Isaac León Frías amplía la posición que expuso en su artículo publicado por El Dominical, de El Comercio. En este post habla de la censura, el estado de la cartelera, la piratería y la función de Indecopi.
Algunos lectores poco informados han señalado que existe una relación entre la poca piratería fílmica en Santiago y Buenos Aires y el buen nivel de la cartelera de estrenos, mientras que en Lima ocurre lo contrario. Eso no es verdad. La piratería en Santiago, y en mayor medida aun en Buenos Aires, está muy extendida y lo puede ver uno en las aceras de las calles donde se ofrecen dvd piratas, como ocurre asimismo en casi todas las capitales de la región. En México, por ejemplo, se vende en mesas colocadas en parques y plazas públicas. En Buenos Aires, la piratería se ofrece por catálogo y se entrega a domicilio. Lo que no hay en Santiago, Buenos Aires o México es venta pirata en kioskos, tiendas o galerías comerciales, al menos no de manera abierta como en Lima, pero la venta y circulación clandestina es, según todos los indicios, enorme. Esa es la principal diferencia, además del download de Internet, bastante más extendido que entre nosotros. Las cifras de piratería audiovisual que se conocen en México y Buenos Aires son realmente asombrosas.
Por otra parte, el nivel de la cartelera en Buenos Aires y Santiago ha sido históricamente muy superior al de Lima, mucho antes de que existiera, no sólo el dvd, también el casete del Betamax o del VHS. Ese desnivel no ha variado con el tiempo. No es verdad, entonces, que la piratería haya afectado la calidad de los estrenos en Lima. Es cierto, y eso parece desconocerlo el Sr. Martin Moscoso, de INDECOPI, que hubo épocas (décadas, incluso) en que podíamos ver en Lima una variedad de títulos hoy inexistente. En los años 50, 60 y 70 la oferta estaba mucho más diversificada y la multiplicidad de salas de estreno y barrio la favorecían.
Los multicines no habían impuesto aún el rasero implacable de los últimos tiempos y los estrenos más taquilleros (digamos Los 10 mandamientos, Ben Hur, West Side Story, La novicia rebelde o La aventura del Poseidón) se exhibían por varios meses en una sola sala sin la "operación copamiento" que hoy día ejercen los blockbusters. Aún así, en esos tiempos, si un aficionado quería estar más "al día" en el conocimiento del cine mundial, y tenía los medios para hacerlo, viajaba a Santiago o, especialmente, Buenos Aires, para lograr tal cometido.
Si la piratería se ha extendido, y no sólo aquí sino internacionalmente, se debe a una serie de factores que provienen en gran parte del propio mercado cinematogràfico. En el caso concreto del Perú, no hay duda de que el empobrecimiento de la oferta en salas públicas, más la casi inexistente oferta de dvds en tiendas (la cadena Blockbuster, por ejemplo, jamás intentó llegar a ese mercado residual que hoy se abastece en los bien servidos espacios de algunas galerías) ha contribuído y contribuye a la difusión de un material que parece maná caido del cielo frente a la bochornosa realidad de la cartelera comercial. Por eso es que
la campaña antipiratería que impulsa INDECOPI, aliado a las grandes empresas transnacionales, resulta absolutamente inútil. Esos mensajes bobalicones, del tipo 20 pirata, además de torturar a quienes vamos al cine con frecuencia, son más bien una invitación a dejar de ir al cine para no tener que soportarlos. De eso se libran quienes no van al cine y se dedican a ver videos en sus casas.
La piratería fílmica es, en buena medida, un sub-producto del mercado y sus operaciones. Es una respuesta ilegal a un mercado transnacional controlado por unas pocas empresas, discriminador, abusivo, excluyente de propuestas distintas o tolerante frente a lo que no suponga riesgo a su posición de dominio (por ejemplo, el hecho de que algunas películas peruanas puedan estar distribuidas por esas empresas). Y es una prolongación ilegal, asimismo, de esas operaciones de marketing gigantesco que movilizan las grandes empresas y que encuentra un fácil caldo de cultivo en países pobres como el nuestro, donde los precios de los escasos dvd legales son inaccesibles para la mayoría. Al punto de que va en aumento la"justificación" cultural de la piratería, incluso en medios académicos y periodísticos.
No deja de llamar la atención de que INDECOPI establezca una alianza de hecho con quienes son los principales responsables del estado de cosas que experimentamos en materia fílmica y se convierta en una suerte de paraguas legal de todas sus operaciones, con una flagrante incomprensión del sentido auténtico del "autor" cinematográfico que expone Martin Moscoso, casi un vocero no de INDECOPI, sino de las empresas transnacionales. Lo que se tendría que esperar de INDECOPI es la absoluta independencia frente a las empresas comerciales y la conducta de Martin Moscoso ha estado asociada permanentemente a presentaciones o exposiciones públicas al lado de los gerentes de las distribuidoras en la campaña antipiratería.
Si la piratería se ha extendido, y no sólo aquí sino internacionalmente, se debe a una serie de factores que provienen en gran parte del propio mercado cinematogràfico. En el caso concreto del Perú, no hay duda de que el empobrecimiento de la oferta en salas públicas, más la casi inexistente oferta de dvds en tiendas (la cadena Blockbuster, por ejemplo, jamás intentó llegar a ese mercado residual que hoy se abastece en los bien servidos espacios de algunas galerías) ha contribuído y contribuye a la difusión de un material que parece maná caido del cielo frente a la bochornosa realidad de la cartelera comercial. Por eso es que
la campaña antipiratería que impulsa INDECOPI, aliado a las grandes empresas transnacionales, resulta absolutamente inútil. Esos mensajes bobalicones, del tipo 20 pirata, además de torturar a quienes vamos al cine con frecuencia, son más bien una invitación a dejar de ir al cine para no tener que soportarlos. De eso se libran quienes no van al cine y se dedican a ver videos en sus casas.
La piratería fílmica es, en buena medida, un sub-producto del mercado y sus operaciones. Es una respuesta ilegal a un mercado transnacional controlado por unas pocas empresas, discriminador, abusivo, excluyente de propuestas distintas o tolerante frente a lo que no suponga riesgo a su posición de dominio (por ejemplo, el hecho de que algunas películas peruanas puedan estar distribuidas por esas empresas). Y es una prolongación ilegal, asimismo, de esas operaciones de marketing gigantesco que movilizan las grandes empresas y que encuentra un fácil caldo de cultivo en países pobres como el nuestro, donde los precios de los escasos dvd legales son inaccesibles para la mayoría. Al punto de que va en aumento la"justificación" cultural de la piratería, incluso en medios académicos y periodísticos.
No deja de llamar la atención de que INDECOPI establezca una alianza de hecho con quienes son los principales responsables del estado de cosas que experimentamos en materia fílmica y se convierta en una suerte de paraguas legal de todas sus operaciones, con una flagrante incomprensión del sentido auténtico del "autor" cinematográfico que expone Martin Moscoso, casi un vocero no de INDECOPI, sino de las empresas transnacionales. Lo que se tendría que esperar de INDECOPI es la absoluta independencia frente a las empresas comerciales y la conducta de Martin Moscoso ha estado asociada permanentemente a presentaciones o exposiciones públicas al lado de los gerentes de las distribuidoras en la campaña antipiratería.
¿Se puede esperar en estas condiciones que prospere un posible reclamo ante INDECOPI de los cortes y parches que se han puesto a La mujer de mis pesadillas? Resaponderán que los distribuidores están en todo su derecho. Igualmente, INDECOPI está amparando con esta campaña la invocación que, de hecho, realizan las empresas de que sólo se vea el cine que ellas ofrecen, como si ese fuera el único que se hace el mundo. Es decir, la campaña antipiratería está contribuyendo a ofrecer una visión parcial, sesgada y, desde luego, totalmente favorecedora de los intereses transnacionales en materia fílmica e INDECOPI funciona allí casi como furgón de cola, pero el que da la cara, mucho más que los representantes de la industria, es Martin Moscoso.
Todo lo anterior no significa que avale o defienda una organización ilegal paralela ni que considere que individuos o grupos que lucran con la piratería fílmica constituyan algo positivo o deseable. No lo creo, en absoluto, pero en el estado actual de las cosas, esa guerra antipiratería es una guerra perdida aquí y en todas partes y mientras se mantenga el dominio de unas pocas empresas y no existan otros canales, como por ejemplo la "bajada" legal y barata de películas por Internet, las cosas no ofrecen ningún viso de cambio. Mientras tanto, seguiremos siendo torturados los espectadores que pagamos nuestra entrada...
Isaac León Frías
Todo lo anterior no significa que avale o defienda una organización ilegal paralela ni que considere que individuos o grupos que lucran con la piratería fílmica constituyan algo positivo o deseable. No lo creo, en absoluto, pero en el estado actual de las cosas, esa guerra antipiratería es una guerra perdida aquí y en todas partes y mientras se mantenga el dominio de unas pocas empresas y no existan otros canales, como por ejemplo la "bajada" legal y barata de películas por Internet, las cosas no ofrecen ningún viso de cambio. Mientras tanto, seguiremos siendo torturados los espectadores que pagamos nuestra entrada...
Isaac León Frías
15 comentarios:
Excelente artículo y análisis de la situación de la piratería en el Perú. Este caso no solo se da en la piratería, el Estado resulta ser casi siempre el protector de los sectores privados que buscan monopolizar el mercado. La eterna lucha y eterno fracaso de la lucha antipiratería en el Perú es un claro signo que el mercado alternativo de Polvos Azules, el Hueco y la calle misma es producto de las leyes del mercado liberal. Las mismas que el gobierno dice defender.
Estoy totalmente en desacuerdo en lo publicado por el Sr. Frias. Yo he vivido por un año en Santiago (estudiando) y conozco Buenos Aires y es TOTALMENTE FALSO que la pirateria este totalmente extendida en esas ciudadades. En Santiago existe la CONAPI y vender pirateria esta totalmente prohibido y es un delito, es mas existe un proyecto ley al respecto (lo hablo porque lo estudie alrespecto) una cosa es que algunas personas vayan como turistas y pregunten donde conseguir peliculas piratas y por ahi se consigan clandestinamente, pero decir que esta extendida es una falacia total. En Buenos Aires la cosa no es distinta, lo que pasa es que debido a la crisis del 2002 se incremento la informalidad, pero sigue siendo penado y jamas fomalizada como aca. Es penoso que personas academicas desinformen sobre tales noticias, aun mas sin presentar ejemplos debidos ni buscar informacion al respecto.
Otro punto, el descargo de peliculas todavia no se ha establecido como pena legal en varios paises porque existen muchos juicios que estan en prospecto y hasta que no se solucionen seguiran abiertos al publico.
Atte
Jose Luis
El lector que firma como José Luis dice haber estado en Chile y Argentina y me critica por ofrecer información
falsa sobre esos países en materia de piratería. Por lo visto, sí ha estado en esos países o no se enteró de nada o se enteró de muy poco. Recomiendo a los lectores entrar a Google y poner tanto piratería en
Argentina como piratería en Chile. Verán la información que allí se consigna y de la que, por cierto,
José Luis nunca se enteró. No la voy a trasmitir en su totalidad, pero sí ofrecer algunos datos oficiales,
es decir, ofrecidos por los propios organismos reguladores de esos países. Por ejemplo, el
Consejo Nacional Antipiratería de Chile señala que las ganancias por piratería en cine, música, software
y libros alcanzan la suma anual de 1,000 millones de dólares. Sólo la piratería de películas alcanzó pérdidas
de 40 millones de dólares en 2004 y la tendencia es ascendente. Otro informe señala que sólo una reducción
de 10 puntos en la piratería podría añadir 500 millones de dólares a la economía chilena, crear 1,600
nuevos puestos de trabajo y producir 55 millones de dólares de recaudación tributaria.
Por lo visto el lector José Luis no se ha enterado que Chile ha recibido una sanción de los Estados
Unidos por no combatir de manera suficiente el aumento de la piratería en virtud del tratado de libre comercio
y que un estudio de la Unión Europea ubica a Chile en el cuarto lugar en una selección de 63 países del mundo en materia de piratería.
¿Quién está en el tercer lugar en ese estudio? Nada menos que Argentina, donde los propios
organismos nacionales calculan que se piratea el 80% de las obras audiovisuales y la circulación
ilegal en Internet llega al 90%. En fin, invito a todos a recorrer las páginas de Internet y al lector
José Luis a informarse bien antes de emitir opiniones despistadas.
Isaac León Frías
Esta interesante el articulo
Ahora ni siquiera tienes que pagar por ver una pelicula (ni el DVD pirata siquiera) ya que ahora se estan colgados en internet (ayer he visto Resident Evil 3, que esta de estreno en la cartelera peruana) ni siquiera tienes que bajar nada sino pones play nomas (esperando un tiempo que "baje")
Alguna paginas son cinetube.es o www.divxonline.info y hay montones de peliculas (desde clasicos del cine como Nosferatu, hasta las mas nuevas como Transformes y otros, e inclusive dividido por generos) Estan dobladas al español, aunque hay algunas paginas que ponen la version original con subtitulos en ingles (para los que les gusten de escuchas las voces originales y no los dobladas) La calidad de la imagen todavia no es la mejor, pero creo que con el paso del tiempo esto va a mejorar.
Todavia no hay tantas peliculas, pero creo que es cuestion de tiempo que aparezcan mas y mas.
No solo postean peliculas, sino series (ej. Lost, Prison Break, etc) Si las quieres descargar vas a mininova.org
Creo que en el cine va a pasar algo asi como pasa con la musica, en donde recientemente RadioHead puso en su pagina web su ultimo disco en Internet pagando lo que quieras (si quieres pagas 0, si quieres paga 5$, si quieres paga 100$, lo que quieras) y con esto han ganado 10$ millones. Con esto los estudios, asi como las disqueras entrarian en crisis, porque ya no habrian intermediarios.
Aparte de que sea un delito o no la pirateria, creo que ha hecho que la gente tenga mucho mas acceso a la informacion, a la cultura. Aparte de eso, a veces las distrubuidoras "se pasan". Por ejemplo yo vi Underworld un Febrero (en DVD) no me acuerdo que año y en Agosto de ese mismo año recien la estrenaron en cartelera. Igual paso con Punch Drunk Love, que la estrenaron en las universidades y no en los cines comerciales, y que en este año, de las peliculas nominadas al Oscar, creo que se estrenaron 2 o 3 aqui.
Muchas gracias
Pancho
Como comenté en un post anterior, yo creo que sí podría haber indicios suficientes para presentar una denuncia ante INDECOPI, no por un tema de derechos de autor sino de libre competencia (abuso de posición de dominio y/o prácticas concertadas entre las grandes distribuidoras).
Para ello es necesario que gente como Ricardo Bedoya o Isaac León Frías, o cualquier persona interesada que conozca bien el mercado, busquen un abogado y se decidan a ir a INDECOPI (ni siquiera es necesario el abogado porque INDECOPI podría asumir el caso de oficio si se le aporta buenos indicios)
Como mencioné antes, ya ha habido antecedentes de sanción a las majors en España:
http://www.cncompetencia.es/PDFs/resoluciones/2006/2097.pdf
http://www.uniovi.es/economia/prof/Fundamentos/LuisOreaSanchez/RELEASE%20COMPETITION%20IN%20THE%20SPANISH%20CINEMA%20INDUSTRY_SAE2006.pdf
Saludos,
Hawk
Quiero agregar un dato más que revelador a mi comentario anterior: un informe del gobierno norteamericano
en meses pasados señaló literalmente que "Argentina, Chile y Venezuela están en observación prioritaria
por su falta de acción contra la piratería de películas, programas de computación y música, en tanto Brasil
está mostrando avances y ha salido de ese grupo". Yo fui bastante claro en mi artrículo al decir que en
Chile y Argentina la piratería no se expende en kioskos o tiendas, sino que tiene otros canales menos visibles.
Allí están los datos que lo acreditan. No parto de suposiciones o de impresiones de viajero. Hay que aclararle
otro despiste al lector José Luis: en el Perú la piratería no es algo formal como dice con ligereza. Es totalmente
informal e ilegal. Lo que ocurre es que casi no se controla, pero por lo visto los niveles son más bajos (aunque
resulta difícil creerlo) que en varios otros países de la región, pues el Perú no está en esa lista de observación ni aparece en los informes de organismos internacionales acerca de los países con tasas más altas de
piratería en América Latina.
Isaac León Frías
Creo que por vias legales, seria imposible que una, o varias empresas, pudiera absorber la cantidad de material que se ofrece en internet.Lo mismo pasa con la musica. Son miles de titulos, desde los mas extraños, que a pesar de tener uno o dos surtidores en los torrents, ahi estan dandole, hasta los mas comerciales con miles de fuentes. Si las empresas bajaran sus precios o a los peruanos les subieran el sueldo, igual el mercado no podria consumir todo. Siempre habra cientos de titulos que no podrian ser traidos y que terminarian siendo descargados o copiados a pedido. Es cierto que el nivel de venta ilegal bajaria, pero no el de descargas. Me remito al mercado de EEUU y algunos de Europa. La oferta es enorme, pero los links de las paginas web francesas que ofrecen peliculas en descarga gratuita son decenas.Lo mismo en USA donde circulan las versiones cam, los dvd screeners y los dvdrips. Sufre la RIIA con las descargas de musica y la Motion Pictures con las de cine. No que el nivel de ingreso de los norteamercanos es alto, que pueden comprar? Bueno, no todos los hacen y persiguen a estudiantes, escolares y cierran con candado las paginas de intercambio. Creo que lo ideal es cuando lo legal recauda mas que lo ilegal. Mientras esa figura exista, las aguas estaran mas o menos quietas hasta que el negocio del entretenimiento se adapte totalmente a internet y se pueda descargar, sin problemas y a un buen precio, una oscura, por lo rara, pelicula Turca o un blockbuster.
Mr. Download
Si al final, los sres. distribuidores están en su derecho de mutilar escenas, lo mínimo que deberían hacer (y eso, supongo que sí amapara a los consumidores) es colocar un aviso que diga "esta película ha sido modificada para hacerla apta para XX años de edad". Así, ya sabríamos a qué atenernos.
Saludos
Frente a la grosera censura a la película de los hermanos Farrelly, una dependencia como INDECOPI debería actuar de oficio, como cuando se hacen operativos antipiratería en diversos lugares, periódica e infructuosamente. Porque se trata de un claro caso que atenta contra los derechos del consumidor, el más elemental de los cuales es que no se mutile ni adultere el producto o servicio por el cual se paga. Es como si le vendieran un libro con páginas ilegibles o fotos tachadas, o un disco en el cual una o mas canciones incluidas no se pudiera reproducir. Si no sucede así, es porque INDECOPI no cumple su rol arbitral como institución del Estado, y se ha convertido más bien en oficina legal, de prensa y relaciones públicas de las grandes empresas distribuidoras norteamericanas. Mas o menos como sucede con OSIPTEL con respecto a las operadoras de teléfonos, u OSINERG frente a las compañías de electricidad. Sino que me desmientan, y ante la denuncia pública y en medios, apliquen una sanción ejemplar a la empresa UIP.
PD: También sería bueno que la ASPEC se pronuncie al respecto ¿o los espectadores cinematográficos -tal vez por ser cada vez más un rara avis- no tienen derechos como cualquier otro consumidor?
Creo que a nadie le gustaria que venga Indecopi, pues hasta los mismos que hoy hablan de censura cometen los delitos de reproduccion de dvds piratas
(Ley Nº 28289, articulos 217, 218 y 219 del Código Penal)
Señor León Frías
Usted escribió sobre la revista Godard y su relación con las compañías distribuidoras de películas. Hace un tiempo en el blog Neocofobia, el señor Ernesto Zelaya de la revista Godard escribió esto que a mi me sorprendió:
" Voy a hacer un parentésis entre tanta crítica para comentar una situación que ya se viene repitiendo cada año y que cada vez me parece más cómica...
Como siempre, los críticos que se precien de ser importantes publican en el mes de diciembre sus listas de los mejores estrenos del año, dando pie a comentarios, comparaciones y críticas. Yo también lo hago como podrán ver y más que nada termino en desacuerdo con todo el mundo.
Hace algunas semanas, me encontraba leyendo estas listas en el suplemento Luces de El Comercio y me di cuenta que todos los críticos de dicha institución coincidían en una crítica que ya se viene repitiendo a cada rato: la pobre calidad de los estrenos en la cartelera comercial, la falta de películas más "de peso", "artistícas" o como quieran llamarlas, la conclusión general de que el 2006 fue muy pobre para la cartelera y ojalá esta situación mejore para el 2007.
Algo me dice que a fin de año van a estar deseandole lo mismo al 2008. Y esto es algo que no sólo sucede aquí sino en todos los países: los criticos se lamentan de lo malo de su cartelera y proclaman que "tal o tal año ha sido el peor". Y así sucesivamente, se va repitiendo como un círculo vicioso.
No niego que hay varias películas en cartelera que están de más (Ya sean gringadas como Deck the Halls y mientras menos hable del Ratón Pérez o la treintena de animalitos animados que parecen salir a cada rato), pero hay algo que estos ilustres críticos parecen no tomar en cuenta a la hora de quejarse. Desgraciadamente, la cartelera no está hecha para ellos. Las distribuidoras traen películas pensando en el público en general, esa gente que va al cine sólo de vez en cuando y sólo para divertirse, no para criticarle a una película hasta los créditos.
Esto igual es un negocio y las distribuidoras obvio, desean que las películas tengan buenos resultados. Que mejor manera trayendo películas reconocibles y que la gente va a ir a ver... los criticos que buscan filmes más profundos o de mayor peso, son una minoría. Yo digo, simplemente, es lo que hay y si no te gusta, no vayas al cine en vez de quejarte tanto."
Ahí también aparece un comentario del señor Diego Cabrera que es también de Godard que dice a Zelaya esto:
"Muy lucido y honesto de tu parte Ernest. El ego de la mayoría de críticos no les permite ver cosas tan sencillas como las que acabas de exponer. Dale que el Blog está de P.M.".
Qué opina usted?
Señores lectores
Siempre en los temas polémicos aparece algún anónimo injurioso e insultante o que atribuye conductas personales indebidas o lo que fuera, sin dar una idea válida sobre el tema en discusión.
En algunos casos provoca responder y poner las cosas en claro, pero eso sería pisar el palito y abrir el blog a la injuria.
Un poco de coraje, señores anónimos, y consignen al menos un mail donde enviar la respuesta que merecen.
Sólo un dato:
En Buenos Aires es difícil conseguir copias piratas de películas, incluso de música. Claro que las hay!! pero son de baja calidad...uno encuentra huecos pero no es tan abiertamente difundida (la piratería) como aquí...una amiga me comentó que "la calidad de la piratería en perú es superior".
Dejemonos de hipocresías y demos gracias a la piratería!! Todos tenemos nuestras colecciones privadas de dvds piratas compradas semana a semana en polvos Azules y disfrutamos en casa de ellas verdad? Gracias a la piratería podemos acceder a la cultura, cosa que años atrás era impensable. Creo que así exista una tienda que comercialice dvds originales (como los que compramos en Polvos Azules) la mayoría optaría por el dvd pirata puesto que es más barato y de calidad.
Como anécdota le cuento que siempre veo con curiosidad cómo muchos extranjeros de paso por Lima, aficionados al cine, compran decenas de dvds en Polvos Azules, con rostros de alegría e incredulidad...
Hola Chacho,
en este tema tan polémico discrepo contigo en varios puntos.
Primero que nada, parece que los críticos defienden la piratería ante nuestra pobre cartelera, porque hay puestos en Polvos donde se pueden conseguir títulos asiáticos, europeos, clásicos, etc.
Pero es mas que obvio, que solo un muy reducido grupo compra estos DVDs piratas. La mayoría de personas compra los mismos blockbusters del cine, Shrek, Spiderman, etc. Entonces la pregunta es, defenderían igual los críticos la piratería si es que no hubiesen estos puestitos "selectos"?
Por otro lado, el tema del precio tampoco es justificación. Es cierto que en nuestro país los DVDs son mas caros que en el resto de la región (en Argentina o México se pueden conseguir DVDs originales a menos de 10 dólares porque son INDUSTRIA NACIONAL, mientras que acá hay que importarlos), pero estoy seguro que así cuesten 5 dólares, los peruanos van a seguir comprando pirata, porque con el cuento de Pepe el Vivo y demás tonterías, siempre la gente quiere sacarle la vuelta a la ley. Sino, basta darse una vuelta por Polvos Rosados o visitar a algún amigo con un poder adquisitivo suficiente para darnos cuenta que los mayores compradores de piratería son la gente de A/B.
Por último, aunque nos pese en el alma, vivimos en el Perú, un país subdesarrollado, que hasta que no se desarrolle y crezca económica, social y culturalmente, no vamos a tener el acceso a toda la producción de la cultura mundial. Eso ha sido así por siempre y seguramente lo seguirá siendo a pesar de la globalización y demás.
O es que si soy fanático de los montajes de Broadway, ¿voy a robar plata a quien sea para poder viajar una vez a la semana a NY y ver las obras?
Por último, no es mas valioso y se siente mas rico, cuando haces tu pedido por Amazon y el DVD, CD o libro que pediste al fin llega y crees, seguro ilusoriamente, que a lo mejor eres el único en el Perú que lo tiene? Es rico, verdad?
Todo lo anterior no quita que nuestra cartelera sea pobre, que las distribuidoras muchas veces son abusivas y discriminatorias, que solo piensen en el vil dinero, etc etc. Pero de ahí a pretender que veamos en el cine toooooooda la producción mundial en un país como Perú o que justifiquemos la piratería hay un trecho muy largo....
Oscar
aunque la pirateria sea un delito,ha hecho que miles de personas pobres tengan acceso a películas, musica, programas de pc, juegos, etc
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