En el pasado Festival de cine de Lima se realizó una presentación del libro "Imitación de la vida", de Isaac León Frías. Este es el texto expuesto por una de las presentadoras, Giovanna Pollarolo, que lo ha cedido para la publicación en el blog.
“Este no es un libro orgánico, sino una selección de textos escritos en la década de 1990 en una columna publicada en la revista TV+, del diario "El Comercio”, explica Isaac León en la introducción que ha llamado “Agregado inicial” porque quiere que sea leído o “visto” como se ve en el cine el material previo a la exhibición de la película. Antes, los agregados eran como el aperitivo de una cena: noticieros, comerciales, en los 80s el infaltable corto peruano. Había un intermedio, y luego ya, la película, el plato fuerte. La gente aplaudía antes de que empezara la película. Viejos tiempos.
Y sí, en un sentido digamos académico, "Imitación de la vida. Crónicas de cine", no es un libro orgánico en el sentido en que no se propone como un Panorama o una Historia del cine, un diccionario de películas, una selección que funcione como guía para el espectador desorientado. O un libro sobre cine que aborde aspectos específicos referidos ya sea al lenguaje cinematográfico, a una determinada corriente o director, etcétera. Sin embargo, tampoco es lo contrario: o sea, un libro desorganizado y caótico que se limita a reunir los comentarios de las películas que semana a semana trasmitía la TV local y por lo tanto el programador del canal, su buen o mal gusto para elegir, las exigencias de los auspiciadores, el rating, en fin, serían quienes determinaron su contenido. Si bien es cierto que hay razones para pensar que "Imitación..." es una arbitraria reunión de crónicas, pues Isaac León recibía semanalmente la programación de películas de los diferentes canales para que las comentara, basta mirar el índice o leer un par de columnas para descartar tal presunción. En cuanto al índice, este no es cronológico; es decir, las crónicas no están ordenadas de acuerdo con la fecha en que fueron escritas, semana a semana, año tras año, sino empleando criterios ya sea genéricos (melodrama, terror, comedias, etcétera) como nacionales (cine peruano), autores, actores, actrices. El hecho de que haya sido posible reunirlas bajo criterios establecidos años después de su escritura revela desde ya una sistematicidad implícita. Es evidente que desde un inicio el autor impuso un estilo; o, mejor, construyó su propia organicidad: en primer lugar, elegía una película (eventualmente dos o tres que tenían alguna vinculación temática, de autor o lo que fuere) interesante ya sea por su inscripción en un género determinado, una corriente estilística o temática, un director –autor, y a partir de alguno, o de varios de estos aspectos, escribía una muy documentada reseña valiosa por la información, por la atención que le prestaba al contexto de producción, a su relación con otras películas y también por sus propios juicios críticos. Así, y tal vez, como decía el chavo del 8, “sin querer queriendo”, Isaac León fue escribiendo un “libro orgánico” en el sentido más preciso del término “orgánico” según el Diccionario de la Lengua Española: “que tiene armonía y consonancia”
Pienso que esta organicidad solo podía conseguirla un cinéfilo como León cuya desbordante información le permitió no solo detectar películas de interés, que hubieran pasado desapercibidas a la mayoría de espectadores, en una programación errática, diversa y desarticulada, sino encontrar vínculos y relaciones entre las seleccionadas las semanas anteriores. Sobre este punto específico, es importante anotar que cuando estas columnas fueron escritas, nadie gozaba de la facilidad del acceso a internet y a su infinita e inabarcable “biblioteca de babel” de la que disfrutamos hoy en día. Quizás a los jóvenes les resulte difícil o imposible imaginar el tiempo aquel cuando era necesario investigar en diccionarios y manuales de cine para obtener datos tan simples pero entonces tan inaccesibles como el año de producción de una película, su ficha técnica y demás información a la que hoy ahora accedemos entrando a Google o a cualquier buscador. Las reseñas de "Imitación..." escritas en la década de los noventa revelan un conocimiento de la producción fílmica y de la historia del cine que solo un espectador atento, concentrado y acucioso puede ostentar.
Y es que Isaac León pertenece a esa generación de cinéfilos que antes de internet lo sabían todo. Sabían y saben del viejo cine y del nuevo, quién es quién en cada ficha técnica. Esos cinéfilos que han visto todas las películas, leído todas las críticas, atentos a hallazgos de películas antiguas nunca vistas, descubrimientos de directores ignorados, películas de culto, así como de nuevos nombres, jóvenes promesas, genios. Y estas columnas, léanlas teniendo en mente que fueron escritas antes de internet, dan cuenta de este enorme y valioso bagaje que León comparte con sus compañeros fundadores de la mítica "Hablemos de cine".
La amplia información así como los datos puntuales que nos ofrecen estas crónicas no son sin embargo lo más valioso, que desde ya lo es, de Imitación de la vida. Pienso que el conjunto de estas reseñas se constituye en un texto que informa no solo sobre las películas en sí mismas y su valoración crítica sino también de una postura crítica, una manera de mirar y de juzgar el cine. En este sentido, Isaac León, como crítico, es un “autor” en tanto que expresa, a partir de sus comentarios, de la manera de organizar el libro, de sus criterios de selección, una “poética” personal que da cuenta de su relación con el cine y de una coherencia a carta cabal.
Escritas a lo largo de una década, semana a semana, en medio de la vida diaria y de la caprichosa selección de los programadores de la televisión de señal abierta, estas crónicas revelan un punto de vista sólido y coherente a partir de unos principios estéticos e ideológicos que dan cuenta de una postura crítica afirmada en el amor por el cine, la cinefilia, la reflexión y el estudio.
Leyendo "Imitación de la vida", es imposible no pensar en las muchas declaraciones de Mario Vargas LLosa sobre la pasión por la literatura: “La relación con la literatura es una relación de tipo pasional, igual a la que se tiene con una mujer, una relación excluyente, algo enloquecedora y ambiciosa”, o la sugerente analogía con la solitaria: “Decidir ser fiel a la vocación literaria es como tragarse una solitaria. Una vez instalada en el organismo se consubstancia con él, se alimenta de él, y es dificilísimo expulsarla de ese cuerpo”. Las crónicas de "Imitación de la vida" revelan ese amor por el cine, obsesivo y excluyente; ese amor que exige una entrega absoluta y al que Isaac León le ha sido y seguirá siendo absolutamente fiel.
Giovanna Pollarolo
1 comentario:
"Y es que Isaac León pertenece a esa generación de cinéfilos que antes de internet lo sabían todo". Que bonita frase la que utiliza Giovanna Pollarolo. Lo dice todo. Cuando leí el diario del colombiano Andrés Caicedo y descubrí -gratísimamente- su amistad con nuestro reconocido crítico, me pude dar cuenta del amor apasionado que por el cine compartían esos viejos amigos a través de sus cartas e intercambios de información constante...sin Internet de por medio, por supuesto. Creo que alguna editorial se debería animar a recopilar y publicar las críticas que Isaac León Frías hizo para Caretas durante dos décadas.
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