viernes, 17 de abril de 2009

La duda: verdad o prejuicio

Acreedora de cinco nominaciones al Globo de Oro, entre ellas la de mejor guión (escrito por el propio director de la película, John Patrick Stanley), al mejor actor (Philip Seymour) y a la mejor actriz (Meryl Streep), “La Duda”, es un film plagado de drama, emoción, intriga. Mantiene la tensión viva gracias al cauteloso manejo de la información en cada una de sus escenas y a la astucia con que se desenvuelven las dos personalidades más fuertes de la historia: el Padre Flynn (Phylip Seymour), un sacerdote carismático, de mentalidad abierta y reformista, y la Hermana Aloysius (Meryl Streep), una monja tradicionalista, de ideas estrictas e imagen imponente.

La historia se desarrolla en 1964, en la parroquia de San Nicolás, en el Bronx, donde el Padre se esmera por cambiar los reglamentos excesivamente rigurosos del colegio. Son tiempos de cambio político y social, y la escuela ha aceptado por primera vez a un alumno negro, un niño de unos doce años llamado Donald Miller, quien, dados los prejuicios raciales de la época, es un chico algo solitario y con problemas de adaptación al grupo. El Padre Flynn se muestra muy pendiente de él, lo acoge y lo protege todo el tiempo, lo cual despierta terribles sospechas en la Hermana Aloysius, quien es la temida directora del colegio, principal defensora del reglamento y de la imposición de la disciplina a través del miedo. No obstante, muy por encima de la poca simpatía que transmite, la Hermana se muestra realmente preocupada por el bienestar de Donald y de los otros alumnos, y será esta su principal motivación para probar la culpabilidad del Padre Flynn y lograr que lo expulsen.

La Hermana Aloysius no tiene pruebas contundentes que respalden sus argumentos, pero cuenta con una voluntad tremenda que la impulsa a seguir hacia adelante aunque para ello tenga que romper con sus propios votos de disciplina; todo porque tiene la fuerte convicción de que la verdad está de su lado. Finalmente, la descarnada lucha personal entre el Padre y la Hermana concluirá en un episodio que sabe a desconcierto e insatisfacción, pero cierra en una última escena que llega a movernos hasta la última fibra de la emoción, con la deshecha figura de la Hermana Aloysios quien, tras haber pronunciado con firmeza la frase: “En la búsqueda del mal, uno se aleja un paso de Dios pero se acerca uno más a su servicio”, rompe en llanto y añade: “Tengo Dudas”.

María Gracia Morales

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Eso es una crítica?

Más bien parece una sinopsis algo larga de la película, con final incluído. Qué texto tan soso! Qué pasó Sr. Bedoya, desde cuando publica sin criterio?

Anónimo dijo...

Este minitexto no califica, Bedoya

Anónimo dijo...

No se puede publicar cualquier cosa.

Anónimo dijo...

two thumbs down.

Anónimo dijo...

Parece una sinopsis de DVD pirata ><