martes, 30 de junio de 2009

Preguntas sobre los proyectos de ley

El debate sobre las propuestas legales (llamémoslas “Ley Peralta” y “ley de masificación”) que se encuentran en el Congreso, y que han dividido a los cineastas, sólo provoca dudas y es difícil formarse una opinión.


Formulo, por eso, algunas preguntas:


1-Sin duda, el proyecto de Ley Peralta es el más atractivo para el desarrollo del cine peruano de los próximos años, ¿pero es factible? ¿Se podrá aprobar como está?


2-¿Es admisible para la ortodoxia económica y para las reglas que informan el sistema tributario en el Perú la creación de un impuesto directo que beneficie a empresarios privados, ya que los productores cinematográficos lo son?


3-¿Se gravará a la Telefónica en beneficio de un fondo que financie al cine peruano?


4-¿Admitirán los representantes del negocio fílmico (distribuidores y exhibidores) el ver pasar los recursos del impuesto que generan las películas que ellos importan y exhiben rumbo a un fondo financiero destinado a otros?


5-¿Las municipalidades admitirán el recorte en sus ingresos teniendo en cuenta que no es verdad, como se dice, que el impuesto a los espectáculos públicos no deportivos que grava la entrada al cine le “pertenece históricamente” al cine peruano ya que los impuestos no se “ganan” o se adquieren por el paso del tiempo o la costumbre?


6-¿No es acaso cierto que el proyecto de Ley de Masificación, si se aprueba y cumple como está concebido, daría una extraordinaria liquidez al cine peruano?


7-¿No es verdad que el proyecto de Ley de Masificación deja intacta la Ley de Cine que rige actualmente, generando fondos adicionales a los entregados por el Tesoro Público?

8-¿No es verdad que la Ley de Masificación renuncia a ser mandatoria en todo lo que no sea la derogación del impuesto municipal, dejando el asunto crucial de la naturaleza de los aportes de distribuidores y exhibidores a un convenio por suscribir?


9-¿Qué verdadera garantía de cumplimiento existe cuando el compromiso del aporte de distribuidores y exhibidores se designa como “voluntario” a pesar de tener un origen legal?


10-¿Qué pasaría si ante un descenso en la asistencia del público a los cines, los distribuidores y exhibidores alegaran el cambio de las condiciones originales de su compromiso y alegaran la excesiva onerosidad de su prestación para dejar de cumplir el aporte?


11- ¿Se puede construir una actividad sólida y trazar proyectos y resultados en base al aporte de ingresos “voluntarios y temporales”?


12-¿Qué capacidad, medios o recursos tendría el Estado –que incumple la actual ley de cine- para pedir a distribuidores y exhibidores que honren su compromiso de aporte? ¿Qué medios tendrían los cineastas para hacerlo?


13-¿No es verdad que la iniciativa de construcción de nuevas salas en el Perú está determinada por el crecimiento del mercado y no por la derogación del impuesto municipal y que será muy difícil que veamos, en el corto o en el mediano plazo, multicines en Abancay, Ayacucho, Andahuaylas, Tarapoto o Bagua con impuesto o sin él?


14-¿La masificación a la que alude la ley será la de los Transformers dispuestos a invadir de una vez por todas cada esquina y cada recodo?


15-¿Apostar por el proyecto de Ley de Masificación no es acaso una decisión pragmática que permite, por lo menos a corto plazo, disponer de recursos que el Estado nunca dará?


16-¿Con el argumento de “ya tienen el aporte de los distribuidores y exhibidores y para qué quieren más” no se quitará de encima el Estado la obligación de cumplir la ley de cine vigente?


17-¿Con el argumento de “ya existe la Ley de masificación” no quedaría archivada la posibilidad de conseguir una nueva legislación cinematográfica?


Podrían formularse muchas más preguntas porque todo es hipotético e inseguro. La desconfianza en los representantes del negocio fílmico está más que justificada, pero es comprensible el pragmatismo de los que opinan a favor del proyecto de masificación. Ojalá que las reuniones que tendrán los cineastas esta semana les lleven a tomar una decisión conjunta, acordada, unitaria.


Ricardo Bedoya

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Este comentario fue mandado a Cinemaperu:


Me atrevo a reflexionar y dar mi opinión en negrita sobre las preguntas que acertadamente hace el señor Ricardo Bedoya con respecto a las propuestas de ley.



El debate sobre las propuestas legales (llamémoslas “Ley Peralta” y “ley de masificación”) que se encuentran en el Congreso, y que han dividido a los cineastas, sólo provoca dudas y es difícil formarse una opinión.




Formulo, por eso, algunas preguntas:




1-Sin duda, el proyecto de Ley Peralta es el más atractivo para el desarrollo del cine peruano de los próximos años, ¿pero es factible? ¿Se podrá aprobar como está?

Una de las novedades de la propuesta Peralta, con la que no estoy de acuerdo es la siguiente “Articulo 6. c.; “Ayudas no reembolsables para otras actividades relacionadas con la cinematografía, como la formación y perfeccionamiento de profesionales y estudiantes peruanos de la especialidad…”

Me preocupa que se malgasten los fondos en enviar a algunos “amigos” a estudiar a Cuba, Estados Unidos, o Francia con esa plata que tanta falta nos hace. Ya no necesitamos más cartones, necesitamos más práctica, necesitamos producir más, y cometer más errores para aprender más.

El Cine es arte y nunca fue una actividad académica, y no debemos temer porque los grandes maestros del cine en su mayoría no tienen ni tuvieron estudios académicos. Los estudios de los maestros son empíricos y nacen de la necesidad de expresarse de maneras distintas.

Los cartones, masters, y postgrados están bien pero no deben ser excluidos ni excluyentes. (Urgente concursos con sobre cerrado)

Se necesita Pluralidad y democracia en el Conacine.

Pero ¿Para que tanto currículo? La calidad de una película es subjetiva a cada espectador, y con el poco éxito que tienen muchas películas premiadas daría igual arriesgar con nuevas propuestas de un desconocido talentoso que podría sorprender con un éxito, pero nunca lo sabremos porque no tenía los galones académicos necesarios.

Necesitamos más gente diversa, haciendo más cine diverso. Debemos erradicar de nuestro arte la soberbia de quienes sienten que lo saben todo.

El que quiera estudiar que pague sus estudios con su plata, en lo que debemos enfocarnos es en la dificultad de conseguir los cientos de miles de dólares que cuesta hacer y distribuir una película.


2-¿Es admisible para la ortodoxia económica y para las reglas que informan el sistema tributario en el Perú la creación de un impuesto directo que beneficie a empresarios privados, ya que los productores cinematográficos lo son?

Debido a los elevados costos de hacer cine, una de las posibilidades es recurrir al dinero de todos los peruanos, con el compromiso de que el producto que se realice devuelva un beneficio equivalente a todos los peruanos.

Por eso debería de plantearse en el proyecto que se explique de que manera el proyecto cinematográfico causará dicho beneficio.

Por ejemplo: El presente proyecto cinematográfico resaltará dentro de la trama la importancia que tiene el hecho de consumir productos fabricados en el Perú, al ser las fábricas peruanas empleadoras directas de nuestros ciudadanos. Nuestra intención es llegar con este mensaje a 40000 personas y buscar causar un efecto directo en las costumbres del público.


3-¿Se gravará a la Telefónica en beneficio de un fondo que financie al cine peruano?

En referencia al impuesto a las empresas de Cable, desconozco si este cobro del 1% ya se realiza.

De ser así solo habría que buscar la forma de hacerlo llegar a PROCINE.

De no existir actualmente este impuesto del 1% habría que plantearle a telefónica los beneficios que le traería el hecho de hacer este pago. Se me ocurre que habría que ofrecerles algo a cambio. Seamos creativos.

Anónimo dijo...

Sigue el comentario:

4-¿Admitirán los representantes del negocio fílmico (distribuidores y exhibidores) el ver pasar los recursos del impuesto que generan las películas que ellos importan y exhiben rumbo a un fondo financiero destinado a otros?

Este impuesto ya existe, y es lo más justo que el cine peruano se beneficie de un porcentaje del dinero que el mismo cine produce por sus ventas en las salas del Perú.

Que las salas exhiban en su mayoría películas gringas no es del todo culpa nuestra, en todo caso nos encantaría que la mayoría de películas que se exhibieran en el Perú fueran peruanas para pagar ese mismo impuesto y seguir creciendo hasta llenar mayoritariamente las salas de Estados Unidos con nuestras costumbres, con nuestros héroes, con nuestra Inca Kola (que ya no es nuestra).

El beneficio para los Estados Unidos no sólo es el que adquieren por la venta directa de las entradas a la exhibición de sus películas, también se benefician influyendo políticamente en nuestras mentes con sus héroes en las guerras que han peleado siendo los buenos, nos venden su estilo de vida, nos acercan su idioma, sus productos; sus computadoras, su ropa, sus autos, sus bebidas, y así un trillón de cosas. El cine no es tan inocente.

Que nos Permitan un pedacito de la torta pues, que nos dejen jugar también ¿no?


5-¿Las municipalidades admitirán el recorte en sus ingresos teniendo en cuenta que no es verdad, como se dice, que el impuesto a los espectáculos públicos no deportivos que grava la entrada al cine le “pertenece históricamente” al cine peruano ya que los impuestos no se “ganan” o se adquieren por el paso del tiempo o la costumbre?

En realidad el tema de la costumbre está de más. Necesitamos dar argumentos sólidos para lograr nuestros objetivos, pero no debemos ser egoístas, si vamos a usar el dinero de todos los peruanos, debemos entregar algo a cambio como plantee antes.

Las municipalidades van a aceptar lo que diga el gobierno central, en pos de un bien común para todos los peruanos.

Anónimo dijo...

6-¿No es acaso cierto que el proyecto de Ley de Masificación, si se aprueba y cumple como está concebido, daría una extraordinaria liquidez al cine peruano?

Si, es verdad.




7-¿No es verdad que el proyecto de Ley de Masificación deja intacta la Ley de Cine que rige actualmente, generando fondos adicionales a los entregados por el Tesoro Público?

Si, es verdad.



8-¿No es verdad que la Ley de Masificación renuncia a ser mandatoria en todo lo que no sea la derogación del impuesto municipal, dejando el asunto crucial de la naturaleza de los aportes de distribuidores y exhibidores a un convenio por suscribir?

Si, es verdad

9-¿Qué verdadera garantía de cumplimiento existe cuando el compromiso del aporte de distribuidores y exhibidores se designa como “voluntario” a pesar de tener un origen legal?

No hay mayor garantía.


10-¿Qué pasaría si ante un descenso en la asistencia del público a los cines, los distribuidores y exhibidores alegaran el cambio de las condiciones originales de su compromiso y alegaran la excesiva onerosidad de su prestación para dejar de cumplir el aporte?

Nos quedaríamos sin la extraordinaria liquidez.


11- ¿Se puede construir una actividad sólida y trazar proyectos y resultados en base al aporte de ingresos “voluntarios y temporales”?

Definitivamente no.


12-¿Qué capacidad, medios o recursos tendría el Estado –que incumple la actual ley de cine- para pedir a distribuidores y exhibidores que honren su compromiso de aporte? ¿Qué medios tendrían los cineastas para hacerlo?

Casi ninguna.

Anónimo dijo...

13-¿No es verdad que la iniciativa de construcción de nuevas salas en el Perú está determinada por el crecimiento del mercado y no por la derogación del impuesto municipal y que será muy difícil que veamos, en el corto o en el mediano plazo, multicines en Abancay, Ayacucho, Andahuaylas, Tarapoto o Bagua con impuesto o sin él?

Así es, la demanda manda.


14-¿La masificación a la que alude la ley será la de los Transformers dispuestos a invadir de una vez por todas cada esquina y cada recodo?

Ya viene Transformers 3


15-¿Apostar por el proyecto de Ley de Masificación no es acaso una decisión pragmática que permite, por lo menos a corto plazo, disponer de recursos que el Estado nunca dará?

La ley no puede ser voluntaria, si ellos deciden no pagar no se va a poder hacer nada, ni si quiera un juicio porque no habría sustento legal.

No se debe descuidar la actual ley de cine, pero es claro que no se puede ejercer más presión para que el gobierno cumpla la ley porque como menciono antes, no es claro el beneficio que el cine da a cambio de la inversión millonaria del dinero de todos los peruano.


16-¿Con el argumento de “ya tienen el aporte de los distribuidores y exhibidores y para qué quieren más” no se quitará de encima el Estado la obligación de cumplir la ley de cine vigente?

Insisto en que es importante aclarar los beneficios que el cine brinda para todos los peruanos. Si esto se logra y se siente un beneficio real el dinero fluirá en mayores cantidades sin tantos problemas.


17-¿Con el argumento de “ya existe la Ley de masificación” no quedaría archivada la posibilidad de conseguir una nueva legislación cinematográfica?

Es importante que todos las partes se junten y se pongan de acuerdo en una sola ley.

Los majors hoy pagan el 10% y es probable que todo siga igual si no ceden al dialogo. Ellos son empresarios y no van a dejar pasar esta oportunidad de ahorrarse aunque sea el 1% de ese impuesto.

Ellos por lo pronto ya saben que la ley de masificación no va a prosperar con aportes voluntarios y ya ha sido anunciado que los congresistas necesitan un consenso para continuar con una propuesta de ley.

Al parecer hay un impedimento legal de formalizar un aporte obligatorio, pero yo creo que con el consenso de todas las partes y aclarando de forma apropiada la gran importancia que a partir de ahora va a tener el cine para todos los peruanos, podremos lograr mínimo un 8% del impuesto municipal para alcanzar nuestros objetivos de un cine democrático y plural.

Rodrigo Illescas.

Anónimo dijo...

rodrigo illescas estás soñando parado...