Pequeño, nervioso, con un ojo gacho, luciendo los signos de su ascendiente polaco, a Peter Falk (1927-2011) se le recordará sobre todo por sus papeles en muchas series de televisión desde fines de los años cincuenta. Ahí apareció en “Los intocables”, “Alfred Hitchcock presenta”, “la ciudad desnuda”, “Doctor Kildare”, entre tantas otras”. Daba el tipo exacto del pequeño gánster, del neoyorquino clasemediero, del “tipo cualquiera”. La serie “Columbo” lo hizo conocido en todo el planeta.
Pero los cinéfilos aún lo podemos ver en estado de ebriedad durante la desesperada y prolongada juerga de “Maridos” (en la foto: Falk a la izquierda, al lado de Cassavetes y Ben Gazzara), o en “Una mujer bajo la influencia”, ambas realizadas por su amigo John Cassavetes (que lo dirigió también en “Big trouble” y le dio una aparición no acreditada en “Opening Night”). En esta última supo mezclar las dosis suficientes de temperamento, exasperación, melodrama e insania que configuran la otra cara de la psicosis que afecta a Gena Rowlands, su esposa en el filme. También estuvo notable, junto a Cassavetes en faceta de actor, en “Mikey y Nicky”, una casi olvidada cinta de Elaine May.
Pero mucho antes apareció en cintas de Ray (“Wind across the Everglades”) y Capra (“Pocketful of miracles”), como actor secundario.
Una aparición inolvidable y divertida: Falk como el asistente y secuaz del Profesor Fate (Jack Lemmon), el resinoso villano de “La carrera del siglo”, de Blake Edwards, dispuesto a destrozar al heroico galán Tony Curtis.
Wim Wenders lo convirtió en el actor que trabaja en el Berlín contemplado por los ángeles de “Las alas del deseo” y “Tan lejos, tan cerca”.
Hizo del escribidor Pedro Camacho ( Pedro Carmichael) en “Tune in tomorrow”, adaptación de “La tío Julia y el escribidor”.
Ricardo Bedoya
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