La fórmula no es novedosa. Pero evocar y a la vez dar un nuevo significado al cine continuado de antaño y volverlo concepto sí que lo es. Quentin Tarantino y Robert Rodríguez han demostrado con Grindhouse, su añorado proyecto, que a nivel de talento se pueden juntar el agua y el aceite.
Dos películas al hilo, una desigual y otra simplemente una delicia para los tarantinianos, completadas con una serie de trailers sumergidos en el gore, el slasher, el trash, la serie B y Z, que en Lima nunca veremos en su real dimensión: La locura del Grindhouse por separado, aniquilando su intencionada naturaleza, y posiblemente sólo en DVD.
De llano podemos decir que el Grindhouse fue un fenómeno estadounidense absoluto. Toda una maquinaria de la serie B dedicada a proyectar decenas de filmes blaxploitation, del giallo, del sexploitation, del policial o el terror en todas sus variantes, y exhibidas en sesiones dobles, que eran promocionados en avances de par en par también. Ver en una tarde o noche de corrido en algún cine de newyorkino en los setenta Blácula, Invasión of the blood farmers, Savage!, por ejemplo, y otras joyitas del cine más malo del mundo era más que una pasión adolescente. Si Quentin Tarantino y Robert Rodríguez se inspiraron en toda esta sensibilidad que emanaba una factura barata, diálogos ordinarios, y héroes anodinos (actores protagónicos que no tenían más fama que un extra), aquí no nos queda más recordar aquellos cines de barrio, que proyectaban los refritos de la temporada, donde éramos quizás uno de diez espectadores, sentados en butacas a punto de romperse, donde el proyector nos regalaba su débil luz antes de su último parpadeo.
De llano podemos decir que el Grindhouse fue un fenómeno estadounidense absoluto. Toda una maquinaria de la serie B dedicada a proyectar decenas de filmes blaxploitation, del giallo, del sexploitation, del policial o el terror en todas sus variantes, y exhibidas en sesiones dobles, que eran promocionados en avances de par en par también. Ver en una tarde o noche de corrido en algún cine de newyorkino en los setenta Blácula, Invasión of the blood farmers, Savage!, por ejemplo, y otras joyitas del cine más malo del mundo era más que una pasión adolescente. Si Quentin Tarantino y Robert Rodríguez se inspiraron en toda esta sensibilidad que emanaba una factura barata, diálogos ordinarios, y héroes anodinos (actores protagónicos que no tenían más fama que un extra), aquí no nos queda más recordar aquellos cines de barrio, que proyectaban los refritos de la temporada, donde éramos quizás uno de diez espectadores, sentados en butacas a punto de romperse, donde el proyector nos regalaba su débil luz antes de su último parpadeo.
Si tuviéramos nuestro Grindhouse peruano, éste sería para algunos, no sólo una sala de filmes pornográficos, que aún dan sus últimos manotazos de ahogado, sino aquel donde podíamos ver películas de los más disímiles como El niño y el toro o La noche de los muertos vivientes en versión ochentena, y festivales de comiquitas.
Es en este imaginario, dentro y fuera de la sala, que surge el proyecto de Tarantino y Rodríguez, que consiste prácticamente en un revival con sello personal. Grindhouse es también un concepto: cuatro trailers ficticios, estética de proyector obsoleto, banda sonora setentera y todos los contenidos posibles de la serie B en cuatro horas de metraje. Planet terror de Rodríguez y Death proof de Tarantino están acompañadas, para dar forma completa al espíritu del género, por los fake trailers dirigidos por Eli Roth (director de Hostel), Edgar Wright (Shaun of the dead) y Rob Zombie (La casa de los mil cuerpos). Este paquete completo ha sido estrenado tal como fue concebido en EEUU y Canadá, mas no en el resto del mundo, donde se dieron estrenos separados.
La intención de estos avances y de los filmes de este díptico tiene que ver más con un homenaje a las cintas que marcaron la cinefilia de ambos directores, que con una recuperación exacta de los motivos de estos subgéneros. No esperemos ver, en Rodríguez por ejemplo, un filme lleno de evocaciones o de discreto manejo de los recursos del gore tal y como se daban en esas épocas, sino un cóctel psicotrónicamente puro, que se desvive por el nonsense y que "rellena" en todo fotograma que sea posible la textura del Grindhouse original.
En este proyecto, los lugares comunes de estos filmes quedan subvertidos: las mujeres ya no son unas ingenuas porristas, que muestran los pechos antes de morir decapitadas o acribilladas sino que ahora tienen nervios de acero, son aguerridas y salvan al mundo de las garras de la estupidez. De otro lado, los hombres siguen siendo héroes pero al final de cuentas van a recibir su merecido. O simplemente su rol heroico de siempre queda en un segundo plano.
Machete y compañía
La función doble de Grindhouse comienza con el falso trailer que dirige el mismo Robert Rodríguez, y que debido al éxito ya espera estreno en DVD pero como largo. En este avance, Danny Trejo, actor secundario en filmes como Abierto hasta el amanecer, Con air, La mexicana, entre otros, es Machete, un sicario traicionado por su contratante que, en medio del complot, decide tomar venganza. Machete viene a ser la evocación de los filmes que tenían a limpiadores como protagonistas, y que generalmente tenían un rollo político de corrupción como parte de su argumento (narcos, lavado de dinero, tráfico de todo tipo de capitales) . El trailer, como los otros, manejan grados de hilaridad, y en este caso debido a frases de lo más esperpénticas y que nacen del personaje que encarna Cheech Marín: "Soy un sacerdote y ¿me estás pidiendo que ayude a matar a esos hombres?; "Dios es piadoso, yo no". O como el narrador del trailer que dice "Si vas a matar a Machete para matar al malo, mas vale que te asegures que el malo no eres tú". Quizás este sea el trailer más logrado en cuanto a recrear atmósferas de este tipo. De otro lado, Thanskgiving de Eli Roth es un ejercicio dentro del slasher, con su toque escatológico a ritmo de sintetizadores. Don't de Edgar Wright satiriza más con la onda del Giallo, o con los filmes de Lucio Fulci especialmente. Mientras que la de Rob Zombie, Werewolf woman of the SS, recuerda más a las cintas de Jess Franco y a demás provenientes del sexploitation.
La niebla
Planet terror tiene tantos elementos que no resiste una línea argumental lógica, ni una mirada cerrada. Su sello es lo trillado, el desborde, lo alucinado. Rodríguez toma una ciudad sureña y la habita con personajes desquiciados, violentos y excesivos. No hay lugar para los cuerdos en la zona donde se va a esparcir el virus Planet terror. Si todos están enloquecidos de por vida (como en El último hombre de la tierra, The Omega man o Exterminio donde un virus es el contaminante), al volverse zombis el desequilibrio es total.
Si bien Planet terror, es menos explícita en sus referencias, es imposible asociar sus atmósferas al universo de John Carpenter (sobre todo en la banda sonora que compone Rodríguez también) o a cierto giallo, sin la exquisitez de un Argento, ni hablar, pero con la misma pizca de mutilaciones y serruchadas. Hay de todo, bailarinas exóticas, heroínas muy fulcianas o las de alma de cheerleader (inclusive Stacy Ferguson, la vocalista de Black Eyed Peas, en un pequeño rol, como la típica víctima calabacita). Pero pocos podrán olvidar a Cherry Darling (Rose McGowan, la ex de Marilyn Manson), estrenando una ametralladora como pierna, como la protagonista que devuelve al mundo la tranquilidad que merece.
En esta película Rodríguez muestra su cinefilia y las ganas de hacer un disparate puro, sin mayores pretensiones que lograr que el espectador pase su hora y media como su estuviera en una sala de cine como las que él añora. No estamos ante el director de El mariachi y, gracias a dios, tampoco ante el de Abierto al amanecer o Spy kids. A pesar de las críticas desfavorables que ha recibido por este filme, Planet terror ubica a Rodríguez en un lugar donde se le puede dar el beneficio de la duda.
Carretera perdida
Death proof es otra cosa. Escapa con seguridad al planteamiento del Grindhouse original para convertirse en un discreto deleite multireferencial, rico en recreaciones, en guiños cinéfilos aunque Tarantino mantenga algunos requerimientos formales que exigen formar parte de este estreno doble.
Carretera perdida
Death proof es otra cosa. Escapa con seguridad al planteamiento del Grindhouse original para convertirse en un discreto deleite multireferencial, rico en recreaciones, en guiños cinéfilos aunque Tarantino mantenga algunos requerimientos formales que exigen formar parte de este estreno doble.
A diferencia de sus otras películas, aquí Tarantino nos ofrece un relato lineal sobre la cotidianeidad de un grupo de chicas modelos y frívolas que visitan bares y restaurantes, que se verán asustadas por la aparición del demente Stuntman Mike (Kurt Russell), quien maneja un auto a prueba de muerte. Y como en otros de sus filmes, los diálogos sobre nimiedades son el plato fuerte.
Death proof tiene muy poco de los filmes de terror convencionales, si se le quiere asociar al argumento de la de Rodríguez y por tratarse de un Russell como antihéroe del slasher. Su esencia es la acción en estado puro, claro que luego de una hora de acompañar en sus devaneos verbales a cuatro muchachas semiadormecidas.
El filme tiene dos partes marcadas y en la primera reina un ambiente de slasher, aunque no tenga los elementos y la dosis usual. Se supone que Stuntman Mike es un psicótico, que vive frustrado y cumple sus fantasías asesinando a chiquillas sexualmente activas, liberales y sexys. La segunda parte tiene más del cine de acción de serie B, donde Stuntman Mike va a invertir su rol, de ser cazador a ser un simple tipo cazado. Y aquí, las intenciones de Tarantino van más dentro de los códigos de la acción cruda, de los filmes de carreras de autos (gran homenaje a Vanishing point, el filme de culto de los 70, en una persecución histórica y memorable).
En Death proof hay más Black mambas de lo que parece. Es una oda al poder femenino que el Grindhouse original había negado por años. Ocho mujeres, que andan en grupo de a cuatro, en diferentes lugares, siendo un grupo las víctimas y el otro, las vengadoras, sin querer, hacen de este filme una pasarela de bellezas que combinan la ingenuidad, la superficialidad, con la rudeza, la frescura y la rebeldía. Si bien, como ejemplifica bien el ritmo de la canción final de April March (extraída de esa cosa camp llamada But I´m a cheerleader, dirigida por Jamie Babbit), la rudeza puede combinar con lo chic.
En este filme, Tarantino se rememora a sí mismo, haciendo menciones a Kill Bill y a otros de sus cintas, pero también rinde tributo, por ejemplo a través de la banda sonora a momentos de películas de Bert I. Gordon, Dario Argento, Brian de Palma, o de William Friedkin. No son gratuitas las referencias a Russ Meyer en la figura de las chicas, o a Rescate de Nueva York o a The Virginian, en el caso de Russell. El homenaje a Vanishing Point, Bullit, o 60 segundos de 1974, son tan apoteósicas que hacen de Death proof un ejercicio de goce cinéfilo que se agradece.
Mónica Delgado
Death proof tiene muy poco de los filmes de terror convencionales, si se le quiere asociar al argumento de la de Rodríguez y por tratarse de un Russell como antihéroe del slasher. Su esencia es la acción en estado puro, claro que luego de una hora de acompañar en sus devaneos verbales a cuatro muchachas semiadormecidas.
El filme tiene dos partes marcadas y en la primera reina un ambiente de slasher, aunque no tenga los elementos y la dosis usual. Se supone que Stuntman Mike es un psicótico, que vive frustrado y cumple sus fantasías asesinando a chiquillas sexualmente activas, liberales y sexys. La segunda parte tiene más del cine de acción de serie B, donde Stuntman Mike va a invertir su rol, de ser cazador a ser un simple tipo cazado. Y aquí, las intenciones de Tarantino van más dentro de los códigos de la acción cruda, de los filmes de carreras de autos (gran homenaje a Vanishing point, el filme de culto de los 70, en una persecución histórica y memorable).
En Death proof hay más Black mambas de lo que parece. Es una oda al poder femenino que el Grindhouse original había negado por años. Ocho mujeres, que andan en grupo de a cuatro, en diferentes lugares, siendo un grupo las víctimas y el otro, las vengadoras, sin querer, hacen de este filme una pasarela de bellezas que combinan la ingenuidad, la superficialidad, con la rudeza, la frescura y la rebeldía. Si bien, como ejemplifica bien el ritmo de la canción final de April March (extraída de esa cosa camp llamada But I´m a cheerleader, dirigida por Jamie Babbit), la rudeza puede combinar con lo chic.
En este filme, Tarantino se rememora a sí mismo, haciendo menciones a Kill Bill y a otros de sus cintas, pero también rinde tributo, por ejemplo a través de la banda sonora a momentos de películas de Bert I. Gordon, Dario Argento, Brian de Palma, o de William Friedkin. No son gratuitas las referencias a Russ Meyer en la figura de las chicas, o a Rescate de Nueva York o a The Virginian, en el caso de Russell. El homenaje a Vanishing Point, Bullit, o 60 segundos de 1974, son tan apoteósicas que hacen de Death proof un ejercicio de goce cinéfilo que se agradece.
Mónica Delgado
50 comentarios:
Muy bien, Mónica. Estás desplazando a Cabrejo como el mayor especialista local del cine bizarro.
no se puede hacer una campaña para que esas películas se puedan ver en los cines de Lima?
Ya que Mónica menciona la referencia a Russ Meyer en la figura de las chicas de "Death proof", me queda clarísima la admiración de Tarantino por este pequeño pero curioso cineasta, sobre todo después de ver "Faster Pussycat! Kill! Kill! (1965), filme del que es evidente Tarantino ha sacado más de una idea.
Bedoya, hay que hacer campaña en el
blog en favor del estreno de películas como las de Tarantino-
Rodríguez y tantas otras.
No me parece una buena manera de respetar al lector el publicar una película que no ha sido estrenada en Lima. Tiene usted alguna explicación para tamaño despropósito. Espero una buena excusa aunque es poco menos que imposible el poder darla.
Carlos Saldaña
En realidad, lo que es un tamaño despropósito es el estado de la cartelera, tan celebrada por ciertas publicaciones.
Ante eso, compro pelas no estrenadas en Lima vía Amazon.com. Si no, las consigo en el mercado pirata.
See ya!
Timoteo
Al anónimo de las 5.44 (firma Carlos Saldaña)
Creo que el blog debe cumplir alguna función informativa. Y es hablar de las películas que existen y se hacen en el mundo, más allá de si han estrenado o no. Si nos atuviéramos a los estrenos, no podríamos dar cuenta de festivales como el Bafici o incluso el de Lima, que pasa película que luego no se ven más.
Peor aún, tendríamos que consagrar el blog a Iron Man, Meteoro, Indiana Jones, Hulk y otros personajes que ya están por aquí o se avecinan en nuestro menú cotidiano. Ese sí que sería un verdadero despropósito.
Por otro lado, ¿qué es un estreno en esta época de pantallas múltiples y consumos diferenciados?
¿Es la exhibición comercial de la película en multisales? ¿Es su pase en alguna sala del circuito cultural? ¿Es su emisión en HBO? ¿Es su alquiler o venta en DVD? ¿Es su descarga por Internet?
¿Qué es?
Si sólo importa su exhibición en las multisalas peruanas, entonces dejamos fuera al 95 por ciento (o más) de las películas que se hacen en el mundo.
La mejor manera de respetar al lector es diciéndole que el cine que se estrena en el Perú no es el único que existe e informándole de que hay muchísimo más en ese espacio en off al que los distribuidores no quieren que nos asomemos. Más bien le faltaríamos el respeto si nos dedicásemos a promover blockbusters con el argumento de que son las únicas películas que tenemos para ver.
Come ve, lector, no damos excusas. Son razones que tienen relación con una realidad más bien penosa.
Es cierto lo que dice Bedoya y uno de los argumentos concluyentes es
que dejar de dar cuenta, informando o comentando películas que no se estrenan, es hacerle el
juego a un sistema de distribución
que nos deja ver muy poco. Como ese tema se ha tratado con amplitud este blog, me llama la atención de que alguien pregunte
porqué se comenta algo que no se ha estrenado. Si ese fuera el criterio del blog estaríamos en el reino del desconocimiento casi total y para eso está un blog de cine. Eso no significa descuidar los buenos estrenos, uno de los cuales es Promesas peligrosas de David Cronenberg que todavía no ha sido comentada en el blog.
¿Despropósito escribir sobre películas que no se han estrenado aún? ¿A eso un comentarista le llama despropósito?!! Qué tal nivel que tenemos, ciertamente... Una pena...
Quienes tienen muy poco respeto por el público son las grandes distribuidoras ya que lo tratan como a un público minusválido intelectualmente y por lo visto el público peruano debe estar catalogado por ellas como uno de los más minusválidos de América Latina. Dice Carlos Saldaña que hay que esperar a que se estrene
Grindhouse cuando todo hace pensar que no se va a estrenar y eso que se trata de Tarantino y Robert Rodríguez. Este tampoco es un blog dedicado a los estrenos de las salas. Si alguien no quiere leer la crítica de una película que no ha visto es muy fácil, que no la lea o que la lea después de verla,
si es que la ve y en el Perú eso pasa en la mayor parte de los casos por los dvd que es la única manera de ver esas películas que
Jorge García pone como las mejores que ha visto en los últimos festivales y que nunca se verán en los multicines de Lima.
Sr. bedoya Porque es un desproposito hablar sobre Indiana Jones o Hulk??? o usted ya asumio que son malas películas antes de verlas....
Le asiste la razón a Bedoya: este blog al menos debe dar pistas para el lector que no tiene posibilidad de acercarse a las películas que jamás se exhibirán en LIma. Pero de ahí a solapar los exabruptos de la Sta. Delgado, hay mucha distancia.
Por trabajo, viajo al extranjero al menos 3 veces por año, y pude (medio) ver Grinhouse hace 7 meses en New York. Cada quien tiene derecho de apasionarse con tal o cual película y argumentar la gratuidad de su mal gusto, entre amigos, en el bar, o donde se le antoje, pero no en un medio dedicado exclusivamante al cine. Disculpe, Delgado, Ud. escribe idioteces y por pura pereza intelectual tiende a sostener el (falso) prestigio de Tarantino, y aplaude la podredumbre del adefesiero Rodríguez: Grindhouse es la insoportable sentencia de muerte de dos falarios que jugaron a hacer cine recurriendo, para validarse, a la estulticia de críticos como Ud. (de paso, el premio de Cannes a Pulp Fiction hoy, después de 14 años, suena a una mala broma proporcional a los delirios de los redactores de este blog ante Luz silenciosa).
Bedoya, deje de interesarse por los resbalones de Godard, preocúpese mejor por las barbaridades que publican quienes SÏ fueron (y siguen siendo) sus pupilos.
Y, Delgado, si desea solazarse con falsos avances esplendorosamente gozosos, busque en VHS Movie, Movie, la última gran película de Stanley Donen (por rsspeto, olvidemos Saturn 3 y Blame It on Rio).
¿Dónde dije que es un despropósito hablar de Indiana o de Iron Man? Por favor, lea bien. Dije que CONSAGRAR el blog a hablar de esos personajes sería un despropósito.
Ya viene lo de Promesas peligrosas
Ya pues anónimo de las 23:59, ya sabemos que Ud. es Eduardo Maldonado, la tía Mochita, o como se llame. El cine sigue vivo, aunque con algunos elementos que le disgusta, pero deje de escribir cojudeces "adjetiveras" y sustente su posición.
El cine, vuelvo a repetir, sigue vivo, pero muestra en algunos casos sensibilidades distintas a las clásicas. Eso lo hace en cierta medida diferente al cine americano tradicional, pero no necesariamente bueno o malo por eso.
Lo peor que puede haber en el gusto por el cine o de cualquier arte en general es la ortodoxia más vomitiva.
Que cuide su lengua (y sus dedos) el anónimo de las 23:59. Parece que se cree el único que tiene razón sobre Tarantino. Pontifica e
insulta: podredumbre, estulticia,
idioteces. Eso no es digno de figurar en el blog Sr. Bedoya, no sólo por mínima consideración a sus redactores (no se puede atacar de esa manera ruin a la sra. Delgado), sino por el propio nivel
del blog. Ese comment se descalifica por sí mismo. Ni Angulo Chumacero llega a esos niveles.
Una vez más, como ya ocurrió con Contreras, parece que el comentario
de las 23:59 está hecho expresamente para que Bedoya desacredite a través de un supuesto lector a sus propios colaboradores y esta vez en términos tan groseros que deberían
estar fuera del debate crítico.
María Almada
Estimado Señor Bedoya;
En primer lugar, apreciado Sr. Bedoya, no soy un anónimo y menos, el de las 5.44. Mi nombre es Carlos Saldaña Noblecilla, tengo 41 años y soy ingeniero industrial. Tengo mi propio negocio pero el cine me apasiona.
En segundo término, le agradezco su respuesta. No pensé que usted iba a contestar mi afirmación. Admiro su experiencia e inteligencia crítica y para quien suscribe la presente -sé que no es así para muchos otros- usted es un referente importante en el tópico cinematográfico en el Perú.
Creo que usted no ha leído mi comentario entre líneas. Yo exijo respeto porque doy respeto. Hasta donde yo logro observar, solo han intervenido 12 comentaristas, por lo tanto, tampoco estamos ante una publicación masiva. Si le doy la razón cuando me habla de festivales, eso si es una labor encomiable. Que pasaría si en unas semanas estrenan “Grindhouse” en los cines. Quedaría su blog como el de Alberto Servat, cuando comentó el remake de Haneke.
Aprovecho para felicitarlo por su extraordinario comentario de la película “Promesas Peligrosas”, que realizó en el pasado “Dominical”,titulado “Ritos de Filiación”. No se me hubiera pasado por la mente, que en vez de ese delicioso análisis, usted hubiese publicado “Grindhouse: Tarantino más Rodríguez”, así lo invada una función informativa. En fin, usted es dueño de su tiempo y de su mente. Pienso que un blog o un suplemento como el “Dominical”, flotan sobre un mismo concepto y apuntan a similares objetivos.
Por otro lado, si usted tiene algún inconveniente con la incipiente cartelera de cine, es un tema que deberá resolver con paciencia y determinación. Yo no me meto con la empresa privada porque es un negocio de personas, con determinados intereses que no comparto, y tampoco la critico. No lo hago con mi empresa, no lo haré con las que no lo son. Cada quien hace con su dinero lo que mejor le parezca. Usted comentó “Luz Silenciosa” cuando se estrenó en el festival de Lima. Luego, pasado algún tiempo, tuvo que ampliar o volver a comentarla, porque se estrenó en salas limeñas. Bedoya, yo lo sigo a usted porque es criterioso, maneja el lenguaje técnico, y además aprendo. Esto no lo haría con sujetos como Servat, Pimentel u otros, a quienes todo les parece mal y quieren imponer sus torpes y emotivas ideas.
No me parece de buen gusto referirse a Ironman, Meteoro, Hulk e Indiana Jones, de la manera despreciativa con que usted lo hace. Yo soy tan inteligente como usted y no gasto mi dinero en ver películas tontas, sin sentido, pero siento respeto por los imbéciles. Consumo piratería, no mucha, porque no me queda otro camino y no soy hipócrita como muchos críticos que llevan en el pecho un crucifijo -algunos trabajan para el mismo diario en que usted colabora- para salvarme de los pecados y del infierno. Estoy perfectamente informado quienes compran piratería, y quienes lo niegan. Los piratas también leen críticas, ingresan a blogs y saben quien es quien en este negocio.
Con relación a qué es un estreno, todos sabemos lo que es, incluyendo a los piratas. El tema de Internet es serio. En algunos años los cines quedarán obsoletos. Ese 95% al que usted se refiere, no sé si la cifra sea así de contundente, es una responsabilidad del gobierno. No es cuestión de dejarlos afuera. Usted trabaja en el canal del gobierno. Porqué no arma una cruzada, no por el cine, sino por la cultura, y les aplica una buena lección de cómo hacer las cosas. Si yo tuviera la oportunidad que usted tiene, lo tendría enfermo al presidente del canal. Lamentablemente usted no se siente capaz de hacerlo, pero hay mucha gente que siente que si tiene esa capacidad. Desde ahí si los podría hacer puré a los distribuidores y balancear la oferta.
Bedoya, algo que no me gusta de usted es que siempre agarra por el lado más fácil, echándole la culpa a los blockbusters que le dan de comer a los distribuidores. Hace unas semanas conversé largo, por otros asuntos, con un ejecutivo del Interbank y me comentaba sobre la subvención al Cineplanet, lo siguiente; Cómo jod…. esos huev…. de Cineplanet. Ya les hemos dicho que se desah………, sino se van a la m……. Supongo que la cadena americana de Cinemark también debe estar quebrada o sin hacer dinero o si lo están haciendo, no lo van a hacer con las películas que tanto usted como yo queremos ver en pantalla grande.
Espero su comprensión y cuente con mi apoyo.
Carlos Saldaña Noblecilla
ese comentario de las 23:59 es muy injusto con Tarantino y con Mónica Delgado. se puede discrepar pero no de esa manera.
El anónimo fóbico-agresivo de las 23:59 descarga sus rabias e intemperancias en Mónica Delgado y en Tarantino. Lo que demuestra es que el espacio del blog es, como señalan algunos psicoanalistas, un conducto por el cual el inconsciente navega libremente y suelta lo peor de sí, claro que protegido por el anonimato.
Juan Ramírez
Al anónimo de las 23.59
Moderación, lector. Sabemos que usted piensa que el cine murió a comienzos de los sesenta y que no admite "moderneces", pero resulta intolerante que tache con adjetivos sonoros lo que no le gusta.
Mónica Delgado, como cualquier colaborador, tiene perfecto derecho a entusiasmarse con cualquier película, así como los lectores tienen la posibilidad de criticarla. Pero tachar de idiotas sus argumentos es tan necio e impertinente como negar un cine que no se afilia a un modelo o a un canon determinado.
Coincido con Mónica en que Tarantino es un cineasta talentoso y apasionante. No he visto Grindhouse (Death Proof porque espero verla en pantalla grande), pero sus películas anteriores son de lo mejor que ha dado el cine norteamericano en años. Si el lector no concide con eso, que lo diga en buen tono y no con ese aire de iracundo "perro del depósito".
Respuesta a María Almada
Qué graciosa y retorcida es usted. Nunca se me hubiera ocurrido. Parece que la cultura de la paranoia y el complot se extiende, imparable.
Lástima que un tipo como el de las 23: 59 haya podido ver Grindhouse. Gastar dòlares en algo que no me gusta!!! eso sì es una estulticia...
'que buena la respuesta de saldaña.........'
ricaedo bedoya, eso de retorcida a una dama es peor que una mentada de madre el domingo 11
El último y largo comentario de Carlos Saldaña Noblecilla no aporta
nada al anterior y termina cediendo a la abrumadora argumentación en contra de su crítica a la inclusión del comentario a una película aún no estrenada en cines o que quizás nunca se estrene por esa vía.
Por otra parte, el anónimo de las 23:59, que parece ser un erudito en el cine americano clásico, y
que sería el que firmaba como Eduardo Maldonado, pues no se conocen muchos conocedores a fondo
del cine americano como pueden ser Bedoya, León, de Cárdenas y muy pocos más que escriben y dan la cara, demuestra tener muy escasa
hidalguía, ya que para atacar de esa manera (no quiero señalar que, encima, es una mujer para que no me acusen de sexista) hay que tener el coraje de hacerlo identificándose. Si no, se hace el peor uso del anonimato.
Respuesta al anónimo de las 10.05
Retorcida argumentación,pues, venga de quien venga, dama o caballero. No hay alusión personal alguna.
Una pena nuestro nivel. En vez de discutir, de polemizar sobre los planteamientos estéticos de un filme, la mayoría de comentarios se reducen a insultos personales y mezquindades infames...
Respuesta al señor Carlos Saldaña
Le agradezco sus comentarios. Me gustaría decir algunas cosas sobre lo que usted afirma.
Admiro a Tarantino, casi tanto como a Cronenberg, aunque la obra del canadiense me resulte más inquietante, atractiva, rica y compleja, tal vez porque es más larga. Si mañana estrenaran Grinhouse, no tenga duda de que escribiré en El Dominical lo que piense de ella, como lo hice con Kill Bill y, si mal no recuerdo, alguna de las anteriores.
No creo que haya problema en publicar una crítica sobre una película aún no estrenada y volver sobre ella en el momento del estreno, y menos aún en un blog que no está atado a la exigencia de la actualidad, a diferencia de un diario, que privilegia siempre lo presente. Y volver sobre ella puede significar matizar la opinión anterior, ampliarla o confrontarla con opiniones de otros colaboradores.
En efecto, tiene razón usted cuando dice que el negocio del cine es hecho por personas con intereses y su dinero. Pero no estoy de acuerdo cuando sugiere que eso es suficiente motivo para mantenerse en silencio. Claro que cada uno puede hacer con su dinero lo que quiera, pero hay que saber que en nuestro país las películas ingresan sin pagar derechos aduaneros, en el régimen de internación temporal. Es decir, Indiana Jones y Iron Man son subsidiados en su paso por la cartelera por todos los peruanos.
Podría entender y aceptar que se use ese mecanismo para mejorar la calidad de la cartelera; podría entender también que se lo use para mantener bajos los precios de las entradas al cine. Sería un mecanismo discutible, pero con alguna motivación detrás: un subsidio de todos los contribuyentes a favor de los ciudadanos que van al cine beneficiándose con mejores películas o entradas más baratas. Es verdad que no suena muy justo ni muy liberal, pero vaya y pase.
Pero a la luz del lamentable estado de la cartelera y de los precios que suben y suben (Larcomar ya cobra 17 soles), ¿por qué no se podría criticar el subsidio que nuestro país le otorga a la Motion Picture Association of America?
Si hay algo que nunca hago es despreciar las películas, o juzgarlas antes de haberlas visto. Para mi no existe el “cine de arte” y el “cine de entretenimiento” como categorías opuestas e inconciliables. Una película popular, de género, de serie B, o con un argumento intrascendente, puede ser una maravilla. Y una esforzada película de “grandes ideas sobre la vida y la humanidad”, puede ser un mamotreto indigesto. Un western de Joseph H. Lewis, un peplum de Vittorio Cottafavi, una película de horror de Jacques Tourneur, un melodrama de John Stahl, una de aventuras de Raoul Walsh o un filme de erotismo de Carlos Hugo Christensen no me parecen, por el solo hecho de ser entretenimientos populares, cintas inferiores a cualquier filme de Sokurov, Tarkovski, Bergman, Godard o Antonioni. Las grandes firmas no me intimidan y no tengo duda que un western como Johnny Guitar, de Nicholas Ray, Los aventureros de Moonfleet, de lang, o Ana de las Indias, de Tourneur, me resulta mucho más fascinante y logrado que Giulietta de los espíritus, de Fellini o Zabriskie Point, de Antonioni. No repetiré la “boutade” de Godard al escribir que “un plano de Hombre del Oeste, de Anthony Mann, vale por todo el cine de Antonioni”, pero a veces dan ganas de suscribirlo.
Así que no me burlo de Iron Man –que, por el contrario, me parece una película estimable, con dos buenas actuaciones de Downey y Bridges y momentos de acción bien resueltos- ni de Indiana Jones, que no he visto aún pero que no me perderé. Pero así como no menosprecio esas películas, tampoco me veo renunciando al resto del cine para atender sólo a ellas u otras cintas de su estilo. Preferiría cerrar el blog a tener que hablar con exclusividad de los estrenos limeños, dejando fuera a todo lo demás. Y no es burlarse ni menospreciar las películas el observar algo evidente: el cine norteamericano nos domina con películas infantilizadas, dirigidas a un público promedio concebido como adolescentes eternos y en regresión acelerada.
No creo que los cines queden obsoletos. Van a cambiar los modos de consumo pero siempre habrá un espacio para la fruición colectiva, grupal, social, de un espectáculo de cine. Habrá proyecciones electrónicas de alta definición, con imágenes transmitidas por satélite directamente a las pantallas, en señales codificadas para evitar las copias, y quién sabe qué más, pero siempre se conservará ese rito de compartir una historia con otros, y reírse junto a otros y llorar en conjunto. Eso es parte del espíritu de la tribu.
Tenía entendido que Cineplanet es parte del grupo Interbank, así que no creo que se trate de subsidios. Más bien serán exigencias de inversiones o aportes o lo que fuera. Las cadenas de cines en todo el mundo buscan una rentabilidad rápida y son parte funcional de un sistema basado en la distribución en forma de blitzkrieg de películas ideadas para romper taquillas en apenas un par de semanas de exhibición. Se les llaman blockbusters y entre nosotros han logrado que se las admita libres de polvo y paja aduanera.
Lo que ocurre en los debates en el blog es que hay una diferencia abismal entre las argumentaciones de los Srs. Bedoya, León o Cabrejo
y las que esgrimen la mayoría de los anónimos. En este espacio Bedoya, León y Cabrejo se "pasean" a su gusto. ¿Es que no hay quien
pueda polemizar con ellos con conocimiento de causa, argumentos persuasivos y menos hígado?
Soy un cinéfilo admirador de Mónica y quiero trasmitirle mi
solidaridad frente a los recientes agravios, porque agravios son, que ha recibido de ese energúmeno que dice viajar tres veces al año al extranjero y que, por lo visto, regresa en estado de ira destemplada. Bueno, la cinefilia arraiga en todo tipo de seres humanos. Reservo mi identidad y
vuelvo a manifestar mi enorme admiración por Mónica.
Que yo sepa el cine del peru es el mas barato de sudamerica. Cinestar cobra 5 soles, son salas decentes y pasan peliculas de estreno. En ninguna parte del mundo una entrada al cine cuesta menos de 2 dolares.
amigo bedoya...... saldaña te plantea una cosa y tu le respondes otra .........no te pases..... vaya capacidad de pasearse con los tontos que generan debate, segun el idioton y cobarde anonimo que ladró a 21.53 .
elba lazo
Después de todo, se estrena en Lima o no se estrena "Grindhouse"?
No se habían comprometido en el blog a dar cuenta de las películas retiradas o no estrenadas por las
compañías que las traen?
No te dejes Mónica, hay que hacerle frente a ese misógino que te injuria. No ha pasado piola, pero se impone que la autora del texto diga también su palabra.
No he visto las películas de Tarantino y Rodríguez que comenta Mónica Delgado, pero no encuentro en el comentario, que me parece muy sensato, nada que pueda provocar términos como idioteces o
estulticia mencionados por ese tipo
que se oculta en el anonimato. No debió ponerlo el editor del blog. Los comentarios pueden ser polémicos, pero eso no es polemizar, es simple y llanamente insultar. Ese individuo no invoca un solo argumento, se limita a lanzar improperios, rebajando el nivel de los comentarios del blog.
No hay agravio sexista en celebrar que la Srta. Delgado tenga la oportunidad de ver en el extranjero una película doble bizarra (como dicen los que no hablan español) y escribir lo que se le venga en gana. Pero Grindhouse, da la casualidad, es una basura. The End. Véanla en soporte digital, o exijan que la Católica la traiga completita, con avances vicarios (nadie, por cierto, rabate la mención a Movie, Movie, por la sencilla razón, parece, que no se toman el trabajo de buscarla), o como se les dé la gana. Sólo tengo que agregar cuán fácil es crear polémica en un medio tan ígnaro.
El anónimo de las 23:13 es el mismo energúmeno que insultó a Mónica Delgado y que ahora, cínicamente, dice que no hay agravio en celebrar que la Srta. Delgado tenga la oportunidad de ver en el extranjero un programa doble bizarro. Él no celebró nada, la acusó de escribir idioteces y estulticias. Ese individuo, que se siente por encima de todos, el único no ígnaro en el medio local, lo que hace es dictaminar, adjetivar, ordenar, insultar y basurear. No argumenta nada y espera de los otros lo que, por lo visto, no es capaz de hacer.
Qué tal cuajo !
Si se fijan bien, quien escribió duramente en contra de la Srta.
Delgado y su comentario de "Grindhouse" es el mismo que el
año pasado firmó como Dr. Vértigo y después como Eduardo Maldonado.
Por lo visto, renunció a los seudónimos y ahora recurre a los anónimos en la misma función de
provocador. Es muy fácil identificar la continuidad del estilo y la facilidad con que suelta las cosas. Es el único no salpicado por la estulticia local
Dice el anónimo de las 23:13: "pero
Grindhouse, da la casualidad, es una basura". The End." Qué les parece? Como el juez que sentencia,
ese anónimo con vocación de censor
tiene la última palabra sobre las
películas de Tarantino-Rodríguez.
No hay más que decir. The End. Quién le ha dado esa autoridad? Así
cualquiera...
Lectores todos
Ya nos dimos cuenta que el anónimo de marras es un viejo conocido que gusta del cine clásico norteamericano, odia lo nuevo y odia más a los que gustan de lo nuevo, que considera basura. Ya sabemos también que todos los que no coincidimos con él somos ígnaros y que tiene la fórmula de la verdad y del gusto indiscutible.
Dejemos, pues, que se gratifique con sus certezas. Creo que no vale la pena seguir volviendo sobre lo mismo.
Discutamos sobre Tarantino y no sobre el anónimo que ha salido con su gusto de llamar la atención sobre su "ilustradísimo" criterio.
Está bien Sr. Bedoya, pero no se puede agraviar impunemente como hace ese individuo que se cree por encima de todos, más aún ocultándose como lo hace. Por lo visto, el Dr. Vértigo, Eduardo Maldonado o los otros nombres que su cobardía le impone va a resultar más difícil de identificar que el destripador de Londres. Mientras tanto, seguirá
exhibiendo su ego desmesurado y su lengua suelta en este blog permisivo.
Lo han llamado fóbico-agresivo, misógino, energúmeno y otras cosas más y por lo visto no hay quien lo defienda porque sus opiniones y sus imputaciones son indefendibles. El tipo se seguirá escudando en el argumento de que este medio es tan ígnaro que él, claro, es el único iluminado. Mientras tanto, es cierto que el
blog debería orientarse más al comentario sustentado, a la polémica con un sentido mucho más propositivo.
Sr. Bedoya
Solamente 2 inquietudes. Lo digo con respeto, sin esconderme y espero una respuesta suya y no de alguien a quien no me dirijo.
La primera, es como voy a discutirle a usted sobre Tarantino, sino he logrado ver el filme 'Grinhouse-Death Proof'. Segundo y puntual. Leí su polémica con Saldaña y éste señaló,al margen de dimes y diretes interesantes, que ud. trabaja para el gobierno o en el canal del estado. Cómo usted puede trabajar para un medio con el cuál discrepa o critíca. Me refiero puntualmente a los taxs que están exonerados para los blockbusters según el internamiento temporal. Se lo plantéo con la consideración debida. No hay una posibilidad de doble moral o de una mezcla amoral de criterios si le muerde ud. la mano al que le brinda el almuerzo.
Finalmente, me parece asqueroso el sujeto que escudándose en un anónimo o nombre falso insulta a una dama. Es muy jodido y retorcido tratar así a una mujer así se esté en contra de su discurso. Lamentable. Le puse unas palabritas en su crítica sobre 'Promesas Peligrosas'.
Saludos
Karlos Kano
Señor Bedoya, no me parece correcto insultar sin justificación a una dama como la Señora Delgado. Tampoco estoy de acuerdo que usted lo haga sarcásticamente con la Señora Almada. Le parece gracioso decir "Qué graciosa y retorcida es usted, nunca se me hubiera ocurrido. Parece que la cultura de la paranoia y el complot se extiende, imparable". Pensaba que usted era un caballero, pero parece que estoy equivocada.
Gisella Sandra Sheput V.
Cómo voy a discutir en el blog una película que no han estrenado y no la he visto. Es absurdo. O tengo que ponerme a discutir sobre el comentario ed Mónica Delgado.Mucho anónimo, mucha sabiduría, mucha bravuconada, pero tambien mucha falacia y masturbación mental.
Porqué no discutimos "Juno" que la tengo recién llegada y en doble disco.
Martín
El artículo de Mónica Delgado me
estimula a ver ese programa doble y eso habla bien de lo que escribe. Que más adelante pueda gustarme más o menos, es otra cosa.
No hay derecho de que sea insultada
de la forma en que lo ha sido y que el cobarde diga después que lo que hacía era celebrar. Qué bonita manera de celebrar acusándola de mal gusto, de pereza intelectual, de decir idioteces y barbaridades, de su estulticia como crítica de cine... Eso es celebrar para el
psicópata de diversas identidades.
El artículo de Mónica Delgado me
estimula a ver ese programa doble y eso habla bien de lo que escribe. Que más adelante pueda gustarme más o menos, es otra cosa.
No hay derecho de que sea insultada
de la forma en que lo ha sido y que el cobarde diga después que lo que hacía era celebrar. Qué bonita manera de celebrar acusándola de mal gusto, de pereza intelectual, de decir idioteces y barbaridades, de su estulticia como crítica de cine... Eso es celebrar para el
psicópata de diversas identidades.
Eduardo Maldonado escribe lo siguiente: Llevo fuera del Perú casi seis meses y no visito este blog durante ese período. No me vinculen con quien escribió sobre tal película, o cúmulo de películas, aunque podría suscribir su aversión hacia el cine de ambos malos cineastas, ya que me indigesta el cine de Tarantino y de Rodríguez y debo confesar que no iría a ver Grindhouse completa o por partes si la estrenaran donde radico. Una buena amiga me escribió sobre el malentendido, y aunque no me interesa demasiado mantener mi buen nombre, por la sencilla razón de que no lo tengo, valga el deslinde. Y para terminar, eso de Dr. Vértigo sí que me agravia: prefiero al menos nueve películas de Hitchcok sobre esa obra sobrevalorada.
Respuesta a Giselle Sheput
No hubo ningún sarcasmo en mi respuesta. Si alguien sugiere que envié ese comentario para desacreditar a los colaboradores de este blog, en un efecto inconfesable de carambola para sabe Dios qué fines, le contesto con los adjetivos que califican una opinión así.
Dije que me pareció divertido el comentario porque sonreí al leerlo y dije -con aclaración posterior- que era retorcido, porque lo es.
Es más que retorcido, tiene un toque de perversidad. Y decir eso no es sexista ni grosero ni poco caballeroso. El usar una argumentación retorcida -que no es una mala palabra-, tratando de sugerir en alguien comportamientos ocultos y complicados, no es patrimonio de un género. Lo que revela es una lógica bien complicada y un gusto por los complots y la paranoia, que tampoco es mala palabra.
Así que me ratifico en mi opinión, dicha con la mayor caballerosidad.
Respuesta a Karlos Kano
En efecto, me faltó responderle al señor Saldaña sobre ese punto. Lo hago.
En primer lugar, no soy empleado de canal 7. No me une vínculo laboral de dependencia con él. Es decir, soy independiente y presto servicios haciendo un programa.
El canal lo entiende así y en los años que vengo haciendo el programa, nunca ha sugerido ni temas ni tratamientos. Es más, he dicho lo que pienso sobre cada uno de los temas vinculados con el Estado en su relación con el cine. Por ejemplo, en relación con el incumplimiento de la ley de cine, que es tal vez el problema mayor.
Lo he criticado, dicho y repetido como una letanía, aun a riesgo de parecer obsesivo y pesado. Y lo han dicho otros -por ejemplo cineastas entrevistados-, sin restricción alguna, en el programa.
Pero también se han tratado los temas de la distribución y los impuestos, incluso discutiendo con algunos distribuidores.
Y eso lo saben los que ven con alguna regularidad el programa.
Así que mi relación con el canal no ha comprometido mi opinión ni me ha silenciado. Lo que digo en el blog o en un diario, lo digo por la televisión en los mismos términos y estilo. Doble moral sería decir una cosa en un medio y silenciar esa opinión en otro.
Tengo independencia en todos los medios en los que participo, el del Estado y los privados. Y esa independencia es algo que reconozco a las diferentes administraciones desde los días del gobierno del Presidente Paniagua, en que empezó el programa.
El señor Saldaña dice que debería hacer una cruzada pública sobre algunos temas. No estoy de acuerdo. No podría hacerlo. En primer lugar porque no tengo vocación de cruzado. Pero además porque soy un crítico de cine o periodista cinematográfico que da su opinión sobre un tema u otro, pero nada más.
Tal vez las cruzadas sean necesarias, pero que no cuenten conmigo.
No tengo poder (ni lo pretendo) para cambiar la política tributaria ni las decisiones del Ministro de Economía, pero sí digo lo que pienso sobre tales temas.
Tampoco soy un lobista, así que no podría gestionar que se tomen decisiones públicas por más justas que me parezcan, ni soy un activista ni un representante gremial (sólo me represento a mi mismo) para propiciar acciones colectivas.
Es un error pensar que el periodista suscribe sin dudar la posición del propietario o defiende los intereses del titular de un medio sólo porque tiene una columna u opina regularmente en él. Esas adhesiones sólo existen en los cuarteles y los conventos. Por suerte las cosas son más complejas. Y criticar no significa morder la mano de nadie. ¿Por qué identificar la discrepancia con la agresión o la traición o la deslealtad? Criticar es plantear en público un problema para que se discuta y, así, tal vez empezar a cambiarlo.
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