Rompecabezas es el prometedor inicio de la argentina Natalia Smirnoff. Es una película concisa, amable, equilibrada, bien realizada, con una pareja dirección de actores (destaca María Onetto, la protagonista), que fluye sin contratiempos.
Pero tiene un problema central: el afán demostrativo pesa demasiado.
Es el retrato de una madre de familia silenciosa, apacible, tolerante, sumisa, que se ha resignado a ser "armada" a la medida y el ritmo de los otros (su marido y dos hijos). Un buen día descubre su pasión por armar rompecabezas y, de pieza en pieza, decide "desarmarse" ella misma para luego "armarse", restaurarse, reconstruirse, ser otra y sentir algo distinto, aunque sea por unos momentos.
Pero tiene un problema central: el afán demostrativo pesa demasiado.
Es el retrato de una madre de familia silenciosa, apacible, tolerante, sumisa, que se ha resignado a ser "armada" a la medida y el ritmo de los otros (su marido y dos hijos). Un buen día descubre su pasión por armar rompecabezas y, de pieza en pieza, decide "desarmarse" ella misma para luego "armarse", restaurarse, reconstruirse, ser otra y sentir algo distinto, aunque sea por unos momentos.
Y en esa desconstrucción, construcción y reconstrucción se va toda la película.
Una vez puesto el rompecabezas sobre la mesa, siguen y siguen las variaciones mínimas que reiteran una y otra vez el sentido expuesto.
Ricardo Bedoya
No hay comentarios:
Publicar un comentario