Ya que estamos en plan de recuperar comentarios críticos del cine del pasado, aquí van fragmentos de uno que no tiene desperdicio.
En mayo de 1955, se exhibió el cortometraje Yo la quería patita, dirigido por Pascual Salvatore y producido por el cantante Jorge Pérez. François Guzmán, uno de los periodistas clave de esos años, escribió en el diario Última Hora lo siguiente:
"Hace tres días les anuncie que en el cine San Martín estaban exhibiendo el corto nacional "Yo la quería Patita" (...) Cuando Jorge Pérez declaró que sería productor y actor de una película nacional, le recomendé prudencia. Para hacer cine hay que saber de cine. Y desgraciadamente, son muy pocos los que entienden de esto en el Perú... El cantante, que gracias a tres minutos de películas se trasformaba en actor y productor, habló de costos, de posibles pérdidas, pero olvidó mencionar que su "Yo la quería Patita" iba a ser nada más que un corto destinado a hacerle burda publicidad a una marca de pisco... Antes de examinar los cientos de defectos que tiene esta nueva película (?) nacional, seamos por un momento patrioteros y busquémosle primero sus vlrtudes... Tras haber visto dos veces el corto, le encontré solamente una: dura tres minutos. Consolémonos pensando que bien pudieron ser diez o quince. Con lo que el suplicio de ver la negación del cine habría tenido más larga duración.
¿Que quieren conocer algunos de sus defectos? Pues hagámoslo con calma y en orden que la cantidad podría traernos confusón... ¿Fotografia? Pésima. En los enfoques de primeros planos, resulta pasable. En las tomas de distancia la cosa es tan mala, que las imágenes se ven borrosas. En ciertos momentos no se puede siquiera identificar al actor principal: Jorge Pérez...
Con "Yo la quería Patita" han pretendido lograr algo que nuestros laboratorios actualmente no están capacitados para hacer: la sincronización del sonido con los movimientos de los labios. Si por un fugaz instante lo consiguen cuando canta el Trovero, olvidan que la guitarra suena cuando no la toca y guarda silencio cada vez que él pretende hacerla vibrar...
El tema, por otra parte, ha sido muy mal llevado. Lo del "blanquiñoso del Cadillac" resulta confuso. Aún más: "la gila mas buenamoza" es vista a la distancia y en ningún momento se logra apreciar su cara. Ni tampoco hay mayor explicación sobre el idilio del galán y la presunta heroína.
La película -y esto se ve claramente- ha sido orientada exclusivamente hacia un fin: publicidad comercial para la firma auspiciadora. Publicidad que podrá haber costado muchos soles, pero que sale barata, ridícula, de pésimo gusto (...)
La película -y esto se ve claramente- ha sido orientada exclusivamente hacia un fin: publicidad comercial para la firma auspiciadora. Publicidad que podrá haber costado muchos soles, pero que sale barata, ridícula, de pésimo gusto (...)
El corto, como se ve por el nombre, está basado en el popular vals criollo de Mario Cavagnaro. Previa introduccion: títulos, intérpretes, etc, se proyecta la primera escena. Un joven camina por una calle. No sabemos quién es porque no se le alcanza a distinguir la cara. Repentinamente sale de una casa una muchacha; se cruza con el galán, hacen unos gestos y ella sigue su camino...
Segundo cuadro: enfoque de una calle. El galán se dirige a un bar. Tercer cuadro: entra y se sienta en una mesa. Diálogo: "Que te pasó, hermano?" (un parroquiano). "Yo la queria, patita", contesta el galán. Agrega: "Pero el blanquiñoso vino y se la llevó en Cadillac". Corte. Nueva escena. Un Cadillac se aproxima (...) y sube una muchacha.
De vuelta al bar, vemos al galán que toma una guitarra y dice: "Ahora sólo me queda esto". Hace un gesto con la mano como si tratase de acompañarse mientras canta, pero la música no se escucha. Deja de tocar la guitarra y, ¡oh milagro!, repiquetean los primeros compases. Y el galán canta "Yo la Queria, Patita". Nuevo cambio de escena. El del Cadillac se acerca a la misma vereda, deja a la muchacha y se va. Cambio: él sigue cantando. Cambio: un chico disfrazado de mendigo. Cambio: él sigue cantando...
Hasta que termina el vals. ¿Pero terminó acaso la pelicula? No. Unos parroquianos han escuchado la tragedia de Jorge Pérez. Impresionados por la triste verdad, exclaman: "Mozo, tráiganos una botella del exquisito pisco...". Y entonces el narrador, con su voz de locutor comercial, habla de las bondades del pisco y cómo arrimarse una buena mona y...FIN" (François Guzmán, Última Hora, mayo de 1955)
Las divertidas, penetrantes e informadas columnas de François Guzmán ("De Hollywood...y de todas partes") en el diario Última Hora son básicas para entender el cine -en general, el espectáculo- que se veía y se hacía en el Perú de los años cincuenta y sesenta. Hay que recordar también que Guzmán fue uno de los primeros en tratar temas cinematográficos en la televisión.
Ricardo Bedoya
4 comentarios:
Estupendo post. Ricardo, creo que es importante dar a conocer estos artículos. Es increible que los criticos de cine jovenes desconozcan estos textos, pero no por desinformación, sino porque no hay un compilado por ejemplo de la historia de la critica de cine nacional. Antes de hablemos de cine se conoce poco.
Perdonen que use este espacio pero no hallo otra manera de burlar la censura. ¿Es cierto que el señor Beteta de Cinencuentro tiene un proyecto para privatizar el canal 7 y que lo habría presentado a altas autoridades estatales? Por favor, publiquen mi comentario. Es una pregunta de un hecho trascendental para nuestra cultura. Saludos
Bueno, es s�lo un proyecto, habr�a que ver qui�n dar� bola a tremenda osad�a, porque todo es posible...
Lo que yo daría por ver ese corto, no importa si bueno o malo, pero histórico! Los Troveros Criollos son de lo mejor que ha dado la música limeña...
Publicar un comentario