El avispón verde es una película de superhéroes que invade el campo de la comedia sobre “jóvenes más bien crecidos” y con vocación de desmadre, en la línea de Appatow y Mottola, pero sin el talento ni la gracia de ellos. Es decir, tiene como protagonistas a dos seres regresivos que se juran adolescentes perpetuos o infantes revejidos con licencia para la irresponsabilidad, lo mismo da. Lo único que hacen bien es deslumbrarse con gadgets diversos: armas, autos y objetos de agresión que manipulan como juguetes caros y fetiches que compensan algún oscuro sentimiento de castración. El avispón verde es Seth Rogen, figura tópica de esa comedia de hoy que mezcla la escatología con la obsesión libidinal. Como “El avispón verde” es una película que se dirige a una audiencia familiar, aquí los vómitos, juergas y desafueros están ausentes o apenas sugeridos, por lo que Rogen añora sus tiempos de hijo de papá lanzando guiños a Kato y preguntando cuál es la naturaleza de la relación que mantiene con su hacendoso asistente. Grita y gesticula para tapar su carácter timorato y torpeza natural. Pero como sabemos desde Jerry Lewis, las muecas y convulsiones tetánicas no sólo son un recurso del burlesco, sino el síntoma de algo más complicado. Este avispón tiene un vuelo sinuoso y no encuentra aún el blanco para su aguijón.
Michel Gondry filma todo con interés por el estrafalario guión que tiene entre manos, pero con la neutralidad de un burócrata. Cuando debe potenciar el absurdo, lo sumerge. Cuando debe disparar las confusiones, los guiños, las alusiones o las referencias salaces, las indica para ocultarlas muy pronto. Las escenas de acción tienen alguna gracia disparatada aunque de ejecución sumaria porque Gondry las hace echando mano a su pasado de realizador publicitario. Los muertos y heridos –más y con más sangre que la prescrita en la fórmula tópica de la película de superhéroes en 3D- caen al ritmo más o menos trepidante de un spot televisivo.
Michel Gondry filma todo con interés por el estrafalario guión que tiene entre manos, pero con la neutralidad de un burócrata. Cuando debe potenciar el absurdo, lo sumerge. Cuando debe disparar las confusiones, los guiños, las alusiones o las referencias salaces, las indica para ocultarlas muy pronto. Las escenas de acción tienen alguna gracia disparatada aunque de ejecución sumaria porque Gondry las hace echando mano a su pasado de realizador publicitario. Los muertos y heridos –más y con más sangre que la prescrita en la fórmula tópica de la película de superhéroes en 3D- caen al ritmo más o menos trepidante de un spot televisivo.
Ricardo Bedoya
1 comentario:
"El Avispón Verde" es una de las peores películas estrenadas este año, sin inguna gracia, completamente estúpida. Y ojo que fue un fracaso rotundo en las salas 3D limeñas.
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