
La primera hora de “Mamá”, de Andrés “Andy” Muschietti, es muy lograda. Crea un clima de misterio y angustia crecientes, trabajando recursos mínimos. Sobre todo apelando al fuera de campo visual, esa gran cantera de los grandes misterios del cine.
La dirección de las miradas de las niñas y el uso del sonido que llega de fuera o del fondo, desde el lugar donde no vemos, potencia la sensación de amenaza. Las manchas en las paredes, la presencia en el closet o al fondo del pasillo son efectos de aparición bien cronometrados. Y las niñas, sobre todo la más pequeña, se mueven entre lo humano y lo animal con una perfecta naturalidad.
La película decae cuando la presencia fantasmal se torna evidente y la música sube el volumen y todo truena. Pero incluso en esos momentos de exceso la película conserva un costado bizarro. El terror se mezcla con el melodrama en una combinación extraña.
Ricardo Bedoya
Esperemos que este no sea el inicio de el estilo de las mini-criticas. Sus lectores se lo agradeceremos .
ResponderEliminarMe gustó también la primera parte de la película. Las niñas, también. Lo malo es que no se llega a apreciar bien la transición del rol de Jessica Chastain hacia el despertar de la maternidad (lo cual DUDO sea despertado por el simple hecho de hacerse cargo de las niñas)... y claro, la cosa peluda que era la mamá.
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