Esta intervención de Cabrejo cierra el segund round de la polémica sobre el cine bizarro. ¿Habrá otra ronda?
Vamos por partes:
- Es cierto. No tomé en cuenta algunos detalles del texto del Dr. Vértigo, que develaban su “amor” por el cine trash. No es frecuente que encontremos a alguien que se refiera de una manera tan despectiva y hasta asquienta hacia un tipo de cine, y que a la vez afirme que lo consume; autoproclamándose, por lo tanto, como un freak. Primera vez que estoy ante una persona de esas características. Lo que, en realidad, no quita lo afirmado en relación a los modos inquisitivos del comentarista, que señala: yo sí puedo consumir esto porque soy un “lunático” y padezco de una gran “parafilia”, pero tú no, porque eres un crítico, ostentas un poder, y DEBES colocar tu mirada en otro cine. Al final, se juega con un elitismo “opuesto”: así como los amantes de la música clásica desprecian “El Danubio Azul” por ser un tema recurrente en los quinceañeros de las clases sociales bajas (¿perdió su “carisma”?); el Dr. Vértigo muestra su fastidio porque en una revista especializada se presenta una aproximación teórica que reivindica un cine marginal. Es la misma actitud que más bien utiliza a ciertas manifestaciones cinematográficas como puras insignias para decir “soy distinto a los demás” que para disfrutarlas como tales. Es la misma pose, en otra dimensión, que utilizan aquellos que sólo dicen consumir Tarkovsky o Bergman y nada o casi nada de lo que pueda producir la maquinaria hollywoodense o un cine de género. Al final, ambas posturas dan al cine el mismo valor que ciertas personas le dan a una prenda “Tommy Hilfiger”, luciéndola con orgullo porque las hace “diferentes” a una mayoría. Eso no es un auténtico amor al cine.
- Hablar de una categoría cinematográfica no necesariamente implica hablar de una gran cercanía figurativa o temática entre las cintas que encajan en ella. Así como el cine gore abarca a películas tan diferentes, hasta ciertamente antagónicas, como La pasión de Cristo o Ichi, The Killer (como ya lo comenté previamente, el gore es un fenómeno transgenérico); lo que se entiende por cine bizarro puede abarcar a La edad de oro de Buñuel como a Glen or Glenda? de Edward D. Wood Jr. por las razones que ya expliqué. Incluso dentro de los géneros no necesariamente vamos a encontrar grandes coincidencias. Los puntos en común que pueden tener La vida de Brian de Monthy Python y una película de Olmedo y Porcel son mínimos, casi inexistentes, y eso no le quita legitimidad a lo que se entiende por el género de la comedia. Ambas son comedias a su manera. Y es que hay comedias y hay comedias, y lo mismo pasa con otros géneros. Ahí no hay ningún despropósito teórico monumental a raíz de la diversidad que exhibe el fenómeno cinematográfico en toda su historia.
Si a veces dentro de un género las coincidencias entre películas pueden llegar a ser tan vagas, ¿pues qué podemos decir de una categoría, que nos remite a una idea de conjunto mucho más vasta? Y es que las categorías o los géneros, en efecto, son etiquetas creadas, establecidas, impuestas en las definiciones de las películas.
- Ahora bien, es cierto que lo que se entiende por cine bizarro es muy amplio, y por eso mismo hasta podría parecer un término inútil. ¿Pero por qué se habla de un cine bizarro y no de un cine “para vegetarianos” (usando así los propios términos del Dr. Vértigo)? Simple y llanamente porque es un término que se ha convertido en el reflejo de una sensibilidad cinematográfica bastante asentada, sobre todo en la Internet y en ciertos festivales, que hace referencia a modos fílmicos variopintos pero que al final de cuentas son codificados de una manera muy particular por un grupo de personas en todo el mundo (si visitan la web de “Mondo Bizarro” que coloqué en mi texto anterior se darán cuenta de ello). Si no ocurriera eso creo que no estaríamos teniendo una discusión sobre qué cosa es el llamado “cine bizarro”.
- Dr. Vértigo, ¿en realidad, como dices, aprecias las películas porque te remiten a cineastas marginales, oscuros, despreciados, con los que te identificas? ¿por su aura? Pongamos un caso imposible pero hipotético al fin al cabo: si Tarantino estuviera en el espacio marginal de Gordon Lewis y este último en el espacio de fama del director de Pulp Fiction, siguiendo lo que dices, apreciarías más las películas de Tarantino que las de Gordon Lewis. Colocar la leyenda, el halo, de una película por encima de lo que es ella como tal, me parece anticinematográfico. El carisma auténtico de una película surge por lo que posee. Va de adentro hacia fuera. La cinefilia nace a partir de lo que encontramos, según nuestro punto de vista, en las cintas, no en algo contextual a ellas. Sustentar el gusto por un filme a partir de su “fama” o “reputación” no refleja un verdadero afecto hacia él.
Y eso lo reiteras en lo siguiente: “Aunque lo estrictamente sexual de esas películas hoy no escandalizaría a nadie, su sordidez las hace pesadamente misteriosas, angustiantes. ¿Quiénes podían confeccionar esos "guiones," o diseñar esas escenas? ¿Quiénes podían prestarse al ridículo de aparecer en ellas? ¿Qué mundo era ese? ¿Qué planeta?”. El “misterio” o la “angustia” que encuentras en esas películas son valores no te remiten a ellas como tales, sino a ese otro mundo perverso e infame en el cual ellas se crearon. Nuevamente, tu placer, en esencia, principalmente tiene que ver con cualquier cosa menos con el filme.
- Las obras de Gordon Lewis y Tarantino, desde vías diferentes y determinadas perspectivas, tienen un valor como tales y más allá de quiénes sean sus creadores o cuáles hayan sido sus condiciones de creación; independientemente de que uno tenga menos o más fama que el otro, o que el otro sea obviado o no por los medios de comunicación. El “mal gusto” del cine de Gordon Lewis, con todo su componente mercenario (aunque no por ello falto de imaginación. Evil dead o Braindead no podrían existir sin ese visionario humor a medio camino entre el sadismo y el cartoon de 2000 maniacos, surgido décadas antes de la aparición de esos filmes), abrió un panorama rico y amplio en el cine; y justamente parte de ese horizonte es Quentin Tarantino. Porque si hoy en día directores como Herschell Gordon Lewis o Lucio Fulci son tomados en cuenta de distintas maneras por aficionados o críticos, es justamente porque directores como Tarantino demostraron que sus películas, que a simple vista eran basura, tuvieron un significado, permitieron que sus seguidores abrieran otros surcos en el cine futuro. Al final, ¿qué es lo que más nos importa como amantes del cine?, ¿el dinero o la fama que ha ganado Tarantino o sus películas? Por si no te has dado cuenta, más que remedar, Tarantino RECICLA, hace de la toma de estéticas de diversas cinematografías (sea el trash, el spaghetti western, el relato pulp, el anime, el cine de artes marciales y un larguísimo etcétera) SU CINE. Es cierto, en parte como descaradas citas, pero Tarantino las mezcla a su manera, con una narración deslumbrante como pocas en el cine contemporáneo. Si lo reconocen en MTV o en Cannes, es algo finalmente secundario ante las experiencias a la que nos llevan sus filmes, y más allá de que esa popularidad pueda haber influido en el hecho de poder conocer sus películas.
Parte del cine contemporáneo no sería lo que es sin Tarantino, pero su cine no sería lo que es sin las películas de Godard o Leone; y tampoco sería lo que es, aunque parezca paradójico para muchos, sin las películas de Gordon Lewis o Fulci. Gracias a Tarantino, como a Waters y a Romero, es que podemos hablar de ese cine trash. Sin Tarantino, sin Waters y sin Romero (por mencionar sólo algunos directores influidos por esa cinematografía), te aseguro que nadie estaría hablando ahora de Gordon Lewis o de otros exponentes del cine basura. Habrían quedado en el olvido.
Y seguramente que Godard también habría quedado en el olvido si sus películas no hubieran dejado una huella indeleble en el cine contemporáneo. Y el mismo ejemplo lo podríamos aplicar a Welles, Ford, Eisenstein, etc.
- No voy a “indagar” sobre si en realidad leíste, no leíste, o leíste a medias mi ensayo (a pesar que haces referencias muy específicas y a distintos pasajes de él. Será clarividencia o pura casualidad). Pero en todo caso, ¿por qué cerrarse de antemano a la perspectiva del Otro? Mi opinión, y no deseo imponértela, es que lo mejor que le puede pasar al cine (en función a sus películas y no según los contextos en los que ellas surgieron, obviamente) es que nos acerquemos a él de muchas maneras y bajo distintos patrones. Me parece tan válido aquel espectador que buscó varias lecturas en un filme como El caminos de los sueños de David Lynch (sean psicoanalíticas, metacinematográficas, etc.) para disfrutarla, como aquel que dijo “la he gozado sin racionalizarla, sin buscarle coherencia, sin explicarla, como una pura experiencia sensorial”. Me parece válido que se menosprecie el cine trash de Doris Wishman por sus obvios defectos, que alguien lo pueda disfrutar justamente a partir de ellos, y a la vez que otro espectador la reivindique por las lecturas feministas que puede abrir. Es legítimo apreciar las películas por lo que contienen, pero no me parece legítimo “disfrutar” las películas por lo que las rodea, por algo puramente externo a ellas. Esa es una “parafilia” que, en el fondo, nada tiene que ver con la magia a veces diáfana, a veces perversa, del cine.
José Carlos Cabrejo
2 comentarios:
¿Por qué no hacen listas de películas bizarras preferidas? Los que no seguimos ese cine nos quedamos en la luna al no poder saber de qué titulos hablan o en qué cine están pensando porque a Tarantino lo conocemos pero a otros no?
Al parecer los criticos profesionales están en contra del doctor Vértigo( ese nombre si que es cursi) y están en contra de él supongo porque Vértigo se muestra como un adolescente gótico seguidor de Marilyn Manson. Cabrejos es el chiko sensato, el pluralista que acepta lo grotesco como parte de la diversidad y que tiene como aliado a Bedoya que es el archivista, amante no solo del buen cine , sino del cine en general .
Seria entonces : El adolescente gótico vs El chiko sensato ...y su viejo amigo " el archivista"
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