Una de las mejores películas vistas en el Festival. "Belle Epine", de Rebecca Zlotowski, registra la deriva de una adolescente luego de la muerte de su madre. Es la crónica de un estado quebradizo, incierto, en el momento de una fractura emocional. La imagen mantiene a la protagonista (magnífica Lea Seydoux) en foco frente a un entorno borroso, difuminado, que fluye hacia nadie sabe dónde. Los espacios del medio familiar judío, de los jóvenes motociclistas de Rungis, de las relaciones sexuales, de la represión policial, son escenarios transitorios que no se imponen ni detienen el camino de Prudence. Sólo importa su cuerpo, su aturdimiento, su soledad, su aislamiento, que filtra los sonidos y movimientos del mundo, que están ahí, amortiguados, en sordina. La película avanza apostando a las medias tintas, a las sugerencias, a los apuntes impresionistas.
Por momentos, evoca al Pialat de "A nos amours" y esa es una virtud mayor.
Ricardo Bedoya
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