viernes, 21 de septiembre de 2007

Sobre la independencia crítica y la revista Godard: una carta de Isaac León Frías


Isaac León Frías ha enviado a Páginas del diario de Satán esta carta dirigida por él a Juan José Beteta y Gabriel Quispe, presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Asociación de la Prensa Cinematográfica (APRECI), dando cuenta de la participación de algunos miembros de la revista Godard durante una función de la empresa Warner destinada a promover la comercialización de la película Hairspray, suéltate el pelo.

La carta llama la atención sobre un tema crucial: las relaciones entre la crítica independiente y el negocio de la distribución, en manos de un oligopolio que no cesa de afirmar su hegemonía y acentuar su presencia en el mercado. Pero también trata sobre un indicio preocupante: la infiltración de los intereses marketeros de las transnacionales de la distribución en un sector de la prensa que acepta, sin cuestionar, las condiciones impuestas por ellas. En ese sentido, la carta es un serio cuestionamiento a la revista Godard y una manifestación de escepticismo acerca del funcionamiento de APRECI en tales condiciones.

La carta es polémica y la publicamos porque un blog como Páginas del diario de Satán está para eso. Para propiciar el debate sobre este asunto: el de la relación de la prensa con las multinacionales que excluyen películas, copan el mercado, saturan la cartelera, maltratan a las películas que no figuran en sus previsiones de exhibición, arrinconan a las películas peruanas. Que eso ocurra ante el silencio sistemático de cierta prensa es un escándalo. Queda abierta la polémica sobre este tema de fondo.

Nota informativa: Klaus Eder, mencionado en la carta, es Secretario Ejecutivo de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI), una institución que agrupa a críticos, periodistas y asociaciones gremiales del periodismo cinematográfico de todo el mundo. APRECI es la Asociación de la Prensa Cinematográfica peruana, creada hace unos meses, presidida por Juan José Beteta, y que gestiona en la actualidad su afiliación ante FIPRESCI.

Aquí está la carta de Isaac León F.
CARTA A LA ASOCIACIÓN DE PRENSA CINEMATOGRÁFICA (APRECI)
Apreciados Juan José y Gabriel,

Ayer le envié una comunicación a Gabriel sobre este tema y, pese a no haber recibido aún la respuesta, y dada para mí la importancia del asunto, les escribo a los dos e incluso les solicito que este texto sea leído o comunicado a los asociados de APRECI.

El día de ayer martes 18 por la tarde, en una función promocional de la empresa Warner Bros. dirigida a los estudiantes de la Universidad de Lima, se infiltró (otro nombre no tiene) un grupo de redactores de la mal llamada revista
Godard (qué culpa tiene Jean-Luc de que se use su apellido de modos tan innobles), en una típica operación de "caballazo", para supuestamente presentar la revista y hablar sobre la comedia musical contemporánea. No es la primera vez que los responsables de esa revista, al no ser invitados, se meten por las ventanas, sorprendiendo, medrando a través del aprovechamiento y la operación calculada, en busca de favores y notoriedad. Aclaro que se trataba de una función que formaba parte del marketing que la empresa Warner realiza y que cuenta con la aprobación de la oficina de Imagen Institucional de la Universidad, una función ajena a la programación habitual de la sala Ventana Indiscreta. ¿Qué tenía que hacer la presentación de una revista, anunciada además el día anterior, en una proyección promocional de la Warner?

Es muy revelador que esa presentación solapada, revelada casi a última hora, se ampare en una función promocional de una empresa distribuidora norteamericana. Ya era bastante sintomática la ausencia de casi la menor referencia al estado de la distribución y la exhibición cinematográfica del país en las columnas periodísticas en que han escrito o escriben los responsables de Godard y en las mismas páginas de esa revista.

Esa publicación nació con la pretensión de cuestionar el estado de cosas imperante (el cine peruano, la crítica de cine en Lima, el cine en general) y qué cosa es lo que ha hecho. Más allá de una posición adjetivada en contra de las películas locales (consideradas "aberrantes" en el primer número) y de las bravatas hacia algunos críticos mayores, nada de renovador o novedoso se podía encontrar en esos primeros números supuestamente combativos. Ni una propuesta distinta de metodología crítica, ni una nueva mirada sobre el cine. No se ocuparon de evaluar las condiciones en que se hacía y se veía cine en el Perú ni formularon la menor propuesta alternativa frente a esa crítica que denostaban. Ya desde ese entonces se advertía una visión tradicional, más bien conservadora si se la compara con la de los críticos con más años de ejercicio. A un acercamiento ponderado y con diversos matices valorativos sobre la obra de Stanley Kubrick publicado en la revista
La gran ilusión, replicaron ofendidos, como si se tratara de un tótem, de un intocable. Esa visión sacralizada se ha ido agudizando con el paso del tiempo y de incendiarios de la boca para afuera han pasado a ser absolutamente funcionales para el statu quo. Por ejemplo, después de haber despotricado de las películas de Lombardi, hacen una selección de las 10 mejores peruanas, incluyendo nada menos que tres películas de ese realizador, en una operación de inconsecuencia escandalosa y flagrante y como si nada hubiera cambiado. Por lo visto, no se les mueve ni un pelo.

Pero, además, ha ido en aumento la exaltación y la alta calificación de películas del
mainstream hollywoodense, tratadas como si fueran los exponentes más avanzados del séptimo arte, mientras que jamás han llamado la atención sobre esos films que se descartan sistemáticamente para su exhibición comercial en el Perú, incluso después de que los trailers han sido exhibidos (uno de los últimos ha sido el español Alatriste, precisamente excluído por la misma Warner a la que celebran) Hay que ver la cantidad de estrellas que prodiga quien tiene a su cargo la crítica en la revista Somos, levantando a diestra y siniestra, cual monje Silas (el de El código Da Vinci) de la crítica local, las supuestas profundidades espirituales de bodrios del tipo El exorcismo de Emily Rose. Godard, por su parte, con nuevos redactores que entran y salen, algunos de los cuales seguramente son ajenos a las maniobras de los responsables, luce ahora amansada, domesticada, sin el menor atisbo de esa vehemencia que, aunque torpe, despistada y desinformada, exhibía en sus primeras entregas, cuando ese acento promocional no era tan descarado como el que se muestra ahora en esa combinación de celebraciones y silencios.

Por eso, la presentación de ayer ratifica lo que ya venía manifestándose en los últimos números, una suerte de compromiso (no se si explícito o tácito) de un grupo que se presenta como independiente y las empresas de distribución, en especial las transnacionales. Me extraña que, en esas condiciones, una
Asociación de Prensa Cinematográfica pueda acoger en sus filas a quienes, obviamente, no se encuadran dentro de la crítica independiente y este es un asunto especialmente serio. La crítica de cine, como cualquier otra, es independiente o no lo es y prestarse al juego de una operación de marketing empresarial compromete gravemente tal independencia, más aún cuando los antecedentes de los responsables de esa publicación revelan una tendencia inequívoca a levantar películas de esas distribuidoras. Véanse las columnas de Somos y las páginas de esa revista. No ha habido ni hay el menor cuestionamiento al estado de una distribución-exhibición penosa que se vive en el país y en este último año de manera clamorosa. En muchos años la cartelera no había caído tan bajo como en el 2007. Sin embargo, escriben como si estuviéramos en el mejor de los mundos, con una manifiesta complicidad con las compañías transnacionales. Hay quienes dirán que eso es legítimo, que es una opción que puede ser escogida ¿No es acaso lo que hace Bruno Pinasco? En efecto, es una opción legítima, pero que se manifieste como tal, que no se encubra en la doble cara de una publicación al servicio de la industria que pretende no serlo y que se disfraza de independiente, valiéndose entre otras cosas de la apelación a cineastas marginales o ajenos a las pantallas locales.

En la línea de lo anterior, no ha aparecido nunca la menor referencia al que se supone es el mentor intelectual o creativo de esa publicación. Porque, claro, es una revista raigal y profundamente antigodardiana. La trayectoria de Jean-Luc Godard representa (antes y ahora) la negación absoluta de esa revista, que es cada vez más la claudicación de la función crítica y el acomodo a lo que les resulte favorable. Es casi un sarcasmo, una burla cruel, además de un desatino y una estafa, que una publicación de tales características lleve el nombre de uno de los creadores más independientes e intransigentes del cine de todos los tiempos. No me cabe la menor duda de que terminarán elogiando películas peruanas que antes denigraban (como ya han hecho con algunas películas de Lombardi) si es que eso sirve a sus intereses.

Por esos motivos, me temo que el futuro de la
APRECI, de la que no son miembros buena parte de los que escriben en medios impresos, termine a merced de quienes como ellos saben muy bien cómo meterse por las ventanas. Ya uno de los responsables de esa publicación le hizo la pregunta y en público al mismo Klaus Eder: si es que los miembros de una revista podían ser los representantes de la FIPRESCI en el Perú. A eso sin duda apuntan y la capacidad de maniobra que demuestran puede terminar en la exclusión gradual de los críticos independientes o de quienes no estén alineados con ellos al interior de la APRECI. En esas condiciones, y con esa compañía, no creo que nadie, a no ser los que estén buscando la oportunidad de algún viaje, pueda querer asociarse a la APRECI. Mucho lo lamento por ustedes y por quienes como ustedes están en la APRECI por una vocación asociativa y gremial y por una afirmación de su condición de críticos ajenos a cualquier tipo de presión o acomodo.

Saludos cordiales,

Isaac León Frías

Lima, miércoles 19 de septiembre de 2007

60 comentarios:

Anónimo dijo...

Señor Bedoya, usted dice:

"Que eso ocurra ante el silencio sistemático de cierta prensa es un escándalo."

"Cierta prensa". ¿cual prensa? Ok, Godard... Y QUIEN mas? ¿la revista Somos? Luces de El Comercio? ¿algun blog? ¿Alguien mas? Vamos, nombrelos con todas sus letras, es lo mas saludable.

Le ayudo. El critico de Godard y Somos se llama sebastian pimentel. digan su nombre, que no cuesta nada. el codirector se llama claudio cordero.

Espero su respuesta.

Anónimo dijo...

Muy simple, lector Fermary: la prensa que ofrece como "información" lo que es publicidad. Revise los fines de semana las páginas de muchos diarios y verá que sólo existe "cobertura" para la "estrella" del próximo estreno de una transnacional. Una prueba al canto: ¿Ha visto usted alguna información especial, entrevista o infografìa de Campos de esperanza, la película del húngaro Lajos Koltai, estrenada de cualquier manera la semana pasada e ignorada por la prensa que tanto habla de Hairspray?
A esa prensa me refiero: a la que tiene ojos sólo para los blockbusters o a la que atiende sólo a las películas que se exhiben en funciones privadas con desayuno previo. Pero también a "críticos" como Pimentel que parece que juzgarán las películas desde una butaca marciana, para calificar con cinco estrellas a muchos subproductos del mainstream con el cuento de la trascendencia espiritual y otras paparruchas retóricas. Y ni una palabra, como dice León, de las condiciones miserables en que vemos cine en el Perú.

Anónimo dijo...

De acuerdo. Ahora tome en cuenta que quienes hacen esas notas para los diarios son "periodistas de espectaculos", Alberto Servat en Luces puede ser un ejemplo. No son necesariamente gente de cine, que sepa quien es Lajos Koltai, por ejemplo.

sobre las opiniones de los criticos (pimentel por ejemplo), son opiniones. todos tienen una. si le da 5 estrellas al ultimo blockbuster es su opinion. triste seria que no comenten el resto de la cartelera. cosa que me parece si se hace en los medios especializados. No esperemos que en una revista de modas como Somos destaquen una pelicula fuera del mainstream.

Para eso existen medios alternativos como los blogs, como el suyo, como otros mas que siguen apareciendo. ¿porque seguir esperando que los "medios tradicionales", los diarios, la TV, cambie, cuando nunca lo van a hacer. cual es su afan de seguir enfrentandose a quienes ni siquiera quieren mencionar con nombre propio.

¿no seria mas constructivo crear alternativas propias, que quejarse de lo que hace el otro?

Anónimo dijo...

Y ya que el tema es la ética de los "críticos", sr. Bedoya, ¿por qué siguen retrasando ud. y el sr. León sus críticas a Una sombra al frente? ¿Cuesta hornear las "paparruchas retóricas" con las que intentarán suavizar el desastre de su amigo Tamayo?
Sí, cierto, hay cada vez más críticos de cine "payoleros" en todo tipo de publicaciones, lo que es preocupante, pero también hay un problema real cuando los críticos "éticos", "independientes", funcionan como clan: no nos vengan con que el amiguismo y el común origen en la difunta revista Hablemos de cine, no es un factor de relevancia en este desprecio sistemático por el poco público lector que puede tener un crítico de cine en este país: el seguir negándole una crítica a esa película después de una semana de su estreno comercial, no es un apoyo a esa abstracción que es el cine peruano, es sencillamente un arreglo entre mafiosos, señores. (Sr. Tamayo, si hace un guión sobre esta base, con ud. y sus amigos de Conacine y la crítica como protagonistas, siguiendo la línea de, digamos, Buenos muchachos, tenga la seguridad de que a pesar de sus limitaciones, logrará un proyecto ahora sí de profunda raigambre nacional.)

Anónimo dijo...

Ricardo Bedoya dice: "Esas distribuidoras que arrinconan a las películas peruanas", seguro por IGNORANCIA, no sabe que esas distribuidoras malditas apuestan por peliculas como "La Gran Sangra", "Cuando el Cielo es Azul", "Muero por Muriel" y claro la aclamada "Sombra al Frente" (y que fue de la crítica)....

Anónimo dijo...

Acabo de ver Campos de esperanza en cineplanet San Miguel, en un sala con apenas diez espectadores. Tenía ganas de ver esta película desde que me enteré que la novela "Sin destino" de Imre Kertész, la cual había leido con total admiración y desconcierto hace unos tres años, había sido llevada al cine. Pero no tenía idea que ya estaba en cartelera. No había sido reseñada en los diarios que leo en las mañanas ni recibido algún comentario de los críticos locales, y tampoco había hablado con mis colegas sobre los aciertos y desaciertos de la cartelera en los últimos días como suelo hacerlo.
La película estaba pasando desapercibida. Asocié que se trataba de la adaptación de la obra de Kertész cuando el miércoles vi una notita en la página de cartelera de El Comercio, en la que se decía que un adolescente sufría los peores abusos en un campo de concentración nazi. Pero nada más. Ni las famosas estrellas habían anunciado alguna apreciación sobre la cinta de Lajos Koltai. Y Ricardo no exagera si pregunta si alguien vio alguna infografía o reportaje, pues creo que sí lo merecía. Y ésta no es la primera vez.
Pero lamentablemente hay un sector del periodismo cinematográfico que no se informa, que no es autocrítico y que lamentablemente se rige por criterios antojadizos, arbitrarios, sin mayor sustento al "analizar" alguna película. Priman visiones de consumismo, amiguismos con las distribuidoras y las famosas mermeladas que siguen empobreciendo la cartelera. Es paradójico que críticos de cine jóvenes, que están hábidos de disfrutar un mejor cine (asiático, europeo, inclusive de la misma región) desde las mismas salas y no desde el dvd de la casa, dejen de lado apuestas fílmicas que podrían ayudar a renovar con más calidad la cartelera comercial. Mejores críticos, mejores periodistas cinematográficos es también igual a una mejor cartelera y ofrecer mejores opciones al espectador, sin el apabullamiento de las transnacionales. Se supone que ésta era la apuesta de la Apreci,lo que consta en su reglamento, que desde que se legalizó al gremio, ha sido como letra muerta. Renuncié a la Apreci hace más de un mes por motivos personales y ningún miembro del directivo me ha respondido formalmente, como debe ser, la carta de renuncia, lo que demuestra poca consideración a los colegas y al mismo gremio, pues se oculta información.
Al parecer estamos en medio de un problema estructural de cierto sector de la crítica de cine. Añadiría a la carta de Chacho, que celebro la existencia de revistas de cine en Lima, lo que es ya un logro, pues su supervivencia en estas condiciones es loable(pocos lectores, costos altos de impresión y distribución, los redactores no son asalariados,etc.)pero dejando en claro cuál es su posición y línea editorial, y no permanecer en los dobles discursos.

Anónimo dijo...

Resulta muy divertido y sintomático que se exiga la inmediata crìtica de algunas pelìculas peruanas, calculando el grado de relaciòn del director con el crìtico.

Les confieso, apurados lectores, que me tienen sin cuidado sus afanes y sus paranoicas sospechas.

Dirè lo que pienso de Una sombra al frente el mismo día, de la misma semana, y en el mismo lugar en que digo mi opinión de todas las películas peruanas que se estrenan.

Allà aquellos que creen que las únicas reacciones críticas deben ser la alabanza incondicional o la demolición sin atenuantes, sobre todo cuando se trata de una pelìcula peruana.

Y también los que creen que la pertenencia común a la revista Hablemos de cine es garantía de fidelidad del crítico frente al cineasta salido de esas páginas, que aprenda a leer y lea lo que se ha escrito de cada una de las películas. En lo que a mi respecta, todo está escrito y publicado, desde Cuentos inmorales (o antes) hasta Mariposa negra. Y, pronto, Una sombra al frente.

La mafia más perniciosa es la del prejuicio, la frustración (tan cercano al resentimiento) y el ánimo de bajar las llantas a las películas peruanas porque es más fácil hacerlo o porque no tienen padrinos transnacionales.

Anónimo dijo...

Al lector Fermany

Lo menos que puede ofrecer un periodista es informaciòn, pero equilibrada. Si alguien ignora la existencia de una película como Campos de esperanza trabajando para una página de espectáculos o de cine, lástima por él. Y no lo digo por la sección C de El Comercio que, por lo menos, sacó una nota informativa.

Me hubiera gustado hacer una crítica de Campos de esperanza en el Dominical, pero esta semana está Una sombra al frente, que genera tanta expectativa en los aficionados a los juegos de masacre, así que haré un comentario en el programa.

El problema, lector Fermany, es que los medios de prensa tradicionales son los que informan con detalle de carteleras y demás, y mucho público accede a ellos.

Páginas del diario de Satán dijo...

Al lector anónimo que opina que las compañìas de distribución apuetan por el cine peruano.

Algunos productores peruanos aceptan ser distribuidos (a altos costos) por las compañìas transnacionales porque así pueden acceder a un circuito de salas que no podrìan alcanzar negociando directamente con las cadenas exhibidoras.

Es decir, se impone la exigencia del oligopolio, que controla las salas con la polìtica de la "carne sale con el hueso". "¿Quieres Transformers 2? Ah, ya, entonces programa esta peruana hasta que se estrene el pròximo blockbuster" Y entonces la cinta peruana queda arrinconada en la función de las 11 de la noche de la sala más pequeña del complejo.

Anónimo dijo...

Ayer fui a ver Campos de Esperanza y no me gusto, (perdonenme todos pero me parecio mejor Bourne!!!!), SOY UN VENDIDO!!!!!!

Anónimo dijo...

No entiendo el Sr. Ricardo Bedoya dice "Es decir, se impone la exigencia del oligopolio, que controla las salas con la polìtica de la "carne sale con el hueso". "¿Quieres Transformers 2? Ah, ya, entonces programa esta peruana hasta que se estrene el pròximo blockbuster" Y entonces la cinta peruana queda arrinconada en la función de las 11 de la noche de la sala más pequeña del complejo.
Entonces quien tiene la culpa la distribuidora y no los cines, porque no dice nada de los cines, o tiene intereses creados????

Anónimo dijo...

Comentario al lector anónimo

Ante una pregunta idiota, va una respuesta boba. Esta es:

Sí, soy dueño del circuito Cinemark y estoy en negociaciones para comprar los Cineplanets. ¿No quiere ser mi socio?

¿Por què serà que ante cada opinion haya un anónimo insinuando el interés subalterno de alguien o desviando la discusiòn a lo personal?

Eso revela la incapacidad de algunos de usar la cabeza, tener opiniones, formularlas y tener un debate de ideas y no de argumentos ad hominen, que estàn viciados desde el saque.

Simplemente, a partir de ahora no publicaré los comentarios que quieran aprovechar un tema planteado en este blog para desviar la discusión e insinuar motivos subalternos de cualquiera.

Isaac Leòn en su carta señalò hechos:una revista de cine que se supone independiente se sube al coche de una presentaciòn promocional de una distribuidora para presentar su revista. Otro más: la revista no cuestiona jamás la polìtica de distribución que rige en el Perú. Y hay más que están en la carta.

El tema de la polìtica de la distribución cinematográfica en el Perú deberìa discutirse una y otra vez porque forma parte primordial del debate sobre la cultura en el país. Es triste ver que los pocos que podrìan hacerlo por su acceso a los medios prefieren callarse.

Respuesta al otro lector, el que dice ser vendido. Usted tiene derecho a que le guste o le disguste cualquier película. Pero su argumento desvìa la discusiòn con el infantil trámite de la niña del spot de Manty: me gusta o no me gusta, pues.

A mi Campos de esperanza no me parece mejor que Bourne, que es una buena pelìcula. A lo que me refiero es a que Campos de esperanza no recibe en la prensa informativa ni el diez por ciento de la cantidad de atención que Bourne. ¿Por qué? ¿Qué decide que una película, antes de llegar al mercado -que son los espectadores- no tenga oportunidad de ser conocida a través de una prensa que está dispuesta a trazar la genealogía infográfica completa de Luke Skywalker o explicar los entresijos de la escuela de magia de Harry Potter pero no a dedicar dos líneas a otras películas? Ese es el problema en discusión y no la siempre maliciosa y pendejilla insinuación de las supuestas mezquindades e intereses ocultos del otro. Esas insinuaciones se acabaron en este blog.

Anónimo dijo...

Hasta ahora, 12.45 del sábado 22, no he visto en ninguno de los comentarios la menor referencia directa a los argumentos contenidos en mi carta. Sí, en cambio, los contraataques anónimos (con la cobardía que
propicia el anonimato de los blogs) de quienes se ponen en el lugar del cuestionado y en vez de responder lanzan acusaciones, la más fácil de las cuales es hacer referencias al grupo de Hablemos de Cine y a la, "mafia" de Hablemos de Cine que fue, justamente, lo que fomentaron los fundadores de la revista Godard hasta que se les agotó el rollo.

Como es muy probable que esos mismos argumentos se sigan utilizando, voy a escribir un texto para tratar directamente y con cierta extensión ese tema. Les recuerdo que el último número de Hablemos de Cine, el 77, se publicó en 1984, y muchos de los que hacen esos cargos no habían
nacido todavía ese año y, por cierto, no han leído nunca la revista. En cambio, yo sí leo todo lo que se publica sobre cine en el Perú, lo bueno, lo malo y lo feo, y no dejo de leer hasta la última línea de la revista Godard, por ejemplo.¿Cuántos de los que hacen referencias a Hablemos de Cine han leído, al menos, algunos textos de esa revista?

Anónimo dijo...

Sr Bedoya se pregunta: "¿Qué decide que una película, antes de llegar al mercado -que son los espectadores- no tenga oportunidad de ser conocida a través de una prensa que está dispuesta a trazar la genealogía infográfica completa de Luke Skywalker".

Pues el propio mercado. hay millones de espectadores, consumidores de este producto comercial llamado 'pelicula de cine' que devoran los productos de star wars y los de harry potter. Los diarios (el comercio, peru21, que es donde publican esas infografias) se rigen por lo que su publico, sus lectores piden. Su negocio es vender diarios, no ampliar el espectro cinematografico.
La gran mayoria reconoce a Matt Damon y no al protagonista de Campos de esperanza. Esto va mas alla de la politica que puedan tener los medios y las distribuidoras locales. Estamos viviendo bajo las reglas de mercado impuestas ahi donde se toman las decisiones, no aqui en el peru.

Al gran publico, al que llegan los medios tradicionales, no le interesan mayormente ese 'otro cine' que algunos de nosotros quisieramos ver todos los dias. Salvo algunas excepciones. Para que engañarnos y esperar que el gran publico tenga cierta expectativa por el estreno de la proxima cinta de Aronofsky o Haneke. No sucede aqui y no creo que suceda en europa ni menos en eeuu.

Por otro lado, lamentable es el argumento del señor Frias quien dice "Sí, en cambio, los contraataques anónimos (con la cobardía que
propicia el anonimato de los blogs)".

No conocer el funcionamiento de los nuevos medios le lleva a satanizar de buenas a primeras a los blogs, en general. La cobardia no depende del medio, sino de la persona. Seria bueno que si va a participar de la conversacion que usted mismo ha empezado, este al tanto de los posibles vicios que se pueden encontrar, como en cualquier otro medio, y no ponerse en plan de victima. Aquel que no desea dar a conocer su nombre esta en su derecho, al margen del contenido de su comentario.

Lo mejor que pueden hacer es, como ya han dicho, filtrar los comentarios que no aporten a la linea de conversacion que uds. crean conveniente. es su blog. sus reglas.

A monica delgado y los que hacen referencia de Apreci:

Si esa opcion de asociacion les parece criticable, con problemas estructurales, y a la cual no pertenecen ustedes, los 'que escriben en medios impresos', pues entonces, y me repito: ¿porque no se animan a crear su propia propuesta de asociacion, que cumpla con todas sus exigencias eticas y profesionales? Se que su profesion es 'criticar' pero hagan el esfuerzo de crear alternativas. Es mas saludable.

Caen en el mismo error de quienes critican mal las peliculas peruanas por "ser peruanas". Es mas facil criticar negativamente que construir, que ser creador de opciones.

Haganlo, y dejen que la Apreci siga su curso, cualquiera que este sea.

ps. A monica delgado: es "ávido", no "hábido".

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con el Sr. Bedoya, aqui se propicia el debate y lo que dice el Sr. Frias es muy grave porque afirma que esa revista se "infiltro" en la ventana, esta "vendida" a los intereses de las distribuidoras transnacionales y que "nunca" le dan atencion a películas que no sean del mainstream. Habra debate y habra que probarlo....

Anónimo dijo...

Chacho:

Coincido contigo en que la revista GODARD es un ejercicio de impostación, que bajo el disfraz supuestamente contestatario e iconoclasta, en el fondo no pasa de una crítica superficial, impresionista, atenta a las modas y los prestigios foráneos, y sin mayor profundidad, investigación y conocimiento en sus afirmaciones. No me extraña que hayan terminado, sin querer queriendo, de exaltados promotores del mainstream y las películas importadas por las MAJORS norteamericanas, puesto que nunca en sus paginas recuerdo haber leído un deslinde con el negocio de la exhibición y distribución cinematográfica en el país, sus practicas monopólicas y su sistemática exclusión de gran parte del cine de calidad que no llega a nuestras pantallas. En cuanto al cine peruano, tampoco he leído una nota, más allá de los denuestos, proclamas e insultos, a veces hasta de tipo personal, contra los cineastas que no son de su agrado (porque también en este campo tienen su olimpo, encabezado por Robles Godoy, a quien “descubrieron” con La Muralla Verde) que siquiera haga mención al abandono del Estado, la inoperancia de la ley de cine y la carencia de condiciones mínimas para la producción en el país. Y no para justificar o exonerar las torpezas o mediocridades de cualquier realizador, pero si –porque es obligación de un crítico- conocer el contexto en que se produce lo que se opina, más aún si frente a ello se plantean criterios y exigencias que no se dan frente a la mayoría de producciones que atiborran nuestra cartelera.

Pero, mi estimado Chacho, esto es un asunto para denunciar y confrontar en el terreno público, como bien lo ventilas con tu carta, no en cambio para requerir o demandar deslindes y exclusiones ante los directivos de un gremio o asociación como la APRECI, porque ello podría ser visto como un peligroso precedente censor en un campo tan subjetivo y debatible como la crítica (por ejemplo ¿qué es un crítico independiente?) y donde los aludidos, claro, podrán argüir ser víctimas de un complot de los críticos mayores. Ciertamente la APRECI, si no quiere pasar de ser un club de amigos, debiera cuanto antes proponer un código de ética entre los críticos y acaso también, constituirse en un tribunal imparcial, como en el Consejo de la Prensa, que pueda ver con la imparcialidad del caso, hechos tan lamentables y discutibles como los que planteas. Mientras tanto, sería de esperar que la gente de GODARD aclarara, sin medias tintas, subterfugios y adjetivaciones, los cargos que le formulas, especialmente los de su relación, casual o buscada, con el negocio de la distribución y el interés de las trasnacionales (otra notoria omisión de la revista es referente a los temas de la reserva cultural, debatida a raíz del TLC). De otra manera, se confirmará la sospecha que tenía hace algún tiempo, que el nombre de la revista no se debía a Jean Luc, sino más bien era un homenaje a la madre de Pedro Pablo Kuczynski.

Un abrazo,

Christian

Anónimo dijo...

No te molestes ricardo aunque tienes razón en quejarte de las respuestas dirigiendose a las personas y no a los argumentis. De todas maneras no estoy de acuerdo con León porque creo que si se amarran a las distribuidoras es para poder seguir subsistiendose porque ellas controlan todo este mercado que solo permite ver las peores peliculas. En todo elmundoi existen revistas asi que tienen articulos sobre estrellas tan ricas como las que pone Godard como si fuera la paginas de calatas de caretas y notas sobre estrenos futuros que nunca llegan. Me pase el 30 de agosto esperando el estreno de una pela de Kaurismaki que anunciaban en el ultimo ejemplar y hasta ahora nada. Creo que los distribuidorews no les dan las fechas correctas.

Unknown dijo...

Lo señalé en un post anterior. "...los críticos expresamos de manera constante una opinión subjetiva –que puede orientar o no el gusto del público- y nos sometemos a los tomatazos...". Porque no somos monedas de oro, aunque algunos se esfuerzen por serlo a costa de su independencia o "metiéndose por las ventanas" de cuanto espacio negocial, académico o cultural se ofrezca. Y ese el asunto central en la carta de "Chacho" León Frías: la crítica "mermelera"

El nuestro es un oficio solitario, independiente, liberal. Es muy complicado imaginar a un crítico subordinado a las órdenes de un jefe o de una corporación que le indique qué y cómo escribir. Ocurriría una doble traición: a la propia conciencia y a la lectoría. Si bien no tenemos una legión de lectores, nos esforzamos por difundir el cine y analizarlo con rigor, informadamente, con un sustento diferente al del periodista que "coloca" aparatosos publireportajes en los diarios, revistas, web sites o blogs sobre "blockbusters" de la peor catadura. Es una opción "divulgadora" que respeto, que me parece legal pero que no creo poder ejercer. Yo soy un crítico de cine y Bruno Pinasco, por ejemplo, es un promotor de las majors. Casi casi como GODARD! Con la diferencia que Brunito lo asume frontalmente y GODARD! mantiene una doble cara. Correcto.

Lo que resulta intolerable es que se haya hecho flamear la bandera de la insurgencia -a través de los años- utilizando el nombre del pobre Jean-Luc en una publicación tremendista y desinformadora. Y resulta sintomático que esa rebeldía se haya reconvertido en negocio. Que las bravatas cedan paso al conservadurismo y a la inconsecuencia de posiciones. Que la comodidad permita el ecumenismo entre los oligopolios de la distribución y la exhibición con una revista de cine supuestamente renovadora. Que abjura de la indepencia pero en secreto.

Muchísima gente se siente gratificada con críticas llena de adjetivos y reivindicaciones "espirituales" sobre películas potables o distractivas, digamos por ejemplo HAIRSPARY, SUÉLTATE EL PELO. Y esa misma gente detesta hasta las entrañas a aquellos críticos que con sus comentarios sesudos los conducen hasta, por ejemplo, INLAND EMPIRE de David Lynch. Es un derecho (el gusto de los otros) que no podemos conculcar. Lamento sí que GODARD! esté alineada a las majors y no sea una palanca mejoradora del espectáculo cinematográfico peruano. Por el contrario, GODARD! coopta los espacios de difusión sin proponer una ciudadanía cinéfila (por Chacho, ya sabemos por qué no pueden ni quieren). En esta "Guerra de la Mermelada" proponen una sociedad de privilegios donde los lectores -iniciados o legos- se sientan correspondidos con un sanguchito, "un champancito, hermanito" o un Avant Premiere.

Yo también soy un renunciante de APRECI por motivos personales y porque no creo en una institución que no sabe distinguir el grano de la paja: o bien eres crítico de cine o bien eres periodista cinematográfico que ejecuta campañas de marketing.

Estimo que lo más oportuno es un pronunciamiento de la Revista GODARD y de los directivos de la APRECI.

Oscar Contreras

Anónimo dijo...

Respuesta a Fermary:

Sí, claro que es el mercado, pero no podemos resignarnos al círculo vicioso impuesto por las compañías que dominan ese mercado. Nadie conoce a otros más que a Harry Potter; entonces sigamos con lo mismo e ignorando todas las alternativas.

Es como el viejo argumento de los censores: "el público no está preparado para ver eso". Y entonces se suprime la película o la obra distinta o perturbadora. O se la silencia. En ese plan, nunca nadie estará preparado porque para prepararse hay que estar expuesto al conocimiento de las cosas.

Aunque sea una causa perdida, creo que hay que seguir exigiendo la ampliación de la oferta fílmica por parte de los que tienen la sartén por el mango. Y tratar de destacar la diferencia y lo marginal. Lo importante es que no se pase gato por liebre.

Estoy de acuerdo en que el anonimato es una opción en los blogs. Opción legítima, pero para hacer como hace usted, participando con ideas y no con insinuaciones malévolas sobre el otro. Ante cualquier opinión, la reacción es suponer lo peor del opinante, como el que te lanza cualquier sospecha de orden personal, cuando no un insulto. Ante eso reacciono y no lo voy a permitir en tanto responsable del blog.

Anónimo dijo...

Lo que dice Ch. Wiener sobre Apreci es interesante. Yo agregaría algo más: este tema debería motivar un seminario o un encuentro abierto y público -con ponencias y mesas redondas- sobre la crítica en general y su relación con asuntos como la distribución, el cine peruano -no las películas tales o cuales sino sobre su situación en general y su relación con el estado-, y la labor en general del periodismo fílmico. Y este encuentro, o como se le quiera llamar, bien podrìa ser convocado -de modo muy amplio y con participación de periodistas del interior del país- y organizado por Apreci.

Anónimo dijo...

oye pata tas mal, las pelis peruanas son distribuidas por transna por que ellos tienen como cobrar papi
si estas en el bisnes sabrias eso, a las productoras peruanas como no tienen varias pelas y ademas los criticos las basurean , se demoran en pagar dios y su ayuda asi que la unica forma de recuperar plata es darsela a esos mens que por lo menos pueden presionar con tu bille (para poder pagar a los talentos pe, si no pregunten por alli) y eso que el 80 por ciento de las salas pertenecen a un solo grupo, preguntenles a los que distribuyeron solos ademas con 8 copias a comparacion de las 40 de un estreno transna tamos en inferioridad pe men

Anónimo dijo...

Gracias por la correxión, fermari. Termino el día tan agotada k se me ezcapan las letras.

Anónimo dijo...

Aunque ya Bedoya lo adelantó en su último comentario, quiero subrayar que me he referido a la cobardía del anonimato precisamente en los casos en que se lanzan agravios, insinuaciones o cargos del tipo" tú dices eso porque eres un envidioso o tienes rabo de paja", si no otros más ofensivos.

No estoy cuestionando en absoluto las inmensas posibilidades de comunicación interactiva, participativa, democrática o como se quiera llamar que abren los blogs y el tono polémico y la ironía que puede haber en las comunicaciones.

Reconozco que mi carta ha sido dura, pero la suscribo y me responsabilizo por lo que digo, lo que no ocurre con muchos anónimos que encuentran un espacio fértil para el ataque artero e insidioso sin sustento alguno.

En cuanto a lo dicho por Christian Wiener sobre el emplazamiento a APRECI, tiene razón y quiero explicarme.

No tengo ni he tenido vocación de censor y me precio de haber estado durante casi 20 años en una pugna permanente con la censura (llámese junta de calificación de películas o algún otro eufemismo) que fue eliminada por la constitución en 1980. Pero la censura continuó de manera indirecta durante una década más como lo evidenció el caso de La última tentación de Cristo, en la que muy pocos hicimos la pelea. La COPROCI, como Wiener lo sabe muy bien, también aplicó la censura y la criticamos por ello en su momento. Pero las modalidades de la censura también se extiende, antes y ahora, y algunos lo hemos venido sosteniendo con una terquedad que puede sonar quijotesca, a las prácticas de las distribuidoras y, sí claro, a las cadenas de cines o a los dueños de las mismas. Esto último (porque lo anterior, la censura del aparato estatal, no les tocó vivir) es lo que jamás se ha denunciado o, al menos, reseñado en las páginas de la revista Godard o en los espacios periodísticos en que han escrito sus miembros.

Si la APRECI es una asociación de críticos y periodistas de cine independientes, creo que es por una cuestión de principios que se debe evaluar esa independencia y lo que los hechos demuestran es que no hay tal independencia en las páginas de esa revista. Por cierto, será cuestión de APRECI, a la que no pertenezco, tratar ese tema, aunque me sumo a la propuesta de que sea materia de un debate público y abierto.

Si me he dirigido a sus directivos es porque desde hace algunas semanas, y con la mejor voluntad, intentaban persuadirme para unirme a esa asociación e influir sobre otros colegas para hacer lo mismo. Con mucha resistencia de mi parte, y tratando de tragarme algunos sapos, pensé en la posibilidad de hacer ese emplazamiento al interior de la Asociación. Pero, como comprenderás Christian, a la luz de los últimos hechos, tan reveladores de un claro contubernio, con esa compañía ni a la esquina. Es por eso que dirigí la carta a los directivos de la APRECI, avisándoles que la iba a hacer pública. De otro modo hubiera escrito el texto en los mismos términos sin dirigirme a la APRECI.

Unknown dijo...

Estoy totalmente asombrado, estamos debatiendo y defendiendo los argumentos del Sr. Bedoya sobre la critica indpendiente y en su programa pasan 3 minutos de Campos de Esperanza y 20 minutos del Making Off de Hairspray que solo se puede adquirir a traves de las distribuidoras.
Ya no se donde estoy???????

Anónimo dijo...

Respuesta a Francisco

Esa es justamente la materia del debate, señor Francisco. Las limitaciones para poder tratar una película como Campos de esperanza, sobre la que no se tiene material de apoyo porque los propios distribuidores que la traen saben que nadie va a dar bola a sus informes y bonus. Y además porque está hecha con la urgencia de informarle al público que es una película que vale la pena de verse antes de desaparecer de las salas. Sólo Federico de Cárdenas y Alonso Izaguirre han hablado de ella.

Lo importante es llamar la atención sobre esas películas, decir que están allí y que existen. Y esa es la política de El placer de los ojos. La opinión del programa está dicha por la voz de la locutora, que recomendó más de una vez la visión de la película.

Es lo mismo que se hizo anoche con Yo, puta, una película española que no ha recibido ninguna cobertura informativa en los medios. Bueno, pues, lo hizo el programa. No para decir que es buena -que no lo es, y se dijo- sino para dar una opinión sobre ella y llamar la atención sobre lo que está en cartelera.

Igual con el making of de Una sombra al frente. Es informativo y hasta promocional, sí pues, pero es útil para hacer conocer asuntos de la producción. Pero junto con esa información, está la opinión que contraresta cualquier afán promocional. El programa empezó criticando la película en los mismos términos -pero con otro lenguaje- que aparecen en el post respectivo de este blog.

Hairspray también está allí, es la película más exhibida de la cartelera actual. Existe, el público la ve, y no es una mala película. ¿Por qué no informar sobre ella, y más aún si el material de prensa es atractivo e informativo?

El asunto no es censurar algunas películas de distribución transnacional y callar sobre sus méritos o ignorar su existencia. No se puede tapar el sol con un dedo, y menos si se trata de películas interesantes o significativas.

Tampoco se trata de pasar todo por el filtro de una opinión indiscutible -que no es la mia, felizmente- y dejar de lado lo que al crítico no le guste. No, señor.

Un programa de televisión como El placer de los ojos está dirigido a una audiencia amplia. Lo ve seguramente un sector de espectadores interesado especialmente en el cine, pero eso no quita que se pase allí imágenes que muestran todo tipo de cine, incluido el que traen las trnsnacionales, es decir, el 90 % del cine que vemos.

Gustar de Haneke o Lynch no excluye el amor por el musical, el policial, la acción, los filmes de piratas, el melodrama, los westerns, los géneros de todo tipo o el mejor cine popular. A mi, en particular, me interesa mucho ver a Michelle Pfeiffer cantando y a Travolta bailando. Lo disfruto y me da curiosidad. ¿Por qué no pasarlo? Más aún cuando en otros programas se pasan los mismos making of pero incompletos, a la manera de clips publicitarios. El placer de los ojos los pasa en bloques de diez minutos, dependiendo de la película, claro está, y de la calidad informativa del making of.

El próximo programa de El placer de los ojos va a estar dedicado al musical como género, y se va a hablar de su historia y su evolución. ¿A propósito de qué? De Hairspray, claro. Y se dará una opinión sobre la película y le diremos al público que Hairspray es una forma de musical que se integra a una tradición antigua de una manera o de la otra. De eso se trata, pues.

Ahora bien, los que conocen el programa saben que está lejos de ser un apéndice de lo que traen las distribuidoras multinaionales o de ser complaciente con ellas o de callar sus estropicios, como los filmes doblados o sus políticas de exclusión de películas y su control sofocante del mercado. Lo hemos dicho de palabra o por escrito varias veces -repiténdolo con insistencia tal vez majadera-, y hasta se produjo un conato de censura comercial, con amenaza de no entregarnos material de prensa, esos making of o trailers que sirven para ilustrar e informar.

¿Qué lo diferencia de otros programas? La opinión, pues. Se dice en caliente si una película es buena o mala, lo que no impide que se informe sobre ella, sea a través de un making of o sobre un informe temático.

Y cuando una distribuidora nos entrega material, le agradecemos por su colaboración con la prensa, pero como lo cortés no quita lo valiente, la cuestionamos igual por sus políticas. Allá los que se callan.

Así que no se asombre con eso, señor Fancisco. Asómbrese más bien de los silencios y de los que piensan que el público se merece sólo lo que le dan.

Anónimo dijo...

Estimado Chacho:

Te escribo a título personal. Como ya te lo dije ampliamente en privado, no comparto el tono de tu carta, que está escrita y publicada en un estado de irritabilidad, que no es lo adecuado para sostener un discurso y debatir sobre temas interesantes. Lamento que una pugna personal, que sólo interesa a las partes involucradas y la gente más cercana a ellas, prevalezca tanto, consuma tiempo y energías que no se emplean en otros temas y estropee el esfuerzo por fortalecer la comunidad de la prensa cinematográfica. El recrudecimiento del conflicto provoca en mí incredulidad y aburrimiento, así que seguramente éste será el único comentario que escribiré aquí.

Sin embargo, en el camino surgen de modo inevitable opiniones y propuestas interesantes. En particular, quiero referirme a las de Christian y Ricardo. Christian propone código de ética e instancia imparcial que revise imputaciones. Sobre la primera, lo más cercano que se mencionó en algún momento fue especificar pautas de conducta en el estatuto, y está pendiente. La segunda hay que procesarla, tal vez implicaría un cambio en el régimen de la asociación, porque lo que entiendo es que se atenderían demandas de sus miembros pero también de quienes no lo son.

Ricardo propone un seminario, amplio y descentralista, que aborde una serie de temas relacionados con el periodismo fílmico. Es una saludable coincidencia, porque eso ha estado pensado y previsto hacerlo, y últimamente Juan José estaba viendo el tema. En realidad, APRECI tiene varios proyectos, diversos y complementarios, que estoy seguro van a aportar un grano de arena a la difusión del cine. Pero para realizar ese seminario hay que contar con las garantías de que se sostenga un debate respetuoso, y por ahora no existen, hay que propiciarlas primero. Si va a ser un espectáculo lamentable de enfrentamientos y agravios, para qué hacerlo. No me interesa satisfacer el gusto mórbido de un sector del público, que durante años ha gozado varias veces viendo cómo se matan las partes enfrentadas.

Hay mucho por hacer en esta institución inédita en el Perú. Si como comunidad hemos esperado más de cuatro décadas para que se constituya, ¿cuál es el apuro ahora? Se fundó en diciembre del 2006, en menos de un año no va a estar completa. Meses más, meses menos, no vamos a perder más de lo que ya se ha perdido. Podemos construirla de a pocos, sin lentitud pero también sin apresuramiento, hasta abarcar todas sus aristas para que a mediano plazo sea eso, una institución con mayúsculas, sólida y con perfil propio. Que este año se legalizara en un clima de paz, y tuviera contacto directo con FIPRESCI –sin que éste sea el punto central de su agenda–, es un buen cimiento para ir agregando pisos.

Sobre las majors, efectivamente son las mayores responsables de la atroz cartelera que sufrimos y hay que combatirlas, criticando la mayor parte de su ubicua oferta y sobre todo, como dice Mónica, destacando las que escapan a ellas, como "Campos de esperanza", "La vida de los otros", "El espíritu de la pasión", etc (a propósito, en Cinencuentro publicamos una nota sobre el filme ”Yo, puta” el mismo día de su inesperado estreno). Ayer vi "Campos de esperanza" también con unos cuantos espectadores, en una de las salas más pequeñas de CinePlanet San Miguel, donde sólo tiene dos funciones al día. Coincido con que en nuestros medios debemos compensar la desigualdad de la presentación de los estrenos. La movida antipiratería, que más allá de cifras de logros que por último no nos constan, realiza spots increíblemente malos y torpemente punitivos, como el 20 pirata y el de La Gran Sangre, es su aval principal. Pero las majors también estrenan por ahí algún filme meritorio, y no me parece mal que lo difunda a estudiantes universitarios, y con la participación de alguna publicación de cualquier formato, siempre y cuando no implique de parte de ésta un trato complaciente frente a la oferta general de la distribuidora.

Falta tiempo para hacer todas las cosas de APRECI (y tú, Chacho, das fe de las semanas dedicadas a las gestiones sobre tu eventual ingreso, que ya descartaste, aproximadamente desde la quincena de agosto). Es usual en las instituciones gremiales del país, salvo alguna excepción, el contexto de escepticismo endémico por el que lo último que piensa mucha gente es fundar y sostener un gremio en su comunidad profesional, prefiriendo andar en solitario. Pero aprendamos de quienes verdaderamente son la gente a combatir: las majors y los exhibidores. De memoria, establecen claramente en qué tienen que ponerse de acuerdo de todos modos, y de ahí no se mueven. SÍ al internamiento temporal que ahorra el pago de impuestos, a la sucesión interminable de blockbusters que casi no deja espacios al cine peruano y al de todo el mundo, a la exclusión del cine que sea mínimamente distinto, al aumento de copias para copar los cines que impide la diversidad pese al incremento de las salas, a la salida de la cartelera de un filme ajeno aunque lleve público, al doblaje al castellano en filmes no dirigidos al público infantil, a la cruzada antipiratería, y un rotundo NO a la menor insinuación de una cuota de pantalla para el cine nacional.

Seguramente hay tensiones también entre majors, y entre majors y exhibidores, pero son domésticas, son una trastienda que no trasciende ni estorba a sus intereses comunes, mientras que por acá se dinamita todo, así no se puede hacerles frente.

Saludos,
Gabriel

Unknown dijo...

Entiendo y no entiendo Sr. Bedoya, entonces que lo diferencia con la revista Godard! (que recien la estoy leyendo) y tambien hablan de peliculas como El Espiritu de la Pasion, Copying Beethoven, la vida de los otros, el tigre y la nieve y el buen nombre que no han tenido cobertura en la mayoria de los medios. O aca el principal problema son las "opiniones" y las "criticas". No sería aburrid que todo el mundo estuviera de acuerdo. (tambien hay un articulo encontra de los aburridos blockbusters de las distribuidoras)....
Una pregunta ¿Ha leido esa revista?

Anónimo dijo...

Respuesta a Gabriel Quispe

En referencia a tu comunicación, quiero expresar que yo también lamento que el esfuerzo por
consolidar la APRECI en el que están abocados Juan José y tú y al que aportaron gente tan valiosa como Emilio Bustamante, Mónica Delgado, José Carlos Cabrejo y Natalia Ames, por mencionar a los que más conozco y
aprecio, se vea afectado por lo que, en efecto, considero diferencias irreconciliables. No escribí esa carta en
estado de irritabilidad, de ser así hubiera dicho cosas mucho, pero mucho más duras sobre esos dos sujetos con cara de "yo no dije nada" cuyos nombres mencionó el lector Fermary en su primer comentario.

Creo que mis cargos han sido ponderados dentro de su carácter polémico y cuestionador. No se trata de un asunto personal, Gabriel, es un asunto de posiciones, esas que tú resumes de forma tan clara y rotunda en el antepárrafo final de tu carta. Ahí está el quid del asunto porque es cierto que no es indispensable estar de acuerdo o sentir simpatía por todos los que participan en una asociación.Y no es verdad, por otro lado, que yo tuviera decidido mi no ingreso a la APRECI desde mediados de agosto. La verdad es que lo seguía procesando y ya lo dije en mi carta publicada por este blog. Incluso tenía pendiente una conversación con Juan José.

Quiero aclararte, Gabriel, que nunca he sido reacio a la formación de una asociación de críticos y esa posibilidad ha estado latente a lo largo de las varias décadas en que estoy asociado a estos menesteres
de la cultura cinematográfica, pero nunca se concretó. No hubo el interés suficiente, éramos muy pocos, durante varios años hubo una absoluta incompatibilidad entre los críticos de revistas y quienes escribían en diarios, etc. Me pareció acertada la idea de que se formara una Asociación, aunque no la forma en que la propuso Klaus Eder y se lo dije: como una agencia de viajes. No creo que una Asociación deba plantearse
como una agencia de viajes a los festivales porque eso genera competencias, sentimientos de exclusión, resentimientos...Por razones que no conozco del todo, además, algunos de los críticos que he mencionado y otros, se han ido retirando de la Asociación, lo que es un motivo adicional de preocupación.

Aún así, y pese a mis reticencias, por lo que me parecía un exceso de miembros (de la mayor parte de los cuales desconozco su existencia, a pesar de que trato de leer todo lo que se publica en el campo del cine), sin los méritos suficientes para estar en la Asociación, y de las reservas hacia quienes me han descalificado moralmente, con argumentos ciertamente deleznables, consideré la posibilidad de participar en ella. Tú sabes muy bien, Gabriel, porque me conoces desde hace al menos 15 años, que no soy en absoluto una persona negada al diálogo o al intercambio de ideas ni proclive al insulto ni menos a la exclusión y que he procurado a lo largo de mi vida hacer trabajos en grupo, sin buscar protagonismos (allí están las experiencias de Hablemos de Cine y La gran ilusión, entre otras) y pueden dar fé de ello quienes han trabajado conmigo o me conocen de cerca.

Pero todo tiene límites y tu lo dices muy claro en la parte final de tu carta que podría transcribir literalmente
porque la suscribo en todos sus términos. La posición crítica frente a las políticas de distribución y exhibición dominantes.Para mí ese es un asunto clave e irrenunciable y creo que allí está la carta de fundación de una
asociación de periodistas cinematográficos. No por el afán de lanzar ningún manifiesto, pero sí de asumir
una posición principista, esa que en su práctica niegan algunos de los hoy están en la Asociación. La manera de legitimar de entrada una Asociación es hacer un diagnóstico muy claro de la situación en que la actividad
crítica y periodística se realiza en el país, no sólo la distribución y la exhibición, también los medios en que se ejerce, incluído el espacio informático, el mercado del video, la piratería, etc. Esa es la tarea primordial: velar
por el ejercicio independiente de la crítica, con un claro deslinde frente al contexto en el que se ejerce y oponerse a las complicidades y contubernios

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Unknown dijo...

Entiendo que las diferencias son totalmente opuestas, pero eso que indica, ¿quien tiene razon?, despues ud. dice que "¿puede una revista que se dice independiente y crítica ignorar el estado lamentable del sistema cinematográfico que padecemos en el Perú y callar en siete lenguas, o considerar que todo está bien y nada hay que cambiar ni criticar?". Sin embargo ustedes afirman que callan porque son "coimeros" reciben "favores" y "mermeladas". Y eso es una acusacion. Tambien podria opinar lo mismo sobre el Sr. Servat o Pinasco, porque ambos pertenecen a medios independientes, pero sabemos que es su negocio. Uno no puede IMPONER que otras personas expongan sus ideas, ya sean erradas o fuera de lugar y si no lo hacen, decir que son estafadores, puedo estar equivocado, pero eso atenta contra la libertad de opinion, la mas importante de todas...

Anónimo dijo...

Interesante el tema que toca Isaac pero después de revisar algunos comentarios hay cosas que a uno le sorprende así que vamos a tratar algo referente al tema, pero quisiera que se me de permiso para responder a algunos comentarios que realmente están fuera de contexto quizás por ignorancia.
En primer lugar cuando una revista supuestamente independiente se mete por la ventana para promocionar su revista deja mucho que desear por que va en contra para lo cual supuestamente esta creada una revista independiente.
Si se quiere promocionar a una película del blockbuster que se haga pero que se diga cual es la verdadera intención de la revista si el publico al cual esta dirigido es a los cuales les gusta transformers, sherk, harry potter, etc bueno que se para ellos, pero que demuestre su verdadera intención.
Ahí esta Bruno Pinasco tiene su publico que lo sigue y que revisa su pagina, el sabe cual es su mercado y para ese mercado es dirigido su programa no se hace problema, pero si una revista dice soy independiente y a mí lo que me interesa es el cine independiente no debe salirse por la tangente. Pero eso es lo que demuestra con su actitud la revista en mención.
Con respecto al comentario de fermary el cual dice que a la prensa solo piensa en vender y por eso es mas rentable comentar sobre Matt Demon ya que él es una persona mas conocida que el protagonista de campos de esperanza, ese comentario cae en error por el simple hecho que el periódico es un conjunto y ese conjunto es lo que se vende no se vende solo la sección cultural o la de espectáculos en las cuales se hace el comentario de las películas.
Además quien compra un periódico por el simple hecho de leer la sección cultural casi nadie, recuerdo que compraba LA PRIMERA todos los sábados solo por que en ese día escribía Isaac pero cuantas personas compran así un periódico. Así que eso que es mas rentable escribir sobre un personaje de una película en el cual el protagonista es mas conocido que otro no tiene sustento por donde se mire.
Sobre las personas que quieren que Ricardo escriba sobre una sombra al frente (el cual ya lo hizo) no los entiendo casi la mayoría de los comentarios sobre esa película son desfavorables, bueno esa es su opinión y se la respeta pero porque prácticamente exigir a un critico que escriba sobre ello si para ustedes (los que quieren que escriba Ricardo sobre la película) la película es mala eso no va cambiar si Ricardo da una opinión en contra.
Lo ideal es que cada uno tenga su perspectiva personal sobre la película y eso va a permitir que uno sea mas critico con las películas.

Bueno saludos
Atentamente
Jorge luis

Anónimo dijo...

Mejor lean el texto completo aqui:

http://notaszonadenoticas.blogspot.com/2006/12/luces-cmara-y-2007.html

algo me dice que el enlace que indica arriba solo va a funcionar en su computadora.

ademas viene con foto de sebastian pimentel junto a james dean...

Unknown dijo...

Estimado Chacho,

Ya que nos has dirigido una carta pública debo contestarte de la misma forma. Lo hago a título personal y como miembro de la comunidad de críticos, periodistas y cinéfilos peruanos.

Mi comentario es que no voy a participar en un debate sobre los temas que propones en tu carta. Ello porque tu misiva contiene ataques personales y atribuye a Claudio Cordero y Sebastián Pimentel motivaciones subalternas y encubiertas.

Desde este blog se ha reclamado (y de tu parte también) con todo derecho, que el debate entre críticos debe ser respetuoso y yo te he manifestado que estoy de acuerdo. Además, observo que la lógica de las ideas expuestas se remontan al pasado para utilizar los mismos argumentos de entonces, pero intercambiando los personajes. Es decir, revivir (o mantener) situaciones que han demostrado ser improductivas, como el debate que ahora planteas también lo es.

No quisiera que me malinterpretes. Los temas que propones sin duda son relevantes, pero la forma de hacerlo los desnaturaliza y los lleva a un plano de conflictos personales que deberían ser tratados de manera personal; y si se quiere hacerlos públicos, que ello ocurra de manera respetuosa y objetiva. Lo cual no ha ocurrido en este caso.

Debo explicarte también por qué esta situación me parece improductiva. Cuando se atribuyen actos ofensivos guiados por intenciones subalternas, ciertamente el afectado no acepta en su fuero interno el agravio y, a su vez, imagina o elabora motivaciones peores en el adversario. De esta forma se produce un escalamiento en el conflicto, con alto componente de teléfonos malogrados, dimes y diretes y chismes. Y aquí ya no interesa mucho quién comenzó, puesto que los dichos y actos pueden ser cada vez peores y conducir a un atrincheramiento y guerra declarada donde intervienen más los sentimientos que las razones. A esto me refiero con conflictos personales.

El principal problema, en este contexto, no es ya la desnaturalización de los argumentos, sino la incomunicación entre ambos bandos; lo que lleva a la lectura selectiva de las opiniones del adversario, su malinterpretación y/o la no lectura de esas opiniones y, como consecuencia, el desconocimiento total o parcial sobre los mismos o sobre su evolución. Se puede llegar, así, a la pura invención de motivaciones, argumentos y hasta acciones. Pero el trasfondo de todo es el resentimiento y la ira subyacentes que bloquean muchas veces el entendimiento racional.

Ciertamente, es muy fácil para mi decir todo esto, ya que no estoy involucrado en el conflicto; pero quiero que sepas que comprendo lo que esto significa para ustedes. En una situación de conflicto, los involucrados actúan de acuerdo a códigos y comportamientos adquiridos por experiencia a lo largo del mismo; estas “leyes de guerra” pueden parecer absurdas y conducir a comportamientos que al foráneo pueden parecer hasta ridículas, pero yo las debo tomar muy seriamente para poder darte una respuesta.

Por otra parte, hemos visto, en las conversaciones contigo y con Claudio y Sebastián, un sincero deseo por entender determinadas actitudes y posiciones que cada cual ha adoptado en el pasado; lo cual revela falta de comunicación y existencia de prejuicios basados en situaciones del pasado que ya no existen más hoy.

La solución a esto te la hemos planteado. Es una reunión tuya con Claudio y Sebastián para hablar asertivamente sobre las cosas que sienten mutuamente frente a una agenda de temas que también te propuse. El objetivo de esa reunión sería saber qué les molesta a cada cual sobre los temas en debate y llegar a compromisos para desarrollarlo de manera respetuosa; al mismo tiempo que para ir empezando a aclarar asuntos que cada cual plantee. De esa forma cada cual sabría qué terreno pisa y evitaríamos agresiones mutuas, involuntarias o no. Esto, además, es un punto de partida para (re)conocerse y empezar a revertir la situación actual de desconfianza.

En el caso de tu carta, veo que lo que más te molesta es el hecho de que la revista Godard haya sido presentada en la Universidad de Lima. Bueno, lo deseable hubiera sido (y es) conversar sobre por qué te molesta esta presentación y ver en qué nos podemos poner de acuerdo para que –por ejemplo– esto pueda volver a ocurrir sin generar reacciones como la tuya u otras.

Ese es el camino correcto y no por APRECI, sino por tu propio interés. Sé muy bien que tanto tú como otros encuentran esta situación muy enojosa; de hecho, el conflicto conduce a envenenarse un poco la vida y, como es contagioso, a envenenar el ambiente. Para superar esta situación sólo hay un camino: el del diálogo. Más aún, como comunicadores sabemos que la comunicación es crear vínculos entre las personas y eso es lo único que garantiza el cambio de actitudes y comportamientos (al menos, en pequeña escala). Esto está comprobado y funciona.

Es por ello que te vuelvo a proponer (insisto, ya no por APRECI sino como un miembro de esta comunidad) a procesar este problema de manera productiva mediante una conversación franca y constructiva destinada a reducir tensiones y establecer compromisos para procesar un debate alturado y respetuoso sobre el tema que planteas y otros posibles.

Entiende por favor que no podemos discutir sobre el asunto de los blockbusters y la independencia de los críticos si es que antes no discutimos el tema de la desconfianza. En tu carta prácticamente sostienes que desconfías totalmente de Claudio Cordero y de Sebastián Pimentel. Muy bien, ése es entonces el tema que debemos resolver, de lo contrario entraríamos a un debate que explícitamente sería un diálogo de sordos. Y la imagen que daríamos sería la de una olla de grillos. Soy así de claro, porque este tema ya lo hemos visto en APRECI (aunque quizás en menor escala) en relación con otros asuntos. Ello te demuestra, de paso, que este problema afecta tanto a los que están adentro como a los que están afuera de APRECI. Por eso te digo que este tema de la desconfianza no es sólo un asunto de APRECI, sino de nuestra comunidad como conjunto. Y este problema, como todo en la vida, tiene solución.

Paso ahora a responderte como miembro de APRECI, ya que también en esa condición nos envías tu carta. Sólo responderé a la parte final, donde te lamentas de que vayamos a caer en manos de esta especie de pareja diabólica. Repetiré lo que ya antes he dicho. APRECI será lo que sus miembros quieran que sea, de la misma forma que nuestra comunidad de críticos es lo que mostramos hacia nuestros lectores.

Estamos en una situación en la que se nos ofrece, por parte de FIPRESCI, la oportunidad de potenciar y desarrollar una perspectiva internacional. Con APRECI tenemos la posibilidad de organizarnos para realizar actividades como festivales, conversatorios y talleres de capacitación de carácter nacional. Es la oportunidad de conocernos más y de llevar adelante debates respetuosos y productivos para difundir la cultura cinematográfica en el país. Porque no se trata de convencernos de nada entre nosotros. El objetivo es el público cinéfilo y el público en general. ¿Qué vamos a ofrecerles a ellos? Cualquier diferencia entre nosotros debe pasar a un segundo (y hasta último) plano, con respecto a la ampliación –cuantitativa y cualitativa– de un público más culto y exigente en materia audiovisual. Tenemos ahora la posibilidad de aprovechar todas estas oportunidades.

Sin embargo, también podemos escoger otra opción, la del despedazamiento entre los críticos. Somos muchos los que tanto dentro como fuera de APRECI no nos colocamos en este escenario, por la sencilla razón de que no nos interesa participar en disputas personales. No sólo por que eso no conduce a nada constructivo, sino porque perdemos posibilidades de crecimiento personal y profesional. Además, perdemos de vista nuestro objetivo ya que –en el enfoque del despedazamiento que tan bien ilustra tu carta– las riñas personales pasan a primer plano, se bloquea toda posibilidad de un debate real y así nos alejamos del desarrollo de la cultura cinematográfica en el país. Asimismo, el enfoque del “despedazamiento” es consustancialmente opuesto a cualquier enfoque institucional. Es decir, no conduce a formar instituciones, sino a destruirlas o disolverlas.

Es por estas razones que, como miembro de APRECI, te invoco a que –ya que no haces algún planteamiento concreto– aceptes un diálogo directo en los términos que he formulado en este post, como forma de encarar la vida y el debate cultural de una manera constructiva para ti mismo y para los miembros de esta comunidad. Mi comentario final, entonces es –nuevamente– que nuestra comunidad y APRECI serán lo que tú y todos nosotros queramos que sea. Está en tus manos y en las de todos.

Saludos. JJB.

Anónimo dijo...

Respuesta a Francisco
Conozco todos los números de la revista Godard y no es un problama de diferencia de opiniones sobre una u otra película.

León Frías ha planteado el asunto: ¿puede una revista que se dice independiente y crítica ignorar el estado lamentable del sistema cinematográfico que padecemos en el Perú y callar en siete lenguas, o considerar que todo está bien y nada hay que cambiar ni criticar?

El periodista José Tsang publicó un reportaje -balance del cine en el Perú el 2006 en la revista Caretas. ¿Usted quiere saber lo que me diferencia de un editor de la revista Godard? Lea esta cita del reportaje de Tsang. Es muy expresivo y se explica por sí solo:

"Cine: Proyecciones sobre lo que se viene en el cine peruano y mundial

Por José Tsang

"(...)Pantallas Saturadas

A nivel de exhibición, el panorama es el mismo, aunque no dejan de llamar la atención las novedades que vienen (...). La tendencia será un calco del 2006: hay más multicines, pero los productos de las distribuidoras majors siguen copando las pantallas. Si los blockbusters son un fiasco, la cartelera se convierte en suplicio. Sólo actividades especiales (Festival de Lima) o esfuerzos de distribuidoras pequeñas (que dejaron ver El Niño o Flores Rotas) airean el ambiente.

Para Pimentel (Nota del blog: coeditor de Godard) el asunto no es tan serio. "No tengo la visión tremendista de algunos críticos. Es cierto que la cartelera local no está al nivel de la de Buenos Aires, por ejemplo, pero sí se ve buen cine. En todo caso, apostar por otro tipo de cine y lograr una oferta más variada depende mucho del nivel cultural y educativo del público".

Bedoya camina en la orilla opuesta. "El cine está de buena salud, pero aquí en el Perú, seguramente, no nos vamos a enterar. La culpa se va ampliando. El manejo de las majors es excluyente, estrenan lo que les conviene. También está la prensa que se sube a la agenda de las grandes distribuidoras. Y está el público, con una tendencia cada vez más complaciente hacia lo frívolo y peor" (...)"

Si quiere leer el texto completo, está aquí:

http://notaszonadenoticas.blogspot.com/2006/12/luces-cmara-y-2007.html

Anónimo dijo...

María Antonieta no se estreno en Lima??????

Anónimo dijo...

...independiente quiere decir que no esta subvencionada por ninuna institucion ya sea particular o estatal, publica o privada, no se refiere al cine independiente, ni siquiera el Sr. Bedoya solo mira cine independiente...

Anónimo dijo...

Sí, María Antonieta se estrenó este año gracias al llamado de atención de cierta crítica que insistió sobre el asunto en sus balances de fin de año 2006. La cadena UVK la tomó, igual que está estrenando La fuente de la vida, de Aronofsky, otra película que estuvo a punto de no estrenarse.

Bien por UVK y esa es la razón para insistir en los reclamos contra las distribuidoras.

Es lo mismo que pasó con Pacto de Justicia, de Kevin Costner, que el Centro Cultural de PUC tomó para su sala en 2004, luego que la distribuidora la cancelara de su plan de programación y que algunos críticos pegaran el grito al cielo.

Pero esos son casos extraordinarios. Lo usual es que se cancelen para siempre estrenos como Alatriste, Solaris, El buen alemán, entre muchísimas otras películas que se consideran no aptas para el consumo peruano. Y sin importar que allí figuren estrellas como Viggo Mortensen y George Clooney.

Anónimo dijo...

La independencia no significa ausencia de subvenciones. No. Una revista puede ser subvencionada por una institución educativa, una ONG, una institución pública, una empresa privada, o lo que sea, y mantener una rigurosa independencia.

La independencia significa no tener hipotecas de criterio ni deudas de opinión. Es decir, ejercer la libertad de opinar e informar sin responder a la presión o servir los intereses del financiador que se tenga detrás.

Sí, por supuesto, no sólo veo cine independiente. Veo todo el cine que puedo y disfruto cuando es bueno, sea de Hollywood o de cualquier parte.

Anónimo dijo...

Respuesta a Francisco

Este debate se inició con una carta de I León relativa a la revista Godard, donde describía la trayectoria de una publicación que insurgió como crítica y anti establishment, pero que progresivamente fue asumiendo otras características y a silenciar cualquier diagnóstico general sobre la situación del negocio cinematográfico en el Perú, hasta irrumpir hace unos días como bonus en la presentación promocional de una película.

Esa incoherencia es la que cuestionaba León. Es decir, la de fungir como críticos y ser profundamente acríticos hasta el punto de declarar que "el cine que se ve en el Perú es bueno". Esta no es una mera diferencia de opinión; es ignorar lo que se hace en el mundo del cine.

Habría que imaginar la cartelera peruana como una librería que sólo ofreciera los libros de Harry Potter y manuales de autoayuda. Si alguien se siente satisfecho con eso, bien por él, pero que no cometa la incoherencia de presentarse como crítico.

Por eso, nadie puede decir nada de Bruno Pinasco. Su programa cumple la función que se propone: promover las películas de las grandes distribuidoras. Perfecto. Bruno no se da otras ínfulas ni pasa como "chico malo".

Unknown dijo...

Por lo que usted dice concluyo que esa revista siempre acepto la situacion cinematografica actual, entonces porque recien ahora se habla al respecto. ¿Sería lo mismo si ese "bonus" se hubiera hecho en el CAFAE, o fue porque se realizo en la de Lima (ese creo es el principal punto). Que quiere decir con " servir los intereses del financiador que se tenga detrás", ahi si estoy un poco perdido. Hablamos de dinero, porque si es de material, eso lo hace desde EL Comercio hasta EL Placer de los ojos. Por ultimo, si es exagerado afirmar que la cartelera limeña sea solo blockbusters y films de autoayuda. Tampoco creo que sea asi. Es una humilde opinion, he tenido la oportunidad de ver este año muy buenas plelículas aunque reconozco que no todas las que quisiera y espero q este comentario no suene reaccionario, aunque segun su ultimo post, nunca pueda presentarme como critico de cine.
PD: Que requisitos debiera tener un critico de cine?
Saludos,

Anónimo dijo...

Respondo a la comunicación de Juan José Beteta. Aprecio tus buenos deseos, Juan José, y lamento una vez más que las cosas hayan llegado a esta situación que no he provocado. Ratifico, por cierto, los términos de mi carta, pero voy a hacer algunas precisiones adicionales motivadas por tus reflexiones y comentarios.

1) Dices que mi reacción se debe a que no quiero que presenten la revista Godard en la Universidad de Lima.

Aclaro que no tengo ningún cargo en la Universidad y no puedo imponer mi opinión sobre lo que se pueda hacer en su interior. Lo que hago, sí, además de mis clases y otras actividades académicas, es coordinar la programación y la actividades de la sala Ventana Indiscreta. Hace tres años, a través de un intermediario
cuyo nombre es mejor no recordar, los responsables de Godard solicitaron presentar su revista en la sala Ventana Indiscreta. Nuestra respuesta (porque yo no tomo las decisiones solo, hay una comisión a cargo de la sala) fue que se hiciera en el marco de un debate. No lo aceptaron y lograron hacerlo en otro espacio
de la Universidad, donde se dedicaron al ataque artero, descalificándonos a Ricardo Bedoya y a mí como profesores por el hecho de que defendíamos ciertas películas peruanas y con ello podíamos influir sobre
los alumnos. No se si serían capaces de repetir hoy un argumento de tal grado de imbecilidad (no puedo decirlo de otra forma, Juan José), pero ya lo habían dicho antes y lo repitieron en otros lugares y no he leído la menor rectificación. Ni sobre eso ni sobre el cúmulo de barbaridades que profirieron por escrito y oralmente,especialmente Pimentel.

A raíz de esa presentación, no fui yo, sino el propio Decano de la Facultad, Oscar Quezada, quien tomó la decisión de que no se volviera a presentar la revista Godard. Como te puedes imaginar, si tengo a mi cargo la coordinación de la sala, y estos señores se cuelan como se colaron,de manera subrepticia, amparándose en una función promocional y bajo el amparo de la Warner- Fox, co-responsable de ese "asalto", es bastante incómoda la situación en que eso me pone. Por eso, no voy a decir que no me resultó indignante, como igual me hubiera resultado indignante cualquier otra conducta trapacera y esquinada como la que demostraron con esa entrada de contrabando. Para mí, basta eso para que descalifique a quienes se comportan de esa forma. Con esa gente no estoy dispuesto a dialogar.

2) Pero, además, y lo ratifico, más allá de ese asunto bochornoso, hay una cuestión de fondo que las
declaraciones de Pimentel que consigna el artículo de José Tsang, no hacen sino reforzar. El papel de furgón de cola de las distribuidoras transnacionales que esa revista y su exponente más visible que es Pimentel están desempeñando.

Claro, si para Pimentel aquí se estrenan buenas películas, para qué hacer ningún deslinde con esas empresas. Si todo está bien así o no hay condiciones para que esté mejor, es inútil comprarse ningún pleito. Todo eso me hace ver la posición de Godard aún más clara.

Si no hay un compromiso económico (ni tengo pruebas ni he afirmado que haya algún acuerdo explícito, pues no lo sé), sí hay al menos una suerte de compromiso moral. A Pimentel le faltan estrellas para colocarle a buena parte de los estrenos locales (ni en Paris se ve tal cantidad de obras maestras), como si Hollywood viviera la etapa más creativa de su historia. Y aquí hay un doble juego que encuentro muy engañoso: el apoyo claro a esas reglas de distribución y las veleidades de atención a un cine distinto
o alternativo, como para estar bien con unos y con otros. Si ese es el cambio de la revista Godard, la verdad es que prefiero los primeros números. Y si es que se trata de dialogar a partir de lo que me parece una clamorosa claudicación, no tengo nada que dialogar, Juan José, por más propósitos de enmienda
que manifiesten sus fundadores.

3) Como le decía a Gabriel Quispe, no concibo la labor crítica sino a partir de la independencia más firme y creo que esa tendría que ser la bandera de la APRECI. Eso para mí pasa por un deslinde muy claro y rotundo frente a las empresas que vienen haciendo de la cartelera de Lima y de muchas otras partes casi un páramo de mediocridad. Si una asociación de prensa cinematográfica no se plantea tal exigencia como una prioridad, no sé qué sentido tiene. Espero que otros colegas se manifiesten al respecto, pues
me incomoda que Gabriel y tú me hagan aparecer como la piedra en el camino que impide la consolidación de la APRECI, cuando varios de sus miembros para mí más respetables han venido renunciando en los últimos meses.

Anónimo dijo...

De acuerdo con la crítica a la revista Godard, en realidad a lo que ha devenido esa revista y sobre todo sus representantes más conocidos. Los argumentos de León Frias son claros, sin embargo, a pesar de yo no conocer sus rencillas pasadas con estos otros críticos, el tufillo que usa al escribir la carta (la primera) muestra a la vez una rabieta digna de una niña mimada. Repito, los argumentos son buenos y los comparto, pero creo que sería mejor dejar de lado el tonito a pataleta para una mayor contundencia de los mismos... eso le quita seriedad. Lo comento porque de verdad no lo conozco ni lo he leido mucho, así que creo que es la impresión que deja ante un público que espera informarse, conocer algo diferente, nuevo, e incluso empezar a debatir.
Otro punto. En mi opinión, es urgente debatir el tema de la APRECI, en realidad de preguntarse si los críticos de hoy tienen la capacidad de agremiarse, debatir alturadamente sin ofuscarse y hacer persecusiones sin sentido a la puerta del cine, así como escribir cartas cobardes sumamente ofensivas.
Yo creo que no existen esas capacidades del todo, bueno, nunca las habrá. Pero sí es necesario que todas las partes hagan una reflexión propia al respecto. La idea de la APRECI, como puedo entenderla yo, es que sea un espacio que agrupe a críticos con opiniones y enfoques diversos, que tengan objetivos comunes sobre el desarrollo del cine en el país, y que pueda darse un debate serio en su interior para determinar proyectos, acciones, etc. POr como estan ahora los críticos, francamente, resulta poco probable que dicha organización tenga éxito. No solo por lo que pueda estar ocurriendo en su interior, sino también porque de entrada muchos de los críticos más importantes de la escena actual le dijeron No a esa asociación. Si habian problema desde su planteamiento, bueno pues, nadie tenia por qué estar supeditado a lo que diga la FIPRESCI. Si creían en algo diferente (y no una agencia de viajes) entonces en lugar de no incluirse o renunciar a los pocos meses, mejor sería quedarse, armar un cuadro más sólido, con buenas propuestas y alternativas (porque ideas no les faltan, ya las tienen) que debata de igual a igual con los otros integrantes y así lucharla. Si se sigue yendo la gente, como esta sucediendo,la asociación va a fracasar. Y ese ya no será un vaticinio cumplido de los que le dijeron NO a esta empresa, sino será el logro (espero, no quiero ser malicioso) de un objetivo no intencionado.

Anónimo dijo...

Como sucede en cuanto debate que surge, hay también lugar aquí para la victimización. Fabricando "buenos" y "malos". Y también hay sitio para que se hagan deslindes, que asumo como descabellado, entre una actitud personal y otra institucional: así terminamos disociando lo que somos; "esta vez no opino yo sino el crítico de cine que hay en mí, o ahora opino de manera personal y mañana opino como venga el caso o como lo señale mi institución". Hasta ahora este debate de lords y caballeros, de espadas o de guantes negros que abofetean la mejilla del rival antes del duelo, no ha tenido la presencia de uno de los protagonistas. Hasta ahora los redactores de Godard, mencionados en este debate, no han hecho más que difuminar su carácter pasquinesco e iconoclasta de otrora. Mutismo, soberbia, padrinazgos.
Está claro que hay consenso en la falta de coherencia crítica de dicha publicación, lo cual es claramente visible si revisamos el primer número y el último.

Tampoco es un asunto de censura, pues cada cual puede opinar o no opinar; pero si Godard está inmersa en la Apreci, deberían tener en cuenta lo que menciona el reglamento: que los periodistas cinematográficos no pueden tener relación alguna con las majors. Por esta razón, un Bruno Pinasco no podría estar en la asociación.

No me cabe duda que una carta como la que redactó Chacho ha debido surgir de los mismos directivos de la Apreci, si es que está dentro de sus propósitos llevar a buen puerto una asociación que busca elevar el nivel de la crítica nacional, sobre todo frente a la crisis a la que nos han sometido las distribuidoras. Mientras discutimos esto en Buenos Aires estrenan Resnais, Desplechin, Dumont, Shimizu, To, Muccino. Estrenan Inland Empire, Sicko. Este es el tipo de discriminación a la que estamos expuestos, vistos como una simple provincia donde sólo nos merecemos Harry Potter 5 en cinco salas de siete. No se trata de una discriminación o exclusión entre los críticos, que como en cualquier asociación del mundo, siempre tendrán diferencias. Se trata de maneras de entender los compromisos que implica hacer crítica de cine en un país tan periférico como el nuestro.

Anónimo dijo...

Hablando de la Independecia de la Critica aca les dejo el Post del critico que tanto adoran en esta pagina (Jonathan Rosenbaum) y su diatriba contra Ingmar Bergman. Obviamente motivado por algunos intereses, dirian algunos. Otros dirian libertad de Opinion.
(espero no desilusionar al Sr. Bedoya).

http://sigfrid-monleon.blogspot.com/2007/08/el-polmico-crtico-del-chicago-reader.html

Anónimo dijo...

Quiero citar la carta del Sr. Isaac Leon Frias en, "No ha habido ni hay el menor cuestionamiento al estado de una distribución-exhibición penosa que se vive en el país y en este último año de manera clamorosa. En muchos años la cartelera no había caído tan bajo como en el 2007."

Yo solía ir al cine, a veces iba una vez al mes, en otras oportunidades podía ver tres películas en una semana, dependiendo de mi tiempo y economía. Pero la última película que vi sí fue en julio, (acepto que fue un"blockbuster", algunas me gustan y no le veo nada de malo. Hasta ahora casi octubre no encuentro una sola película que me atraiga en el único cine de Piura, donde vivo.

Desde que aparecio la revista Godard, solo he comprado dos ejemplares, deje de hacerlo porque solo encontraba un me gusta y no me gusta tal o cual película, películas que podía encontrar en el cine y decir también por mí misma, me gusta y no me gusta.

Lo que se pide entonces son revistas más críticas de la situación del cine en el perú (y no solo lima!), con más propuestas, con analisis, con cosas novedosas, claro que también portafolios y críticas de las películas que lleguen a las salas, eso va por mi opinion.

Páginas del diario de Satán dijo...

El anónimo lector que nos envía el comentario de Rosenbaum sobre Bergman -de los más interesante, por otro lado- parece no haber entendido el sentido de la polémica.No se trata de una diferencia de juicios u opiniones sobre un director o una película; es algo más de fondo: la actitud ante una forma de ejercer la crítica y de insertarse dentro de un negocio que amenaza devorar todo.

Anónimo dijo...

Bueno, si quieres ver lo que hay en la cartelera nacional y mundial compra godard!, si quieres ver todo la problematica de distribucion y politicas, compra Butaca, felizmente hay opciones, pero no se debe forzar a determinadas publicaciones a tomar este u otro tema. De acuerdo con el señor Bedoya, no es diferencia de opiniones es LIBERTAD DE OPINION!!!!!

Anónimo dijo...

Desde mi condición de lego, el tema de las distribuidoras de películas y el cine que vemos me parece análogo al problema de las radios locales y el rock que escuchamos...

Como podemos ver, el panorama no ha mejorado mucho y hace mucho tiempo que, personalmente, he perdido la esperanza en el cambio de las radioemisoras. No me deben nada, no les debo nada.

Sin embargo, algún amigo me recordó que hay un tema de "responsabilidad social" (por el tema de las frecuencias que son públicas) en estas empresas y, por tanto, no es tan sencillo abandonar el asunto.

Mi pregunta es: ¿la distribución de cine en el medio es un negocio que sólo rinde cuentas a sus accionistas y a los dueños de las franquicias o hay algún ámbito de "espacio público" o de "responsabilidad social" que les atañe?

Me interesa que esta cuestión previa quede despejada, porque, de lo contrario, esto se seguirá prolongando sin sacar nada claro.


Abred

Anónimo dijo...

La última comunicación de Mónica Delgado, en la que menciona lo que se puede ver en la cartelera actual
de Buenos Aires (ocho películas que probablemente nunca veremos aquí en salas comerciales) ofrece
datos muy claros, por contraste, del estado de nuestra cartelera. Aquí, unas pocas películas diferenciadas del flujo habitual llegan por cuentagotas, algunas de las cuales afortunadamente se están viendo en estos días: La fuente de la vida, El búfalo de la noche, Secretos íntimos, pronto El buen nombre y El espíritu de la pasión. Antes hemos visto La vida de los otros, El tigre y la nieve, La vida secreta de las palabras Princesas y Campos de esperanza.


No todas ellas son necesariamente buenas, pero al menos ofrecen una mínima cuota de variedad a la cartelera.

Eso no significa rechazar el estreno de las películas ofrecidas por las distribuidoras norteamericanas. Lo que
se rechaza es el copamiento de las pantallas y la exclusión o reducción forzosa de esas otras películas a veces limitadas a una sola sala. Aunque, por último, ojalá muchas de esas excluídas pudieran al menos disponer de una sola sala.

Por otra parte, y como parece no lo entienden algunos lectores, tampoco hay que negar la calidad de algunos títulos (lamentablemente, cada vez menos) de las oficinas de las grandes compañías o majors. Yo no tengo
la menor duda de la superioridad expresiva de Bourne: el ultimatum sobre El búfalo de la noche, El tigre y el dragón,Princesas y La vida secreta de las palabras . No es inferior, por otra parte, a La vida de los otros, esa
buena película alemana o a Campos de esperanza, esa sorpresa del húngaro Zoltan Koltai. Las otras aún no las he visto. Está bien, y en buena hora, que se estrene el mayor número posible de películas de las majors, donde encontraremos sin duda buenos films norteamericanos y otros menos buenos, pero la variedad es una condición indispensable para una democratización de la oferta. Ese es el sentido del cuestionamiento del estado de cosas. Y aquí los críticos, los aficionados y los lectores de un blog como Paginas del diario de Satán debemos hacer un frente común.

Anónimo dijo...

Concuerdo con que la democratización de la oferta es un aspecto saludable de todo desarrollo cultural. Pero, insisto, no me queda claro cómo se puede convencer de lo mismo a las distribuidoras, si ellas defienden intereses privados. ¿Qué podría hacerlas optar por lo contrario, si son ellas las que arriesgan su capital? (¿por qué deberían hacerlo por nosotros?).

Sólo me queda mi experiencia personal con las radioemisoras locales: dejar de escucharlas.

Es decir, ese "frente común" debiera contemplar la acción directa del boicot, y como lego me atrevo a sugerir a la gente metida en crítica:

- Que los críticos dejen de reseñar los blockbusters y no asistan a los pre-estrenos y no se expongan a las triquiñuelas de las distribuidoras para encandilarlos (como hacen los visitadores médicos con los galenos).
- Que tampoco reseñen estas películas.
- Que desalienten la asistencia a ver estos films.

¿Será posible que los críticos locales, en alguna oportunidad, se pongan de acuerdo y decidan no publicar ni una reseña o mención a algún estreno como señal de protesta contra las distribuidoras?


Abred

Anónimo dijo...

Concuerdo plenamente con las opiniones de Ricardo Bedoya e Isaac León Frías en torno a la situación de la distribución de películas en Lima (y ni qué hablar de provincias).

Sin embargo, es imprescindible que un crítico tenga que mencionarlo a cada rato o que lo asuma como caballito de batalla? Creo que no. Y me parece que puede haber un punto intermedio entre Bruno Pinasco e Isaac León. Críticos que se limiten a dar su opinión respecto de las películas que ven, al igual que hay críticos literarios o musiciales que no necesariamente tienen que convertirse en defensores del consumidor.

Ahora bien, que exista gente que se proclama abaderada de la independencia y que resulte una sucursal de las majors es otra cosa. Pero creo que Godard ya no se publicita como tal ni tiene la actitud de los primeros números.
O tendrían que sacar un editorial renunciando a sus antiguos "principios"?

Por lo demás, felicitaciones por el blog. Sería ideal contar con una cartelera que permitiera más posts sobre cine y menos discusión sobre distribución y "política cinematográfica".

Anónimo dijo...

Sólo una pequeña inquietud ante este pasaje del comentario del anónimo del 28.09 14:17):

...Y me parece que puede haber un punto intermedio entre Bruno Pinasco e Isaac León. Críticos que se limiten a dar su opinión respecto de las películas que ven, al igual que hay críticos literarios o musiciales que no necesariamente tienen que convertirse en defensores del consumidor...

¿Indecopi recibiría una queja de cualquier usuario debido a la cartelera que colocan en los cines las distribuidoras y las salas de exhibición?


Mmm... tengo serias dudas...


Abred

Páginas del diario de Satán dijo...

Una respuesta a Abred

El negocio de la distribución es privado, y es lógico que así sea.

Pero este negocio no puede avasallar, ni las compañías que lo ejercen puedn hacer uso dominante de su posición en el mercado. Y allí está el problema que debería atender Indecopi.

¿Es posible que un blockbuster cope toda la cartelera, dejando fuera de competencia a películas de distribuidores independientes? ¿Es posible que la publicidad multinacional anuncie las voces de conocidos actores en películas que después se exhiben dobladas por actores desconocidos en México? ¿Es posible que las películas más grandes y taquilleras ingresen al país con el régimen de la suspensión de derechos aduaneros, en un número inmenso de copias para saturar la cartelera, como si fueran equipos de uso temporal con destino a ser reexportados?

Eso son los problemas a discutir.

Anónimo dijo...

El último post es interesante porque lleva la discusión al terreno legal, lo cual puede ser un poco más aburrido pero más productivo si se cuenta con los argumentos suficientes.

¿Por qué un grupo de críticos (o una persona cualquiera porque no es necesario estar metido en el negocio para ello) no presenta una denuncia ante la Comisión de Libre Competencia del INDECOPI (por el abuso de posición de dominio de las distribuidoras, ver Decreto Legislativo 701) o ante la Comisión de Represión de la Competencia Desleal (por el tema de la publicidad, ver Decreto Legislativo 691)? ¿Por qué no lo ha hecho alguna distribuidora interesada?

No creen que sería un poco más consecuente con lo que se denuncia en medios que quizás no lleguen a tanto público? No necesariamente es una batalla perdida.

En el caso de la Comisión de Libre Competencia ni siquiera es necesario plantear una denuncia sino llamar la atención de la Comisión para que ellos inicien una investigación de oficio... Si Ricardo Bedoya e Isaac León Frías tienen acceso a medios de comunicación, por qué no tomar una actitud más directa contra las distribuidoras que tanto daño le hacen al cine en el Perú?

Saludos,


Hawk

Anónimo dijo...

Este último punto tocado en el debate, el de las películas extranjeras que ingresan al país exoneradas de tramite aduanero como "ingreso temporal", es una de las más flagrantes violaciones a la libertad de comercio frente al cine nacional, ya que consiste en una practica de "dumping", que tiene varias modalidades en el comercio internacional. Pero la gran pregunta sería ¿quién o que autoridad le pone el cascabel al gato y afecta los intereses de grandes empresas norteamericanas, cuando estamos ad-portas de un TLC con los Estados Unidos?

Anónimo dijo...

Muchas gracias.
Me quedan mucho más claros los problemas, en los que Indecopi podría intervenir, pero, es bien cierto que remiten al ámbito de comercialización del producto.

Ahora bien, no estoy seguro, si esta intervención haga posible pasar del ámbito "comercial" al "cultural". A eso se refería mi pregunta inicial: ¿Indecopi recibiría una queja de cualquier usuario debido a la cartelera que colocan en los cines las distribuidoras y las salas de exhibición?

La finalidad de esta queja sería ampliar los títulos distribuidos y exhibidos en el medio. Pero, como señalo, este es un paso del terreno "comercial" al "cultural" (haciendo la analogía: ¿Indecopi puede determinar a una galería de arte dedicada a la compra y venta de obras que exhiba a nuevos y desconocidos artistas?).


Abred

Anónimo dijo...

Respondiendo a Abred:

No, el INDECOPI no puede intervenir para determinar qué es lo que se puede ver o no.

La labor del INDECOPI es "ex post", es decir sanciona cuando se ha cometido una infracción a normas expresamente tipificadas.

INDECOPI sólo podría intervenir si se detecta que, por ejemplo, una distribuidora que tiene posición de dominio (monopolio u oligopolio) impone a los cines condiciones que no son de mercado a cambio de pasar sus películas. O si las principales distribuidoras acuerdan entre sí el reparto del mercado. La sanción sería por la práctica prohibida en sí y no por el contenido. Es decir, INDECOPI sancionaría de la misma forma si los perjudicados son distribuidores de "cine de autor" o de blockbusters...

Anónimo dijo...

Okey, muchas gracias al anónimo de las 14:15 por el comentario.

Creo que a la posibilidad de boicot de los críticos a reseñar alguno que otro "blockbuster" (algo así podría dar una luz sobre el tipo de influjo o impacto de la crítica en el público... veremos si lo tiene o no) se puede sumar, entonces, un periodismo de investigación que saque a la luz las malas prácticas que, finalmente, no permiten que la cartelera se abra a otros títulos.

Tal vez, esto no cambie necesariamente el panorama (salvo las sanciones legales y morales, esto no obliga a nadie a nada), pero sí serán de conocimiento público las triquiñuelas, de las que se valen los empresarios locales de la distribución cinematográfica para hacer caja lo más pronto posible y a cómo dé lugar.

¿Por qué no puede ser este el tema de un documental de no-ficción (cuyo título podría ser: "¿Quién me distribuirá a mí?")?


Abred

Anónimo dijo...

Este tema ha generado una gran cantidad de post (creo que la mayor desde que leo el blog).

Me parece que podría ameritar un último comentario de Ricardo Bedoya sobre los últimos comentarios, los cuales sugieren tomar una posición más directa (léase, denuncia a INDECOPI contra las mayors) por parte de los que las critican...

Saludos,


Hawk

Anónimo dijo...

Creo que ya Ricardo Bedoya y algunos otros críticos se han cansado de señalar la forma en la que actúan los medios. El "boicot culto" no funciona. Creo que la forma de actuar tendría que ser por la via legal.

A las distribuidoras no les interesa mucho el impacto de lo que opinar un crítico en una página de un suplemento (por más que sea el Dominical de El Comercio). Pero que las investiguen y, eventualmente, se les prohiba ciertas prácticas sí podría ir a la vena de su negocio.