No es que quiera apoderarme del blog, pero aprovecho en parte la ausencia de Ricardo - quien asiste a un simposio en la Universidad de Harvard- para seguir con un diálogo (monólogo, dirán algunos) que, ojalá, tuviera más interlocutores. En otro blog, César Bedón ha expuesto sus opiniones y lo ha hecho con una altura y una serenidad que me parecen muy estimulantes en un ambiente tan enrarecido y tan cargado de insidias y de golpes bajos. No tengo que coincidir con alguien para reconocer la claridad del razonamiento. He debatido en este mismo espacio y más de una vez con Eduardo Maldonado. Nuestras discrepancias eran muy explícitas, pero no dejé de reconocer en ese momento, y ahora, la calidad intelectual de mi interlocutor.
No puedo decir lo mismo, y de veras lo siento, de los directores de la revista Godard! que cuánto me gustaría tuviera, al menos, el 25% del interés y el nivel de la revista argentina El Amante Cine, con la que a menudo discrepo y en la que algunos comentarios y valoraciones me irritan, pero en la que no me queda sino reconocer el dominio de la escritura, la capacidad de análisis e interpretación, el rigor que menciona Bedón, y que no es incompatible para nada con los modos lúdicos o juguetones, con la afirmación del propio gusto, con las marcas de la subjetividad e incluso a veces con una pizca de arbitrariedad. Porque la crítica no tiene por qué ser una disección científica, sino una lectura propia del film que se comparte con el lector, de alguna manera un "conato" de diálogo con ese lector al que no se ve, pero se intuye, y que en el espacio informático puede llegar a ser un verdadero diálogo.
La respuesta de Cordero y Pimentel, publicada en el blog de Godard! Es francamente cantinflesca y eso sorprende por Pimentel, un hombre con inquietudes académicas y, normalmente, buen manejo de la escritura. Pero, por lo visto, cuando se trata del cine peruano pierde por completo los estribos y se allana a las formas simplistas y contradictorias de la escritura de Cordero. Por cierto, tanto ellos como algunos de los que han comentado esta última escaramuza polémica blanden el argumento de la libertad de opinión y del derecho a expresar lo que sienten y creen. Eso yo no lo pongo en duda y de coincidir en una publicación cualquiera con ellos nunca propondría el veto o el recorte. Lo que sí haría sería expresar como lo hago ahora mis críticas a los errores elementales que leo en lo que escriben. La libertad de opinión no sólo está en expresar lo que uno piensa, sino también en intercambiarlo con otros, lo que lleva al acuerdo o al desacuerdo. Pero, por lo visto, con Cordero y Pimentel ni siquiera se puede debatir temas de fondo, como ocurrió el año pasado en el Centro Cultural de la PUCP, porque allí no debatieron nada, sino que la mezcla de desinformación, confusión y prejuicios llega a ser tan desaforada que no queda otra cosa que hacerles ver esos gruesos errores y falsedades.
Por otra parte, mis críticas se las he trasmitido personalmente o por escrito de forma privada. Y también lo he hecho y lo hago ahora una vez más de manera pública: no es responsable escribir sobre el cine peruano de la forma en que ellos lo hacen: con supuestos, con generalidades, con datos no comprobados, con inquina, con el predominio de la pura subjetividad.
No soy el abogado de oficio del CONACINE o del cine peruano (ni es mi CONACINE ni mi cine peruano, como sugiere el responsable de un blog) e igual respondería a quienes dieran una versión feliz y encomiástica de nuestro cine partiendo de una base similar a la que se utiliza en Godard! y que sería igualmente falaz. Pero no es responsable insistir una vez más en la validez de la afirmación de la falta de apego del pueblo peruano al cine local, ni es responsable afirmar que son los mismos los que obtienen siempre los premios del CONACINE, lo que no es verdad si se lee la lista de ganadores, y como si los jurados fueran digitados por ese organismo (en los que el gremio profesional está representado) a la manera de simples títeres de una argolla que los pone ahí para premiar a los de siempre. Eso es una insidia, un agravio y una falsedad, como lo del argumento del apego es una ligereza torpe, un juicio elaborado porque" así me parece por lo que veo". En esas afirmaciones y en varias otras, una vez más la contumacia, el apego y la identificación con el error.
En buena hora si se realizan comentarios o análisis bien fundamentados que ofrezcan un punto de vista desfavorable de las películas peruanas (Emilio Bustamante lo ha hecho, Ricardo Bedoya también y en varias ocasiones), aún cuando nadie se salve. En buena hora que se hagan críticas, por duras que sean, a la labor del CONACINE, pero con razones sólidas, no con presunciones o supuestos, no con infundios y falsedades. Eso permitiría lo que no hay ahora: un debate con argumentos bien sustentados, una dialéctica enriquecedora y no solamente el señalamiento de falacias y disparates en los que se pierde la oportunidad de una confrontación que aporte realmente a un mayor entendimiento del cine que se hace en el Perú.
Isaac León Frías
No puedo decir lo mismo, y de veras lo siento, de los directores de la revista Godard! que cuánto me gustaría tuviera, al menos, el 25% del interés y el nivel de la revista argentina El Amante Cine, con la que a menudo discrepo y en la que algunos comentarios y valoraciones me irritan, pero en la que no me queda sino reconocer el dominio de la escritura, la capacidad de análisis e interpretación, el rigor que menciona Bedón, y que no es incompatible para nada con los modos lúdicos o juguetones, con la afirmación del propio gusto, con las marcas de la subjetividad e incluso a veces con una pizca de arbitrariedad. Porque la crítica no tiene por qué ser una disección científica, sino una lectura propia del film que se comparte con el lector, de alguna manera un "conato" de diálogo con ese lector al que no se ve, pero se intuye, y que en el espacio informático puede llegar a ser un verdadero diálogo.
La respuesta de Cordero y Pimentel, publicada en el blog de Godard! Es francamente cantinflesca y eso sorprende por Pimentel, un hombre con inquietudes académicas y, normalmente, buen manejo de la escritura. Pero, por lo visto, cuando se trata del cine peruano pierde por completo los estribos y se allana a las formas simplistas y contradictorias de la escritura de Cordero. Por cierto, tanto ellos como algunos de los que han comentado esta última escaramuza polémica blanden el argumento de la libertad de opinión y del derecho a expresar lo que sienten y creen. Eso yo no lo pongo en duda y de coincidir en una publicación cualquiera con ellos nunca propondría el veto o el recorte. Lo que sí haría sería expresar como lo hago ahora mis críticas a los errores elementales que leo en lo que escriben. La libertad de opinión no sólo está en expresar lo que uno piensa, sino también en intercambiarlo con otros, lo que lleva al acuerdo o al desacuerdo. Pero, por lo visto, con Cordero y Pimentel ni siquiera se puede debatir temas de fondo, como ocurrió el año pasado en el Centro Cultural de la PUCP, porque allí no debatieron nada, sino que la mezcla de desinformación, confusión y prejuicios llega a ser tan desaforada que no queda otra cosa que hacerles ver esos gruesos errores y falsedades.
Por otra parte, mis críticas se las he trasmitido personalmente o por escrito de forma privada. Y también lo he hecho y lo hago ahora una vez más de manera pública: no es responsable escribir sobre el cine peruano de la forma en que ellos lo hacen: con supuestos, con generalidades, con datos no comprobados, con inquina, con el predominio de la pura subjetividad.
No soy el abogado de oficio del CONACINE o del cine peruano (ni es mi CONACINE ni mi cine peruano, como sugiere el responsable de un blog) e igual respondería a quienes dieran una versión feliz y encomiástica de nuestro cine partiendo de una base similar a la que se utiliza en Godard! y que sería igualmente falaz. Pero no es responsable insistir una vez más en la validez de la afirmación de la falta de apego del pueblo peruano al cine local, ni es responsable afirmar que son los mismos los que obtienen siempre los premios del CONACINE, lo que no es verdad si se lee la lista de ganadores, y como si los jurados fueran digitados por ese organismo (en los que el gremio profesional está representado) a la manera de simples títeres de una argolla que los pone ahí para premiar a los de siempre. Eso es una insidia, un agravio y una falsedad, como lo del argumento del apego es una ligereza torpe, un juicio elaborado porque" así me parece por lo que veo". En esas afirmaciones y en varias otras, una vez más la contumacia, el apego y la identificación con el error.
En buena hora si se realizan comentarios o análisis bien fundamentados que ofrezcan un punto de vista desfavorable de las películas peruanas (Emilio Bustamante lo ha hecho, Ricardo Bedoya también y en varias ocasiones), aún cuando nadie se salve. En buena hora que se hagan críticas, por duras que sean, a la labor del CONACINE, pero con razones sólidas, no con presunciones o supuestos, no con infundios y falsedades. Eso permitiría lo que no hay ahora: un debate con argumentos bien sustentados, una dialéctica enriquecedora y no solamente el señalamiento de falacias y disparates en los que se pierde la oportunidad de una confrontación que aporte realmente a un mayor entendimiento del cine que se hace en el Perú.
Isaac León Frías
11 comentarios:
Jajaja. Qué tal Isaac León hablando de golpes bajos. Supongo que no se referirá a su obsesión con godard y el querer desacreditarlos cada vez que puede con tonterías, como son el uso de ciertas palabras. Por supuesto que no se refiere a eso.
Dice que a veces lo irritan los comentarios que se hacen en El Amante. Sería bueno que comentara los 'dislates' que tanto lo molestan de esa revista. Ya quisiera ver algún reclamo de él a Gustavo Noriega, pero no, su única preocupación es la revista de Pimentel y Cordero.
Sería bueno también que Isaac León se ocupe de escribir críticas de películas (y con mayor razón de películas peruanas) en vez de ocuparse de un asunto tan ocioso y mezquino como querer bajarse a un grupo que no comparte sus mismas ideas y gustos.
Cordero y Pimentel de anónimos a
las 10:14 No pueden ocultarlo.
Hola Chacho: monólogo u otorongólogo.
Ambas partes carecen de lo que tanto reclaman. Cuando se trata de interpretar un filme (y Ricardo muy bien lo sabe) se tiene que adoptar un enfoque multidiciplinario. Entender que el lenguaje del cine es una estructura que se generaliza como lenguaje al comunicar y se particulariza cómo tal el mostrar. En términos genettianos podríamos postular que al tratar de otorgar un significado a un filme, debe hacerce a la historia y al discurso.
Ahora bien, concerniente al cine peruano, y este grupo que lanza adjetivos carentes de todo sustento contra CONACINE, es ya un discurso repetitivo, panfletario y hasta irritante.Escuchaba el otro día a Fernando Montenegro que reclamaba para que se destine un presupuesto especial a las películas independientes, mucho cuidado con el término "independiente", nadie cuerdo puede sostener lo que Fernando y sus secuaces proclaman, de que el cine independiente en el Perú es el mejor cine, esto a mi parecer no tiene ni pies ni cabeza.
Bueno espero que Ricardo dé sus impresiones con respecto a esto, gracias...
La irresponsabilidad de quien supone saber más que el otro. León demuestra su poca categoría y exhibe una desnudez intelectual soberana.
Estimado Chacho... ingrese al blog de Pepe Derteano (pepederteano.blogspot.com) y resuelva (si es que es un docto en materia cinematográfica) los personajes de la foto que ahí se muestran. Espero respuesta.
No te desgastes, Leòn. Es por gusto. Nunca habrà una respueta interesate porque no es posible que la den.
Leo Godard! y en verdad -espero que sus redactores tengan la humildad de escuchar lo que digo- es una ¿revista? que no califica como profesional; es, más bien, amateur en cada una de sus páginas.
Así como sus redactores critican películas sin mucha destreza, ellos deberían tener suficiente correa cuando reciben críticas de los lectores. La pluma de Cordero, especialmente, es ingenua: un auténtico engañamuchachos como crítico. ¿Así se hace llamar, por amor de Dios, docente? Hay problemas de fondo en la educación peruana.
cordiales saludos
juan zubauste
Sobre la responsabilidad del crítico es nuestro país esta generalizado que por ejemplo quien tiene tribuna en un blog o un diario quiere llevar la opinión pública y ser el más más, pero considero que un crítico antes de decir que es cine o no, también debería considerar las formas, modos y maneras de realización viendo la realidad, preocuparse también por la falta de industria o políticas cinematográficas, creo también que Bedoya lo hace desde su programa pero aún es muy poca, talvez esas deberían ser unas de las cuantiosas de la criíica y de los criticos mas no en preocuparse sobre quien queire llevar la opinión pública. Saludos y no es momento de pelearse busquemos como siempre es bueno repetir la UNIÓN
Es increible que un país donde casi no se hace cine, se pierda el tiempo hablando de una fanzine como Godard. Es solo eso, un fanzine de 4 lectores. Por que Chacho León y Ricardo Bedoya pierden el tiempo con estos patas. Si estos patas quieren hacer un fanzine, que lo hagan.Dudo mucho que Estos patas sean invitados a Harvard o vayan a Cannes como si pasa con Chacho o con Ricardo. En lo personal no los leo a los de Godard por que primero es dificil conseguirla, no la venden en cualquier quiosko debido a tu pequeño tiraje, no me gustan sus criticas, pero no puedo dejar de alabar que alguien quiera sacar adelante su trabajo. Ha empezado Cannes, pues hablen de Cannes y dejemos de diatribas absolutamente esteriles.
Chacho, quizá no tenga importancia lo que diga pero te chupaste de cabo a rabo al no responder la pregunta del tal Bruno Tomatis.
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