viernes, 11 de enero de 2008

Las voces disidentes

Isaac León Frías envía este artículo que expone su posición en la polémica reciente sobre el editorial de la revista Godard! y el blog de Claudio Cordero.
Aunque la parte final del texto de Ricardo Bedoya Hablando en serio es absolutamente clara y categórica sobre las diferencias que nos separan de lo que emergió como un grupo aparentemente renovador y que asume ahora de manera penosa un conservadurismo complaciente que aún me es difícil de concebir, quiero hacer algunos comentarios a la carta abierta de Claudio Cordero reproducida en este blog.

La carta suena muy razonable: Cordero se asume como crítico y como comunicador y defiende los fueros de esta última función aceptando las reglas de juego del blog de Terra: si hay que ofrecer llaveros y polos, lo hago de manera profesional.

Hay que decir que no es nada deshonroso hacer concursos de productos del merchandising fílmico, pero cuando se ejerce la crítica y aún cuando no se mencione en éstas a las películas que han sido promocionadas en la función de periodista o comunicador, no es ni conveniente ni prudente ni deseable realizar esa doble función.

Porque la promoción de películas y el contacto con esas distribuidores, que según Cordero respetan muchísimo su doble labor, interfiere inevitablemente en la separación de esas prácticas. Ya lo dice uno de los lectores: las distribuidoras no necesitan "comprar" al crítico. Las invitaciones, los favores, los avisos pagados crean, se quiera o no, compromisos y eso se puede notar leyendo las páginas de Godard!, donde todo está suavizado para no meterse demasiado con esas compañías con las que, además, se van creando otros lazos. El crítico de cine no vive en una torre, pero lo menos que se puede esperar de él es la mayor distancia posible con el negocio de la distribución y la exhibición. Si no, que se asuma como periodista profesional al servicio de la promoción o de la información.

Esa duplicidad afecta, asimismo, la imagen pública. Que la misma persona oficie de fiscal y abogado defensor crea, por decir lo menos, un efecto de tremenda confusión. Encima, se trata de una industria donde se mueven miles y millones de dólares. El día de mañana podría aparecer Cordero en un programa televisivo del tipo de Cinescape y, por otro lado, seguir ejerciendo la crítica. ¿No sería eso una suerte de desdoblamiento forzado al límite? ¿No sería acaso una imagen contradictoria insostenible? No conozco ningún publicista que sea un crítico abierto de la publicidad.

La carta de Cordero no va más allá de esa defensa. Si ese fuera el único asunto en cuestión ya sería bastante serio. Pero no es el único: hace pocos meses, y lo dije en este blog, Cordero se coló en la sala Ventana Indiscreta, amparado por la misma compañía Fox, a una función de cine promocional para presentar allí su revista. La Fox vuelve a aparecer de la mano de Cordero y lo prohija en una operación de marketing, asociando a la revista Godard!. Evidente complicidad.

Pero, por encima de estas asociaciones repetidas está una posición que se ha ido haciendo más explícita a través de los años. Y Cordero lo dice: la revista Godard! no nació para cuestionar el negocio cinematográfico ni el estado de la cartelera, sino para oponerse al establishment crítico. Esta debe ser la primera revista de cine en el mundo que se plantea ese propósito como su objetivo principal, cuando lo habitual es que las revistas especializadas ofrezcan una plataforma conceptual, una manera de ver el cine, una orientación informativa...

Pero, en realidad, ni lo uno ni lo otro, no hay en Godard! algo que los distinga sustancialmente de ese establishment crítico que encuentran tan odioso que no sea una posición muchísimo más conservadora, conformista, blanda y francamente claudicante frente al cine que se ve y al cine en general. Finalmente la de la revista Godard! ha terminado siendo algo así como la revolución de Luis XVI o la restauración monárquica. Es decir, no el avance o la ruptura hacia adelante, sino la legitimación del orden tradicional.


El cuestionamiento esgrimido en los primeros tiempos por Pimentel y Cordero, y repetido hasta el hartazgo, se sostenía en la supuesta complicidad entre los críticos mayores y algunos realizadores veteranos (Lombardi, Tamayo, Durant). Sin haber leido o leyendo muy mal, se atribuía una complacencia que no era tal. Pero, además, la mira estaba puesta en esa escasa, raquítica y tangencial producción peruana como si ella, con el contubernio de los críticos, fuera la causante de todos los males.

Es decir, el problema estaba en las deficiencias de las películas peruanas y la benevolencia o patería de los críticos. En otras palabras, el "problema" afectaba objetivamente a un porcentaje mínimo del espacio cinematográfico local.

Sin embargo, más adelante los saltos olímpicos han sido asombrosos. Después de calificar de aberrantes las películas de Lombardi en el número 1 de Godard!, incluyen tres de sus películas en una lista de 10 mejores películas peruanas y en tiempos recientes, tratando de quedar lo mejor posible con Augusto Cabada, señalan como mejores películas de Lombardi a las que tienen guión de Cabada. Lo mismo pasó con Robles Godoy, casi ninguneado en los primeros textos, y de pronto convertido en el gran creador del cine peruano.

El resto de la cartelera, ese casi 100 % copado en su mayoría por las grandes distribuidoras,
no era un asunto relevante ni significativo. Con el tiempo se ha ido haciendo cada vez más claro que para Cordero y Pimentel (no quiero pensar que todos los colaboradores de Godard! piensen lo mismo) hay muy poco que objetarle a nuestra cartelera. Como en ella se ven tantas obras maestras (véase las calificaciones de Pimentel en la sección Luces de El Comercio del jueves 10: dos películas con cinco estrellas y otras con muy alta puntuación) y, claro, también, por qué no, algunos blockbusters malos, cosa que sostendría el mismísimo Bruno Pinasco, para qué perder el tiempo exigiendo un nivel más alto aún.

El editorial del número 14 de Godard! lo dice de manera explícita: hay que defender a ese cine que se exhibe en Lima y oponerse a esos críticos elitistas. Atención, y lo dije hace muy poco tiempo en este mismo blog: no excluyo a priori ninguna película y lo mismo puedo decir de la mayor parte de los críticos que conozco más de cerca. No soy un incondicional del cine de autor ni me abstengo de ver películas de género, tema que expuse con amplitud en un cuestionamiento a algunos posiciones teóricas anacrónicas publicadas hace algunos años en la revista Butaca. Puedo preferir un thriller sin pretensiones o una comedia musical a una ambiciosa propuesta personal.

Pero una cosa es apertura y amplitud de criterios y otra muy distinta la legitimación de una cartelera claramente discriminatoria en la que abunda el cine de Hollywood (que no vive la mejor etapa de su historia) y está prácticamente ausente el que se hace en el resto del mundo.

A Pimentel y Cordero esto los tiene sin cuidado. ¿Para qué protestar por los parches a La mujer de mis pesadillas o la exclusión de títulos valiosos? El problema no está en la cartelera y ya ni siquiera en el cine peruano, que muy poco les interesa, sino en algunos críticos que le piden peras al olmo y, claro, ellos quieren remplazar ese " establishment" indócil y criticón por otro sumiso y funcional, el establishment orgánico al que ellos aspiran: bien con las distribuidoras, bien con las salas alternativas, bien con los festivales... por allí algunas críticas especialmente duras si se trata de películas peruanas... Esa es la alternativa.

El estado ideal sería para ellos que esos críticos incómodos dejaran de escribir y terminaran de perturbar, caramba, la tranquilidad de un orden en el que distribuidores, dueños de salas, el gran público y sus voceros (ellos, por supuesto) puedan vivir sin voces disidentes.

Isaac León Frías

19 comentarios:

Anónimo dijo...

ya parenla ya¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Me parece impecable en su argumentación el artículo de León Frías. A ver si Cordero responde.
qué puede decir?

LuchinG dijo...

Ricardo Bedoya: acabo de leer tu reseña sobre Soy Legenda en el Dominical. ¿La han cortado? Porque parace que sí.

Anónimo dijo...

Hoy dia en el Dominical del El Comercio (diario que recibe mucha publicidad de las distribuidoras) sale una critica favorable escrita por Ricardo Bedoya sobre Soy Leyenda. Lo extraño es que segun el, en su blog, La Lista Negra es mucho mejor pelicula. Porque el sr Bedoya prefirio escribir sobre Soy Leyenda en el diario que recibe publicidad de las majors y no sobre una pelicula menor. Da que pensar no? Ustedes que opinan?

Anónimo dijo...

porque no dice León Frías que también hay invitaciones, favores y avisos en El Comercio que comprometen a sus críticos?

Anónimo dijo...

Muy bien Sr. León, como no estar de acuerdo con su opinión. Pero, siempre hay un pero, o varios peros como en este caso.
Primero, causa desazón que una parte importante de la nueva generación de críticos sean tan pragmáticos y tan poco cuestionadores del establishment fílmico. Lo paradójico es que los "subversivos" son los críticos mayores y los conservadores los críticos jóvenes.
Segundo, Y allí donde los críticos jóvenes tienen un ánimo cuestionador la realidad los empuja a una especie de esquizofrenia laboral, es decir chamba es chamba, en mi trabajo yo hago lo que mis jefes mandan y en mi blog o revista o fanzine lo que mi conciencia me dicta. En el mejor de los casos por supuesto por que la mayoría de jóvenes se acomodan sin ningun problema al sistema.Pero esa es la realidad y sobre ella hay que actuar.
Tercero, Qué hacer? Es la alternativa los jovenes a la tumba y los viejos a la obra?, Yo creo que no, el combate ideológico está bien pero no basta atricherarse en sus posiciones y exigir, casi, casi, que a los de Godard los manden a Siberia. Insisto que no son el enemigo y se deben tender puentes para enfrentar juntos al enemigo común. Un ejemplo solamente, puede alguien creer que puede mejorar la calidad de nuestra cartelera si se mantiene la educación pública que tenemos hoy? Por que me imagino que todos hablamos del Perú, de las grandes mayorías y no de una elite, no es cierto?
Isaac León seguramente aun los ve como exalumnos con los que solo pueden tener una relación maestro-alumno, y como los muchachos les resultaron faltosos...
Asumiendo la realidad de la juventud de hoy y persistiendo en los principios mediante el debate de ideas y ejemplos a seguir, me parece pertinente parafrasear a José Carlos Mariátegui "Somos muy poco para dividirnos".

Anónimo dijo...

No resulta muy sospechoso que la revista Godardnhaya surgido para oponerse a los críticos y no a las distribuidoas que copan el mercado?
No habrá algún arreglo o acuerdo con esas distribuidoras desde que apareció esa revista y poco a poco eso se ha ido notando más? Porque la revista pretende ser muy amplia
con el cine de todas partes, pero la conducta de sus directores, con
Cordero haciendo un doble papel y Pimentel levantando un montón de películas es muy sospechosa.

Anónimo dijo...

Es cierto que hay invitaciones, favores y avisos pagados que parecieran comprometer a los críticos de la
sección Luces de El Comercio (Servat y Cachay), pero El Comercio es un diario muy poderoso y no
le van a quitar los avisos pagados por más desfavorables que puedan ser las críticas. Eso les da a los
críticos de la sección Luces un márgen mayor de autonomía, pues saben que cuentan con el apoyo
de un medio que puede resistir presiones. Naturalmente, los riesgos están siempre presentes y es
muy clara la preferencia que la sección le otorga al lado informativo y promocional. La parte crítica
es muy restringida y en las últimas semanas casi inexistente. Hay que aclarar, también, que
ni Servat ni Cachay sortean el merchandising fílmico como hace Cordero en el blog de Terra, igual
a lo que hace (porque ese es su trabajo) Bruno Pinasco en el programa Cinescape. No me imagino
a Servat ni a Cachay sorteando polos y llaveros.

Isaac León Frías

Anónimo dijo...

Respuesta al anónimo de las 12.49

Publiqué sobre Soy Leyenda porque la semana pasada publiqué sobre La lista negra, y porque es una película estimable y, además, porque es lo más notorio de la cartelera. Mi posición crítica sobre el estado de la distribución no me lleva a la necedad ni a la ceguera de pasar de largo ante ciertas película. Trato de verlo todo y no tengo prejuicios sobre las películas. No creo que existan películas más importantes que otras a priori. Sólo existen las buenas y las malas películas, y ellas pueden venir de Hollywood o de cualquier lado.

Anónimo dijo...

La respuesta de Ricardo Bedoya sobre el anonimo de las 12.49 no es muy clara. La pregunta era sencilla, porque en un medio de mucho mayor difusión que su blog (creo que El Comercio lo lee mas gente que este blog) se critica una pelicula menor como Soy Leyenda por sobre otra gran película como La Lista Negra (que el mismo blog cataloga como mejor).
Porque difundir masivamente Soy Leyenda y no La Lista Negra?

Jose Luis

Anónimo dijo...

Mi respuesta al comentario del lector del hoy a las 7.30 está en los comentarios al texto "La crítica y la imposición de ideas".
Pero quisiera añadir que la lógica de sus argumentos me parece muy compartible. El problema está en que a veces la diferencia de posiciones no permite un trabajo en común. A mí también me llama la atención de que seamos los mayores los que mantengamos una posición más cuestionadora (igual me sorprendo con las actitudes de muchos alumnos), pero repito que no es un problema generacional. Por lo demás, en lo que a mí respecta ni me siento viejo ni estoy a punto de retirarme, como preguntaba un lector. No soy el primero que lo digo, pero lo tengo como deseo hace más de 15 años: seguiré en actividad (a no ser que me muera o que quede incapacitado)
hasta la edad en que Manoel de Oliveira siga en actividad. Por lo pronto, me faltan casi 40 años.

Isaac León Frías

Anónimo dijo...

Respuesta a José Luis, de las 11.06

Porque La lista negra la comenté en El Dominical el domingo anterior, es decir, el domingo 6 de enero. Búsquela y la encontrará.

Anónimo dijo...

Chacho me parece bien tu energia, pero no te revientes tanto cohete, para llegar a la edad de Oliveira te faltan unos 30 años.....
Saludos,

Anónimo dijo...

Vaya, yo pense que cuando se inventó el cine ya Chacho era crítico. Pero no seamos mezquinos, no faltaran 40 años pero no sean malos, quedemos en 35.

Anónimo dijo...

Manoel de Oliveira cumple 100 este año y, por lo visto, puede durar algunos más. Yo estoy todavía lejos de los 70, pero tengo hijas
chicas y un impulso que hay varios que no quisieran que tenga, lo que no es tu caso, claro. ¿No te parece
curioso que algunos me quieran descalificar por viejo, pero a la hora en que propongo un debate con Cordero y Pimentel me acusan de abusivo, de que los doblo en edad, etc.?

Chacho (para los amigos)

Anónimo dijo...

Más que a Oliveira, este desorbitado debate nos remite a Ed Wood. Ya sólo falta que ambas partes se pongan a gritar: Pull the strings, pull the strings!

Anónimo dijo...

Perdieron ya Cordero y pimentel por walkover o cuando?

Anónimo dijo...

Perdieron ya Cordero y pimentel por walkover o cuando?

Anónimo dijo...

perdieron y de manera vergonsosa,
después de eso no tienen derecho moral a decir nada.