Ya se han hecho varias precisiones al texto de Rafael Zalvidea sobre la crítica periodística y coincido con ellas, especialmente con el argumento de que la función del crítico no es la de motivar a ver una película, eso es un asunto de la publicidad y de las tácticas de promoción.
El crítico puede llegar a motivar, especialmente en los comentarios extremos (o muy favorables o muy desfavorables), pero no es ese el sentido de la función crítica tal como la entendemos muchos de los que hemos ejercido o ejercemos esta práctica. La crítica se sostiene en una argumentación lo más sólida posible basada, no en el contenido, sino en el tratamiento audiovisual. Una crítica de contenidos es, ciertamente, una crítica errada, pero la que escriben, por ejemplo, Ricardo Bedoya y Federico de Cárdenas no es una crítica contenidista, sino una que apunta a descubrir y señalar los valores de la expresión cinematográfica y el sentido que se genera a partir de ella.
Es verdad que en muchos casos la crítica periodística incurre en las apelaciones al contenido, la adjetivación excesiva o la valoración poco o nada sustentada y eso se debe a que no todos los que escriben sobre cine tienen el mismo nivel de conocimientos, la misma competencia como escritores y en algunos casos ni siquiera una clara visión del universo fílmico. Como en todos los campos hay buenos críticos, pero los hay también medianos, mediocres, malos y pésimos y nuestro país no es una excepción.
Sobre las películas peruanas se incurre, con frecuencia, en un nivel de prejuicios y errores graves de sustentación, pero eso es parte del juego democrático en el cual la crítica se inserta. En mi opinión, las críticas de las películas peruanas debieran estar lo más cuidadosamente sustentadas, y no siempre es así, sin que eso desautorice o anule la necesidad de que se escriba sobre esas cintas.
No creo, como señala Rafael, que una crítica desfavorable se tumbe una película peruana. Las críticas a favor no hicieron que el público para ver Días de Santiago aumentara, como las críticas en contra no afectaron a Motor y motivo o Mañana te cuento. Son otros factores los que actúan a favor o en contra de una película: la campaña de lanzamiento y la publicidad boca a boca, especialmente.
También por cierto algunos factores asociados (figuras conocidas, motivos temáticos, circunstancias extrafílmicas que atraen, etc.)
Que no se requiere pasar por la experiencia de la realización es un argumento que no necesita mayor explicación. Ya se ha dicho: el crítico taurino no tiene por qué haber toreado, el enólogo no es un fabricante de vinos, el crítico musical no tiene por qué ser un compositor o un instrumentista, el comentarista deportivo puede haber estado negado a la práctica del fútbol. Hay que informarse, sí, de los problemas de la realización y conocer en la mayor medida la tecnología fílmica y audiovisual. Pero la crítica no es un comentario ni un análisis de la técnica, sino del resultado de esa técnica, es decir, de aquello que se materializa en la pantalla: ese es el terreno del crítico y eso se aprende viendo muchas películas, conociendo el universo cinematográfico en su mayor amplitud, leyendo (y no sólo de cine, por cierto) y conociendo de la manera más amplia posible el arte, la cultura y el mundo que nos rodea y sus problemas.
Isaac León Frías
El crítico puede llegar a motivar, especialmente en los comentarios extremos (o muy favorables o muy desfavorables), pero no es ese el sentido de la función crítica tal como la entendemos muchos de los que hemos ejercido o ejercemos esta práctica. La crítica se sostiene en una argumentación lo más sólida posible basada, no en el contenido, sino en el tratamiento audiovisual. Una crítica de contenidos es, ciertamente, una crítica errada, pero la que escriben, por ejemplo, Ricardo Bedoya y Federico de Cárdenas no es una crítica contenidista, sino una que apunta a descubrir y señalar los valores de la expresión cinematográfica y el sentido que se genera a partir de ella.
Es verdad que en muchos casos la crítica periodística incurre en las apelaciones al contenido, la adjetivación excesiva o la valoración poco o nada sustentada y eso se debe a que no todos los que escriben sobre cine tienen el mismo nivel de conocimientos, la misma competencia como escritores y en algunos casos ni siquiera una clara visión del universo fílmico. Como en todos los campos hay buenos críticos, pero los hay también medianos, mediocres, malos y pésimos y nuestro país no es una excepción.
Sobre las películas peruanas se incurre, con frecuencia, en un nivel de prejuicios y errores graves de sustentación, pero eso es parte del juego democrático en el cual la crítica se inserta. En mi opinión, las críticas de las películas peruanas debieran estar lo más cuidadosamente sustentadas, y no siempre es así, sin que eso desautorice o anule la necesidad de que se escriba sobre esas cintas.
No creo, como señala Rafael, que una crítica desfavorable se tumbe una película peruana. Las críticas a favor no hicieron que el público para ver Días de Santiago aumentara, como las críticas en contra no afectaron a Motor y motivo o Mañana te cuento. Son otros factores los que actúan a favor o en contra de una película: la campaña de lanzamiento y la publicidad boca a boca, especialmente.
También por cierto algunos factores asociados (figuras conocidas, motivos temáticos, circunstancias extrafílmicas que atraen, etc.)
Que no se requiere pasar por la experiencia de la realización es un argumento que no necesita mayor explicación. Ya se ha dicho: el crítico taurino no tiene por qué haber toreado, el enólogo no es un fabricante de vinos, el crítico musical no tiene por qué ser un compositor o un instrumentista, el comentarista deportivo puede haber estado negado a la práctica del fútbol. Hay que informarse, sí, de los problemas de la realización y conocer en la mayor medida la tecnología fílmica y audiovisual. Pero la crítica no es un comentario ni un análisis de la técnica, sino del resultado de esa técnica, es decir, de aquello que se materializa en la pantalla: ese es el terreno del crítico y eso se aprende viendo muchas películas, conociendo el universo cinematográfico en su mayor amplitud, leyendo (y no sólo de cine, por cierto) y conociendo de la manera más amplia posible el arte, la cultura y el mundo que nos rodea y sus problemas.
Isaac León Frías
4 comentarios:
Una argumentación poco convincente. Cualquier cinéfilo, amante del cine o espectador puede hacer una crítica de cine en términos de opinar por lo que observa y siente. Otra cosa pecosa... es cobrar por hacer la función del crítico. Un ejemplo... Bedoya se gana bien sus frejoles porque sabe ilustrar pero el tal Federico de Cárdenas tiene méritos ausentes.
Desde hace muchos años leo a León, De Cárdenas y Bedoya y siempre me informaron, contextualizaron y profundizaron lo que vi en pantalla. Sus textos jamás me indujeron a asistir a una sala. Tampoco coincidí siempre con ellos. Sus trabajos, como toda buena crítica, son referenciales y sirven mucho después de ver las películas. No antes. Ayudan a entender pero no necesariamente a disfrutar, que es una operación absolutamente subjetiva y signada por los gustos del espectador. Algo más: una buena crítica es saludable. Textos como los de Zavildea angustian. No hacen bien.
Me interesan las críticas de los espectadores, del grupo de amigos o hasta de la gente que acude a los cines. No me llaman mucho la atención aquellas de los que se auto-denominan críticos, y que escriben en los medios periodísticos. La inmensa mayoría son desacertados. El mundo de la cinematografía chola no gira alrededor de 7 u 8 que opinen en los medios. Otra cosa, quien puede demostrar con hechos y no palabras que es un crítico de cine. ¿existe esa profesión o es un lance de autoestima personal? Uno puede tener referentes a quien seguir y otros a quien no, pero la verdadera esencia de la crítica nace y se establece en uno mismo, en lo que encierra esa relación entre la pantalla y el espectador.
me pare ce extraordinario la laqbor del cine que hace en la television ,feliciaciones a don ricardo,pero,quisierale hacerle una pregunta cuales son los titulos de peliculas donde chicas de 12 a 14 sostienen una relacion con un hombre mayor peliculas como el profesional o lucha con la pantera o estan en el mundo de la prostitucion infantil como en una pelicula que dieron en el canal 2 en el año de 1998, aparte de prety
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