viernes, 6 de julio de 2007


MIS GUSTOS BIZARROS (PARTE II) DE LO ESTRAMBÓTICO EN EL CINE TRASH


Mi interés por el cine trash comenzó cuando vi la maravillosa y entrañable Ed Wood de Tim Burton. Al verla, uno podía constatar que el genial director americano encontraba una magia especial en los filmes de Edward D. Wood Jr., considerados por muchos como los peores hechos alguna vez en la historia.

Un título legendario como Plan 9 del espacio exterior hasta ahora me resulta aburrido y difícil de soportar. En cambio, un filme que sí me parece sorprendente es Glen or Glenda? A pesar de haber sido hecha como película de explotación (con una que otra escena de sadomasoquismo, tal vez fuerte para su época pero näif para nuestros tiempos), demostraba que Edward D. Wood Jr. fue un autor indiscutible; torpe para la puesta en escena, no obstante estilizado en su visión tan personal del travestismo, teñida por arrebatos de existencialismo y alegoría onírica. Por ello, es un filme único, irrepetible. Quizá no se equivocan aquellos que afirman que él se encontraba marcado por una gran contradicción: ser un “genio sin talento”. Otra cosa importante que revela dicha cinta es que hacer un filme en los circuitos del cine de explotación, a pesar de su marco mercenario, permite en muchos casos una gran libertad creativa. Creo que no es gratuito que autores respetados en la actualidad hayan empezado dirigiendo cintas exploitation, como es el caso de Abel Ferrara o el mismo Cronenberg. Desde el comienzo, en esas condiciones de realización, pudieron forjar un estilo muy propio.

Soy un seguidor de las cintas de luchadores mejicanos, como Santo y Blue Demon. Incluso, por alguna razón que hasta ahora no identifico, prefiero en especial aquellas que incluyen a Blue, sean con o sin el Enmascarado de Plata, quien es muchísimo más popular. De cualquier forma, sus películas suelen ser mal actuadas, mal dobladas, mal concatenadas. Sin embargo, me brindan un sano entretenimiento. ¿En qué sentido? Verlas es como consumir drogas alucinógenas; pero claro, sin tener que dañar nuestro cerebro con ese tipo de sustancias. Ver a mujeres evaporándose en Blue Demon contra las invasoras, o a una amiga de Santo, Blue Demon y Mil Máscaras visitando a su padre en un mundo marítimo de seres con trajes blancos y cintas plateadas en sus cabezas en Misterio en las Bermudas, es una experiencia cinematográfica sin igual. Otros títulos atractivos de estos forzudos del ayer son Santo contra las mujeres vampiro, Santo y Blue Demon contra Drácula y el Hombre Lobo, Santo vs. las lobas, etc.

Méjico tiene otras “joyas” bizarras. Desde la infantil y psicodélica El gato con botas hasta la ranchera y delirante sci fi llamada La nave de los monstruos de Rogelio González, la única película que la aplaudieron y cantaron de principio a fin en el último Festival de Cine Latinoamericano de Lima. Pero otros países latinoamericanos también han dado clásicos bizarros de culto, como el brasileño José Mojica Marins y sus filmes de Zé do Caixao (José del Ataúd), como Esta noite encarnarei no teu cadaver, cargadas de sadismo alucinante, humor camp y exaltada imaginación macabra. Y ni qué decir del argentino Emilio Vieyra y películas como La bestia desnuda, o de los filmes de Armando Bo con la exuberante y lúbrica Coca Sarli. Filmes como Fuego o La tentación desnuda son descaradas sexploitations que de pronto mostraban toda una imaginería de devoción religiosa, que hasta podía incluir un Cristo de estampita formado en el cielo por unas nubes.

El espacio no da para mucho más. Si desean conocer otros títulos del cine bizarro más marginal, les recomiendo Café Flesh de Rinse Dream, 2000 maniacos de Herschell Gordon Lewis, la jocosa The ghastly ones de Andy Milligan (conocido en los EEUU por ser el único director que superó a Ed Wood en falta de talento), The Astro Zombies de Ted V. Mikels (que parece hecha con juguetes, como si la hubiera dirigido un grupo de niños realizando un juego de roles), Maniac de Dwain Esper (el padrino de las películas de explotación, con un estilo muy avezado y muy curioso para su tiempo), Vampyros lesbos de Jesús Franco (un emblema del erotismo “psicodélico”), Reefer Madness de Louis Gasnier (una parodia involuntaria del uso de la marihuana), Manos: The hands of fate de Harold Warren (muchos están seguros que es la peor de la historia –se nota que no han visto varias películas peruanas- Es además una de las cintas favoritas de Tarantino, la considera la mejor comedia que alguna vez ha visto en su vida), El vengador tóxico de Michael Herz y Lloyd Kauffman (una comedia memorable de lo grotesco, que oscila entre la historieta y el humor de Chespirito), Basket Case de Frank Henenlotter (un formidable psicodrama de horror serie Z) o Mal gusto y Braindead de Peter Jackson (mezclas alocadas de gore y slapstick, con imágenes cercanas a los dibujos de la Warner Bros).

Me olvidaba: el cine de Tim Burton es bizarro. Varios pasajes del cine de Federico Fellini (como el final de La Dolce Vita) o de Persona de Ingmar Bergman son bizarros. Las estilizadas películas eróticas y de horror del francés Jean Rollin son bizarras. La última casa a la izquierda de Wes Craven es bizarra. Los inigualables filmes de género fantástico de Indonesia como La espada del diablo son bizarros. Y el cine peruano también tiene películas bizarras, y algunas francamente antológicas, como la comedia sexual de animación con muñecos de Barbie y Ken llamada La Farándula, o el mediometraje de súper héroes peruanos La amenaza del helado, con una estética que se inspira en el manga y en la historieta, mostrando además a Mario Poggi interpretando a un científico loco. Ellas, en medio de todo, me resultaron mucho más divertidas que varias de las películas peruanas que han llegado a la cartelera comercial en este nuevo milenio.

Todas las cintas que señalo en el párrafo anterior no las voy a reseñar en este blog, porque ya están comentadas, a profundidad, en el especial de cine bizarro del
último número de Tren de Sombras.

José Carlos Cabrejo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah,muchachito. No haces más que darme la razón. Así que te gusta el cine trash desde que viste Ed Wood de Tim Burton ?
A eso iba...pero ya para qué.

Anónimo dijo...

Dr vertigo no tires la toalla, sigue con la discusión sobre lo bizarro, pero no sigas con la negación de tal categoria para crear un discurso, con eso solo conseguiras que te ignoren, cosa que ya hacen. Quiza lo conveniente seria mostrar los puntos deficientes en su discusro, saber a quien se dirige, con que intención,a favor y encontra de quien está. Y sería conveniente hacerlo porque sabemos que la intrepretacion de cabrejos es deficiente desde un punto de vista mas extremo, que es demasiado blanda y generalizadora y que al parecer quiere convertirla en una institucion.

Unknown dijo...

Qué bueno que siempre me leas, hombre maduro, con tu siempre inquieto espíritu de chiquillo de Quilca. No sé a cuál razón te refieres, porque los argumentos para defender tu supuesto gusto por el cine se te acabaron hace mucho tiempo (J.C.C.)