martes, 22 de mayo de 2012

¿Las películas de terror como prueba de la diversidad cultural existente en nuestra cartelera?

Como Hans Rothgiesser se queja de que no enlazamos a su artículo en "Semana económica" y tal vez tiene razón, toda vez que antes remitimos al artículo de Siles que lo criticaba, aquí va el enlace omitido:

http://semanaeconomica.com/articulos/81486-la-promocion-de-la-cultura-como-problema-economico

Y aquí tienen otro artículo de Rothgiesser: http://mildemonios.lamula.pe/, que se explica por sí solo: las películas de terror son la prueba contundente de la floreciente diversidad de nuestra cartelera y de la apertura y tolerancia del mercado cinematográfico peruano a los cines del mundo.

Los lectores saben que a este blog "el cine de terror" no le "vale madres", como tampoco le "vale madres" el cine de acción ni el de superhéroes. Es más, las películas de terror suelen tener una atención preferente aquí.

Pero los lectores también saben que muchos de los colaboradores de este blog creemos que el mercado cinematográfico en el Perú no solo está distorsionado, sino que es excluyente, restrictivo, discriminatorio y ejerce prácticas que atentan contra los derechos del consumidor.

Y esas prácticas van desde convertir una función de cine en un mercado de venta de canchita y hot dogs en el interior de la sala cuando la película ya está iniciada, hasta el estreno de copias dobladas luego de realizar campañas publicitarias promoviendo las voces originales de actores de Hollywood.

O de cancelar estrenos anunciados. O de suspender funciones y echarle la culpa a la prensa por la mala información. O de concertar las fechas de los estrenos bloqueando la entrada de películas peruanas o europeas o asiáticas que puedan aspirar a un lanzamiento importante entre los meses de mayo y agosto, que corresponden a los de la primavera y el verano de los Estados Unidos, época de taquillazos.  O en los meses de diciembre a abril porque van los estrenos de Navidad y los del Oscar.

O de invadir la cartelera con centenares de copias, saturando el mercado con un solo título que será reemplazado por otro que llegará recargado con un centenar de copias más. O de haber logrado la extrema liberalización de la calificación por edades hasta el punto en que cualquier niño puede entrar a ver cualquier cosa (y digo eso sin pizca de moralismo)

O de arrimar, en su segunda semana de exhibición, a las películas más interesantes -peruanas o de cualquier nacionalidad, incluidas algunas de terror que cita Rothgiesser- a las funciones de 3 de la tarde o de 11 de la noche. ¿Por qué? Porque se estrenaron sin el ruido mediático de "Los vengadores" y deben abrir paso a algún "hueso" cuya exhibición es requisito indispensable para el suministro de un blockbuster futuro.

Esta situación que describo no es privativa del Perú. Por eso, muchos países del mundo -de economías abiertas de mercado- poseen legislaciones que tratan de regular, poner límites, establecer racionalidad ahí donde algunos quieren que el pez grande siga comiéndose al chico.


Ricardo Bedoya

P.D.: Olvidaba decir que las películas de terror llegan con retraso no a causa de la búsqueda cinéfila de títulos exclusivos como parece pensar el economista autor del artículo . Los motivos son más simples. Algunos distribuidores, llamémoslos independientes, compran los derechos y traen copias usadas para el estreno local. Eso retrasa las fechas porque deben esperar que queden disponibles copias aceptables de segunda mano, en Argentina, en España, en México, o en otros lugares. Pero además tienen que esperar turno porque ellos no tienen la misma capacidad de negociación que poseen las representantes de las Majors con las cadenas exhibidoras. Siempre habrá un Harry Potter, un Hombre Araña o algún superhéroe ocupando espacio.

11 comentarios:

Hans Rothgiesser dijo...

Estimado Ricardo Bedoya.

Qué interesante que dejes de mencionar el párrafo en el que antes de entrar al tema del cine de terror específicamente menciono que no se trata de una demostración (¡hasta uso esa palabra!), sino mera evidencia. Estoy seguro que entiendes la diferencia entre ambas palabras y que cuando en este post tuyo pones que me refiero al cine de terror como demostración (específicamente dije que no lo era) es parte de una confusión.

Una más, dicho sea de paso. Las demás sardinas que me echas encima las puedo comentar de a pocos. Pero específicamente este post tuyo es demostración (y esta vez sí lo es, aparte de que también es evidencia evidencia) de que no leen antes de mandarse de atacar al que no está de acuerdo con uno.

Atentamente,

Hans Rothgiesser

PS: Qué irónico. Justamente cuando escribí ese párrafo estaba pensando en los usuales trolls que hay en internet. No en un reconocido promotor del cine como usted. Irónico.

PS2: Y así es como, supongo, creen que promueven el debate. Buena suerte con eso.

jaime dijo...

cuanta basura, maldita sea me da nauseas, ni siquiera puedo ir al cine a ver algo decente

Ricardo Bedoya dijo...

Estimado Hans Rothgiesser


Si el título del post habla del cine de terro como PRUEBA de la diversidad cultural de la cartelera peruana es porque interpreta del modo más fiel posible lo que está expresado en tu artículo.

El diccionario define el término evidencia de dos maneras: 1) "Certeza absoluta de una cosa, tan clara y manifiesta que resulta indudable o innegable"

2)"Cosa, especialmente prueba, que es evidente".

No cabe, pues, el reproche de haber alterado el sentido de lo que expresaste en tu artículo. Al decir que se trata de una evidencia, estás afirmando que es una prueba indudable, clara y manifiesta.

Por lo demás, yo no echo ninguna sardina. Doy mis opiniones. Eso es todo.

Me preocupa, sí, la generalización que haces. "No leen", dices. Usas un plural indefinido que no corresponde. No pertenezco a algún grupo genérico incierto. El que opina soy yo y deberías decir, en todo caso, "no lees" antes de atacar.

Pero como te he demostrado antes, leo y muy bien. Lo evidente, si es tal, no requiere demostración.

Ah, y no hay ataque alguno contra tu persona. Al contrario, creo que tus artículos provocan la discusión, aunque no esté de acuerdo con algunas opiniones tuyas (con otras, sí) Es más, quiero invitarte al programa de televisión para conversar -no para pelear ni discutir- sobre estos temas. Ojalá aceptes.

Ricardo Bedoya

Hans Rothgiesser dijo...

1. Tampoco uso la palabra "prueba". Invito a cualquier lector a que vaya a mi post y haga una búsqueda en el browser que use y podrá constatarlo tranquilamente. No has leído el post que comentas.

2. El título del post es: "Acerca de la promoción del cine (20): Los que pagarán los platos rotos". Ni siquiera hago mención al cine de terror ahí. No has leído ni siquiera el título del post que comentas.

3. En mi comentario no estoy generalizando. Estos dos puntos anteriores me indican que efectivamente no lees lo que comentas. Lamentablemente. Me da pena, pero que persistas es peor todavía. De algo tan, pero tan evidente que cualquier lector con conexión a internet puede ir a constatar por su cuenta.

4. Me encantaría aceptar tu invitación, pero tendría que ser en un par de semanas. Cómo coordino?

Ricardo Bedoya dijo...

Respuesta 1

Estimado Rothgiesser

Seamos serios en la discusión.

Me dices que no leo y el que no lee eres tú. O no entiende lo que lee.

En mi respuesta de las 21.22 no estoy refiriéndome al título de tu post en el blog de La Mula, sino a mi post, es decir a este post de “Páginas del diario de Satán” que está recibiendo tus comentarios y los míos.

Por favor, si vas a debatir, al menos lee con cuidado.

El título de este post se pregunta si las películas de terror son la prueba de la diversidad de nuestra cartelera, porque eso es lo que afirma tu artículo. Y es lo que tú reconoces en tu comentario al recalcar que hablaste de “evidencia”. Antes de citar títulos de películas de terror estrenadas en 2011 dices: “Lo que viene a continuación no es una demostración, es evidencia”.

Cualquier persona con un conocimiento mediano de nuestro idioma debe entender que si se trata de una evidencia lo estás presentando con carácter de prueba. Lo evidente es lo que no admite duda. ¿Para qué vas a demostrar nada si es evidente?

¿Evidencia de qué?
Según tu artículo, es evidencia (o prueba) de que en el Perú sí se pueden estrenar películas que no provienen de Hollywood. Yo no creo que la presencia de esos títulos en la cartelera pruebe nada ni modifique el avasallante dominio de una sola cinematografía. Por esa razón este post se pregunta si las películas de terror son “evidencia” de pluralidad.

Continúa...

Ricardo Bedoya dijo...

Respuesta a Hans Rothgiesser (2)


Me molesta que alegues que dos cosas: que te he tergiversado y que te he atacado.

Creo haber probado (evidenciado) que usaste mal una palabra y que el sentido de lo que querías decir fue el contrario al deseado. Tal vez debiste usar la siguiente frase: “Lo que viene a continuación no es una demostración, es un indicio” Al presentarlo como indicio, si hubieras podido reservarte la demostración posterior de los hechos. Pero, lástima, no lo hiciste. No alegues, pues, tergiversación donde no la hubo

¿Por qué no aceptas que te equivocaste?

¿Te he atacado?
He enumerado hechos de la distribución cinematográfica que cualquier persona que asista regularmente a los cines, o cineasta o distribuidor independiente puede testimoniar. Es así como funciona el negocio. ¿Eso es un ataque personal?

Pero además hay en tus respuestas una extraña necesidad de pluralizar al “otro”, acaso para presentarte como víctima de un cargamontón: “no leen”, “la gentita”. Es la conspiración colectiva de no sé qué sindicato de coludidos. Eso es insostenible.

Sobre la invitación al programa. Es firme. La productora se va a comunicar contigo.

Ricardo Bedoya

Alonso Izaguirre dijo...

Uno puede coincidir con Rothgiesser en la idea de evitar que algunos cineastas, no todos, se acostumbren a una especie de Estado-vaca de donde sacar la leche cuántas veces lo requieran, y gratis todavía.
Pero otra cosa es intentar hacerse el gracioso con el problema, porque lo es, de la avalancha de tanques hollywoodenses en la cartelera limeña (cito textualmente): “¿Cómo? ¿Que hay un ‘oligopolio evidente’ que bla, bla, bla? Ok, si se trata de eso -¡sighs…!-, la cosa es mucho más simple aún y no necesitamos ley alguna. Para eso tenemos a Indecopi. Cuando haya un caso de abuso de posición de dominio o de imposiciones y de todo eso que mencionan en los comentarios y que levantó la anterior ministra de cultura, van a Indecopi (que es, insisto, una organización pública con mucha más credibilidad que el Congreso y que para colmo en el nuevo gobierno tiene un sesgo más orientado a la defensa del consumidor) y ellos se encargan. Listo. Qué fácil”.
Sí, tan facilito, que a esta problemática de la más que evidente invasión y monopolización por parte del cine estadounidense -revisada e investigada por gente prestigiosa como Jonathan Rosembaun en Las guerras del cine- el economista la llama ‘teorías de la conspiración’. O sea, según Rothgiesser, no existe este problema, y se manda a comparar los espárragos con una película. Interesantísimo. ¿Y ahora intenta decirnos que nadie más que él promueve el debate "bla, bla, bla"? “Si dices lo que quieres, vas a escuchar lo que no quieres”.
Después señala en un post que nadie se acuerda de películas vistas bajo el régimen de la 19327. ¿Nadie? ¿Por qué no dice él? ¿Por qué la generalización? ¿Nadie se acuerda de La fuga del chacal con poco más de 980 mil espectadores, de Gregorio, de La ciudad y los perros o La boca del lobo? Lo más gracioso de todo es el hecho de que Rothgiesser menciona a Alias la Gringa como una de sus preferidas, un filme del año 1991, cuando aún estaba vigente la antigua ley.
No se trata de victimizar a los cineastas, pero dar a entender que los exhibidores y distribuidores van a ser perjudicados, pobres ellos, por una cuota de pantalla, es por decir lo menos, risible. Y como menciona un anónimo anterior, sería bueno que algunos abandonen la demagogia de afirmar que una cuota de pantalla “nos obligará” a ver cine peruano. Una cuota no obliga a nadie a ver una película.

Anónimo dijo...

Rothgiesser dice que para combatir los efectos nocivos del monopolio de las majors está el INDECOPI, cuando hasta el propio columnista de Semana Económica, el liberal Alfredo Bullard, reconoce que INDECOPI no funciona en sus funciones de defensa de la libre competencia (que es distinto a las áreas de competencia desleal y de protección al consumidor). Aunque se presentara una denuncia a la Comisión de Libre Competencia del INDECOPI por prácticas restrictivas de los exhibidores y distribuidores, INDECOPI no cuenta con medios suficientes para actuar (ni siquiera podrían hacer un operativo simultáneo en varios puntos). Es por eso que el número de casos resueltos por prácticas restrictivas de la libre competencia es ínfimo.

Hans Rothgiesser dijo...

Anónimo: A ver, un par de aclaraciones.

Primero, no podemos hablar de un monopolio si es que -según tu mismo planteamiento, con el cual yo no termino de estar de acuerdo, aunque tampoco lo invalido- hay majors, así, en plural. Si se trata de varias empresas, no solo una, se trata de un oligopolio, no de un monopolio.
Es una diferencia relevante, si es que te interesa ahondar en el asunto. Eso querría decir que para hacer varias de las cosas que el sr. Ricardo Bedoya alega que hacen -lo cual tampoco me termina de convencer, pero en fin, puede ser- tendrían que operar de manera coludida. No sé si serás el mismo Anónimo de la vez pasada, pero supongo que estarás de acuerdo con él. Aquí el problema: Este comportamiento de cartel es ilegal con la legislación actual. No necesitamos ninguna ley para intervenir esto -si es que fuese cierto, lo cual no niego que pueda ser, pero que tampoco sabemos si lo es-, sino solamente probarlo. Eso es todo.

Segundo, ahora vas a estar de acuerdo con el autodenominado liberal sr. Alfredo Bullard? Mostro. Sabes lo que él opina sobre intervenciones del Estado en mercados en funcionamiento, no? Genial. Siguiente!

(Disclaimer: Sé que es por gusto, pero igual lo hago: No digo que esto y lo otro sea falso, sino que no me convence. No digo que no haya dominio de mercado, sino que no me parece que para resolverlo necesitemos una nueva ley. No digo que el Estado no intervenga, sino que lo debería hacer de otra manera. Ahora, aun habiendo hecho estas aclaraciones, venga la acusación de que opino exactamente lo contrario. En cinco, cuatro, tres...)

Anónimo dijo...

Ay Rothgiesser. Tranquilo, respira hondo. La mención a Bullard cuestiona tu facilismo para las cosas. "Es fácil" ir a Indecopi. Sí claro, pero recontra facilito no es ni para un neoliberal como Bullard. Allí donde puede ser interesante tu opinión, la embarras tratando de ser malcriadín. Ya te equivocaste con tu pretendida "industria" del teatro peruano, ahora das a entender que esas películas de terror que tanto te gustan -y que según tú, no tienen contactos en el Mincul- son traídas por un grupo de héroes que han visto una ventana de oportunidad en la cartelera peruana. Sí? Has hablado con distribuidoras como Eurofilms por ejemplo? No te has preguntado por qué llegan con tanto retraso? O por qué Hollywood impide que veamos algunas de sus películas interesantes cancelando en Lima estrenos o no considerándonos para nada en algunos de ellos, incitando de esta forma a la piratería?
Algunos de tus puntos son interesantes, pero tú mismo te saboteas pretendiendo saber más de lo que en realidad sabes. Y si recibes críticas, tu actitud es victimizarte señalando que son los demoniacos trolls.

R Bedoya dijo...

Les pido mantener el debate pero sin calificaciones personales ni ironias. El sarcasmo no aporta mejores razones.