martes, 13 de noviembre de 2007

Una mirada a En el dormitorio de Todd Field


El cine, al igual que las demás artes, es un medio repetitivo. En nuestra actualidad cada vez es más familiar esa idea sobre la intertextualidad o el manejo de modelos que un autor se fija conciente o inconcientemente antes de realizar una obra; es esa huella que nos delata sobre nuestros gustos o preferencias alimentando así esa teoría de que uno continua o re-edita lo que ya alguien se había ingeniado.

La temática sobre los conflictos familiares dentro del cine ya es un asunto de la que podemos obtener una abundante filmografía. Este tipo de tema está mediado por el desarrollo de una crisis que se crea dentro de una familia motivada por un hecho desafortunado. En el dormitorio (In the Bedroom), de Todd Field, es uno de los tantos materiales que se suma a esta cuestión. La trama es simple: sobre como una pareja de esposos, ya madura, pasa por una crisis conyugal y emocional a raíz del fallecimiento de su único hijo.

Frank Fowler es un joven pescador que vive enamorado de Natalie Strout, una joven de mayor edad que Frank y que inclusive ha tenido como experiencia una relación matrimonial junto con Richard Strout la cual resultó infructuosa. A pesar que la joven Natalie tiene dos niños producto de su anterior relación, eso no incomoda al casi infante Frank, hasta que un día el agresivo Richard asesina de un disparo a Frank. En esto consiste la primera parte de la película donde los padres se encuentran casi en un segundo plano, para que luego ello se invierta.

Pero empecemos por el contexto y además el inicio. Frank es un muchacho que aparte de vivir el momento (como según él declara) de su relación con Natalie ha decidido una vez más retrasar sus planes estudiantiles, esto debido a que se está expresando en él ese espíritu de relación que va más allá de un acuerdo entre enamorados. Natalie tiene junto con ella dos niños, los cuales Frank acoge y además trata de tomar el puesto del verdadero padre, ello asistiendo a partidos de béisbol de los niños e inclusive organizándoles fiestas de cumpleaños a los niños con el apoyo de los padres del mismo Frank. La presencia de Richard frente a Frank, crea en este el deseo de represión y no frente a su pareja, sino a sí mismo. Ello se le ve en sus gestos de preocupación cada vez que Richard aparece de manera imprevista. Frank sabe muy bien que la actitud de Richard es agresiva, impulsiva y matonesca pero existe en Frank ese compromiso tanto a Natalie como a los niños de cumplir con ese rol que ellos mismo le han confiado; el rol de padre.


Entonces aquí se presenta una primera confusión frente al joven sobre el lema de ser o aceptarse. Él es un joven aún con futuro inestable e indeciso, por eso desde el comienzo de la película hasta el desenlace que tiene el personaje, no se llega a concretar su futuro adulto creado por su propia convicción. Lo que ocurre con Frank es que prácticamente se está viendo obligado a madurar ¡pero ya! Es por eso que de un momento a otro Frank plantea a su padre el vivir tan solo de la pesca, pasatiempo que venía de la familia Fowler echando de lado su oportunidad para estudiar arquitectura (según se puede entender al ver sus diversos planos) y para lo cual posee un buen talento. En una escena, Frank está llamando a un personaje “X” quien le concede una entrevista dando a entender que el joven se ha decidido por no abandonar su futuro estudiantil. Cuando de pronto una llamada cancela esta conversación. Es el hijo de Natalie que cuenta a Frank que han tenido un problema en la casa. Entonces aquí se ve la irrupción. Irrupción que Natalie recae para Frank, y que el mismo Frank decide acoger. Es por eso que decide echar de lado sus asuntos educativos (su yo juvenil) para convertirse una vez más en esa imagen paterna para el niño (su yo maduro). Entonces aquí se podría entender que no existe lo que es una convicción del propio Frank, sino más bien tanto Natalie como sus hijos son los que le empujan a actuar de aquella forma.


El caso de Natalie es lo mismo pero a la inversa. Natalie es aún joven, pero “más madura”, solo entre comillas, ello por su misma edad. Natalie tiene dos hijos y un marido del que está separada, más no divorciada, pero muy a pesar de eso decidió iniciar una relación con Frank. De aquí partimos la psicología de Natalie, como una mujer que no tiene aún condensada su personalidad “como mujer”, como persona que pueda valerse por sí misma, es inmadura, desordenada de ideas y de personalidad. Su comportamiento es casi la de una niña. En una escena de la película Matt Fowler, padre de Frank, de improvisto llega a su casa en busca de su hijo, y se da con la sorpresa que la pareja, obviamente al percatarse de la llegada del patriarca, baja las escaleras desesperada, yendo semidespienados y agitados; era un hecho que estaban muy ocupados dentro de uno de los cuartos. Más tarde, Matt, muy afectuosamente invita a comer a la pareja a la mesa y el comportamiento de Natalie en ella es casi la de un infante. Si hay algo que caracteriza mucho al personaje de Natalie es que posee una mirada muy inquieta, insegura de sí misma, infantil y nerviosa, e inclusive de su misma voz. Su nerviosismo a través de su voz es casi siempre detectable. Podemos entonces con esto decir que Natalie es una persona que tiene un futuro inseguro, especialmente si hay de por medio en su vida dos niños a los que debe de cuidar; es por eso que necesita de Frank o más bien de una imagen conyugal para ella y paternal para sus hijos. Es muy importante el asunto de las edades. Frank podrá tener sus momentos de madurez, pero aún acaba de salir de su mundo juvenil, todavía posee una apariencia infantil y eso es un asunto clave en la película, que tan importante son las actitudes y reacciones de los personajes pues ello influirá en sus destinos más adelante. Esto me lleva a razonar sobre una elaboración exquisita de Field en el desarrollo del guión y el origen del título de su obra.

En un día de pesca, Matt enseña a uno de los hijos de Natalie sobre la pesca de langostas. Se le llama cabeza a la red de nylon que atrapa a la langosta en el agua, y para ello es necesario tan solo dos cabezas. Matt dice: “dos es compañía…tres son multitud”. La presencia de tres cabezas puede hacer perder el brazo de una de las langostas, entonces sería ello una pesca infructuosa. Pero hay algo muy curioso en lo que sigue, y es que luego Matt reprende a su hijo Frank, también presente ahí, por haber tenido el descuido de haber sobrepasado el número de cabezas en el agua (esto lo explico más adelante). Seguido de ello Matt coge una langosta hembra, esta con unas dimensiones grandes para una langosta de tamaño normal, y le comenta al niño sobre las características de ese animal. Le distingue su fuerza anormal frente a otras langostas. Dice que una como de su tamaño podría matar fácilmente a dos machos. Agrega además que esta hembra posee bayas o huevos, los cuales según Matt, las leyes del Estado prohíben su pesca. A manera de predicción, Matt sin querer ha descrito las situaciones y sucesos que luego ocurrirán en la película. Una pareja es de dos, pero no de tres. Si se abusa del número podría ocasionar hechos infructuosos. Es evidente que la langosta gigante es Natalie y que los dos machos a los que se aniquilaría sería Frank, que será asesinado, y Richard, que correrá con la misma suerte, ello motivado por el objeto del deseo que sería Natalie, ello producto de una inseguridad emocional que Natalie va creando tanto en Frank como en Richard. Como ya habíamos explicado Frank llegaría a ser esa imagen conyugal-paternal, mientras que Richard, muy a pesar de formar parte del pasado de Natalie, la joven, debido a su comportamiento inseguro y medroso, deja más que un espacio grande a Richard para que siga este ahuyentando dentro de su nueva comunidad, de su nueva familia.


Hay otro punto muy importante a detallar que es sobre el asunto del título. Matt en su explicación sobre las cabezas o trampas de nylon, comenta que la langosta el atravesar dichas cabezas, pasa por un recinto llamado “dormitorio”, donde será el espacio que lo mantendrá encerrado. A esto le agrego otra escena de la cinta donde Frank explica mediante una maqueta a Natalie sobre un proyecto del que se ha imaginado. De una casa que tiene como centro una habitación y está rodeada por los dormitorios tanto de los padres como de los hijos. Matt dice que es una idea estupenda, dicha habitación como el centro donde la familia se encuentre. El dormitorio alude a lo que es el entorno familiar que es anhelo constante de todos los personajes, tanto de los Fowler como de los Strout (Natalie y Richard). Todos aquí desean formar su familia, reorganizarla. Necesitan de ese centro o punto vital que mantenga en vida ese calor familiar. En el caso de Natalie, ella necesita de ese centro conyugal-paternal. Richard por su parte necesita ponerse él mismo como centro de la familia, aquella que extravió o más bien que le fue arrebatada por un infante que dañó su orgullo. En la pareja Fowler, tanto antes como después de la muerte de su hijo, Frank siempre fue el centro. La soledad del padre, la arrogancia de la madre; todo dirigido y provocado por su presencia física o sentimental del hijo. Es por eso que antes de la muerte de Frank, ambos padres siempre están pendientes de las acciones de su hijo, quieren ser casi partícipes de su vida. Después de la muerte de Frank, es por eso que ambos dialogan tan solo con sus pensamientos, con su culpabilidad, pues el centro ya ha desaparecido, y si no hay un centro entonces se deconstruye o se derrumba su medio familiar.

La segunda parte de la película es netamente graficada por los padres de Frank. Después de la muerte de Frank el contexto es distinto. La película en un comienzo empezó en un entorno veraniego, con reuniones en el campo, jubilo, niños, el asunto del amor que lleva a lo sexual tanto de los jóvenes como de los padres. Luego de la crisis, el mismo entorno y la misma iluminación son diferentes. El colorido celestial se volvió en un tono tungsteno, azulado ya casi para gris. Hay una ausencia plena de la figura infantil. La misma relación de la pareja que recién ha perdido a su único ser querido, ha colapsado. Lo que un día fue normal se convirtió en rutina; la calma sonora, ya no se escuchan ni lo pajaritos ni el medio ambiente. Los mismos personajes tienen menos diálogos. Los propios movimientos o miradas nos indican su estado de ánimo. En el comienzo de la película se veía una notoriedad sobre la ausencia de comunicación entre padre e hijo. Eran los padres los que asistían a Frank, los que le invitaban a conversar y lo único que conseguían de este era esa rebeldía e indiferencia de la que se llama independencia ya sea en la forma de pensar o en su misma vida intima del joven. Muy a pesar de eso había o existía un diálogo en actividad; muy a pesar de los sinsabores que tenía Frank cuando conversaba con sus padres, existía tanto en Matt como en Ruth esa mirada de satisfacción por la presencia del hijo. Ya con la muerte de Frank, la pareja Fowler queda en un ambiente de rutina, de culpabilidad, de amargura, de confusión, están reprimidos. Ruth es una mujer que dentro de su edad posee una gran vitalidad. El manejo de un coro de jóvenes es su medio de actividad, el cual luego de la crisis tiene que dejar por un tiempo de atenderlos para autoflajelarse ella misma postrada en un sillón donde no deja de fumar. Es la ansiedad de no poder comunicarse frente a su único camino, que es Matt. Por su lado, Matt es quien tiene una apariencia tranquila, como si nada hubiese pasado, pero es esa tranquilidad, su estado de represión o su forma de reprimirse. Matt es casi un símbolo de la soledad al igual que toda la película misma. Es curioso que la familia Fowler se haya dedicado a la pesca, considerada como un trabajo solitario. El mismo pueblo está entre el mar infinito y las zonas boscosas. Matt después de sus labores tenía la costumbre de ir a ver trabajar a su hijo en el puerto. Era su forma de escape dentro de su realidad, la imagen del hijo. Matt a propósito se olvidaba su almuerzo para que concientemente pueda tener la excusa de salir a ver a su hijo después de finalizar media jornada. Matt en sus ratos libres asistía a su hijo o a su misma esposa. Ello lo cambia con la compañía de una podadora o cortando hojas de los árboles. El oficio de jardinero, como otro ente también solitario. Tanto Ruth como Matt se autoreprimían y no el uno al otro. La propia ausencia de comunicación entre los cónyuges no creaba más que odio e inclusive temor el uno frente al otro. Ya luego surgirá una convergencia que sería el desahogo de ambos. Manifestar sus represiones, sus odios, sus temores. Muy a pesar de ello no reina la calma dentro de ellos. Se podría decir que se habían perdonado el uno del otro, pues siempre existió una culpabilidad en cada uno por la muerte de su hijo (ello también a manera de represión), pero a quien no habían perdonado fue al verdadero culpable.

Si en un momento Richard fue para Natalie una irrupción de tranquilidad, ahora lo era para Ruth y más adelante para Matt. En el caso de Ruth el asesino era asimilado como un recuerdo que la atormentaba. Si bien sabía Ruth que Richard era el asesino de su hijo, ella se reprimía tanto con su único alrededor (Matt) o consigo misma. Para Ruth más bien Richard significaba como el medio que la derrumbaba. Aquella única imagen a la cual se sentía impotente de echarle en cara la culpa. Cuando Natalie se acercó a Ruth para disculparse frente a la muerte de su hijo, la única reacción que la mujer tuvo frente a eso, fue de fijar en la joven como el módulo de la culpa, es por eso que la golpeó. Lo mismo pasa cuando ve a su esposo, e inclusive a ella misma. Cuando ve a Richard su reacción es de agonía. Matt sin embargo siempre tuvo uno culpa dirigida al asesino, y si el sentía una culpa como padre era el de seguir sabiendo que el asesino de su hijo andaba libre. Es por eso que decidió matar a Richard. Era la única forma de que pueda cerrar en él esa cicatriz que se había formado en lo más recóndito de su ser. El compromiso era eliminar al asesino para que así pueda sanar. Y en la película eso se manifiesta cuando Matt entre la confusión y la culpabilidad se corta un dedo y se pone una venda. Ya cuando ha consumado su delito, echado en su cama, decide quitarse la venda. Ya no queda más marca que la del recuerdo. Si queda evidencia ahora de culpabilidad es por la muerte de Richard. Nace en él ahora una intranquilidad tal vez incierta. Puedo sospechar ello pues a Matt se le ha quedado grabado una antigua foto de Richard con Natalie sonrientes, que vio en la casa de su víctima.

Después de haber culminado su delito Matt, ya en su casa, se desnuda y envuelve su ropa como desperdicio. La envuelve como si tuviera la intención de, más tarde, quemarla o botarla. Luego se lava el cuerpo. Aquí el agua, como signo de purificación, el elemento que para los griegos significaba el medio de la purificación del alma que pasa a un estado de olvido. El alma olvidaba todo lo terrenal para quedar en paz. Es así como se quiere sentir Matt después de su delito, pero echado en su cama tiene una mirada inquieta, preocupada, con insomnio, intranquila.

En el dormitorio, como mencionaba al comienzo, aborda un asunto ya tratado. Se me viene a la mente Ordinary People de Robert Redford o La habitación del hijo de Nanni Moretti (aunque esta es contemporánea con En el dormitorio), que por cierto tienen un trama similar a la mencionada, solo que el tratamiento es muy diferente, ojo, muy a pesar que contienen o comparten una misma trama. A esto es a lo que me refería con la intertextualidad. Todd Field bien pudo, tal vez, haberse basado en otras películas anteriores para crear la suya, pero el estilo es el que lo ferencia de esa huella que arrastra. El cuento puede ser el mismo, pero la forma como uno lo cuenta es la que lo hace diferente.

Carlos Esquives E.

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