domingo, 14 de febrero de 2010

No uno sino varios archivos

Hace unos días, la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú hizo llegar al congresista Jhony Peralta, los acuerdos de su asamblea del 4 de febrero de 2010, que tratan diversos puntos acerca de los proyectos de ley de cine en debate en el Congreso. En el punto 6, que trata sobre la creación de una Cinemateca Nacional, solicita lo siguiente:

Revisión del artículo que propone crear una Cinemateca Nacional, dependiente del CONACINE, ya que existe una Filmoteca bajo la gestión del Centro Cultural de la PUCP, que viene cumpliendo esforzadamente esa labor, no necesitándose dividir recursos sino más bien sumar recursos para apoyar la Filmoteca ya existente.”


Al respecto, Isaac León Frías, que fue director de la Filmoteca de Lima, expresa su desacuerdo con ese requerimiento de la Asociación de Productores Cinematográficos del Perú.

Esta es su opinión
:

"Durante 15 años dirigí la Filmoteca de Lima-Museo de Arte y desde 2003 soy miembro del directorio de la Filmoteca de la PUCP que adquirió los archivos fílmicos e impresos de la anterior. Aunque lo deseable sería contar con una sólida y única institución dedicada a la conservación del acervo fílmico nacional, eso sólo ocurre en unos pocos países del mundo que poseen un archivo, casi siempre estatal, encargado de esas tareas. Pero en el resto del mundo no es así, incluídos casi todos los países que han tenido una apreciable producción fílmica.

Los archivos privados trabajan con enormes limitaciones. Eso ocurrió con la Filmoteca de Lima-Museo de Arte que dependía de los ingresos provenientes de las entradas a sus funciones, con lo cual no era posible desarrollar una política sostenida de rescate y restauración de las películas peruanas. Cuando el público disminuyó drásticamente, la Filmoteca de Lima entró en una gravísima crisis. La Filmoteca de la PUCP, que logró salvar lo que la Filmoteca de Lima había logrado reunir a través de los años, ha instalado bóvedas climatizadas donde se conservan las películas, pero cuenta con un personal muy reducido y con escasos recursos. También se desenvuelve con enormes limitaciones otro emprendimiento valioso, el Archivo Peruano de Imagen y Sonido.

De allí que, sin minimizar la importancia que pueden tener los archivos privados y los apoyos legales y acuerdos que se pueda establecer con ellos para potenciarlos, no es correcto descartar la necesaria creación de una Cinemateca Nacional que puede canalizar diversas formas de cooperación interna y foránea, activando incluso una desable "competencia" con los archivos privados que existen y los que puedan surgir más adelante.

El trabajo realizado hasta este momento en materia de conservación en el Perú es ínfimo si lo comparamos con todo lo que está por hacerse. Por ejemplo, la recuperación de las películas de Armando Robles Godoy, de los cortos de Manuel Chambi, actualmente de propiedad de su familia, el fondo fílmico Wong Rengifo, casi todo lo hecho durante el periodo de la ley 19327 y lo anterior. Es decir, es urgente que se incentive y, ojalá, multiplique el trabajo de rescate en diversos frentes, como se viene haciendo en Chile en los últimos años. Y es urgente también que sean los propios cineastas los que tomen conciencia de esta necesidad porque si no seguiremos ignorando buena parte de nuestro pasado fílmico, cuando todavía se puede salvar una porción seguramente minoritaria, pero muy significativa.

Me preocupa, sí, el hecho de que el proyecto de Cinemateca Nacional dependa de los fondos creados para impulsar la producción de películas porque la presión por parte de los cineastas en búsqueda de fuentes de financiación es tan grande que la cuota para la Cinemateca puede resultar insignificante. De allí que una alternativa sería independizar ese proyecto de esos fondos y también de la administración del CONACINE y ubicar la Cinemateca en otro espacio que más adelante puede ser, si es que logra constituirse, el Ministerio de Cultura. Pero la Cinemateca debe tener la mayor autonomía y la menor dependencia tanto de los gobiernos de turno como de la dinámica de la producción fílmica local y las tensiones (o fricciones) que pueden presentarse. Una Cinemateca es un ente especializado y de carácter técnico y cultural, donde las consideraciones políticas o las valoraciones estéticas no tienen lugar o, al menos, no como patrones de decisión. Además, una cinemateca está proyectada al futuro y no a las urgencias del presente y por ello no puede ni debe confundirse con la dinámica de la producción en marcha.

Por todo lo dicho, no estoy de acuerdo con la propuesta de la Asociación de Productores Cinematográficos de delegar las labores de conservación filmica en exclusividad a la Filmoteca de la PUCP, con relación al proyecto de ley de cine en marcha en el Congreso. Sería un grave error mantener esa posición."

Isaac León Frías

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una necesaria cabeza pensante.

Christian dijo...

Tienes razón Chacho, es increible que a estas alturas algunos cineastas no entiendan todavía la importancia de tener una Cinemateca Nacional, eso, sin sustituir ni sobreponerse a las privadas. Y efectivamente, sería bueno que pudiera contar con presupuesto propio y cierta autonomía en su manejo, para que no se quede en el enunciado como en la actual ley.