domingo, 14 de octubre de 2007

Películas más veces vistas


Las películas que se ven más veces no son necesariamente las que uno prefiere; pero hay algo en ellas que atrae. Acaso una presencia, un color, una situación. Son motivos suficientes para volver una y otra vez sobre las películas. Aquí van las listas de las películas más veces vistas por los colaboradores de Páginas del diario de Satán.

Ricardo Bedoya
Vistas más de diez veces
Psicosis y Vértigo, de Hitchcock, porque Norman y Scottie son dos de mis personajes favoritos; los entiendo y quiero; están cerca, son prójimos.
Notorious, de Hitchcock, porque Alex Sebastian (Claude Rains) es el más conmovedor de los "malos".

Cantando bajo la lluvia, de Kelly/Donen, porque cada vez que veo una de sus imágenes me quedo enganchado envidiando las habilidades y el júbilo del buen Gene .

Los diez mandamientos, de DeMille, El Cid, de Anthony Mann, Ben Hur, de Wyler, 55 días en Pekín, de Ray. Completas o por partes, las debo haber visto más de treinta veces.

The Searchers, de Ford, El árbol de la horca, de Daves, The Man From Laramie, de Mann. ¿Hay algo mejor que un western?

Los olvidados, de Buñuel, por el ciego, por el Jaibo y por "ojitos", y porque es la película más bárbara y la más tersa, humana y seca en su crueldad.

Une partie de campagne, de Renoir, porque es la plenitud, como también lo es El río, que he visto menos veces.
El profesor chiflado, de Jerry Lewis, porque Julius es el hijo "tonto" y entrañable de Norman y Scottie.

El hombre quieto, de John Ford, por Irlanda, por el color de la cerveza, por las melodías que se escuchan, por los campos verdes de Jack Cardiff, por John Wayne, por Maureen O'Hara, por todo.
Río Bravo, de Hawks, porque me gusta ver el momento en que John Wayne le besa la calva a Walter Brennan.

La pandilla salvaje, de Sam Peckinpah, porque es tan radical, fronteriza, desgarrada y triste como Pat Garret y Billy the Kid y Traigan la cabeza de Alfredo García, que he visto casi diez veces.

Alemania, año cero y Viaje a Italia, porque "recuerda, Fabrizio, no se puede vivir sin Rossellini" (frase dicha en Prima della Revoluzione, de Bertolucci, cuando Bernardo, hace muchos años, era un gran cineasta).
Ugetsu Monogatari, de Mizoguchi, porque es la mejor película de fantasmas.

Sunrise, de Murnau, Viaje a Tokio, de Ozu, y An Affair to Remember, de McCarey, por el gusto de llorar.
Esplendor en la hierba, de Kazan, y Los paraguas de Cherburgo, de Demy, porque cuentan lo mismo y emocionan igual pero siguiendo caminos opuestos: la sensualidad bronca de Kazan y la irrealidad desafiante de Demy.

Pierrot el loco, de Godard, por Sam Fuller, por Anna Karina caminando sin saber qué hacer, por el color rojo, por la fuga anarquista hacia la costa y por Belmondo con la cara pintada de azul.

Ciudadano Kane, El acorazado Potemkin, Huelga, La madre, La última carcajada, Ladrones de bicicletas, Metrópolis, El hombre de la cámara, Tiempos modernos, La quimera del oro, El muelle de las brumas, El maquinista de la General, La pasión de Juana de arco, Cero en conducta, Memorias del subdesarrollo, Alejandro Nevski, El gabinete del doctor Caligari, Un perro andaluz, Roma, ciudad abierta, Noche y niebla, Los 400 golpes, A bout de souffle, La salida de los obreros de la fábrica Lumiére en Lyon, porque para un profesor de historia del cine son como hacer el servicio militar obligatorio (más allá de la admiración que se pueda tener por ellas).
Naranja mecánica, de Kubrick, porque la detesto.

Óscar Contreras
Se quedan varias en el tintero. He optado por veinte y una más; y sólo una por director.

1. The trial (Orson Welles).- Una película magistral, difícil, depresógena, con la que me obsesioné grandemente en la Facultad de Derecho. Hasta llegué a hacerme de la única copia en VHS en Lima. Debo haberla visto una veintena de veces y me sigue sorprendiendo.

2. Apocalypse now redux (Francis Ford Coppola).- La ví seis veces en tres semanas y poco faltó para arrodillarme frente al ecran y alabarla. Sonido, furia, aventuras, Guerra de Vietnam. Lo más grande hecho por Coppola.

3. Los amigos (Francisco Lombardi).- En 1978 con mis amigos del colegio queríamos dejar de tener 9 años y cumplir los 18 en ese momento, solo para ver Cuentos Inmorales, como nuestros padres. Existe una gran identificación con el rito “cantinesco” y un disfrute en clave de “chacota” con cada frase de “El negrito de Nueva York”. He memorizado muchos parlamentos de esos 4 perdedores “setenteros”.

4. Eyes Wide Shut (Stanley Kubrick).- Aun cuando ya había visto varias películas de Kubrick en su estreno, su muerte me llevó unas 5 veces al recién inaugurado UVK Larcomar, para recrear en compañía femenina las escenas orgiásticas. Inquietante filme.

5. Pulp Fiction (Quentin Tarantino).- Para 1995 todos querían filmar como Tarantino (y encontrar sus influencias en Godard, Siegel y Leone). Uma Thurman; los diálogos sobre la venta de hamburguesas McDonalds en Holanda; la banda sonora y la estructura narrativa quebrada, me condujeron repetidas veces al cine y a Blockbuster.

6.The Elephant Man (David Lynch).- Depresiones larvarias, fobia amórfica, clasicismo narrativo, tristeza “dickensiana” son las justificaciones para mi culto particular por este hermoso filme.

7. Life Lessons (Martin Scorsese).- Rossana Arquette y Nick Nolte. Sadismo y masoquismo. Lienzos, óleos y aguas fuertes. Rock, amores difíciles y Nueva York. La repetía una y otra vez en el VHS. Andaba enamorado.

8. The Return of the Jedi (Richard Marquand). Tributo a la niñez. Mi generación le debe muchos momentos de felicidad a Lucas. Véanla en DVD, extraída de la caja de aniversario, en pantalla Plasma y con el buffer a todo lo que da.

9.The Fountainhead (King Vidor).- Una madrugada en los ochenta –vía Panamericana Televisión, que debe tener uno de los mejores archivos de cine clásico- en plena congestión asmatiforme, descubrí este notable filme de King Vidor. Uno contra todos es una de mis más grandes querencias y la razón por la que sigo viendo cine.

10. Dead Ringers (David Cronenberg).- Primera obra maestra de David Cronenberg sobre unos hermanos siameses, ginecólogos, interdependientes, homoeróticos. Antes de verla en la Filmoteca de Lima la descubrí en la televisión (Frecuencia Latina, Última Función). Jeremy Irons consigue dos registros conmovedores.

11. Once Upon a Time in America (Sergio Leone).- La Filmoteca de Lima del Museo de Arte la programaba a la muerte de un Papa. Y la debo haber visto en todos sus pases. También en TV y en la edición de lujo en DVD. Recuerdo los extensos y extraordinarios recortes de periódicos y revistas colocados al ingreso de la Filmoteca. Un día llegué una hora antes para leerlos con detenimiento. Gracias Norma.

12. JFK (Oliver Stone).- Con el tiempo, los cabezales de mi antiguo VHS Panasonic quedaron destrozados al aplicar la función slow motion cuando se proyectaba la “película Zapruder”. JFK es una lección de montaje y de tesis política.

13. E.T. (Steven Spielberg).- La ví el mismo año que Blade Runner -1982- cuando era un adolescente lleno de fantasías. Me sigue pareciendo el mejor filme del director de Jurassic Park. Para su reestreno uncut, mi enamorada de entonces me abrazó al terminar la película y se puso a llorar.

14. Contra viento y marea (Breaking the Waves, Lars Von Trier).- Fue una tarde de mayo de 1997 cuando Contra viento y marea se estrenó en el cine El Pacífico y yo estaba allí. Al final, el público estalló en aplausos. Por mucho tiempo creí haber visto la película de mi vida. Estimo que la bella Emily Watson debió retirarse en ese momento de la actuación, como la Falconetti.

15. Memorias del subdesarrollo (Tomás Gutiérrez Alea).- Para 1968, el cine latinoamericano aplicaba los procedimientos narrativos y expresivos de las “olas”. “Titón” Gutiérrez Alea consiguió un filme comprometido y personal, a partir de la novela de Edmundo Desnoes, sobre la las circunstancias que van fagocitando a un diletante. Notable película cubana que mi hermano me obsequió en una muy buena copia VHS, con comentarios de Richard Corliss.

16.Los 400 golpes (Francois Truffaut).- Película esencial que descubrí en la vieja Filmoteca de Lima y revisité una y otra vez. El plano final congelado de Antoine Doinel en la playa, es su carnet de identidad para la adultez ¿Qué cinéfilo no sufrió de incomprensión durante la infancia?

17. Novecento (Bernardo Bertolucci).- Prefiero la versión doblada al castellano y, aunque parezca contradictorio, también la versión en 35 mm Novecento es una cinta total, políticamente comprometida con los valores y la ideología socialista más noble. Debo haberla visto por primera vez a los 20 años y con posterioridad leí la crítica de Isaac León Frías en el suplemento TV + donde se refería –con propiedad- a sus diversos movimientos estacionales.

18. El (Luis Buñuel).- Cada vez que veo El no deja de sorprenderme su mirada sardónica sobre la burguesía y los celos patológicos encarnados por Arturo De Córdova y su víctima Delia Garcés, que están estupendos. La volví a ver una y otra vez porque me perturbaba la escena en la que De Córdova tomaba aguja e hilo para “escarmentar” a su esposa infiel, mientras dormía.

19. How Green Was My Valley (John Ford).- Cine de la modernidad en Hollywood. Costumbrismo gaelico y relato clásico sobre la mercantilización de la reproducción de la fuerza de trabajo. Pero ante todo, Qué verde era mi valle es un melodrama lleno de nobleza y sentimiento. Ford puede hacer rodar lágrimas en el corazón de los espectadores.

20. Amarcord (Federico Fellini).- Fascinación es lo que siempre me produjo esta cinta de Federico Fellini. La reconstrucción de Rímini en pleno auge fascista, con personajes pintorescos, adolescentes inquietos sexualmente, golfas y tabacaleras pechugonas, recrean falsos recuerdos de infancia, en la costa adriática en medio del sol, la niebla y la nieve.

LA DEL ESTRIBO.-

* Before Sunset (Richard Linklater).- La ví tres veces en su estreno comercial, con tres amigas distintas cada tanto. En todos los casos la disfruté muchísimo. Me parece la película romántica más interesante de la década y la más influyente en el sentimiento y la inteligencia de las parejas.


Isaac León Frías
Antes de elaborar la lista de las películas que he visto mayor número de veces (más de 15 o 20 veces), quiero aclarar que hasta hace unos pocos años todo lo ví casi únicamente en proyección fílmica. En los últimos tiempos, las necesidades prácticas de la docencia obligan al uso del VHS o del DVD y es por ese motivo que vuelvo a ver varias películas en ese soporte al interior de los cursos que tengo a mi cargo. Es verdad que, a diferencia de muchos cinéfilos que ven y re-ven films (antes en pantalla grande y ahora cada vez más en DVD) por su propio gusto y ganas, varios de los títulos que he vuelto a ver con mayor frecuencia en el pasado los vi también en clase (pero con proyección fílmica) o en sesiones de debate cineclubístico. Debo haber estado a cargo de ocho o diez cine-foros acerca de Psicosis, de Hitchcock, por ejemplo. En otras palabras, aún cuando son todas las que están, no están todas las que son. Es decir, me hubiera gustado ver muchas más veces Sunrise, de Murnau, Scarlett Empress, de Sternberg, Johnny Guitar, de Nicholas Ray, El río, de Renoir, Detour, de Ulmer, Bob le flambeur, de Jean-Pierre Melville, la trilogía de Apu de Satyajit Ray o la trilogía de Maximo Gorki a cargo de Mark Donskoi, por señalar unas pocos de, no sé, mil o más películas que he visto muy pocas veces y que tengo el deseo de volver a ver una y otra vez. Por eso, a muchos cinéfilos jóvenes mi relación les puede sonar arqueológica, casi una lista "dinosáurica", un poco como la que pudo haber elaborado el historiador francés Georges Sadoul en los años 60, con sólo unos pocos títulos posteriores. Que no se piense por ello que no estoy al día o que no trato de ver (y repetir) títulos más cercanos. Lo que no he logrado aún es verlos tantas veces como las que señalo a continuación.

Aquí va la relación sólo de largometrajes para no hacer muy larga la lista, pues hay cortos de Meliés o Un perro andaluz, por ejemplo, que he visto infinidad de veces.

Silentes
El nacimiento de una nación
Intolerancia
Pimpollos rotos
El gabinete del Doctor Caligari
El pibe
Nosferatu
El último hombre
La pasión de Juana de Arco
Tabu
El acorazado Potemkin
El hombre de la cámara

Sonoras
Sucedió una noche
Lo que el viento se llevó
Casablanca
Alexander Nevski
El ciudadano Kane
Tuyo es mi corazón (Notorious)
Ladrones de bicicletas
Los olvidados
El hombre quieto
Vivir (Kurosawa)
El
French Can Can
La ventana indiscreta
Livia
Rebelde sin causa
Más corazón que odio
Las noches de Cabiria
Las fresas salvajes
Vértigo
Los cuatrocientos golpes
Psicosis
El proceso
Vivir su vida
Ocho y medio
Un tiro en la noche
Memorias del subdesarrollo
Persona
Bonnie y Clyde
Busco mi destino
La pandilla salvaje
Naranja mecánica
El resplandor
Vestida para matar
Pecados capitales (Seven)
Scream, la máscara de la muerte

Enrique Silva
En general, como a mi me gusta desde siempre el género fantástico, he visto varias veces los clásicos de terror de la Universal, es decir, todos los Frankensteins, Dráculas, hombres lobos y momias que circularon en la pantalla chica en diversas oportunidades. También los clásicos de la Warner Bros. que protagonizaron Humphrey Bogart, James Cagney, Errol Flynn y Bette Davis.
Sin embargo, siempre hay determinadas películas que uno suele ver una mayor cantidad de veces. Por ejemplo, las cintas de Alfred Hitchcock. Más de una vez cada una de ellas, pero sobre todo Notorious, La ventana indiscreta, Vértigo, Psicosis, Los pájaros y Frenesí. Tal vez por las historias que te atrapan de inmediato, por el tratamiento cinematográfico o porque contienen al Hitchcock más perfecto. De Raoul Walsh, me fascina la dureza y su sentido de la aventura criminal tanto en Héroes olvidados (The Roaring Twenties) como en Alma negra (White Heat), dos de sus obras maestras, que he visto en incontables ocasiones.Dos dramas que también puedo citar entre los más vistos son: Esplendor en la hierba, de Elia Kazan; y Algo para recordar, de Leo McCarey. Del primero siempre me sedujo la imposibilidad de la relación amorosa entre Natalie Wood y Warren Beatty. El segundo me conmueve hasta las lágrimas cada vez que lo veo. Entre los westerns, repito cada vez que puedo RíoBravo, de Howard Hawks, Más corazón que odio, de John Ford y La pandilla salvaje, de Sam Peckinpah. Adicionalmente he visto en varias oportunidades Hatari, de Hawks, Traigan la cabeza de Alfredo García, de Peckinpah; Bonnie y Clyde, de Arthur Penn; y Pacto de sangre, de Billy Wilder. En lo que respecta al cine latinoamericano, he visto en muchas ocasiones Ahí está el detalle, de Juan Bustillo Oro, que es la mejor película de Cantinflas; y Los olvidados, de Luis Buñuel, probablemente unode los más brillantes y sobrecogedores retratos de la miseria urbano-marginal.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

y porque usted detesta la naranja mecanica senor bedoya?

Anónimo dijo...

El Western Americano aun no ha desaparecido (aunque casi) porque aun hay gente que esta dispuesta a tomar en serio a sus personajes caricaturescos, a sus historias fascitas con mensajes claramente chauvinistas y patrioteros, es una disyuntiva del arte en general, forma contra fondo, la forma del western es tan brillante y desgarradora como su fondo es tan reaccionario y simplista (porque el fondo tambien es cine); lo que no entiendo como nadie ha planteado algo tan evidente hasta ahora - en el Peru-.

Anónimo dijo...

Pienso igual que tú, después de "Breaking The Waves" de Lars von Trier, Emily Watson debió haberse alejado de actuar en el cine como la Falconetti en Juana de Arco de Dreyer.....Esa actuación vale por mil. Emily que haces en el cine? No sería mejor que regresaras al teatro de la London Shakesperean Company?

Daniboi dijo...

Excelente articulo. Buenas listas, como para completar la propia. Esta buenisima la pagina web. En fin, ya vieron el trailer de la versión de Mike Newell de "El Amor en los Tiempos de Colera". Da ganas de meterse un balazo. Un saludo para todos en Lima- Lobaton, desde Paris.

Anónimo dijo...

Los Amigos????..... buajajajajaja

Anónimo dijo...

¿Qué habla Contreras? ¿Modernidad en Hollywood por Que verde era mi valle?

Anónimo dijo...

El Sr. Bedoya odia La Naranja Mecanica pero le gusta el cine de Tarantino. Cual es mas violento por solo el hecho de ser violento, mas estilo y pose que ganas de decir algo, cual arriesgó mas en tiempos en que no todo era "dejar pasar"???....no se entiende la diferencia de opiniones, en serio

Aca hay una buena sustentacion de lo mala que es Kill Bill a cargo del antropologo Gonzalo Portocarrero. Una luz:
http://gonzaloportocarrero.blogsome.com/2005/08/27/kill-bill-2/#more-5