No le falta razón a Manuel Siles cuando afirma que no se le ha otorgado la atención suficiente a la producción de las regiones y a la que se ha venido realizando en Lima, y yo no dejo de hacer mi autocrítica al respecto, aún considerando que desde hace algunos años he dejado el ejercicio de la crítica regular, como la que tuve a mi cargo durante 40 años ininterrumpidos.
Pero hay que considerar que los espacios de exhibición han sido en la mayor parte estrictamente locales (en Ayacucho o Puno, por citar sólo dos ciudades) o la difusión en otras partes, incluida Lima, ha estado muy limitada, con lo cual no resultaba fácil abordar críticamente esas películas en el momento de su lanzamiento. En este blog, y en su espacio del diario El Comercio, Bedoya ha comentado casi todas las películas de soporte digital que se han exhibido en salas públicas comerciales de Lima, cosa que nadie más ha hecho. Una de las pocas películas no comentadas por Bedoya ha sido Rehenes, pero nadie le podría atribuir falta de atención, lo que no ha ocurrido en absoluto con el codirector de la revista Godard! que viene escribiendo, además de su revista, en el semanario Somos desde hace casi 10 años, ignorando por completo el comentario de las películas regionales e "independientes" de las que, ahora, se convierte en un inesperado defensor, incorporándose incluso a una asociación de intereses gremiales, como si él también fuera un cineasta independiente y no el habitual vocero del cine de la cartelera comercial que ha sido a lo largo de los últimos 10 años.
El cine regional ha venido demostrando empuje, superación, algunos aciertos parciales (El misterio de Kharisiri, una de las más promisorias, los Jarjachas, de Eusebio y Ortega, El huerfanito, El tunche...) y un resultado más apreciable como el de Los actores, de Omar Forero, que pudo convertirse en un largo de exhibición, pero no tenía las condiciones técnicas para pasar a soporte fílmico.
El llamado cine independiente limeño, cuya gestación ha sido posterior a la del cine de provincias tiene también varios títulos estimables, especialmente los que ha dirigido Raúl del Busto, el más sólido de los nuevos realizadores, y parcialmente, los de Eduardo Quispe, que demuestra tener no sólo una "mirada" propia, una sensibilidad intimista poco común en estos lares, sino que hace vislumbrar que con mayores medios podría alcanzar resultados más satisfactorios.
No obstante, si ha habido poca atención, se está presentando desde hace algún tiempo en un sector periodístico la reacción extrema, una notoria mitificación de los alcances expresivos de esta producción, especialmente de la limeña, pues se le sigue prestando escasa atención a lo que se hace en provincias. Nunca en la historia del periodismo cinematográfico en el Perú se han hecho elogios tan rotundos y se han utilizado expresiones como la de "nuevo cine peruano" o cine de avanzada para lo que, sin duda, es novedoso y diferenciado, pero que aún está muy lejos de exhibir los méritos que se le dispensan.
Por otra parte, y ya lo he dicho en otra ocasión, no me parece exacto hablar de cine independiente a propósito de la producción, digamos "alternativa", que es la que no se exhibe en salas comerciales. Independientes son todas las películas de producción peruana (o coproducciones) que dependen de ayudas y subsidios del Estado, de fundaciones u organismos como IBERMEDIA. La producción no independiente en el mundo es la que depende íntegramente del Estado o de las grandes empresas o consorcios de producción. Es verdad que una buena parte de lo que se conoce como cine independiente (una categoría usada y abusada en exceso) podría discutirse como tal, pero lo que se hace en el Perú y en casi toda América Latina hoy día (se puede exceptuar la producción cubana, las producciones de Televisa en México, de O Globo en Brasil y la de algunas empresas) es independiente en la medida en que no hay imposiciones (puede haber, sí, algunas limitaciones) por parte de los entes financiadores y los realizadores, a menudo también guionistas, tienen libertad para el manejo de sus proyectos.
Entonces, oponer en el Perú un cine independiente a otro que no lo es, me parece un serio error de apreciación y, en algunos casos, un recurso demagógico, porque lo de independiente suena bien, de quienes nunca han sustentado la pertinencia de mencionar un calificativo que tiene un soporte económico y otro expresivo, que no pueden aplicarse como en otras partes en el caso peruano. Eso no significa, por supuesto, que no estemos ante dos modalidades de cine independiente, que están basadas en volúmenes presupuestales, soporte fílmico o videístico, canales de exhibición y particularidades narrativas y expresivas. Se puede hablar, con mayor corrección, de un cine alternativo limeño y de otras regiones, con diferencias muy claras entre los dos, o directamente entre un cine que apunta a las pantallas comerciales y otro que no lo hace o lo hace de manera un tanto marginal. La experiencia de El último guerrero Chanka de algún modo marca la incorporación de un producto regional a un circuito comercial amplio, aún cuando no esté en soporte fílmico, sino en el DCP de muy probable rápida expansión, de modo que en muy corto tiempo se impondrá, seguramente, un periodo de coexistencia del soporte fílmico con el DCP.
Isaac León Frías
Pero hay que considerar que los espacios de exhibición han sido en la mayor parte estrictamente locales (en Ayacucho o Puno, por citar sólo dos ciudades) o la difusión en otras partes, incluida Lima, ha estado muy limitada, con lo cual no resultaba fácil abordar críticamente esas películas en el momento de su lanzamiento. En este blog, y en su espacio del diario El Comercio, Bedoya ha comentado casi todas las películas de soporte digital que se han exhibido en salas públicas comerciales de Lima, cosa que nadie más ha hecho. Una de las pocas películas no comentadas por Bedoya ha sido Rehenes, pero nadie le podría atribuir falta de atención, lo que no ha ocurrido en absoluto con el codirector de la revista Godard! que viene escribiendo, además de su revista, en el semanario Somos desde hace casi 10 años, ignorando por completo el comentario de las películas regionales e "independientes" de las que, ahora, se convierte en un inesperado defensor, incorporándose incluso a una asociación de intereses gremiales, como si él también fuera un cineasta independiente y no el habitual vocero del cine de la cartelera comercial que ha sido a lo largo de los últimos 10 años.
El cine regional ha venido demostrando empuje, superación, algunos aciertos parciales (El misterio de Kharisiri, una de las más promisorias, los Jarjachas, de Eusebio y Ortega, El huerfanito, El tunche...) y un resultado más apreciable como el de Los actores, de Omar Forero, que pudo convertirse en un largo de exhibición, pero no tenía las condiciones técnicas para pasar a soporte fílmico.
El llamado cine independiente limeño, cuya gestación ha sido posterior a la del cine de provincias tiene también varios títulos estimables, especialmente los que ha dirigido Raúl del Busto, el más sólido de los nuevos realizadores, y parcialmente, los de Eduardo Quispe, que demuestra tener no sólo una "mirada" propia, una sensibilidad intimista poco común en estos lares, sino que hace vislumbrar que con mayores medios podría alcanzar resultados más satisfactorios.
No obstante, si ha habido poca atención, se está presentando desde hace algún tiempo en un sector periodístico la reacción extrema, una notoria mitificación de los alcances expresivos de esta producción, especialmente de la limeña, pues se le sigue prestando escasa atención a lo que se hace en provincias. Nunca en la historia del periodismo cinematográfico en el Perú se han hecho elogios tan rotundos y se han utilizado expresiones como la de "nuevo cine peruano" o cine de avanzada para lo que, sin duda, es novedoso y diferenciado, pero que aún está muy lejos de exhibir los méritos que se le dispensan.
Por otra parte, y ya lo he dicho en otra ocasión, no me parece exacto hablar de cine independiente a propósito de la producción, digamos "alternativa", que es la que no se exhibe en salas comerciales. Independientes son todas las películas de producción peruana (o coproducciones) que dependen de ayudas y subsidios del Estado, de fundaciones u organismos como IBERMEDIA. La producción no independiente en el mundo es la que depende íntegramente del Estado o de las grandes empresas o consorcios de producción. Es verdad que una buena parte de lo que se conoce como cine independiente (una categoría usada y abusada en exceso) podría discutirse como tal, pero lo que se hace en el Perú y en casi toda América Latina hoy día (se puede exceptuar la producción cubana, las producciones de Televisa en México, de O Globo en Brasil y la de algunas empresas) es independiente en la medida en que no hay imposiciones (puede haber, sí, algunas limitaciones) por parte de los entes financiadores y los realizadores, a menudo también guionistas, tienen libertad para el manejo de sus proyectos.
Entonces, oponer en el Perú un cine independiente a otro que no lo es, me parece un serio error de apreciación y, en algunos casos, un recurso demagógico, porque lo de independiente suena bien, de quienes nunca han sustentado la pertinencia de mencionar un calificativo que tiene un soporte económico y otro expresivo, que no pueden aplicarse como en otras partes en el caso peruano. Eso no significa, por supuesto, que no estemos ante dos modalidades de cine independiente, que están basadas en volúmenes presupuestales, soporte fílmico o videístico, canales de exhibición y particularidades narrativas y expresivas. Se puede hablar, con mayor corrección, de un cine alternativo limeño y de otras regiones, con diferencias muy claras entre los dos, o directamente entre un cine que apunta a las pantallas comerciales y otro que no lo hace o lo hace de manera un tanto marginal. La experiencia de El último guerrero Chanka de algún modo marca la incorporación de un producto regional a un circuito comercial amplio, aún cuando no esté en soporte fílmico, sino en el DCP de muy probable rápida expansión, de modo que en muy corto tiempo se impondrá, seguramente, un periodo de coexistencia del soporte fílmico con el DCP.
Isaac León Frías
13 comentarios:
Saludo la diferencia clara respecto al cine independiente peruano con el extranjero, yo suelo asistir cuando puedo a uno que otro cine club es enriquecedor ver de cerca el trabajo que hacen nuestros directores jovenes que apuestan por una propuesta no comercial con el fin de difundir una temática yo creo que eso es lo que mas rescato de esta clase de cine que se viene desarrollando a perfil bajo en nuestra ciudad.
Saludos
Ricardo, el debate con MCC se pospuso para el martes 21 de junio. En la función de "4" de Enrique Quispe.
Saludos.
Profesor Bedoya (1/3):
Se equivoca usted cuando dice que mis convicciones son "férreas".
A primera vista, deja usted servida la mesa para un consenso: usted dice "...que los prejuicios son terribles porque nos confinan en nuestras propias fobias y limitaciones".
Y, sin embargo, una vital parte de la ciencia metafísica (i.e., más de veintiséis siglos de tradición filósofica) es una investigación de los prejuicios, una aceptación de los prejuicios, una especulación respecto de la naturaleza inasible, pero real, de los prejuicios. Y esas "verdades" fundacionales suelen ser modestísimas: ya sabe, lo que nos
enseñó el viejo Aristóteles, que algo no puede ser y no ser al mismo tiempo; etcétera.
Por lo tanto, no es provechoso reprocharle al otro que tenga prejuicios; estos son requisito para los juicios; hay que reprocharle, más bien, que oculte sus prejuicios o que los camufle de razonamientos objetivos. Más aún: una labor auténticamente pedagógica excluye la represión y desprecio de los prejuicios ajenos; por el contrario, alienta
su manifestación a fin de una cabal inteligencia (en busca de la sombra de verdad que aquellos puedan albergar o, para decirlo con palabras del profesor León Frías, en busca de establecer "su genealogía").
Debo aclararle que no estoy realizando una apología del prejuicio. Sí, me arriesgo a
que usted me parangone con Cantinflas, acaso un inevitable referente del cine de Latinoamérica.
No es inusual que sea gratuita la utilización del término "polémica" en cualesquiera medios intelectuales. Yo prefiero recordar, siempre, que la raíz de ese término es POLEMIOS-A-ON, que significa (en plural) "los enemigos". Yo prefiero la palabra
diálogo, cuya etimología no conozco, y aquella idea de Borges (no recuerdo en qué página o entrevista lo dijo, tal vez sea frívolo citar de memoria): "Entenderse es una miseria".
Para el diálogo, es indispensable un auténtico desarrollo emocional y la subsecuente carencia de enemigos. En palabras menos pomposas: interesarse en lo central del argumento del próximo.
Más aún, profesor Bedoya, esto acaso le parezca una provocación o
una necedad: ayudar al próximo a que formule bien su argumento si se ha trabado.
En su respuesta al comentario que le dejé en un post anterior, usted incurre en un vicio dialéctico harto expandido: recurrir a la autoridad establecida. Por supuesto, ya es algo: en la lista de referencias bibliográficas y filmicas que usted consigna, yo amplío mi ignorancia, por ejemplo, yo no sabía ni pío de “Meek's Cutoff”, aunque debo confesarle que
el artículo que usted ha enlazado me parece bastante rutinario: más de lo mismo, lo que suele pasar por crítica de cine: un par de referencias, una veloz sintesis del argumento y una rápida sentencia cualitativa. Una buena nota informativa, con todo, esto es cultura: si alguna persona más me recomienda ese filme, tal vez lo vea. (Es más, ya estoy revisando fragmentos
en YouTube: súper interesante, tan distinto de "La boca del lobo").
Panta rei, como dijo su colega Heráclito, profesor Bedoya.
Wikipedia la Santa puede ayudarnos en este punto. Sé que me estoy comunicando con personas susceptibles, celosas de su honor
y verbalmente violentas; advierto que, a partir de este momento, quiero bromear un poco.
Profesor Bedoya (2/3)
Del siguiente, un tanto aburrido enlace
[http://es.wikipedia.org/wiki/Argumento_ad_baculum]
extraigo un párrafo anónimo:
---
En la película “Star Wars Episodio IV: Una Nueva Esperanza” se produce un ejemplo de este uso no-lógico de la falacia ad baculum cuando R2-D2 está ganando una partida de ajedrez holográfico a Chewbacca:
C3PO: Él ha hecho un movimiento correcto, gritar no te servirá.
Han Solo:(interrumpiendo) Déjalo. No es inteligente irritar a un Wookiee.
C3PO: Pero señor, nadie se preocupa por irritar a un androide.
Han Solo: Será porque los androides no les sacan los brazos de sus articulaciones a sus contrincantes cuando pierden.
Se sabe que los Wookiee hacen eso.
C3PO: Comprendo su punto de vista, señor. Te sugiero una nueva estrategia, R2. Deja ganar al Wookiee".
---
Aquí he dejado de bromear. No soy fan de Star Wars. Tampoco sé jugar ajedrez.
Profesor Bedoya (3/3):
El cine de los Straub no me interesa, me aburre un toque, creo que no lo entiendo. A Jarmusch no lo tomo mucho en cuenta, hace rato
que no veo una película suya, aunque actúe Jhonny Depp. No conozco bien aún el período Vertov de Godard, porque a Godard lo aguanto con reticencias (me interesan mucho, eso sí, las "Histoire(s) du cinema", el uso del chirriante vídeo para deconstruir la cinefilia, vale decir, el mito o posibilidad de que el soporte fílmico garantice la captura de la flor de Coleridge o el acceso a sectores recónditos de la percepción). Rocha nunca me ha gustado, y me complace que un cineasta que sí me interesa muchísimo, el brasileño Eduardo Coutinho, se subjetivice y desarrolle un punto de vista cercano al mío:
http://lacinefilianoespatriota.blogspot.com/2010/08/eduardo-couthino-especial.html
Me estoy empezando a interesar en las historias del animador canadiense John K., quien, por cierto, en su blog, ha escrito
notas entusiastas acerca de estrellas de Hollywood como John Wayne o el recurrente Supermán:
http://johnkstuff.blogspot.com/2009/07/wayne-borings-superman.html
Yo no suelo participar en conversaciones de blog, porque me cuesta tiempo y trabajo escribir, y, como verá, tiendo a la dispersión. Me despediré de usted haciéndole unas últimas observaciones:
Su lista de referencias obligatorias antes de opinar sobre un género canónico y tan ampliamente difundido como el western no se olvida de "Viento del Este", película de Godard que no he visto (y que, de inmediato, colocaría en mi lista de pendientes si no fuera porque no tengo una lista de pendientes). Ahí nos habla usted de un filme "...perforado por todo tipo de exabruptos", un filme
de lo más extraño. ¿Cómo logró Godard ese efecto al interior de un género canónico? Buen material para un académico.
Usted menciona a los Straub, quienes, si no me equivoco, son posmarxianos. Usted menciona al ideologizadísimo Rocha.
Entre los nombres que usted ha mencionado, ¿la asimilación del género western es acrítica, despolitizada?
Me parece un punto interesante. Si usted consiguiese tender un puente entre los presupuestos estéticos
de los Straub, Godard, Rocha y Reichardt, y los del Lombardi de "La boca del lobo", se configuraría
un inédito aporte crítico al debate local.
Aclaro que a mí Lombardi sí me interesa. Un poco, al menos.
No vuelvo a molestarlo por el momento, CZB.
Creo que los términos como "independiente" y "alternativo" usados en algunas artes son solo etiquetas que resultan importantes nada más que para los críticos profesionales quienes necesitan alguna manera de organizar sus datos y conocimientos. Supongo también que dichas etiquetas son útiles a la vez como herramientas de disertación para algún tipo de aficionado medio snob al cine pero ciertamente no hace ninguna diferencia práctica para el público. De todas maneras, como a veces no está demás hablar de cosas que no importan Sr. León Frías, le ofrezco mi interpretación del uso del término "cine independiente" en nuestro medio. Como Ud. mismo dice, la producción no independiente del mundo es aquella que depende íntegramente del estado o grandes productoras. DEL MUNDO. Obviamente el término "independiente" fue acuñado en una realidad muy distinta a la nuestra, una realidad con una industria cinematográfica sólida como la de Estados Unidos o Europa, y con un estado muy involucrado como en la antigua Unión Soviética. El Perú no es parte de esa realidad donde se da forma al dichoso término y es innecesario explayarse en el por qué. En nuestro circuito, y solo refiriéndome al cine nacional, lo que podríamos denominar como parte del sistema es aquel cine que para ser producido debe tener una productora detrás (usualmente han salido bazofias así pues solo buscan ser rentables a la mala, pienso en “El Delfín”, “Mañana te cuento 2”, “Motor y motivo”)o pasar por todas aquellas etapas (y olvidemos un rato las concesiones que eso suele conllevar) de búsqueda de fondos en organismos o concursos, y su posterior trato con las exhibidoras tan reacias al cine nacional o, mejor aún, participación en festivales donde quizá no les va tan mal . Teniendo en cuenta que ese es nuestro sistema, entonces un cine que no utilice estos mecanismos para ser producido y exhibido debería reconocerse como independiente. La mayor parte de estas obras son realizadas con fondos propios de cineastas guiados casi únicamente por el entusiasmo y que no pretenden exhibir más que para un pequeño circuito de aficionados y curiosos. Eso no quita que en algunos de ellos parece haber altas pretensiones y hay casos que hasta dan razones para pensar que con mayores recursos podrían hacer cosas realmente importantes.
Usted le da una acepción sólo productiva al término independiente, pero también hay una independencia estética que busca separarse de los moldes narrativos. ¡Qué opina, León?
Respuesta al señor Zevallos
No incurro en ningùn "argumento de autoridad". No trato de probar la superioridad o la nobleza del western apoyado en argumentos "notables". Usted afirmó que le parecía mal usar elementos de un género alienante para tratar asuntos de una "realidad cultural subalterna" o sobre el terrorismo.
Yo recordé algunos casos en los que se hizo, y punto.
Sobre el "prejuicio". Si usted decide recurrir a Aristóteles, yo sólo acudí al más cercano DRAE, que define el término de la siguiente manera:
"Opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal".
Como ve, cuando me referí al prejuicio, no lo hice para reprocharle los suyos (cada quien es dueño de tenerlos, de complacerse con ellos y hasta de enorgullecerse de los mismos, apelando a la metafísica y a Chewbacca) sino para expresar lo saludable que puede ser confrontarlos -es decir, enterarse a conciencia acerca del tema de tratar- para luego opinar sobre ellos.
Profesor Bedoya:
Satisfecho con su respuesta. Ojalá sirva como una muestra de que, si a usted no se le provoca o se le injuria (más allá de que se lo merezca o no), usted conversa. Así, tal vez en un futuro muy lejano o muy próximo, cuando la Estrella de la Muerte ya no se encuentre activa, usted no se vea impelido a convocar polémicas sin agenda.
Dos observaciones:
a) Los filósofos contemporáneos no rehúyen hablar de Chewbacca. (Uno de innúmeros ejemplos: Peter Sloterdijk analiza el discurso amoroso de "Titanic" [1997] , de James Cameron, en uno de los tomos de "Esferas"). Ciertamente, Aristóteles nunca vio "Star Wars" ni "300".
b) Me pregunto si Godard, Jarmusch, Straub y Huillet, Reichardt o Tarantino desarrollaron, han desarrollado o desarrollan su obra en una "realidad cultural subalterna".
He aquí una muestra flagrante del peligroso subjetivismo en Internet:
http://www.youtube.com/watch?v=9RuigYXNvA8
Y no me diga "señor", caramba, no estoy tan viejo, CZB.
Al anónimo de las 05:07
No le atribuyo una acepción sólo económica al término independiente
y en alguna ocasión lo he desarrollado en este mismo blog, trazando un panorama de lo que ha sido y lo que es el llamado cine independiente. Voy a volver sobre el tema en una cuarta entrega sobre el cine regional e independiente en el Perú.
Chacho, no sea inexacto.
Cinencuentro y Retablo Ayacuchano han comentado, reseñado e informado de más películas digitales limeñas y regionales que Ud. y Bedoya juntos, así que no se autoatribuya el descubrimiento, rescate y/o investigación del asunto
Respuesta a Rodrigo:
Yo no me atribuyo nada, pues he escrito muy poco sobre el tema y lo reconozco. He destacado lo que ha escrito Bedoya en sus críticas en El Comercio, pues , en efecto, Cinencuentro ha hecho siempre un buen trabajo en el medio digital.
No conozco lo que ha hecho Retablo Ayacuchano. Y de cualquier manera, lo que quería decir es que hay un blog infame que casi no se ha ocupado del cine hecho en las regiones y una revista que recién en los últimos tiempos viene haciéndolo, y sus representantes aparecen ahora como voceros de una asociación que agrupa a ese cine regional.
Castro y Pimentel tienen todo el derecho de agremiarse en donde quieran y como les dé la gana. A usted qué le importa León? Ocúpese de otras cosas... y sea más riguroso a la hora de escribir, como se lo hace notar el tal Rodrigo.
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