viernes, 14 de marzo de 2008

Una experiencia de aprendizaje: El Talent Press de la Berlinale



Natalia Ames nos cuenta cómo le fue en el Talent Press del último Festival de Cine de Berlín

Este año fui escogida para participar en el Talent Press de la Berlinale, un programa para jóvenes críticos cinematográficos de diversas partes del mundo. El Talent Press es apenas una parte del Talent Campus, un evento que reúne a 350 jóvenes dedicados a diversas áreas de la producción cinematográfica con el propósito de establecer vínculos internacionales entre ellos y brindarles cinco días de intensa actividad en plena Berlinale.

En el Talent Press trabajé con siete críticos de Argentina, Nigeria, Turquía, Polinia, India, Inglaterra y Australia. Todos eran muy jóvenes (la edad límite es de 30 años) pero eran muy activos, pues colaboraban con diversos medios impresos y virtuales. Sin embargo era la primera vez que todos asistíamos a la Berlinale, el festival cinematográfico de mayores audiencias a nivel mundial, un monstruo logístico que agrupa casi una decena de secciones y que se desarrolla en diversos puntos de la ciudad. El punto central era la Potsdamer Platz, donde se encuentran la mayoría de salas (incluyendo el Berlinale Palast), el hotel Hyatt (donde se desarrollan las conferencias de prensa) y las oficinas de todas las dependencias del festival, como el European Film Market, que año a año amenaza con eclipsar la importancia de la Berlinale debido a su crecimiento.

El programa del Talent Press le brindaba una gran importancia al trabajo práctico de escritura y debate, es por ello que desde antes de llegar nos encargaron ver una película (God Man Dog, de Singing Chen, de la sección Forum) para debatirla en el seminario del primer día. En este seminario, que duró seis horas, conocimos a nuestros cuatro mentores (los críticos británicos Peter Cowie y Derek Malcolm, la estadounidense Stephanie Zacharek y la holandesa Dana Linssen), nos presentamos individualmente, escuchamos a la jefa de prensa del festival, al director de cine del Instituto Goethe, a Klaus Eder de la FIPRESCI, y debatimos sobre las películas God Man Dog y Shine a Light, de Martin Scorsese, que habíamos visto el día anterior.

Ese mismo día nos dieron nuestras comisiones de la semana. Cada día teníamos una tarea asignada, que podía ser cubrir un evento, escribir una crítica o hacer una entrevista. Solamente teníamos un día libre en el cual podíamos elegir nuestra comisión. Tengo que aceptar que tuve mucha suerte con mis tareas: me tocó cubrir el panel con Andrzej Wajda, entrevisté a Alex McDowell (el diseñador de producción de Charlie y la fábrica de chocolates, quien dio una excelente clase maestra en el Talent Campus) y comenté una de las mejores películas en competencia, Lake Tahoe, de Fernando Eimbcke.

Sin embargo, a veces era una pena tener este ritmo de trabajo pues las comisiones se cruzaban con las películas, además todos los días teníamos que revisar nuestros artículos con nuestros mentores. En mi caso fueron horas muy fructíferas las que pasé con Stephanie Zacharek, crítica de Salon.com, muy detallista y clara. Pero por supuesto, estas horas no nos permitían ver todas las funciones de prensa a las que teníamos acceso.

Los ocho jóvenes críticos teníamos una credencial que nos permitía ingresar a un aproximado de 15 proyecciones de prensa diarias (tres de competencia y el resto de otras secciones). Además, podíamos pedir entradas para otras películas; yo aproveché para conocer el cine político de Francesco Rosi (a quien estaba dedicado el homenaje), disfrutar de algunas películas de Buñuel que no había visto en pantalla grande, satisfacer mi curiosidad con algunas películas del Forum (sección dedicada a las corrientes más experimentales) y del Panorama (donde vi la película de Madonna, solo para reírme un rato).

De todos modos, a pesar de las ocupaciones, pude ver unas tres o cuatro películas por día. En la Berlinale realmente se puede encontrar de todo: después de ver el Journal d’une femme de chambre de Buñuel vi Otto, or up with dead people, una película alemana sobre un muerto viviente que se vuelve protagonista de una cinta sobre zombis gays. Lo bizarro, lo exótico y lo técnicamente irregular se mezclaba con lo clásico, lo convencional y las grandes estrellas. Se vivían muchas Berlinales al mismo tiempo: el European Film Market sellaba tratos que definirían las carteleras internacionales del resto del año; la alfombra roja y las conferencias de prensa congregaban grandes multitudes y famosos nombres; el público berlinés hacía largas colas por toda la ciudad; los jóvenes del Talent Campus asistían a conferencias y talleres con reconocidos expertos, mientras mis siete compañeros y yo perseguíamos todo esto para reportar diariamente las peripecias del festival.

La Berlinale que yo viví se basó en escribir, ver películas, correr desde las 8 de la mañana hasta la madrugada, y sobre todo en conversar. Debatí sobre diversas películas con mis compañeros del Talent Press; adquirí valiosos conocimientos hablando con los mentores, especialmente con Peter Cowie, reconocido experto en cine escandinavo; discutí sobre las tendencias existentes en el nuevo cine que se realiza en lugares como América Latina, África y Asia con los jóvenes del Talent Campus, y establecí contacto con numerosos críticos y expertos de respetados medios internacionales. Conocí problemáticas que me eran muy lejanas, como el boom del cine nigeriano, y presencié fenómenos sorprendentes, como la inmensa popularidad del ídolo de Bollywood Shah Rukh Khan entre las amas de casa y las adolescentes alemanas.

Lo único que se echó de menos fue una selección más rigurosa en la competencia oficial, que este año tuvo pocos títulos memorables y además premió la polémica Tropa de Elite, película que necesita un comentario aparte. Fueron diez días de cine bueno, malo y feo, pero a nivel personal, fueron días de intenso aprendizaje.

Links:
Para saber más sobre el Talent Campus y el Talent Press (la convocatoria se abre a mediados de año):
http://www.berlinale-talentcampus.de/


Artículos escritos durante el Talent Press:
www.fipresci.org/festivals/archive/2008/berlin/talents/presentation.htm


Natalia Ames

3 comentarios:

Jorge Villacorta Santamato dijo...

un artículo maravilloso...

Anónimo dijo...

¿Como te escogen para el Talent Express de la Bernlinale?. ¿Se pasa una prueba?,¿Se presenta un proyecto?, ¿Que requisitos debe uno tener?, es decir ¿cual es el procedimiento para ser escogido para el talen express???

Gracias,

Anónimo dijo...

Está buenísima la nota de Ames sobre su experiencia en la Berlinale. Espero que más peruanos sigan yendo en los próximos años.

pd.- Ricardo o alguna gente del blog, ¿por qué no han hecho una crónica de "Desapareció una noche"? Es una película interesante.