Nació en 1917 y murió hace unos días. Ernest Borgnine fue uno de los rostros más reconocibles y queridos del cine norteamericano de los últimos 60 años. Descendiente de italianos y actor secundario por excelencia, Borgnine fue vaquero, policía, gladiador, hombre común de las calles de Nueva York. Su corpulencia, sonrisa amplia, ojos saltones, marcada separación de los dientes delanteros, fortaleza física y voz inconfundible fueron los signos distintivos de su figura fílmica.
“De aquí a la eternidad” le dio a Ernest Borgnine uno de esos roles que marcan, sobre todo a un actor que recién empieza en el cine. El de personaje despiadado, que no admite razones. En un reparto en el que figuraban el frágil Montgomery Clift, el varonil y apuesto Burt Lancaster, y Sinatra, al que Borgnine asesinaba, al buen Ernest solo le restó encarnar el costado brutal. Su apariencia física tendía al estereotipo y Hollywood desde el inicio le reservó el lugar secundario y el tipo rudo. Ernest no tenía la cara linda de los chicos de moda de los años cincuenta, como Tony Curtis o Rock Hudson, ni poseía la masculinidad, a la vez desafiante, ambigua y erótica, de Marlon Brando y James Dean arquetipos de la década.
“Marty” lo hizo famoso. Su papel de carnicero neoyorquino que supera las inhibiciones e inicia un romance complicado, le ganó el Oscar como mejor actor. Pero ese premio no lo convirtió en estrella. Es decir, no agregó encanto ni glamur a su figura. Ernest fue, por entonces y más que nunca, un Ernesto cualquiera, un hombre de la calle, intérprete de un socorrido neorrealismo neoyorquino que trató de imponerse sin dejar mayor huella.
Pero antes de “Marty” ya había aparecido en tres grandes películas: “Johnny Guitar”, “Veracruz” y “Bad day at Black Rock”, donde choca con Spencer Tracy. A ellas habría que agregar otra que no goza de tanto prestigio, pero que los aficionados al péplum encontramos irresistible. “Demetrio y los gladiadores”.
Es por filmes como los de Ray (con él hizo también “Run for Cover, con Cagney al lado), Aldrich, Fleischer (formidable como granjero Amish en “Sábado violento”, como Ragnar en “Los vikingos”, pero también en “Barrabás”), Sturges, Dunne, Gordon Douglas (en el notable “Chuka”) o Daves, entre otros, que los cinéfilos recordamos a Borgnine con un afecto impagable.
Él estuvo en el centro de incontables aventuras. Cabalgó como perseguidor o perseguido en películas de casi todos los géneros. En la antigüedad o en la pradera, entre vikingos o gladiadores, en el viejo Oeste o en un filme criminal cualquiera, en una película bélica o en un rocambolesco melodrama, en una comedia o en una espectacular película de desastre como “La aventura del Poseidón”. Fue villano o compañero del héroe; soporte o antagonista; déspota despreciable o bruto amable. Un común denominador: la simplicidad de su juego actoral, alejado de cualquier afectación, tic, manía o pretensión evidente de estilo.
Podía ser tanto más duro e impenetrable que los duros (hay que verlo enfrentando a Lee Marvin en “El emperador del Norte”) pero leal en la amistad. Como el Dutch de “La pandilla salvaje”. ¿Cómo olvidarlo cuando decide, junto a sus amigos, esos viejos vaqueros, enfrentar el final de la aventura como se debe, serenos y mirando hacia adelante? Caminan juntos hacia la muerte y así termina el western clásico, la leyenda del Oeste y el fin de una época. En la película, Dutch es el último en caer, justo después de Pike. Así también ha sido en la realidad. Borgnine se ha ido luego de sus amigos Warren Oates, Ben Johnson y Bill Holden.
Ricardo Bedoya
3 comentarios:
"A donde irá / veloz y fatigada /
la golondrina que de aquí se va /
A donde irá...
Buscando abrigo / y no lo encontrara / Oh Cielo Santo! y sin poder volar...
Junto a mi lecho / le pondré su nido / en donde pueda / la estación pasar...
También yo estoy / en la región perdido / OH Cielo Santo! y sin poder volar.
Salud Ricardo, por Ernest Borgnine y The Wild Bunch.
Un abrazo,
Tomás Pérez de Viñaspre
Bien dicho: afecto impagable.
Un grande, mas querido aun que muchas estrellas de primera fila.
Sin antagonistas, no hay relato de aventuras que valga.
Su rol definitivo para los amantes del western, en The wild bunch.
Me lo imagino sonriente, cabalgando mientras sale del pueblo mexicano y se oyen Las golondrinas.
Martin Sanchez
no vi todas las peliculas de Ernest borgnine pero si algunas cuantas como para saber q seria una figura entrañable como en La pandilla salvaje (q ya nose cuantas veces la he visto sea en cineclub o dvd). Y sí tiene razon don ricardo en todo lo q dice acerca de la escena en q estan los 4 ultimos sobrevivientes de la pandilla caminando con la frente en alto hacia su fatal descenlace con la marcha marcial de fondo y una ranchera cantada casi con la garganta destrozada , y toda la importancia q tiene esa escena y esa pelicula en la historia del western y del cine mismo. Solo un detalle , si se hiciera una encuesta o ranking de las mejores secuencias o escenas de peliculas ¿no cree q esa escena ganaria por varios cuerpos de ventaja?
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