Más que en años anteriores, hemos visto en los últimos meses la rápida salida de cartelera de un conjunto de películas valiosas, varias de ellas potencialmente atractivas para un público que, en gran parte, no ha podido verlas. Me refiero, en primer lugar, a A prueba de muerte, de Quentin Tarantino, con una semana en cartelera y ni siquiera eso, pues al segundo día fue retirada de los mejores horarios para poner en su lugar al blockbuster recién estrenado. Que una película de Tarantino no supere una mísera semana resulta casi inconcebible.
Luego, hay una lista de títulos que apenas si pasaron a una segunda semana con poquísimas exhibiciones, casi sin posibilidades de que el boca a boca pudiera tener un cierto efecto y dejando la mayor parte de las críticas periodísticas en el vacío, como ha ocurrido esta última semana con El luchador, de Darren Aronovski, la última hasta la fecha de ese cadena de películas sacrificadas por unas condiciones de distribución-exhibición lamentables. Lo mismo ha pasado con El llanto de la mariposa, de Julian Schnabel, Unas vacaciones diferentes, de Martin McDonagh, Planeta Terror, de Robert Rodríguez, Juegos macabros, de Michael Haneke, y de no haber sido por la sala azul del Centro Cultural de la Universidad Católica, ese hubiera sido el destino de 12:08, al este de Bucarest, de Corneliu Porumboiu y Los falsificadores, de Stefan Ruzowitsky, aunque esa sala tiene muy escasa capacidad de convocatoria.
Es decir, una porción importante de películas que justifican el desplazamiento a las salas se ve raudamente excluida de un circuito cada vez más cerrado, pese al aumento de la asistencia (se anuncia que este año se llegaría a los 20 millones de espectadores) y a los planes de apertura de nuevos multicines en Lima y provincias.
Esas son las leyes del mercado dirán algunos, argumentando que permanece lo que el público quiere ver. En realidad, vivimos cada vez más la dictadura de un régimen de distribución-exhibición abocado al consumo rápido de blockbusters que copan pantallas para ser remplazados por otros y que dejan espacios apenas marginales a las demás películas que, en la misma lógica que preside la situación vigente, pasarán fugazmente para desaparecer para siempre de las pantallas grandes. Hoy en día, si no se puede ver la película durante su estreno, ya no se podrá ver en una sala de cine. ¿Cuántos aficionados se han quedado con las ganas de ver A prueba de muerte o los otros filmes señalados porque no se enteraron, no tuvieron el tiempo, no pudieron o, también, porque fueron y ya no estaban en los horarios del día anterior? Queda el dvd, claro, lo que constituye otro triunfo del negocio pirata que satisface la demanda de ese amplio segmento de aficionados que buscan allí el cine que la cartelera les niega o les mezquina. Pero el que quiere ver primero la película en pantalla grande, y si es que logra informarse, tiene que correr a verla los primeros días o se queda con las ganas.
En las condiciones de tremenda desigualdad en que se practica el negocio, y ante la eventualidad de que las pocas distribuidoras que se animan a traer películas que en otras partes logran una taquilla respetable, no lo sigan haciendo, no queda por el momento sino pedir a los multicines que supuestamente cuentan con una sala destinada a un tipo de cine algo diferente al mayoritario, porque no se trata de películas raras, herméticas ni “difíciles”, que les den un poco de aire y que les permitan vivir al menos unas semanas más de vida, aunque sea en unos pocos horarios.
Si no, por más pantallas que se abran, seguiremos viendo más y más de lo mismo, o casi lo mismo.
Isaac León Frías
Luego, hay una lista de títulos que apenas si pasaron a una segunda semana con poquísimas exhibiciones, casi sin posibilidades de que el boca a boca pudiera tener un cierto efecto y dejando la mayor parte de las críticas periodísticas en el vacío, como ha ocurrido esta última semana con El luchador, de Darren Aronovski, la última hasta la fecha de ese cadena de películas sacrificadas por unas condiciones de distribución-exhibición lamentables. Lo mismo ha pasado con El llanto de la mariposa, de Julian Schnabel, Unas vacaciones diferentes, de Martin McDonagh, Planeta Terror, de Robert Rodríguez, Juegos macabros, de Michael Haneke, y de no haber sido por la sala azul del Centro Cultural de la Universidad Católica, ese hubiera sido el destino de 12:08, al este de Bucarest, de Corneliu Porumboiu y Los falsificadores, de Stefan Ruzowitsky, aunque esa sala tiene muy escasa capacidad de convocatoria.
Es decir, una porción importante de películas que justifican el desplazamiento a las salas se ve raudamente excluida de un circuito cada vez más cerrado, pese al aumento de la asistencia (se anuncia que este año se llegaría a los 20 millones de espectadores) y a los planes de apertura de nuevos multicines en Lima y provincias.
Esas son las leyes del mercado dirán algunos, argumentando que permanece lo que el público quiere ver. En realidad, vivimos cada vez más la dictadura de un régimen de distribución-exhibición abocado al consumo rápido de blockbusters que copan pantallas para ser remplazados por otros y que dejan espacios apenas marginales a las demás películas que, en la misma lógica que preside la situación vigente, pasarán fugazmente para desaparecer para siempre de las pantallas grandes. Hoy en día, si no se puede ver la película durante su estreno, ya no se podrá ver en una sala de cine. ¿Cuántos aficionados se han quedado con las ganas de ver A prueba de muerte o los otros filmes señalados porque no se enteraron, no tuvieron el tiempo, no pudieron o, también, porque fueron y ya no estaban en los horarios del día anterior? Queda el dvd, claro, lo que constituye otro triunfo del negocio pirata que satisface la demanda de ese amplio segmento de aficionados que buscan allí el cine que la cartelera les niega o les mezquina. Pero el que quiere ver primero la película en pantalla grande, y si es que logra informarse, tiene que correr a verla los primeros días o se queda con las ganas.
En las condiciones de tremenda desigualdad en que se practica el negocio, y ante la eventualidad de que las pocas distribuidoras que se animan a traer películas que en otras partes logran una taquilla respetable, no lo sigan haciendo, no queda por el momento sino pedir a los multicines que supuestamente cuentan con una sala destinada a un tipo de cine algo diferente al mayoritario, porque no se trata de películas raras, herméticas ni “difíciles”, que les den un poco de aire y que les permitan vivir al menos unas semanas más de vida, aunque sea en unos pocos horarios.
Si no, por más pantallas que se abran, seguiremos viendo más y más de lo mismo, o casi lo mismo.
Isaac León Frías
25 comentarios:
De las peliculas que menciona, la única que me sorprende que haya tenido un paso fugaz por la cartelera es "El luchador", que no es una película dificil, ni artística, para nada. No sé que pudo pasarle, si hasta en los periodicos populares habían buenas reseñas de la película.
Y cómo hacemos para pedirle a las salas que les den un poco de aire a ese tipo de películas???.
Siempre lo mismo. Quería ver a prueba de muerte pero ya había salido de cartelera. Aunque, menos mal, que el sábado pasado lo pasaron en el CC de España y ahí la pude ver. Ahora, las otras ya ni se saben.
Y así dicen que no debemos apoyar la piratería, si ellos mismos nos ninducen a comprarla.
De los que mencionas a mi me sorprendio mucho ''A prueba de Muerte'' ¿como una pelicula de TARANTINO, echa para entretener solo se queda una semana? no lo llego a comprender ya que Tarantino es un director de gustarle a las masas.
Por otro lado, creo que los distribuidores cometieron un gran error a traerse 14 copias de ''Juegos Macabros'' y venderla como una pelicula de Terror, y peor aun, distribuirla en cines en donde no estan acostunbrados a este tipo de peliculas, me imagino que mucha gente abra salido furiosa con esta pelicula en salas como CineStar Metro o CineStar La Victoria.
De ahi, creo que llegamos a un punto en donde las peliculas diferentes solo duran dos semanas en cartelera, por ello creo que, en ves de pedir que se alargen las semanas, prefiero que cada 2 semanas los distribuidores traigan una pelicula interesante.
Porque si nos ponemos a analizar, este tipo de peliculas no lleva mucha gente al cine, y si como hay pocas personas , la pelicula no llega a ser rentable para el cine y la saca de cartelera. Creo que de ahi el intento de ofrecer este tipo de peliculas como propuestas convencionales. (Ejm: In Brudges, la ofrecieron como una comedia ligera de ahi el nombre '' Unas vacaniones diferentes'' , por otro lado Funny Games US fue ofrecida como una pelicula de terror).
Por el momento solo nos queda esperar buenas peliculas y a estar atento en los horarios
La Pelicula de Tarantino fracasó en todas partes donde se estrenó...
Pedir que los cines hagan lugar a películas diferentes es como pedirle a las mineras que no contaminen y que entreguen un óbolo voluntario. Imagina soluciones reales, León.
Antes si quiera teníamos al Pacífico y a Orrantia Films que se preocupaban por mantener el cine no comercial, y no les iba mal. Y las películas que tenían paso fugaz por la cartelera, luego podían recuperarse en el Cinematógrafo o la Filmoteca, no perdiendo el caracter de exhibición fílmico. Ahora ni eso, porque luego las exhiben en formato DVD en los cine clubs, q' da lo mismo que comprar pirata. Claro, es buena la intención, pero deberían de haber otras opciones en celuloide.
Lo triste es que se trata de los filmes ajenos a las majors, desdeñados por los exhibidores de su posible potencial comercial. Pero es también un signo de estos tiempos, y que al parecer se ha generalizado en muchos lugares. Ahora un blockbuster no va a durar muchas semanas en cartelera (recuerdo que El sexto sentido estuvo hasta cinco meses) ya que la abrumadora cantidad de pantallas que le dan en sus tres primeras semanas, lo impedirá y luego le seguirá otro y luego otro, continuando así con este mecanismo.
La ley del mercado es perversa.
Estimado Chacho, eso de imponer un criterio que envuelve lo absurdo y ficticio para determinar culpabilidades en negocio ajeno está bien para los chicos de Apreci pero no para sujetos serios y conocedores de la materia como usted. Si una película no dura en cartelera es por culpa de los que no asistimos o porque los exhibidores, o se equivocaron en traerlas -no calcularon bien el segmento- o quizás para hacernos un favor a 5,000 cinéfilos hiperconfiados. Usted tiene que convencer con soluciones pero que lamentablemente no existen sobre los problemas como el que plantea. No son muchas las películas que no duran. Eso ya lo sabemos desde hace un buen tiempo. Peor es el problema de aquellas que nunca se logran estrenar. No pensemos en ideas estatizadoras ni en meterle la mano al bolsillo a los empresarios. Ellos tienen sus razones y no nos queda sino aceptar buenamente lo que se arriesgan a traer. Si no es así entonces los que "chillan" o estén inconformes, nos juntamos, formamos una empresa, negociamos títulos importantes o trascendentes y satisfacemos nuestro ego y la necesidad del diminuto mercado que las consume. El cine es un negocio caro y no una enmienda de las hermanitas de la caridad. Porqué no buscamos alternativas en el mercado latino o plantearle al Indecopi que se sienten unas horas a pensar en resolver el problema de la piratería que ellos mismos alimentaron y la hicieron incontrolable. Por otro lado, en nuestro país hay poca gente que aprecia el buen cine como en otros países de la américa del sur. También hay un tema de educación cinematográfica. En el Perú el cine es diversión, ni siquiera entretenimiento y mucho menos cultura.
"Estimado Chacho, eso de imponer un criterio que envuelve lo absurdo y ficticio para determinar culpabilidades en negocio ajeno está bien para los chicos de Apreci pero no para sujetos serios y conocedores de la materia como usted".
Y qué diablos tienen que hacer los chicos de Apreci en esta vaina?
"No pensemos en ideas estatizadoras ni en meterle la mano al bolsillo a los empresarios. Ellos tienen sus razones y no nos queda sino aceptar buenamente lo que se arriesgan a traer".
No claro, si ya sabemos que los empresarios peruanos son una especie inusitada que vive cómodamente de pagarle miserias a sus trabajadores y de franelear a los poderosos de turno. Sin contar lo incultos que son ¿no?
A ver Pepito, anda a Hollywood y mete tu rollo empresarial, se van a reír en tu cacharro.
Respuesta a Pepe
No impongo ningún criterio ni creo
que lo dicho tenga nada de absurdo
o ficticio. Simplemente doy cuenta de un estado de cosas. Es cierto
que es un tema que pasa por la educación como también por la
extensión de la piratería, promovida en parte por esa clamorosa carencia de un cine
diferente en la cartelera. Cuando
propongo que se extiendan los tiempos de permanencia de algunos títulos valiosos que traen distribuidoras como Eurofilms o
Delta, lo hago a partir de lo que
las propias empresas exhibidoras
han sostenido: que cuentan con salas dedicadas a esas películas
que se sabe tienen un público reducido.Que UVK Larcomar como
CinePlanet Alcázar (la cadena CinePlanet es una de las sedes del
Festival de Lima)y alguna otra
cumplan con lo que han ofrecido. No es que me haga muchas ilusiones,
pero hay que seguir insistiendo en
todos los frentes posibles y tratar
de seguir abriendo otros espacios,
aunque no creo que quienes nos
dedicamos a la cultura cinematográfica tengamos que
convertirnos en distribuidores de películas.
Principalmente es un asunto de los exhibidores. Por ejemplo, la pelìcula "Lucièrnagas en el jardìn" ya pasò a una tercera semana en una cadena de cines, cuyos dueños son propietarios de la distribuidora (no sè si se siga llamando COLDs). Esta pelìcula ha tenido mucho menos publicidad que cualquiera de las cintas que se mencionan arriba, y no creo que tenga algo de gancho el hecho de que una de las protagonistas sea Julia Roberts, ya que Mary Reilly y Michael Collins fueron fracasos comerciales absolutos acà.
De esto, se puede concluir que cuando hay nexos entre exhibidores y distribuidores si se puede dar chance (lèase una semana màs) al cine ajeno a las majors.
Hace 2 años que en este blog, entre León, Bedoya y varios comentaristas, siguen insistiendo con el mismo discurso aparentemente lógico y bien planteado, pero que no ha tomado fuerza ni ha logrado un mayores avances. Debería existir un grupo de gente organizada que tenga la inteligencia y la experiencia para enfrentar el problema frente a los dueños de la gallina de los huevos de bronce, con argumentos y no con quejas. Eso de pedir limosna no funciona. APRECI, como lo dice el tal Pepe, es una institución paria que está echada en una nube y la dirige una chibola con poco carácter y habilidad. Es un frente nulo. Estoy de acuerdo con León en que los que se dedican a la cultura cinematográfica no tengan que convertirse necesariamente en distribuidores de películas, pero alguien tendría que hacerlo con la asesoría de los críticos serios como ustedes. Lamentablemente es difícil que algún empresario pueda apostar por la cultura cinematográfica en nuestro país y mucho menos si nadie le plantea el asunto con perfiles económicos bien sustentados. Saludos.
Así que para el Anónimo del 11 de junio de 2009 de hora 9:58, la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica APRECI son unos chicos... que buen chiste.
Otra cosa, siempre he pensado que esta es una tribuna para polemizar sobre cine no acerca de política salarial y explotación de trabajadores. Pareciera que el mencionado anónimo es un experto en difamar comentaristas y por ende desprestigiar este concurrido espacio.
Una pregunta al Señor León Frías. ¿El CONACINE no podría hacer algo para interceder en la problemática planteada por usted?
Felicidades
León, si no te haces tantas ilusiones para que publicas el post. La cosa es muy fácil. Si los dueños de las exhibidoras traen El Luchador y la gente no va a verla o Death Proof y pasa lo mismo, no es un problema de ellos sino de la indiferencia del público culto. Una vez escuché a Chicho Durant decir que apenas se estrene un día jueves la película, hay que asistir viernes, sábado y domingo. Es lo que espera el exhibidor para programar la continuidad de la película. Eso es lo que hay que hacer y no quejarse tanto. Tambien te refieres al Cineplanet Alcázar. A Durant también le prometieron que le iban a pasar su filme y después lo cerraron.
Soluciones:
- El estado
- La empresa privada peruana
- La empresa privada de afuera
- El congreso, vía un impuesto o ley.
Para eso, tiene que juntarse un grupo de notables y luchar hasta conseguir lo que se ambiciona. ¿Existe ese grupo de notables?
Respuesta a Ricardo Rinaldi
Sí, CONACINE podría interceder porque los representantes del
negocio cinematográfico también
forman parte del Consejo Nacional de Cinematografía. Lo que no puede
hacer CONACINE es dictar ningún
tipo de medida porque no tiene esas atribuciones, la ley no se las
otorga. Sí sería conveniente que
CONACINE sumara otras atribuciones
porque es el único organismo del
Estado que participa en la actividad cinematográfica. Y en esas atribuciones podría estar la
calificación por edades (que no deberían ser establecidas por los
dueños del negocio) y políticas de
apoyo a películas de interés especial, entre otras. Es el momento de hacerle una propuesta lo
más completa posible a Rosa María
Oliart para que no se sienta, como
señala el anónimo de las 9:35, que
sólo son quejas sobre la distribución y exhibición locales las que se trasmiten en el blog.
Informaremos sobre las propuestas
que se vayan presentando.
Chacho, porqué el Apreci no funciona o como dice un colega no pesa.
Por ahí alguien se ha picado por la definición de Pepe sobre APRECI pero es lamentablemente cierta: no sé qué tanta representatividad pueda tener, ya que no está en sus filas ninguno de nuestros críticos más importantes y de trayectoria, y está integrada casi en su totalidad por muchachos que escriben en blogs (o revistas como Godard) y que no tienen más de dos o tres años en esto.
¿Por qué la APRECI no funciona o no
pesa pregunta un lector? Creo que
en buena medida se debe a las limitaciones del sector y a la
indolencia no sólo del ambiente
cinematográfico, sino del ambiente
cultural en general. En realidad,
la tradición crítica es más bien
escasa en el país, hay muy pocos críticos en activo(aunque los blogs hayan incrementado la cantidad)y la buena
voluntad de unos pocos no es suficiente para darle una vida y una presencia más activas. Sin embargo, sé que hay algunos proyectos que deben concretarse pronto y sé que habrá un jurado de
la APRECI en el Festival de Cine
del Centro Cultural de la PUCP.
APRECI no tiene representatividad.
Chacho, te ruego me puedas responder sobre la APRECI. Es bueno saber la opinión de una persona que se fundamenta en los hechos. Gracias por tu respuesta.
Estimado Chacho. Leí tu artículo sobre los abusos y excesos del mercado
de la exhibición afectando películas atractivas como El Luchador o Prueba de Muerte. Me parece
importante. Sólo que me extraña de sobremanera que solo menciones la
salida apresurada de salas de las pelis extranjeras de interés... y ni
una línea de las peruanas que entran a exhibirse en condiciones mucho
más desventajosas que aquellas. Y claro, finalmente ten en
cuenta que para el cine peruano este es nuestro único mercado. Y además nuestro mercado
natural. ¿O quizás me equivoco y ya el tema de los cines nacionales es
cosa del pasado? Sigo perplejo.
Un abrazo afectuoso
Ch
Algo que me extrañó fue ver las películas de Tarantino y Rodríguez cuando ¡se estrenaron el año pasado! Personalmente, yo ya las había visto pero esperé el estreno de "El luchador" para verla en el cine. ¿De verdad la dieron? Ni cuenta me di, debió estar menos de un mes. ¿Tan poca gente la vio?
Sí, hay que películas que llegan
tarde, pero no sólo al Perú. También en Argentina se estrenaron
recién en meses pasados las películas de Tarantino y Rodríguez.
Por otra parte, se estrenan con
escasísima publicidad y hay mucha gente que ni siquiera se entera,
incluso entre los más aficionados.
Justo para eso deberían estar esas salas que las pueden mantener al menos en un horario. Eso de correr
a ver las películas de interés el día de estreno o los siguientes no
es una práctica habitual entre nosotros y tampoco se puede esperar
que todos los interesados lo hagan.
Una sala de reposiciones bien
situada y con con capacidad de convocatoria podría ser una alternativa al vacío que existe ahora luego del mal lanzamiento y
el pase inadvertido de tantas películas de interés por la cartelera.
Yo he tenido problemas en el pasado con los horarios, los que se publican en El Comercio son sólo referenciales y a veces incluso revisando en la web de los multicines se ven inconsistencias.
Además, he notado que últimamente las políticas de estas salas han empeorado, porque no sólo estrenan películas hasta con un año de retraso (La Escafandra y la Mariposa) o que tengan un paso fugaz, sino que los horarios son realmente malos. No pueden programar esta película a las 4 de la tarde en una única sala de Lima, es que acaso piensan que la gente no trabaja?
Y como dicen otros comentaristas, es increible el tratamiento a "Funny Games US", y que no sea exhibido en salas accesibles y en horarios accesibles. Alguien entiende cómo es posible que una película de estas acarcterísticas no se proyecte en Larcomar, Alcázar, Caminos del Inca, y sí en una sala del Centro de Lima? (esto va en relación a lo que se conoce como su "público objetivo").
Un error ENORME que tampoco ayuda a una buena información son las poco apropiadas "traducciones" que se les da a ciertas películas (además de la sinopsis o detalles respecto al corte de las mismas, como "Funny Games US").
Se trata de promover una mejor cultura cinematográfica, los comentarios que sugieren que uno como espectador debe limitarse de ir al cine en la fecha de estreno, dejar de ser quejoso y aceptar lo que las empresas distribuidoras buenamente quieran ofrecernos, debería reservarse el derecho de comentario.
Saludos,
Hay una inexactitud en el acticulo, ya que Juegos Macabros (Funny Games) aun sige en cartelera, en este momento esta en cines de provincia
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