las películas en competencia en el último festival deja mucho que desear y los comentarios hacia ellas son desfavorables, incomoda (quizás es envidia pero de la buena) que países como paraguay presente una buena película como es hamaca paraguaya y nosotros presentemos películas que son para el olvido.
saludos jorge luis
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