viernes, 11 de abril de 2008

BAFICI, jueves 10, otra mirada


Comento las películas que vi ayer jueves 10, en estricto orden cronológico.

Luego, de Carola Gliskberg
Grabada en Betacam, Luego es una película argentina que se regodea en lo minimal: una puesta de escena teatral, pocos actores en escena, diálogos metonímicos, que busca ser redonda contando tres historias sobre algunos motivos propios de la incomunicación. Una pareja joven que se reencuentra pero ninguno de los dos se atreve a decir cosas que comprometan; una mujer que se guarda secretos a pesar que su novio se va del país por un tiempo prolongado, y un par de hijos con una madre posesiva que hacen todo lo que ella ordena.

Según la trama que ha ideado Gliskberg, los espacios mínimos (paredes blancas para los interiores, otras pintadas de verde que simulan parques, paredes enladrilladas que evocan a las calles o muros enlozados que hacen de baños) son los sitios ideales donde puede primar la palabra por excelencia (como los viejos filmes de cámara), pero al final de cuentas la propuesta resulta fallida, por el nivel de las actuaciones, la relación forzada de algunos motivos argumentales y por insistir en una estética de la corriente del "nuevo cine argentino" que ya no va más. Esta ópera prima de Gliskberg, quien tiene 27 años, y que concursa en la selección oficial argentina, tiene buenas intenciones, pero no basta como para mantener el nivel con otras películas del festival.

Profite motive and the whispering wind (en la foto), de John Gianvito
Esta película compite en la selección oficial internacional y es toda una experiencia sui generis. El estadounidense Gianvito arma a través de tomas de lápidas, estatuas, placas de bronce de diversas personalidades un paseo por parte de la historia estadounidense de las luchas sociales, desde fines del siglo XIX hasta la actualidad. Estos planos, que son intercalados (o confrontados) con imágenes del viento azotando los campos, van conformando un relato sobre conflictos permanentes, donde sólo cambian los contextos: masacres de indios por colonizadores, asesinatos de obreros en huelga o militantes políticos ajusticiados.

Parte de Estados Unidos se vuelve, en la cámara de Gianvito, un cementerio de héroes y leyendas, y desarrolla un relato sobre la necesidad de construir una memoria a partir de los caídos, de los que alguna vez alzaron la voz, tratando de develar así, de manera silenciosa, los roles protagónicos y antagónicos de los sucesos históricos según el canon que los preserva.
El segundo filme de Gianvito no tiene personajes: sólo las lápidas y demás parafernalia solemne de eventos designados por una historiografía oficial son las que hablan a través de sus epitafios y citas sobre el perfil de los hombres y mujeres que aportaron en pos de algún tipo de libertad. Gianvito deja evidencia de su militancia.

Useless, de Jia Zhang-ke
El chino vuelve a hablarnos de su concepción de la modernidad a partir del mundo polémico de las confecciones y de la moda en su país. Dividida en tres partes y tres personajes (la masa trabajadora en una fábrica de ropa, una diseñadora que expone en el Fashion week de París, y un sastre de barrio minero periférico), Useless parte de la tesis de Walter Benjamin sobre la pérdida del aura, aplicable al mundo del arte, pero que funciona dentro del sistema capitalista que Zhang- ke desea relatar. Si Benjamin señalaba que con la llegada de la reproducción técnica y masiva del arte, ésta perdía su carácter inaccesible (por dejar de ser única y por sumergirse en toda una maquinaria industrial que abría paso a la posmodernidad), Zhang- ke nos introduce en el imaginario de una diseñadora de élite que considera que la ropa debe ser un objeto único, elaborado por alguien que deje su huella en la prenda, libre de la masificación, del anonimato, de las burdas costuras de las máquinas de coser en serie. Sin embargo, el director chino desea mostrarnos en este documental otras variantes que hacen de la ropa una necesidad vital: en su modo de producción, tanto en una fábrica de confecciones, con sus obreros que comen parados a la hora del refrigerio, o en el taller que ha improvisado un sastre que aún usa una máquina a pedal. A pesar de las técnicas de reproducción, la ropa no ha perdido ese "aura único" que reclama la diseñadora, al contrario, mas bien Jia Zhang-ke propone otras maneras de darle lectura en la China de hoy.


Antes que el diablo sepa que estás muerto, de Sydney Lumet
Relaciones maritales que ya no son las de antes y composiciones familiares a punto de descomponerse. Dos hermanos que son polos opuestos: uno, mayor, heroinómano, casado, jefe en una oficina; el otro, menor, inseguro, divorciado, sin trabajo seguro y atorado por deudas. A partir de estas figuras es que el veterano Sydney Lumet nos acerca a una variante del cine criminal: la del universo delictivo improvisado, propiciado por dos tipos con taras de diversa naturaleza, que se sumergen en el mundo de los bajos fondos de la peor manera.

Aún más escéptico que en otros de sus filmes, Sydney Lumet nos muestra el deterioro de una relación filial y familiar a partir de un robo fallido en el marco de una Nueva York que bien conoce. Esta vez no tiene que sumergirse en estaciones de policías, en guetos de secuestradores, ni en bandas de criminales sino hurgar, primero, en la historia de dos tipos que aparecen al inicio del filme como conocidos, para poco a poco descubrir sus puntos en común: el deterioro de su parentesco. Philip Seymour Hoffman y Ethan Hawke, como Andy y Hank, planean asaltar una joyería de suburbio, que resulta ser la empresa de sus ancianos padres, concibiendo un plan sencillo para llevarse dinero fácil. Sin embargo, lo planificado termina en asesinato y desbordando la situación hasta el extremo.

Antes que el diablo sepa que estás muerto está narrada en diversos tiempos en torno al suceso del robo, siguiendo el punto de vista de los tres personajes principales (a la dupla mencionada se le une Albert Finney, como padre y víctima), que si bien están lejos de pertenecer al mundo del hampa, poco a poco van configurando un universo sin escrúpulos que nace, y termina, en el mismo seno familiar.

A través de esta puesta en escena, que ofrece varias perspectivas de un mismo hecho (el día del robo, dos días antes del robo o un día después, por ejemplo) Lumet configura un esquema del descenso, como un asunto moral (absolutamente pesimista), y que en suma desarrolla toda una maquinaria para ajusticiar a los culpables o de cómo saldar cuentas en el momento justo (el filme está planeado al modo de los rompecabezas, y la pieza final es la que remata y da sentido al nombre de la película). El filme, donde también aparece Marisa Tomei como esposa de Seymour Hoffman, si bien no está a la altura de los clásicos de Lumet, se complementa con las tipologías establecidas en su filmografía. Sólo esperamos que no sea un epílogo en su carrera y que se estrene en Lima.

Otras películas: Resultaron experiencias estupendas Secrets behind the wall (1965), primera cinta que veo de Koji Wakamatsu, cineasta japonés de 75 años, que explora bajo la consigna de sexo y política toda una decadencia social con ojo que roza lo kitsch y lo excesivo. De otro lado, Después de la revolución (2007), documental del francés Vincent Dieutre es una suerte de diario íntimo del cineasta en su paso por una Buenos Aires desmedida, afrancesada y convulsa. Tiene la escena de sexo explícito más vertiginosa que he visto en los últimos tiempos. El uso de la cámara en mano, de manera frenética, que opta mostrar la parte por el todo, impacta.


La última del día que vi fue Severed ways: the norse discovery of America, influida porque es parte del panorama Música y porque proponía una historia loca sobre la llegada de los vikingos a este continente en el año 1007 d.c., a ritmo de heavy metal, pero el resultado fue inesperado: jesuitas que leen la Biblia en medio de cascadas, un par de vikingos adormilados, y una banda sonora discreta. Paso. Y a pesar de este cierre, el día ha tenido sus momentos significativos.

Mónica Delgado

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mónica, ¿tú crees que el nuevo cine argentino ya fue?