miércoles, 9 de enero de 2008

Hablando en serio

Mails, mensajes, comentarios, llamadas telefónicas. Parece que la “autocrítica” ha causado reacciones fuertes y contradictorias. Incluso algunos la han leído de modo literal y creen que va en serio, como dijo un lector. Otro lamenta que me haya “esforzado en disfrutar” una película como si eso fuera posible.

En fin, el tono del artículo y ciertos supuestos parecen no haber quedado bien expuestos.

Uso el comentario de la lectora Tere, ampliando mi respuesta en un comment, para precisar algunas ideas, ahora en serio.

Dijo Tere: “Hay cosas que no entiendo en el editorial. ¿Qué quieren decir con lo de los críticos guardianes del gusto? Tampoco me queda claro del artículo de Bedoya (...)”

La “autocrítica” fue la respuesta a una exigencia de la revista Godard! que en su última edición se la pide a los críticos, a los que tacha de elitistas.

Esto ha coincidido con una reformulación de la línea y presentación de esa revista, cercana a un magazine informativo que incluye algunos textos críticos más desarrollados.

Contra la decisión de aligerar la revista y de sosegar sus ánimos iniciales, no tengo crítica alguna. Prefería la ansiosa y pugnaz actitud de sus inicios, pero eso es un asunto de gusto personal.

Lo que motivó mi reacción fue la inaceptable propuesta del editorial, que pide a los críticos asumir la misma actitud, requiriéndoles una autocrítica para abandonar “la posición de guardianes del buen gusto que han adoptado tan gravemente. La intolerancia, la mezquindad y sobre todo el tufillo elitista de quienes ocupan algún puesto de poder son males que aquejan a nuestro oficio y conviene estar alertas para no repetir los errores de generaciones anteriores" (cita del editorial de Godard!).

La publicación de este requerimiento, en coincidencia con los concursos de polos y llaveros de Alvin y las ardillas organizadas desde su blog por uno de los directores de la publicación, entre otras actitudes ya señaladas por Isaac León Frías en este blog, dan cuenta de “cierta tendencia”, para decirlo como Truffaut, que resulta preocupante y que creemos importante aclarar y cuestionar con toda pasión y fuerza, como lo dijo un lector mexicano.

En primer lugar porque creemos que la crítica de cine y la publicidad cinematográfica son incompatibles.

La publicidad cinematográfica es fundamental para que el cine como negocio y actividad económica siga existiendo, pero no tiene nada que ver con la crítica. O se es crítico o se es publicista.

El crítico ofrece información, pero discrimina, elige, selecciona, opina. El publicista no cumple esas tareas; ofrece productos, cumple con campañas de mercadeo, persuade al público a que consuma las películas en general, sin distinción de su interés o calidad.

Es verdad que el entusiasmo de un crítico con una película puede persuadir a algunos lectores a acudir a las salas, pero esa no es su tarea ni su propósito inmediato. Ese es un efecto secundario de la opinión.

El crítico es un periodista de opinión; el publicista es un profesional de la persuasión para el consumo.

Nos extrañó que eso ocurriera en ese blog, que desconocíamos hasta ese momento. Por eso, pensando que su responsable había optado por el camino, legítimo, de la publicidad fílmica, posteamos los de las ardillitas con cierto humor pero sin acritud.

Pero el editorial de Godard! es otra cosa y había que tomarlo más en serio, más aún cuando el responsable del blog de Terra aún firma como director de esa revista de crítica.

La lectora Tere pregunta por lo que quisieron decir con lo de los críticos convertidos en guardianes del gusto.

Trato de explicarlo, aunque es difícil porque tiene trasfondos complicados.

Pienso que es pura ideología, es decir, un intento de “naturalizar”, de cubrir con el manto de lo razonable y lo lógico, y con la caución del “sentido común”, lo que es un interés personal o de grupo cuyas motivaciones no analizaré porque las desconozco y porque en esto no hay nada personal.

En otras palabras, los críticos “guardianes del gusto” son los que establecen exigencias o formulan reparos a determinadas películas de lanzamiento masivo y los que critican a un sistema comercial de distribución que restringe las opciones de elección a títulos que se consideran de rentabilidad segura.

Son guardianes del gusto porque no se distraen con Alvin y las ardillas ni se emocionan con Alien versus Depredador 2. Y porque no están dispuestos a sortear su merchandising.

Son guardianes del gusto porque no conciben su trabajo como un ejercicio admirativo indiscriminado, de tres o cuatro estrellas a todo dar.

La autocrítica pedida debe orientarse entonces a depurar esa mala disposición de los “guardianes del gusto” con un sistema que, después de todo, no es tan malo, ya que gratifica con regalos al público, como a esa suscriptora de Godard! que escribe un comentario para decirnos que a ella le gustan los llaveros gratis y que, ¡jojolete!, estamos envidiosos y por eso criticamos. El argumento de siempre.

Además, el reclamo de Godard! recicla el viejo argumento populista que afirma que el público tiene un gusto infalible y que los que apuesten a lo alternativo siempre serán elitistas.

Pero hay algo adicional aquí: el pedido de autocrítica es, en verdad, como lo dijo un lector, una proposición colectiva para que se baje la exigencia crítica; para que se asuma el "realismo" que indica que así es la cartelera y que en esos márgenes hay que moverse; para que cesen los cuestionamientos a un sistema que, mal que bien, es el único que existe y el que pone películas sobre las pantallas y genera actividad publicitaria. Es una llamada a la renuncia, a la resignación y a la conformidad con lo que tenemos.

En este blog no estamos de acuerdo con eso y lo decimos otra vez, con sarcasmo o sin él.
Ricardo Bedoya

9 comentarios:

Anónimo dijo...

La polémica con Cordero no tiene ni pies ni cabeza: ¿no se dan cuenta de que es un blog de Terra (y no uno personal, como este), que lo ha contratado para comentar lo que pasa por la cartelera local? Que esta última sea pobre, no es culpa de Cordero, sino de los distribuidores. Es obvio entonces que los comentarios del referido blog están dirigidos al espectador común y corriente (por cierto, yo me considero parte de ese grupo), que muchas veces no encuentra opiniones confiables y lúcidas sobre las películas que se estrenan en el circuito comercial. Considero, pues, que ese espacio es sumamente útil, y que no tiene nada de incompatible con el trabajo paralelo de crítico de cine no-comercial, de autor, “caleta” o como quieran llamarlo.

Así que basta de mezquindades, por favor. A veces parece que el móvil de los comentarios de Bedoya y León es la envidia hacia la nueva generación de críticos, quienes actualmente tienen más llegada al público y mayor constancia en la publicación de sus revistas.

Anónimo dijo...

Desde mi modesta opinión, creo que el asunto de la crítica cinematográfica en nuestro país es el mismo de siempre. Por un lado una generación de críticos tildados, la mayoría de veces con razón, como snobs o elitistas, y por otro lado una nueva generación de críticos que por no querer cometer los errores de los antiguos terminan cayendo en incoherencias o errores "de juventud".
Ricardo Bedoya dice que no se puede distraer con Alvin y las Ardillas ni emocionarse con Alien vs. Depredador 2, pero eso es algo que no podemos saber porque simplemente el señor no comenta sobre esta clase de películas, mostrando un prejuicio y un desprecio de antemano ante películas de carácter comercial. Entonces, debemos asumir que Bedoya no es un "crítico de cine" sino que es un "crítico del cine que a él le gusta". ¿Es esta posición snob o elitista? Creo que definitivamente sí.
El mas reconocido crítico de Estados Unidos es el señor Roger Ebert, quien SI comenta toda clase de películas, desde las "horribles" (según R.B.) cintas familiares hasta films europeos o asiáticos. Uno puede estar de acuerdo o no con sus críticas, aunque generalmente son acertadas, pero lo meritorio es que él examina las cintas no solo de acuerdo a sus virtudes o defectos artísticos, sino también de acuerdo al público hacia el cual se dirige.
Por otro lado, Claudio Cordero director de Godard! tiene un blog mas comercial, "propagandístico" según Bedoya, aunque yo pienso que es mas informativo que eso, y definitivamente el hecho de regalar merchandising de las películas podría llevar a pensar que no es compatible con luego tener que hablar mal de alguna de ellas.
Sin embargo, particularmente me parece que la gente de Godard! está haciendo un esfuerzo para elevar la cultura cinematografica y acercarla al público promedio, a través de un diseño de su revista que no sea el típico diseño aburrido y sin gracia de las revistas críticas especializadas y con reseñas de toda clase de cintas, no solo de aquellas vistas por un muy cerrado círculo de personas.
En fin, una discusión que no tiene cuando acabar y que seguramente debe haber comenzado con el primer personaje que ofició de crítico literario, artístico o cinematográfico

Anónimo dijo...

Muy bien Sr. Bedoya, desde mi punto de vista muy bien en este tono y no en el otro que ha intentado ser sardónico pero que a todas luces evidenciaba una exasperación mal contenida. Y es que es evidente que con la gente de Godard tienen uds diferencias no solo ideológicas sino también personales. Particularmente me niego a sumarme al cargamontón, al callejón oscuro, al apanao, que se pretende propinar a la gente de Godard. Es sabido que en algún momento ellos lo acusaron, injustamente, de virtual mermelero, de que se la cortaron para la salida, de que ya vas a ver... Fue cuando aparecieron con la pata en alto, faltosos ellos, exigiendo un recambio generacional en la crítica cinematográfica. Se excedieron pero es lo mismo que hicieron otras agrupaciones cuando buscaron un espacio de opinión. Es un mal peruano el de apagarle la luz al vecino para que brille más tu casa.Asi aparecieron los grupos Hora Zero y Huayco, para citar dos ejemplos en la literatura y el arte. Y estos muchachos de Godard se instalaron en Somos y en su revista con una opinión que es común en la nuevas generaciones, pragmática, desideologizada, light. Concuerdo con la crítica central contra Godard de avalar nuestra pobre cartelera pero de ninguna manera ellos son el enemigo. Allí se nota el problema personal que tienen con ellos. En especial Isaac León que hasta se niega a dialogar con sus representantes y hasta exigió su expulsión de la asociación de críticos cinematográficos. Todo por que Godard se apareció en la Universidad de Lima que aparentemente Isaac León considera su feudo.
El enemigo, si el concepto es válido, son las distribuidoras yanquis, la alienación pronorteamericana y un sistema tan injusto que condena a las mayorías a una educación publica tan desastroza que les parece natural consumir basura escrita y visual.
Y en ese combate contra el enemigo común Godard contribuye a elevar, desde su optica, el nivel de información y crítica cinematográfica en el gran público. Que no estemos de acuerdo con todo lo que hacen debe llevarnos a un debate ideológico alturado pero no a ajustes de cuentas personales.
Otro tema es que los de Godard en su afán de mantener y hasta mejorar la calidad gráfica de su revista están haciendo demasiadas concesiones a las distribuidoras. Como dice Bedoya eso es muy peligroso. Sería preferible que opten por una presentación más modesta pero que no cedan en su independencia. Su público lo entendería. Pero yo valoro que Godard exista y Bedoya debe entender que eso a veces tiene un costo, como el enorme costo de la casi inexistencia por su pesima distribución que tiene la revista que el dirige con la subvención de alguna universidad.
Muy mal la gente de Godard cuando aparecieron pensando solo en conseguir su espacio sin valorar los enormes meritos de personas como Bedoya y Leon. Creo que el afecto de la gente estos importantes críticos pesa más que la opinión interesada de unos muchachos faltosos que pese a todo, opino modestamente, debemos respetar y poner en su sitio cuando sea necesario, como en este caso.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en mucho de lo señalado por el anónimo de las 8:59. Me queda claro que la posición de Ricardo Bedoya e Isaac León es principista, que la posición de crítico no debe implicar concesiones a la industria o un condicionamiento de la opinión.

Pero al mismo tiempo considero que eso no puede llevar a la descalificación de un esfuerzo por llevar una revista de cine al gran público. Y no es que Godard sea una revista meramente informativa y marketera. Yo no soy crítico ni puedo emitir opiniones académicas, pero considero que en Godard se pueden leer críticas y artículos bastante buenos (aunque de repente no a la altura de lo que podría esperar Bedoya o León Frías).

No creo que todos los colaboradores de Godard (que son muchos) tengan la opinión hipotecada a las distribuidoras ni que Cordero les imponga ciertos parámetros, censuras o condicionamientos.

Lo que sí resuta criticable en esa revista es el tufillo iconoclasta y la tirria que le tienen a los críticos "antiguos" expresado en el editorial de la revista. En eso hay mucho de revancha o enfrentamiento personal, como señalara el anterior comentario. Quízás los señores Bedoya y León Frías se jalaron a Cordero en alguno de sus cursos en la U. de Lima y eso fue el inicio de todo este enfrentamiento.

Habrá algo positivo que se pueda sacar de todo este enfrentamiento? Creo que sería bueno, por ejemplo, que este blog se convierta en una alternativa electrónica a Godard: que se pueda criticar más seguido películas de la cartelera comercial (aunque sea transcribiendo los artículos del Dominical que algunos no pueden leer), pese a que ya conocemos la opinión que tienen los críticos sobre el lamentable nivel que hay por estos lares. No digo que este blog no presente críticas a la cartelera, sólo que me gustaría que éstas sean más seguidas y de preferencia redactadas por distintos críticos y así poder apreciar opiniones quizás divergentes sobre un mismo film.

Saludos,



Hawk

Anónimo dijo...

Discrepo parcialmente con el primer comentario, pues el programa de Ricardo Bedoya en canal 7 no es de ninguna manera un programa para especialistas o que deje completamente de lado la cartelera comercial. He podido apreciar en El Placer de los Ojos muy buenos informes sobre determinados géneros o temas a partir de estrenos de películas comerciales. Y también le he leido críticas en el Dominical sobre películas gringas del montón (criticándolas negativamente, claro). Ahora, tampoco se le puede obligar a hacer críticas de todo lo que se estrena. Al menos yo espero una crítica de lo que vale la pena más que de lo que no es recomendable.

Sin embargo, teniendo ahora un blog creo que sí hay más espacio y libertad para tratar más temas y dar mayores críticas sobre la cartelera local, aunque sea para ponerle una sola estrella a casi todas las películas.

Como señalé en un post anterior de este blog, Godard llena un vacío. Es una publicación que sin ser académica y "difícil" para el público en general, puede ofrecer informes y críticas interesantes sobre la cartelera comercial y el circuito cultural. Y ello, a pesar de los muchos reparos que se le pueden hacer a sus directores, es algo que se debe reconocer. Evidentemente, me gustaría que existiera otra revista del mismo corte que no tuviera los cuestionamientos que ya se han comentado en este blog.

Si Ricardo Bedoya y sus colaboradores no pueden editar una revista, podrían hacer un poco más dinámico este blog. Un espacio que sin dejar el rigor crítico, pueda dar mayores luces sobre la actualidad cinematográfica a un público más amplio. Salvo que ellos no quieran o no puedan hacerlo (no soy nadie para obligarlos, claro está).

Sólo trato de sacar algo positivo de esta discusión, más allá de que la gente pueda formarse una opinión respecto de quién es quién en la crítica de cine local.




Hawk

Anónimo dijo...

Quiero aclarar que ni me jalé a Cordero cuando fue mi alumno ni nunca tuve nada personal contra él.
Más aún, invité a Cordero y a Pimentel a escribir en la revista La gran ilusión que editaba la Universidad de Lima. Cordero me respondió que tenían una posición muy crítica frente al cine de Lombardi y yo le respondí que la podían expresar con toda libertad y que las críticas aparecidas en esa revista sobre las películas de Lombardi eran en promedio desfavorables. Aún así, y sin que hubiera una respuesta franca y clara, rehuyeron la propuesta. Más adelante apareció la revista Godard! Me pareció estupendo que apareciera una nueva revista y se los dije, señalando sí mis observaciones no al carácter polémico de la revista, sino a la forma sesgada y tendenciosa de atacarme a mí y a otros críticos, supuestamente el stablishment crítico, como si eso fuera lo más importante que puede aportar una nueva revista. Luego prosiguieron haciéndolo, incluso en la Universidad de Lima en la que Pimentel me descalifica como profesor. Ya lo dije antes, yo no tomé la decisión de que la revista Godard! no se presentara más, fue el Decano de la Facultad. Yo no me opuse a que se presentara, lo que propuse es que hubiera un debate. Se negaron y aprovecharon para arremeter contra Bedoya y contra mí.
Es esa conducta repetidamente esquinada y sinuosa que se volvió a manifestar el el último ingreso clandestino a la Universidad de Lima la que no puedo aceptar. Entonces, no es que me me niegue al diálogo, sino que no puedo tratar a sujetos de la calaña de Cordero y Pimentel. Pero
esto no es lo principal. Hay asuntos de fondo, hay discrepancias sobre la tarea y la función de la crítica que ya se han venido esgrimiendo y sobre las
cuales voy a escribir con mayor amplitud. Eso es lo importante, lo personal es secundario y accidental.

Isaac León Frías

Anónimo dijo...

Importante aclaración. Los señores de Godard debieran pronunciarse sobre esto. Si no...

Anónimo dijo...

¿porque no dicen nada Cordero y Pimentel?

Anónimo dijo...

Desde México otra vez:
Muy bien Bedoya, muy clara y precisa la argumentación. Ojalá
tuviéramos esos debates en la
crítica mexicana.