domingo, 12 de diciembre de 2010

Ley Procine: Francisco Lombardi expone sus razones

Francisco Lombardi envía esta comunicación en respuesta a los artículos de Isaac León Frías sobre la ley Procine:
En primer lugar debo saludar con entusiasmo que el debate sobre el proyecto Procine se abra a partir de algunas reflexiones de Isaac León (y de Ricardo Bedoya y Oscar Contreras, entre las que he podido leer) en los términos saludables en que siempre se debió mantener, es decir dentro de un marco de respeto en el intercambio de ideas. Y a partir de allí van los comentarios que siguen a continuación.

Creo que hay un punto inicial que marca una primera diferencia en la óptica con la que se está valorando la situación y el análisis: nosotros, los que estamos implicados en el proceso de este proyecto, tenemos dos años discutiéndolo, y discutiéndolo desde dentro de un contexto bastante particular como es el complejo proceso que requiere la aprobación de una ley en el Congreso. Cuando digo dos años me estoy refiriendo a este proyecto actual pero, al menos en mi caso personal, esto viene de mucho más tiempo, de aquella noche en que invitado (casi contra mi voluntad) por el presidente Toledo accedí a presentar “Ojos que no ven" en una sala de Palacio de Gobierno porque, según se nos dijo, "era una perfecta antesala para aprobar una ley de cine" y, pese a que en el discurso posterior a la proyección, se anunció la "pronta aprobación de una ley de cine" han pasado muchos años hasta el día de hoy. Menciono esto para que tomemos conocimiento de lo penoso y complejo que es conseguir que se generen los mecanismos necesarios para que el buen deseo de una ley se convierta inicialmente en un proyecto, que ese proyecto encuentre congresistas que se interesen, que esos congresistas convenzan a otros de su bancada para que se sumen al proyecto y luego que estos convenzan a otras bancadas para que sumando se pueda obtener una mayoría de bancadas que puedan, en primer lugar, conseguir un espacio en las comisiones respectivas, luego de ello lograr los votos dentro de las comisiones para que comisión tras comisión se vayan sumando las aprobaciones necesarias para llegar finalmente a la reunión plenaria del Congreso. En el camino el proyecto inicial va modificándose una y otra vez para conseguir los apoyos necesarios para seguir avanzando.

Eso explica porqué la mayoría de las leyes que son aprobadas no son lo que inicialmente eran sino más bien la suma de modificaciones que por lograr consensos y aprobaciones van surgiendo en el camino.

En este caso es, sino injusto, al menos descontextualizado que en las últimas etapas del penoso trayecto recorrido se juzgue y se opine, sin tener en cuenta el largo periplo que debimos sortear para llegar adonde estamos actualmente, es decir, el último tramo: queda una semana para acceder al pleno del Congreso; de no conseguir que el proyecto sea discutido en los próximos días no habrá ningún proyecto sobre cinematografía en un futuro cercano: viene un nuevo gobierno, nuevos congresistas, nueva correlación de fuerzas, etc. Es decir empezaremos nuevamente de cero y pasaran años antes de volver a poner en agenda el asunto.

Paso a un segundo punto que creo merece ser explicado: para nosotros productores, directores y cineastas que queremos producir y realizar películas, lo medular, lo esencial -y esto desde el inicio, desde la época de Toledo en el ejemplo que mencioné líneas arriba- es generar fondos para el Conacine porque todo este movimiento surge a partir de que el Conacine no tiene dinero suficiente para apoyar la producción y porque no tiene mecanismos -ni dinero, nuevamente- para ayudar a la promoción del cine peruano; no tiene, por ejemplo, viabilidad económica ni administrativa para convocar jurados del extranjero para los concursos, algo que todos quisiéramos para que no se recarguen -injustamente como es fácil de comprobar si somos mínimamente serios en el análisis- todas las iras contra los jurados nacionales que, con tan buena voluntad, han acudido al llamado de Conacine. Lo que ha ocurrido es que al ponerse en agenda los distintos proyectos paralelos han surgido otros temas vinculados al universo cinematográfico que son seguramente importantes -como la creación de una cinemateca, por ejemplo- pero que no respondían a la naturaleza inicial de lo que planteábamos desde hace años: que el Conacine no puede depender sólo de los fondos que recibe del Estado porque estos no sólo son insuficientes sino que varían y pueden variar indefinidamente en función de los intereses de los gobiernos de turno, y que además de ello Conacine necesita incrementar sus ingresos porque con los que tiene no puede sino ayudar a unos pocos proyectos cada año. Es decir, este proyecto responde básicamente a la necesidad de generar un fondo financiero de mayor cuantía para el Conacine para, que éste a su vez, pueda darle un mayor dinamismo a la producción de largometrajes, documentales y cortometrajes. El hecho cierto de que en el camino se hayan querido sumar nuevos elementos que vertebren un cuerpo legal más general de la cinematografía lo que ha producido es una gran confusión y, por lo tanto, un nuevo obstáculo en el largo trayecto de la aprobación del proyecto.

Otros aspecto que es fundamental conocer para comprender el contexto en el que está envuelto nuestro tema es el siguiente: desde el inicio, los distintos congresistas que hemos logrado interesar en el proyecto nos han repetido hasta la saciedad que cualquier ley que toque el impuesto municipal que grava las exhibiciones de las películas en los cines debe ser fruto de un consenso con los exhibidores. En la práctica puedo dar testimonio que esto es así porque en los años y años que llevamos detrás del tema siempre hemos tenido la oposición del gremio exhibidor ya que ellos reclaman para sí el beneficio de eliminar el impuesto. Podríamos seguir enfrentados al respecto y seguirán pasando los años sin conseguir que el beneficio sea una realidad para el cine peruano. Esto, lamentablemente lo desconocen muchos de los cineastas jóvenes, y esa ignorancia es en gran medida una limitación para ver con claridad el panorama alrededor del tema.

Creo, y en eso estamos de acuerdo la gran mayoría de productores, que no podemos seguir una lucha estéril indefinidamente mientras decenas de nuevos cineastas frustran sus posibilidades de realización dados los exiguos fondos del Conacine. Esa es la única razón por la que nos hemos visto obligados a sentarnos en interminables negociaciones con los exhibidores. Y esa es la razón por la que dentro del proyecto hay una serie de aspectos -los referidos a la construcción de multisalas en provincias, por ejemplo- que no tienen que ver en la práctica con lo que nos interesa como productores, pero que debemos sobrellevar porque forman parte del "consenso" que hace posible nuestro objetivo: generar ingresos para Conacine, poder producir más cine peruano. Cuando leo comentarios que nos sugieren salirnos de los acuerdos con los exhibidores y buscar una ley por nuestra cuenta entiendo que sólo el desconocimiento de lo que significa sacar una ley adelante puede explicar ese tipo de señalamientos: las condiciones de llevar adelante un proyecto de ley HOY en el Perú pasan obligatoriamente por llegar a acuerdos con esos gremios. Tan es así que en el proyecto alternativo que apoya la UCP se admite la misma estructura -se plantean casi iguales acuerdos con las "majors" y los exhibidores- con la única diferencia que varía el porcentaje y el sistema de cobranza del impuesto. Plantear un cambio de rumbo hacia lo improbable en este momento, a pocos días del cierre de la Legislatura y prácticamente del actual gobierno, es dar un salto al vacío. Por otra parte la construcción de más multisalas seguramente se producirá con o sin este proyecto. Lo que estarían consiguiendo es pagar menos impuestos, algo que los exhibidores reclaman para sí hace muchos años y que probablemente lo conseguirán tarde o temprano acogiéndose al tema del doble impuesto que pagan -según dicen- en contra de la ley.

Paso a dar mi opinión sobre algunas afirmaciones tuyas que, me parece, no están apuntando al verdadero corazón del proyecto: dices que el cine peruano debería desarrollarse "sin tutelas ni marcaciones": imagino que te estarás refiriendo a la sugerencia que se hace acerca de que las distribuidoras podrán dar "su asesoramiento y orientación -en temas de marketing y otros-" a las películas peruanas. Obviamente dependerá de los productores y directores aceptar o dichas sugerencias. Casi todas las últimas películas peruanas (no las mías, aclaro) han optado por ser distribuidas por empresas trasnacionales, o sea que esto es más un tema declarativo antes que taxativo. Ten la seguridad que serán los cineastas los que podrán decidir lo pertinente o no de tal o cual consejo. Tampoco me parece justo que, según lo que creo entender, los cineastas peruanos renunciemos al derecho de estrenar en las pantallas de los multicines nuestras películas. Si bien es cierto que hay severas limitaciones en el mercado -por una multitud de razones que serían tema de otro espacio- hay, por un lado, el desafío de hacer un cine que pueda establecer un mejor diálogo con un público masivo y, por otro, la posibilidad de salir a la búsqueda de un público más perceptivo con menos copias y en menos pantallas, como ocurre en otros países, como Argentina por ejemplo. Allí se estrenan unas pocas películas, seis o siete, con muchas copias a captar un público masivo, y otras treinta o cuarenta con menos copias y menor inversión, y que busca un público más especializado. Y otras tantas que ni siquiera llegan al estreno, pero es, entre otras cosas, el volumen de la producción lo que permite generar una pluralidad de películas que se reparten entre pantallas de multicines unas, y festivales, exhibiciones más restringidas y muestras especializadas, otras.

Aspiramos con este proyecto a tener una mayor producción y por lo tanto una mayor pluralidad y dentro de ello no podemos ni queremos renunciar al espacio que nos corresponde como ciudadanos y como cineastas en nuestro país. Por eso no puedo estar de acuerdo tampoco cuando dices "No se trata de que se hagan cinco o diez películas más sino en evaluar las condiciones en que se produce ese crecimiento". Para nosotros hacer diez películas más sería un objetivo formidable en sí mismo: permitiría diez nuevas miradas, mayor pluralidad en la producción, más participaciones en festivales y quizás algunas con mejor relación con el público que las de este último año. Hace pocos años se estrenaron películas como "Django","Ciudad de M" o "Mañana te cuento" que tenían asistencias de más de un cuarto de millón de espectadores y no hace tanto "La teta asustada" y "Dioses" que captaron interesantes volúmenes de público. O sea que no debemos dar por perdida la batalla del alejamiento del público de nuestro cine. Es verdad que este último año la cosecha en cuanto a público ha sido magra pero a cambio de ello -¿o será por ello mismo?, tema para un próximo conversatorio- "Octubre" estuvo en Cannes, "Paraíso" en Venecia y "Contracorriente" en Sundance y ganando premios. ¿Cuántos premios más hubiésemos tenido si duplicáramos o triplicáramos la producción? ¿O quizás algún éxito de público? Nunca lo sabremos porque sin producción, sin películas sólo hay vacío, teoría, especulación.

Es fundamental, estimado Chacho, que se hagan películas y que se aumente la producción. Ese es para nosotros el objetivo mayor y en el camino, en la medida en que surjan los problemas los iremos enfrentando pero te aseguro que surgirán también hallazgos y descubrimientos porque hay muchísima gente joven con proyectos que año a año se frustra por las limitaciones que hoy padece el Conacine.

No quiero dejar de aceptar que aparte de algunos puntos mencionados hay varios otros en el proyecto que nos parecen insustanciales, algunos innecesarios, otros que requerirán reafirmarse en el reglamento para que tengan más fuerza porque estamos ante un proyecto que es la suma de gremios distintos, con particularidades e intereses diferentes, pero ese es el único camino por el que se puede avanzar para hacer posible una ley de este tipo en nuestro país. Tengo el convencimiento de que si la mayoría que critica el proyecto hubiese seguido paso a paso la trayectoria de estos dos años tendría una visión distinta para opinar y aún cuando hubiese desacuerdos habría una mayor comprensión de todo el esfuerzo desplegado.

Hay un último apunte que quería hacer referido a una sugerencia que mencionas pero que no quería hacer en público porque quizás no sea en este momento lo indicado y se refiere al tema de las municipalidades. Pese a ello, comento: acoges una sugerencia respecto a buscar acuerdos con las municipalidades en relación a la supresión del impuesto. Esa consulta ya se hizo y el resultado fue totalmente negativo: es muy difícil que una institución resigne ingresos propios para entregarlos a terceros. Y si alguna municipalidad decidiera ceder su impuesto, cosa que según evaluamos en su momento es muy improbable, sería una excepción y no serviría para formar un fondo financiero consistente porque se requiere el conjunto general del impuesto para que el volumen a recaudar sea significativo.

Tras dos años de estar detrás de este proyecto puedes estar seguro que hemos analizado y evaluado sino todas, al menos casi todas, las opciones a seguir. Y por eso creo que, en gran parte, es el desconocimiento de todo el proceso que ha llevado este empeño lo que genera buena parte de la incomprensión y la crítica. En lo que estoy de acuerdo contigo es que la penosa pelea en torno a los porcentajes (que si 3.3% o 4%, etc.) no era lo más importante a discutir, o en todo caso, no puede ser lo que decida si el proyecto se aprueba o si nos quedamos sin nada, como sin duda ocurrirá si no conseguimos aprobar el proyecto en los próximos días.

Señalado esto, que es esencial y que parece haberse perdido en medio de las discusiones, paso a señalar las razones por las que no he respaldado el mecanismo que parece más lógico -en cuanto a seguridad y justicia- para recaudar el porcentaje que iría a Procine como consecuencia de la eliminación del impuesto: la "contribución parafiscal" ha sido una propuesta conjunta que viene desde el inicio pero, en el camino, se nos dieron razones de peso acerca de la imposibilidad de su aplicación, la principal es que por ley expresa el Congreso no puede crear tributos y la Contribución Para Fiscal es un tributo. Hace unos días, en la presentación de los proyectos ante la Comisión de Educación el experto tributarista llevado por los colegas de la UCP no pudo convencer de la viabilidad real y concreta de este mecanismo y terminó diciendo que el tema podía ser discutible y que en todo caso era "algo que se podía explorar".

Estando ad portas de entrar a su discusión final es más que evidente que ese incierto mecanismo será un escollo enorme para la aprobación del proyecto. Del otro lado, y aún aceptando que la firma de un convenio con los exhibidores no constituye el mecanismo ideal para recaudar los fondos de Procine, la existencia de un "contrato" y la firma conjunta del Ministerio de Cultura nos da un marco legal que tiene la protección de cualquier contrato y, según la asesoría que hemos tenido, los antecedentes que justifican el convenio hacen virtualmente imposible un futuro desconocimiento del mismo, quedando en última, improbable, reitero, instancia, la posibilidad de acudir al Poder Judicial con argumentos de una gran contundencia.

Espero que con esta especie de informe-comentario haber contribuido a que se comprenda mejor nuestro punto de vista. En todo caso lo que aquí afirmo, si bien concuerda en términos generales, creo, con la posición de la APCP, debe tomarse como una opinión a título personal
Un abrazo
Francisco Lombardi


17 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es un debate de altura!!!

Anónimo dijo...

Cómo es posible que una persona de la experiencia de Lombardi no se dé cuenta que es un proyecto de las multinacionales que se van a sentir con poder porque financian, disponen, controlan los guiones y les prestan las pantallas para que den las pelas. Hay que ser muy caído del catre par no darse cuenta de eso o van a esperar que les cierren los caños de los cines para que no se puedan ver allí las pelas peruanas que no se parescan a las de ellos...

Guillermo Palacios dijo...

Recuerdo que Armando Robles marco su diferencia con Pancho en un debate de la ACDP de esos tiempos diciendole que lo consideraba bueno en los 100 metros planos, pero que en esta lucha habia que tener la mentalidad del maratonista.
Si el objetivo de nuestra nueva Ley fuese recaudar fondos rapidamente para 4 peliculas mas para el 2011, el razonamiento de Francisco Lomabardi seria aceptable y lo aplaudiriamos todos. Pero somos muchos los cineastas que preferimos seguir trabajando pacientemente por una Ley que se ocupe de verdad del cine peruano como fenomeno cultural.
Guillermo Palacios

Von Hayek dijo...

Ley neoliberal Lombardi versus ley chavista wiener. Yo prefiero la neoliberal.

Anónimo dijo...

Ni una ni la otra, por favor!!

Anónimo dijo...

Para el gran negocio de las distribuidoras y exhibidoras, las pocas peliculas que se producen en el Perú son una molestia parecida a la molestia que causa una pequeña pulga.
(El cine peruano es una pequeña pulga que pateticamente no sintoniza con su propia gente lo que la hace aun mas insignificante)

El fasitidio real para el lucrativo negocio de las distribuidoras es el impuesto que el estado de los peruanos le ha puesto, y con razón, a su monopolica exhibición de productos importados (que se internan temporalmente eh).
Entonces hoy las distribuidoras "de las que no debemos desconfiar" dicen que se preocupan por la pulga peruana y ofrecen en donación voluntaria un porcentaje de un dinero que no es de ellos sino de todos los peruanos.
¿No te das cuenta Panchito que lo unico que les interesa es salir de ese impuesto que les malogra su negocio y están usando a la pulga y te están usando a ti y están jugando con tus ilusiones para lograrlo?
Si pues Panchito,así demuestran su cariño y preocupación por el cine peruano.
Si pues como es tan largo y dificil lograr una ley justa es mejor aceptar nomás lo que salga, y chapar lo que ellos si pueden disponer y que nos dan voluntariamente hasta que se aburran, ya despues veremos que pasa.
¿Cómo se te ocurre Panchito defender su posición que significa renunciar como peruano a un impuesto que da bienestar a tus compatriotas a traves de las municipalidades con la justificación de que tu vas a poder hacer mas peliculas con una porcion voluntariamente entregada por ellos de un dinero que ya es nuestro?
Ya reacciona pues Panchito,saca tu garra patriota de buen tacneño.

Anonimo 10:33

Anónimo dijo...

Pero Chacho León no es chavista. A lo mejor es castrista o guevarista, como buen chico de los años sesenta.

Anónimo dijo...

El 3.3% del impuesto recibido será una aportación "temporal y voluntaria" de parte de Exhibidores y Distribuidores. Siendo "temporal", se acabará en algún momento (pronto, es de suponer). Siendo además "Voluntario", ellos pueden dejar de entregarlo cuando se les de la gana. ¿Tanta pelea por esa ley? Está claro que Raffo ha hecho lobby con los majors y que recibirá su tajada. Ya sabemos gracias a quienes...

A. Camborda dijo...

Una pregunta al señor Lombardi: ¿acepta usted que una distribuidora aprobara su guión como condición para darle sus películas a los cines? ¿Qué pasa si el cineplanet o el cinemark le dijeran no gracias, no la voy a pasar, si su pelicula no viene con la aprobación de la major?

Camborda

Anónimo dijo...

Sólo la APCP apoya la rey Raffo.
Nadie más.

f.lombardi dijo...

Para Anónimo,
En el "contrato" -en el que garantiza su cumplimiento el Ministerio de Cultura- la propuesta es que este
tenga una duración inicial de veinte años, renovable.Lo de "voluntario" se eliminó hace tiempo. Una vez firmado el convenio hay obligación de cumplirlo. Revise el proyecto Anónimo, no repita los mismas generalidades y argumentos que se reiteran y que no corresponden a la verdad.
Para Camborda,
¿Ha leído el proyecto? ¿En que parte se habla de que las "majors" aprobarán o desaprobarán guiones o películas?. Los proyectos serán presentados a concursos que tendrán jurados nacionales e internacionales y son ellos y sólo ellos quienes evaluarán los proyectos y otorgarán las ayudas. Reitero: lean el proyecto, quizás el
hecho de que se hayan repetido y repetido falsedades sea el responsable de tanta desinformación........F.Lombardi

camborda dijo...

No pues Lombardi. la cosa no está donde tú dices. El problema no son los concursos. Es el certificado que las majors van a tratar de conceder si alguien quiere distribuir sus poelículas con ellos, que garantizan pago oportuno de los cines y buenos turnos de prgramación. Si quieres que yo te distribuya, ven para que te asesore, van a decir. Por eso se ponen como obligación legal el dar apoyo y asesoría. lo siguiente es que los cines no den peliculas que no hayan pasado por la escuelita de los distribuidores y hayan obtenido nota 20 en buena conducta. Habla, Lombardi. Estás dispuesto a pasar ese examen¿¿¿¿

Anónimo dijo...

Bedoya, te escuché decir en una charla que las dos leyes son malazas pero que la de Procine podía dar recursos rápidos y que la de Cabrera era impracticable por el asunto tributario. Apoya la de Procine pues, y critica lo que haya que criticar cuando esté vigente.

Anónimo dijo...

Lombardi dice que hay que leer la ley; ya la leí y el resultado es más grave porque las trasnacionales se la llevan en balde. El aporte al cine peruano se considera gasto, el aporte antpiratería también es gasto y menos pago de impuesto a la renta y además les toca más del 60% del impuesto del impuesto que ya no va a los municipios. Ganan en todas.

Anónimo dijo...

El señor Lombardi, entonces, tendría que hablar con la congresista Luciana León, quien la vez pasada, en el Congreso, dijo textualmente que el convenio era "voluntario y temporal". ¿Quién está desinformado aquí?

Anónimo dijo...

Agradezco la participación de Francisco Lombardi (Panchito) Quien durante mucho tiempo fue el referente del cine peruano y hoy vuelve a ser protagonista y da la cara.
Cuando respondes Panchito (me imagino que has sido tu usando tu nombre)destacas el hecho de que hoy existe un convenio de 20 años, y que mis argumentos (ya repetidos) no corresponden a la verdad, entonces como si se tratara de un guión con una pata coja todo los demas argumentos se desploman. Supangamos que es así, pese a que en el diccionario dice que un convenio es un acuerdo de voluntades, (y yo sé que las voluntades pueden cambiar)

Lee este nuevo guión y dime si te gusta y corresponde a la verdad...

(Año 2012, la ley Raffo se encuentra vigente)

Int. oficina de Panchito-Noche

Panchito está sentado frente a su computadora, luce afligido, acaba de recibir una terible noticia.

PANCHITO
Los MAJORS acaban de imcumplir el fabuloso convenio de 20 años, ¿ahora que hacemos?

Panchito se frota la barba y se queda en silencio, luego reflexiona en voz alta.

PANCHITO
¿El Conacine será capaz de enjuiciar a las majors? ¿Fue capaz el Conacine de hacer algo cuando el gobierno incumplió la ley de cine anterior?
¿La APCP se levantará y enjuiciará a las Majors?

Fundido a negro

Este tampoco te va a gustar ¿no?
Reacciona Panchito, piensa que vas a hacer el 2013 cuando ya no hayan fondos de las majors.

Anonimo 10:33

Páginas del diario de Satán dijo...

Hago la misma invocación de otras veces. No personalizar el debate. Si he publicado el comentario anterior, con el innecesario y bastante antipático leit motiv de "Panchito", es para evitar acusaciones de censura y para que quede claro que ése es el tipo de comments que no voy a publicar.