martes, 25 de noviembre de 2008

Un cuerpo desnudo: un nuevo abordaje

Se pone interesante el abordaje a Un cuerpo desnudo, que se abre al análisis desde diferentes puntos de vista. Cuando ocurre algo así, el blog encuentra una justificación para seguir publicándose. Ojalá pudieran discutirse de esa manera todas las películas peruanas. Ahora, Carlos Esquives envía un nuevo comentario, que toma en cuenta los dos posts previos sobre la película.
Dice Esquives:
"El comentario de Alonso Cueto es muy interesante. Es a través de este artículo, y el comentario anterior, que podemos captar una película desde su discurso o desde una vista puramente cinematográfica. Ambos válidos.

Pero, olvidarnos por un momento del asunto de los encuadres, las actuaciones, sería un medio para poder llegar a una perspectiva distinta de Un cuerpo desnudo.

Sería muy interesante hacer una lectura de psicoanálisis a esta cinta. No sé mucho de esto pero me arriesgaré. El "yo" es el doctore por ser el más cuerdo, el que toma las cosas asistiendo a la razón-ciencia (la medicina). El "ello" podría ser el Negro. Es el sujeto pasional no racional. Aquel que actúa más allá de los instintos, que lo aleja de lo animal pues sigue siendo humano, solo que este hombre, este "ello" no respeta la ley pública (que según Lacan es lo que mantiene al hombre en equilibrio), el Negro mató. Y una suerte de "súper-yo" sería el capitán. Una aspiración a lamanera de Raskolnikov de "Crimen y Castigo". El capitán es el erudito, pero que paradójicamente se derrumba por dentro. El Coraza es el más hermético de todos, es por eso que lo excluyo. Es un hecho que el "yo", el "ello" y el "súper-yo" no les son bien merecidos a estos personajes. Más bien podríamos hablar de una leve aproximación.
Por otro lado, el cuerpo desnudo como objeto del deseo, como bien menciona Cueto, desata el lado perverso del hombre. Gonzalo Portocarrero afirma que el perverso es diferente al cínico. Ambos transgreden la ley pública, solo que el cínico no posee sentimiento de culpa, mientras que el perverso sí. El negro, y los demás (podríamos exceptuar un poco al capitán que respecto al cadáver siempre logra ser el más despreocupado) son perversos. El negro se repite una y otra vez que se liberará del problema, pero su "fantasma" disfrazado de culpa lo persigue: "No me vas a cagar..." Esta lectura sería una forma, a mi perspectiva, de valorar más a Un cuerpo desnudo. Interesante observación.

Un comentario más. Me parece algo cuerdo lo que pregunta el anónimo de las 6:23. ¿Qué papel juega el pisco? Creo que el pisco tiene el mismo significado de las reuniones de los 4 amigos. Aquí podríamos hacer casi un estudio sobre el comportamiento del peruano (no es mi intención generalizar). El peruano dice: tal cosa es un motivo para esta otra cosa. Primero las reuniones de los 4 amigos son un motivo de cada fin de semana. Eso les da motivo para jugar póker. Eso les da motivo para libar pisco.
Ahora si pasamos a ese fin de semana cuando lo cotidiano se volvió "no cotidiano" (aparece un cuerpo desnudo). Hay un cuerpo muerto. Un amigo mató a una mujer. Es motivo para solidarizarnos. Es motivo para pensar sobre nuestros conflictos sexuales. El estar en un grave problema y olvidarnos de ello es un motivo para tomar pisco. Entonces creo que el pisco es un medio de escape, es salir de la realidad, es por eso que cada vez que alguien prepara un pisco el aura se torna alegre, jubilosa, brindis y "me gustó", "¿a ti, no?". Un motivo más para olvidarnos de nuestros problemas. Doctore te olvidas que estás templado de tu chiquilla, Negro te olvidas que la "cagaste", Capitán te olvidas de tu "putita", Coraza te olvidas de tu escritorio (este sí que sería a mi parecer el problema que está más cerca a lo social respecto a una modernidad consumista y degradada. Esta es otra lectura...)"
Carlos Esquives

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy el anónimo de las 6: 23. Agradezco la respuesta de Esquives. Sin embargo, discrepo. Es decir, mi cenifilia se basa en la capacidad de encontrar una reflexión a través de las imágenes, que es precisamente lo que, a mi modesto parecer, escasea en Un cuerpo desnudo.
Respeto la idea de Esquives: "desde su discurso o desde una vista puramente cinematográfica" puede valorarse un filme, pero no la comparto, porque una película no sólo es el tema, ¿dónde queda la forma? Si fuera por el tema, entonces El triunfo de la voluntad me parecería exclusivamente rechazable, pero no es así, porque la directora demuestra una capacidad envidiable para trabajar su material. Y todos sabemos que ese documental es un clásico, un aporte a la historia del cine.
Un cuerpo desnudo es trabajado con una languidez visual desesperante, una acumulación de secuencias acompañadas de es costumbrismo que es un lastre para muchas cintas nacionales...
Ya no hay ese nervio que encontrábamos en La ciudad y los perros, La boca del lobo, o en Bajo la piel, donde también se percibí un trabajo de atmósfera...

Anónimo dijo...

Las lecturas interpretativas como las que hacen Cueto y Esquives pueden explicar el sentido, pero eso no hace mejores las películas. De las peores se pueden hacer interpretaciones inteligentes,
cuántas metáforas se pueden encontrar en las películas de Ed
Wood?

Anónimo dijo...

Pido la intervención de Desiderio
Blanco en este debate.

Anónimo dijo...

La lectura que Cueto hace de “Un cuerpo desnudo” se acerca mucho más, según mi punto de vista , a lo que fue mi percepción de la película (que no me parece de las mejores de Lombardi). No sólo porque ha logrado mucho con muy pocos elementos sino porque por momentos me recuerda a “Caidos del cielo” (su mejor película para mí) en la creación de una atmósfera de irrealidad, de extrañamiento que rompe con el aparente naturalismo de la propuesta central (pienso, por ejemplo, en el momento en que el empleado bancario –no recuerdo el nombre del personaje-se encierra con la chica muerta y le empieza a besar los moretones) y que me resulta muy logradamente perturbadora y original. Por otros momentos esa cotidianidad oculta un comportamiento que parece de lo más normal y en realidad estamos ante una situación casi terrorífica sin darnos cuenta, una especie de horror en la cotidianidad; eso también me lleva a pensar en “Caidos del cielo”. Creo que hay un lado de acercamiento a la “irrealidad” dentro de lo cotidiano que Lombardi debería desarrollar más porque como sabe crear climas y maneja bien lo dramatúrgico (los actores están excelentes). Mi impresión es que detrás de su aparente sencillez “Un cuerpo desnudo” instala un universo rico en lecturas y sugerencias y que si bien es fácil quedarse en el aspecto exterior del seguimiento de una noche de copas de un grupo de amiguetes no es tan difícil abrir los ojos y, como señala Alonso Cueto en su comentario, descubrir la verdadera riqueza y misterio que hay en ese mundo de hombres solos y perdidos cada uno en una miseria personal distinta. Lástima que la película haya pasado tan fugaz y casi inadvertidamente por nuestra pobre cartelera.

Anónimo dijo...

Las películas son buenas por cómo se complementa el plano de la expresión y el de contenido, parafraseando a Hjelmslev.

A veces, para Pimentel, por dar un ejemplo, basta lo que diga el plano del contenido de una película para calificarla como buena u "obra maestra".

Es su rollo. Pienso que una buena película está sustentada en cómo las ideas o temas devienen en una puesta en escena que impresione con fuerza nuestros sentidos. Pero, cuando la puesta en escena no refleja el plano del contenido buscado por el director, estamos ante una película artificiosa, inconsistente y/o seguramente mala.

En las buenas películas, el plano de la expresión se ciñe al plano del contenido y viceversa. ¿Ocurre eso en la cinta Lombardi? Ni idea. No la he visto. He estado asesorando a algunos comerciantes.

Atte,

El cuy mágico

Anónimo dijo...

Total desacuerdo con Bedoya: las "lecturas interpetativas como las que hacen Cueto y Esquives" (citando al muy preciso anónimo del 25, 20:41) no abren el análisis ni le dan justificación al blog. Por el contrario, los anquilosan al transportar a los lectores a una época pre-baziniana que, al menos en el caso del titular del blog, parecía bastante superada; al catapultarnos a un paleolítico "decodificador" en que el argumento (su importancia social, política..., según el contexto), las supuestas intenciones del director o de los guionistas o incluso del productor, y por sobre todo, la supuesta argucia interpretativa de índole literaria y psicologista del espectador que fungía de crítico, determinaban el valor de una película.
Por supuesto, Cueto y Esquives están en pleno de derecho de analizar cualquier película del modo que les plazca, pero sus argumentaciones encontrarían mejor espacio en cualquier cafetín barranquino o en las aulas de la Católica, que en un blog de cine mínimamente serio.

Anónimo dijo...

Añado un comentario que toma en cuenta los posts anteriores:

"Un cuerpo desnudo" tiene muchos ingredientes del cine de Lombardi; en especial, la fascinación y el terror hacia la muerte y la putrefacción. Y la muerte, en esta película sobre el machismo, está asociada específicamente al cuerpo femenino. El cuerpo entendido como objeto, de deseo pero también de temor; de embeleso y rechazo.

Las muñecas de los créditos, como ya lo ha dicho Alonso Cueto, anticipan el cuerpo inerte de la mujer, que a su vez descubre las parafilias que engendra el machismo. A lo largo del filme nos percatamos de que los cuatro machos, que se mueven dentro de un ámbito femenino y oscuro (la casa de la tía presidida por su retrato), temen y se sienten atraídos por el cuerpo femenino en general (y no sólo por el concreto que han llevado a la casa). Temor a la vagina y a la castración que, para un macho, es la pérdida de su ser, es decir, su muerte. Ante el conflicto de atracción y temor que experimentan, reaccionan con parafilias evidentes o sugeridas en el filme (las perversiones a las que alude Carlos Esquives): el sadismo del Negro, la necrofilia de Coraza, el voyeurismo y la pedofilia del Dottore, la ciprieunia del Capitán Burdeles. Sin embargo, el nexo entre la revelación de las parafilias y el cuerpo desnudo de la joven es teórico, no causal, en los casos del Dottore y el Capitán Burdeles.

Hay en "Un cuerpo desnudo" otros elementos del cine de Lombardi, por lo menos de algunas de su películas. La clave baja de "Sin compasión", "Ojos que no ven" o "Mariposa negra"; la escenografía (ya lo dijo Ricardo Bedoya) tan parecida a la de la casa de don Ventura en "Caídos del cielo"; los colores oscuros y primarios (azul, rojo, verde): verde irónico a lo "Vértigo" (siempre verde-siempre viva- siempre muerta), el rojo de coágulo y no de vida del sillón. Están también los rituales masculinos (el trago y el juego), y cierta fijación por personajes criollos que parecen de otra época (años cincuenta o sesenta), huidos de algún cuento de Ribeyro.

Pero el filme tiene varios problemas. El guión es uno de ellos y no insistiré demasiado en lo que ya se ha señalado al respecto. No hay progresión dramática. Desde que se revela que la chica está muerta en adelante no pasa prácticamente nada. La escena del traslado de la muchacha en el auto es innecesaria. La competencia en la preparación del pisco souer no va a ninguna parte, es una línea artificial con un conflicto artificial y de un simbolismo vago. El juego de cartas tampoco resuelve nada; no es la ruleta rusa de "La boca del lobo". Las situaciones que podrían agudizar conflictos se diluyen: la chica no murió en el hostal sino en la casa, ¿causó Coraza su muerte?; al final parece no importar, eso es un error y no sutileza de la narración. Los personajes tampoco progresan; ya lo sugirió Bedoya: no se transforman al final, y ni siquiera parece que cambien las relaciones entre ellos. No creo que los personajes sean complejos o profundos. Simplemente no son personajes. No tienen pasado ni futuro, ni tiempo ni carne; son fantasmas: los cuatro amigos están más muertos que la muerta, que por lo menos aporta la contundencia de su cuerpo.

Sin embargo, el guión no es el único problema; ya Lombardi ha mostrado personajes fantasmales antes, inverosímiles no porque difieran de seres humanos reales sino porque no son convincentes como seres del mundo imaginario que supuestamente habitan. Recordemos a Ramón Romano y compañía en "Sin compasión", a Gabriela, Dotty y Montesinos en "Mariposa negra", a Verónica en "Caídos del cielo". Recordemos también que Lombardi ha fracasado cuando ha querido hacer películas “intelectuales” y formalistas; cuando ha puesto énfasis en el estilo y el símbolo antes que en el relato.

"Un cuerpo desnudo" tiene, además, la apariencia no sólo de lo ya visto sino de lo anticuado; y no me refiero a las constantes estilísticas, sino al tipo de cine que representa. Un cine hierático de ideas y símbolos, pero sin vida ni verosimilitud. En ese sentido, "Los amigos" era una película sobre el machismo mucho más moderna.

Emilio Bustamante.