La japonesa Naomi Kawase empezó haciendo sus películas en Súper
La fascinación que provoca “Shara” es la misma que sentimos ante una llamada de lo desconocido. La cámara se mueve en travellings sonámbulos que parecen avanzar atraídos por una luz en la noche o acaso por un ruido lejano y de fuente incierta. La película tiene un cauce sinuoso, un tránsito como estremecido y un derrotero incierto. La banda sonora deja escuchar golpes, ecos y murmullos que no encuentran justificación en el encuadre o en la acción. Las imágenes son nítidas y las apariencias son de plena y soleada realidad, pero nunca ofrecen la neta impresión del realismo porque en el centro hay un misterio al que no se puede penetrar. Como el de la desaparición del niño al que vemos allí, despreocupado, jugando con su hermana, y que en un instante se desvanece. Kawase filma sólo reflejos, apariencias y sombras, consustanciales al cine. Por eso, “Shara” es espectral.
Ricardo Bedoya
1 comentario:
Kawase es lo máximo. Pero Sion es mejor.
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