lunes, 5 de marzo de 2007

Fábula de la inocencia: El laberinto del fauno


A lo largo de la historia del cine, diversas películas han reflexionado sobre la fantasía y la manera en que ella, sea verídica o no, puede afectar lo cotidiano, lo previsible, lo rutinario. La propia realidad. Cintas tan distintas como Céline y Julie van en barco (1974) de Jacques Rivette o El gran pez (2003) de Tim Burton, para citar un caso más reciente, son ejemplos representativos. Es en esa vertiente que aparece en nuestra cartelera El laberinto del fauno (2006), un filme bello y emocionante, que termina de convertir a su director, el mexicano Guillermo del Toro, en uno de los mejores directores del género fantástico de la actualidad.

La película se ambienta en la España de 1944, en plena dictadura de Franco. Tiene como protagonista a Ofelia (Ivana Banquero), una niña de 13 años amante de los cuentos de hadas que acompaña a su madre gestante, quien se dirige a vivir al lado de un militar, que busca desaparecer con mano dura los remanentes de la ya finalizada guerra civil. Así, Ofelia comienza a vivir entre dos mundos: uno real, cruel y persecutorio, dirigido por el gobierno de facto; y otro imaginario, escapista y feérico, al que accede gracias al fauno, un ser que le cuenta que ella es la princesa Moanna y que debe pasar tres pruebas para poder ser inmortal y formar parte de un reino mágico.

Una de las grandes virtudes de El laberinto del fauno es cómo logra armonizar esos dos mundos antagónicos, hasta el punto de convertirlos en espejos que se reflejan a sí mismos. La dimensión real es descarnada e hiperviolenta, con un villano de antología: el capitán Vidal, que parece uno de esos personajes nazi de historieta a los que se enfrentaba el protagonista del anterior filme de Del Toro, Hellboy (2004). Sin embargo, la dimensión imaginaria es igual de visceral y truculenta, con ese fauno de apariencia de macho cabrío y ruidosos temblores que emerge en la noche, a través de un laberinto de prolongaciones góticas, de piedra; llevando a Ofelia hacia esas criaturas igual de aterradoras que Vidal; como ese monstruo de pieles colgantes y manos con ojos que, como la bruja de Hansel y Gretel, atrae a niños para asesinarlos.

En ambos mundos, Ofelia se enfrenta al mismo mal. Tanto Vidal como ese monstruo atentan contra la niñez (el capitán quiere que su futuro hijo sea la continuación de su visión fascista de la vida); y ahí, en ese punto, es que Del Toro hace de El laberinto del fauno una fábula moderna sobre el valor de la inocencia en los tiempos de conflicto. La cinta del mexicano está hilvanada a través de innumerables rasgos mitológicos: la lucha entre el bien y el mal, la llegada de un ser “elegido”, la búsqueda de la vida eterna; pero todo ello le sirve para reivindicar esa ingenuidad infantil que lleva a creer en lo imposible. En la visión del director, no hay diferencias entre la fantasía de un infante y el idealismo de alguien que quiere desaparecer el estado de horror que impera en su mundo. Ambos actos revelan un amor por lo improbable; no obstante, la cinta las hace ver, a contracorriente del escepticismo de la posmodernidad, como las únicas vías para preservar la condición humana. Por ello, salvar sangre inocente hace a Ofelia tan inmortal como un personaje de cuento, viajando con zapatos rojos, como la Dorothy de El Mago de Oz, hacia un reino encantado para siempre.

La maestría con la que Del Toro narra El laberinto del fauno hechiza y conmueve, dejando esa sensación de que la película, superior a su también formidable El espinazo del diablo (2001), seguirá siendo disfrutada con el paso de los tiempos.
José Carlos Cabrejo

13 comentarios:

Roberto dijo...

¿no son demasiado obvias las referencias a las películas de gilliam, como time bandits, munchausen y brazil? ¿el personaje del capitán no está inspirado en los malvados de gilliam?

no me pareció completamente lograda, pero fue una bonita película.

Bz dijo...

Acabo de ver la película y es realmente mágica, sin duda Del Toro va consolidando su genialidad como narrador de cuentos.

Anónimo dijo...

Aparte de Gilliam, un referente esencial de "El laberinto del fauno" es "El espíritu de la colmena" (1973) de Víctor Erice, que también se inspira en sucesos relacionados a la Guerra Civil Española y que presenta a dos personajes en cierta medida equivalentes a Ofelia (Ivana Banquero) y el Fauno (Doug Jones): Ana (Ana Torrent) y Frankenstein.

"El laberinto del fauno" es de aquellas cintas que se nutre de muchos relatos, tanto literarios, historietísticos como cinematográficos, lo cual merecería todo un estudio intertextual (J.C.C.).

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con la crítica al Óscar por su posición ante los mejicanos aunque la película de del Toro me parece más la descripción de un mundo psicótico construido como mecanismo de defensa por el alma frágil de una niña sometida por un padrastro cruel y una madre impotente. No me parece un filme del género "fantástico", es un filme sobre las diversas formas de la locura. Tampoco me parece una niña "inocente" en el sentido en que es capaz ella de producir ese engendro evidentemente erótico y terrible que es el fauno ( aunque le escondan el miembro). También estoy de acuerdo en quitarle valoración a un filme artificioso y retórico como Babel. No me gustó.

Constantino Carvallo

Anónimo dijo...

Un pequeño desacuerdo con Carvallo. Es una película sobre la locura pero también es del género fantástico, ya que es como una fábula de la fantasía que resiste al mal y crea monstruos distintos y más o menos crueles pero imaginarios. No es realista ni cercana al documental. Y la inocencia sí puede crear bestias sexuadas como el fauno, cuando se trata de una niña que empieza a ser púber.

Anónimo dijo...

A mi parecer hay dos incoherencias en la película que me molestan mucho. A ver si alguien las ha identificado también. Luego las comento para cotejar.

Anónimo dijo...

El laberinto del fauno a mi me recuerda a Laberinto, esa pela con David Bowie de hace veinte años casi y también me hace recordar a una pelìcula muy rara que pasò la Universidad de Lima y que creo que se llama Alice.

Páginas del diario de Satán dijo...

Julio César, por favor di cuáles son las incoherencias

Anónimo dijo...

Alice? Puede ser el corto del también músico Luis Quequezana, en la cual el muñeco monstruoso de una niña cobra vida.

Páginas del diario de Satán dijo...

Sí, podría ser el corto de Quequezana, pero también podría ser Alice, una película de largometraje del checo Jan Svenkmajer, que combina animación con la participación de una actriz. Es una versión alucinada y genial de Alicia en el país de la maravillas. Pero, que recordemos, esa película no se ha pasado en la U. de Lima. Pregunta al lector: ¿cuál de esas películas es, ya que las dos evocan el mundo de El laberinto del fauno?

Páginas del diario de Satán dijo...

Hola Constantino. Hola anónimos. Nos alegra mucho que nos lean y nos dejen sus comentarios. El género fantástico, en resumen, es aquel que a través de determinados relatos articula hechos mágicos o sobrenaturales, que alteran la noción que tenemos de la realidad. “El laberinto del fauno”, si bien nos muestra en la secuencia de la agonía de Ofelia que los seres fantásticos con los que se interrelaciona son aparentes productos de su imaginación; en su secuencia final, ya no incluye el punto de vista de la protagonista, sino sólo el del narrador, quien a través de una voz en off, y en medio de las imágenes de un campo, señala que la princesa (Ofelia) siguió actuando con justicia en un mundo encantado, habiendo dejado huellas en el mundo terrenal que sólo pueden ser vistas por algunas personas. En ese sentido, la cinta no llega a distanciarse de esos elementos característicos del género.

Pero incluso si no tomáramos en cuenta su secuencia final, “El laberinto del fauno” seguiría siendo una película que de comienzo a fin, a pesar de la inclusión de un mundo de características “reales”en paralelo al “fantasioso”, se maneja según las convenciones del género, con una heroína rodeada de hadas experimentando un miedo hacia lo desconocido, reflejado en seres tan monstruosos como el sapo que guarda la llave y el hombre pálido que asesina a niños. Pasando, además, una serie de pruebas contra fuerzas sobrenaturales, tal como ocurre con los protagonistas de muchos de los relatos maravillosos (el relato maravilloso es junto al horror y la ciencia-ficción una de las vertientes del género fantástico en el cine).

La inocencia es un elemento importante en los cuentos de hadas, que son uno de los principales referentes de “El laberinto del fauno”; pero, nunca han faltado interpretaciones de esa clase de relatos que encuentran, bajo una expresión de ingenuidad, determinados símbolos y referencias eróticas.

Esperamos que tanto Constantino como los demás lectores sigan escribiendo comentarios y generando discusiones sobre el cine que es objeto de nuestras críticas y apreciaciones. Eso hará de “Páginas del diario de Satán” un blog mucho más vivo. Gracias. (J.C.C.)

Miguel Rivero dijo...

A mi la verdad me decepcionó mucho El laberinto del fauno. En España estuvo precedida de halagos criminales que incluso llegaban a ponerla sobre TODA la trilogía de El señor de los anillos, hablando de sus múltiples capas de profundidad. No niego que del Toro es uno de los más interesantes realizadores del cine fantástico en cuanto a puesta en escena y diseño de mundos imaginarios, pero en lo narrativo es una de las películas más pobres, planas y trilladas que he visto ultimamente. es uan buena que el talento plástico indiscutible de Del Toro y una producción tan intachable como esta no hayan contado con una historia que apunte un poco más allá del público de guardería. Creo que el género esta gozando de buenos vientos en todo el mundo, pero justamente por eso no coincido con Jose Carlos y su afirmación de que esta película ubica a Del Toro como uno de sus mejores cultores en la actualidad.

Sonia Paredes dijo...

La película me gustó. Todo el ambiente fantástico, ese submundo, las criaturas como el sapo, el fauno, el monstruo de ojos en las manos, el final trágico, me gustaron.
Pero no me pareció una excelente película, habian muchos cosas sueltas. La exagerada maldad del capitán me pareció muy obvia y mal tratada, ojo, no estoy en contra del sentido de la exageración, pero su tratamiento fue muy torpe, simple y hasta insoportable.
Dos puñaladas mortales y el capitan ni mostraba dificultad para moverse. Como 20 gotas de laudano y seguía corriendo como si nada... nada que ver. Poco creible pero normal nomás.
La verdad no encontré esa gran articulación entre los dos mundos paralelos. De que había relación, la había, pero la película no llegó a transmitirme la relevancia de una historia sobre la otra. Me pareció que el contexto de la Guerra civil española también fue gratuito, no sentí una reflexión sobre ella en si, ni la breve historia que se vivía... en todo caso pudo haber sido otro conflicto cualquiera.
Pero bueno, aún así es un gran logro, toda la producción, los efectos, los personajes mágicos bien construidos, la actuación de la niña, etc. son cosas que merecen aplauso.