Buena gestión desde la racionalidad privada: una gestión para unos pocos cineastas.
Mala gestión desde el punto de vista de la racionalidad pública: sin transparencia, jurados elegidos a dedo por más de 10 años, marginación grosera de muchísimas personas muy bien acreditadas y conocidas por todos que desde el inicio hasta el fin de Conacine nunca participaron como jurados, cero comunicación y difusión a nivel nacional de los procesos. En suma: un desastre desde el punto de vista de cualquier política pública, una gestión hecha para un entorno, sin rotación ni neutralidad, sin pluralismo democrático, donde no se incluyó a los que más necesitan apoyo a lo ancho de todo el país.
4 comentarios:
Tenía que ocurrir eso. El 28 de julio hubiera cambiado de todas maneras.
Muy buena gestión, digan lo que digan.
Pero con algunas metidas de pata que no afectan su imagen en un balance que se debe de hacer
Buena gestión desde la racionalidad privada: una gestión para unos pocos cineastas.
Mala gestión desde el punto de vista de la racionalidad pública: sin transparencia, jurados elegidos a dedo por más de 10 años, marginación grosera de muchísimas personas muy bien acreditadas y conocidas por todos que desde el inicio hasta el fin de Conacine nunca participaron como jurados, cero comunicación y difusión a nivel nacional de los procesos. En suma: un desastre desde el punto de vista de cualquier política pública, una gestión hecha para un entorno, sin rotación ni neutralidad, sin pluralismo democrático, donde no se incluyó a los que más necesitan apoyo a lo ancho de todo el país.
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