En su columna de hoy, domingo 26 de diciembre, publicada en el diario La República, Rocío Silva Santisteban, jurado de dos concursos de proyectos de largometrajes, da testimonio de su participación en ellos. Este texto es muy importante por lo que decíamos en el post de ayer: lanzar acusaciones de corrupción a diestra y siniestra ensucia de un modo inadmisible a mucha gente.
Dice Rocío Silva Santisteban:
"La semana pasada ha sido muy movida en el ámbito cinematográfico por la discusión pública entre dos o más sectores de cineastas en relación con la ley de Fomento y Masificación del cine nacional presentada por los congresistas Carlos Raffo y Luciana León. Por un lado, la Unión de Cineastas Peruanos, cuyo representante es Christian Wiener, ha enviado una carta al presidente Alan García para que observe la ley y vuelva a ser discutida; por otro lado, la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú, encabezada por Francisco Lombardi, ha apoyado esta ley llamada “Procine” con su respaldo a través de una carta pública y su presencia en el momento de la votación durante la plenaria del Congreso.
La situación es muy compleja para quien no está dentro del medio cinematográfico y difícil de explicar en unas pocas líneas. Sin embargo, siguiendo los comentarios del blogger y abogado Felipe Gamboa, se puede decir que la ley tiene algo bueno, algo malo y algo horrible. Lo bueno, según él, es que se ha quitado el 10% del impuesto municipal, lo que en teoría abarataría ir al cine; lo malo es “que la ley Procine reduce a 3.33 el porcentaje para el fomento del cine nacional y es ambigua en torno a la naturaleza del aporte y a las consecuencias de su incumplimiento”; y lo horrible es que no se ha designado un monto para que el Estado en el presupuesto de la República le otorgué a la promoción de los concursos públicos de Conacine, dejando en el aire una de las formas de fomento del cine más importantes y efectivas. Finalmente, la ley fomenta la distribución y la comercialización del cine –no necesariamente peruano–sobre la creación y producción, lo que implica que podríamos tener más Cinemarks o Cineplanets pero con películas de Hollywood que arrinconan a la producción nacional, latinoamericana y europea.
Lo penoso –agregando otra categoría a la propuesta por Gamboa– es que dentro del gremio y fuera de sus fronteras se esté comentando que el grupo de APCP ha sido siempre favorecido por los concursos de Conacine y se insinúa que estarían coludidos con sus funcionarios y empleados para beneficiarse con los fondos. Yo fui jurado de Conacine en el 2006 y el 2008, y las dos veces, cuando tuvimos que votar, se calificaron los guiones o las películas por puntos, se hizo un recuento del puntaje en una pizarra, se sumaron esos puntos uno a uno y de esta manera se designó a los ganadores. En el 2006 el presidente del jurado fue el finado Pablo Guevara, quien hizo una labor impecable, y con el genio que tenía Pablo hubiera sido imposible cualquier contubernio con Lombardi, que ganó en esa ocasión el rubro de posproducción; y en el 2008 fue presidente Alejandro Legazpi, quien hizo lo propio. Los premios fueron otorgados por votación mayoritaria y en ambos casos tuvimos que leer decenas de guiones, muchos de impecable factura, y ver la viabilidad de cada uno de esos proyectos. Creatividad es lo que más hay en nuestro país para la producción de cine, por lo mismo haberse equivocado en no designar un porcentaje del presupuesto es un error muy perjudicial para el cine peruano. Por eso considero que la ley tiene que reformularse. Sin embargo, que en este momento el gremio se divida es la manera más absurda de perder fuerza.
Publicado en: http://www.larepublica.pe/26-12-2010/una-pelicula-de-navidad
3 comentarios:
"La situación es muy compleja para quien no está dentro del medio cinematográfico."
Y para el gremio es clarisima, por eso es que se estan sacando los ojos.
Los jurados no son corruptos son manipulados por la actual ley.
"¿Se puede poner en cuestión los nombres de jurados como Washinton Delgado...?"
Puedo imaginar la inseguridad de algunos de los jurados que se menciona, luego de leer un excelente guión, al ver que el autor es Pedro Mamani, o Juan Quispe. O que al consultar la ficha técnica vean que el director de la película será Alfredo Perez (un desconocido).
Los jurados dudan de la capacidad de que algún desconocido pueda concretar una película "exitosa".
¿Por que? Porque la ley está planteada de esa manera.
El sistema obliga a presentar proyectos detallados con nombres y curriculums de los técnicos y actores.
¿Para que es eso? Para discriminar a los desconocidos menos experimentados.
Entonces la tranquilidad se las da autores como Lombardi, Tamayo, Durant, etc. Los jueces sienten que su decisión será bien vista y que la películas de estas luminarias serán "exitosas".
Pero ya vemos el poco éxito de estas, y también nos privamos de ver novedades, innovaciones, riesgos y verdaderos éxitos.
La realidad dice que no es tan difícil hacer cine, que el dinero es el principal obstáculo y que ser conocido no garantiza nada. Pero la ley dice otra cosa pues.
¿Sabía usted que las reglas de la ley actual fueron introducidas entre otros por el mismo Francisco Lombardi?
¿Lo sabía...?
Se presentan ingenuamente cada año 35 nuevos talentos, y son olímpicamente ignorados, porque al final ganan los mismos 5 de siempre. Pero los ingenuos 35 con su presencia le dan un lindo marco al concurso y lo legitimizan ignorando que por principio legal ellos nunca tendrán cabida.
Ya es hora que los concursos se hagan con SOBRE CERRADO, salgamos ya de la injusticia que beneficia a 5 señores.
Anónimo 10:33
Si la idea es fomentar nuevos valores lo que corresponde es eliminar la rerereelección. Si ya ganaste este año no podrás participar en los próximos concurso.
De verdad que no hay que ser muy suspicaz para asombrarse ante nombres tan reiterados entre los ganadores de los premios de los últimos años.
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