miércoles, 21 de noviembre de 2012

Leyendo y escuchando a Tag Gallagher

Francisco, juglar de Dios


Una antología de artículos y ensayos de uno de los mejores críticos de cine, Tag Gallagher, en Film Studies For Free. Los tienen aquí.

El hombre quieto

Un comentario interesante sobre el artículo de Núñez Carvallo

Ha llegado este comentario, sin firma, al artículo de Rodrigo Núñez Carvallo al que remití hace unos días y que pueden leer aquí

Como el post comentado ya data de hace algunas semanas, y el comentario es interesante y polémico, lo publico aquí. 


"Encuentro muchas contradicciones en el artículo de Rodrigo Núñez Carvallo sobre el cine peruano de la última década. ¿Acaso puede hablarse del cine peruano de la década 2001-2011 solo teniendo en cuenta las películas vistas en las salas comerciales? ¡Dónde quedan las regionales y los documentales y las digitales limeñas?


Dice Núñez que los espectadores se han alejado de las películas de los últimos años. Se hace cine “de un solo tipo, de un falaz naturalismo, de un populismo trasnochado”. Pero pocas líneas antes dice que los cineastas, a partir de los noventa, “optaron por un mal entendido “cine de autor” y se olvidaron de las historias que seducen al espectador.” Total, ¿se hace cine de autor o cine de populismo trasnochado?

¿El público se ha alejado del cine de autor o del populista?

Dice Núñez que “La vieja fórmula populista de Cuentos Inmorales que manejaron con éxito Lombardi, Tamayo, Huayhuaca y Flores Guerra, y que después hicieron suya Durant y Degregori, dejó de funcionar”.

¿De qué habla Núñez? La populista “Todos somos estrellas”, de Degregori, no la vio nadie y fue un fracaso.

Núñez se pregunta ¿Hace cuantos años que no se hace una buena comedia o un logrado melodrama?

Yo me pregunto: ¿Y cuándo se hicieron comedias o melodramas? No sé si tú, Ricardo, que has estudiado el cine peruano, podrás decirnos si en los años treintas hubo buenas comedias o melodramas porque no creo que Gregorio ni Alias la Gringa califiquen como tales.

Dice que el público de ahora no va a ver películas peruanas porque se encuentran `´hartos de los diálogos forzados, del lenguaje precario de las imágenes, de los errores de dramaturgia, de la falta de innovación”. Pero decir eso es poner en el mismo costal a “Chicha tu madre”, a “Octubre” o a “Paraíso”. Es como hacer un sancochado.

Dice Núñez: “Consulto con Carmenrosa Vargas, funcionaria del Ministerio de Cultura y ella arguye que como la ley ya no obliga a las salas a exhibir una cuota de pantalla, -en nombre del libre mercado-, es difícil obtener utilidades, lo cual impide el surgimiento de una industria y de inversionistas que apuesten por lo bueno y lo nuestro.”

Pregunta: ¿La cuota de pantalla va a hacer que la gente vaya al cine a ver películas peruanas? ¿La cuota de pantalla no sirve más bien para corregir el desequilibrio que impone Hollywood permitiendo estrenar películas peruanas, pero sin asegurar la llegada del público y menos las utilidades? ¿La cuota de pantalla no es parte de la política cultural del país y no de la agenda de inversiones de una asociación de empresarios?

Dice Núñez: “De otro lado la actual ley de cine considera los concursos como principal fuente de fomento. Pero estos certámenes no son todo lo transparentes y democráticos que debieran ser. Lobbies de viejos cineastas impiden que los jóvenes renueven los aires del cine nacional.”

Pero su afirmación contradice todo su artículo porque en los diez años que trata la mayoría de las películas que se dieron en los cines son de jóvenes cineastas y más bien los viejos estrenaron muy poco. ¿O acaso son viejos Llosa, Aguilar, Méndez, Gálvez, Velarde, García Montero, Vega, Quattrini, Cabada, Pérez-Garland, Temoche, Salvini, Fuentes, lladó, Mendoza, Ro, Schuldt, Cotler, Vélez, etc, etc. Quizás alguno sea avejentado por edad, pero no tiene más de dos películas. ¿Eso es ser viejo?

Repito que hay muchas contradicciones en ese artículo.

Muchos saludos y sigue con el blog"

Comunicado de apoyo

Los amigos críticos de cine rechazados por la APRECI han enviado el siguiente comunicado de apoyo que puede ser firmado ingresando aquí:
http://www.change.org/petitions/apreci-enforce-transparency-in-your-methods-reforzar-transparencia-en-sus-procesos

jueves, 15 de noviembre de 2012

Propuesta a la APRECI: Diálogo público y abierto

Como me tenía, hasta ahora no hay ninguna respuesta con nombre y apellido.

Sí, varios anónimos agraviantes a los que no voy a responder, salvo en un punto, el que viene a continuación.

Yo creo que Chicho Durant estaba en todo su derecho al objetar a uno de los miembros del jurado. En las prácticas judiciales existe el derecho de recusación y ante cualquier acto administrativo o público uno puede expresar su acuerdo o desacuerdo. Eso no es presión ni lobby, como se viene diciendo equivocadamente. Eso es ejercicio del derecho de protesta o recusación. Allá la autoridad que decide si acepta o no la objeción.

Lo que ha hecho Durant no tiene punto de comparación con lo que sueltan aviesamente tantos anónimos en los blogs, sin el mínimo coraje de dar sus nombres, señal clara de cobardía y bajeza moral.
  
Sin embargo, no es la estulticia de esos anónimos lo que me motiva a escribir este texto, sino lanecesidad de que se realice un debate público y abierto en torno a la APRECI, a la función de la crítica de cine en el Perú, al cine peruano, a las relaciones de la función crítica y las películas peruanas, loslobbys, etc. No tiene que ser un solo debate, pueden ser dos o tres, o los que se considere convenientes.

Yo propongo la sala Ventana Indiscreta, pero puede ser cualquier otro espacio, por ejemplo, el CAFAE, el Centro Cultural de la PUCP o el que sugiera los directivos de la APRECI. Se puede elaborar un temario para cada una de las mesas. Con eso, no sólo tendrá mayor visibilidad la APRECI, sino que sus representantes podrán exponer sus argumentos, tanto institucionales como personales. Invito, entonces, a los miembros de la directiva de APRECI, pero también a cualquiera de sus miembros, a participar en estos coloquios. Me parece, igualmente, indispensable la participación de Oscar Contreras, Mónica Delgado y José Sarmiento.

Si quieren que aparezca como organizado o co-organizado por APRECI, en buena hora. Que alguna vez haya una actividad pública organizada por esa asociación.

Eso hay que hacerlo ya. En los meses de diciembre o, si no se puede por la cercanía de las fiestas de fin de año, de enero.  Si la APRECI no responde o no acepta ese espacio de diálogo y confrontación de opiniones, mal podría atribuirse el papel de representante de los intereses de un segmento (más que un gremio, que no lo es) periodístico. Al margen de la coyuntura actual, motivada por la no aceptación de tres críticos, se trata de un debate indispensable que hace mucho ha debido propiciar la APRECI, casi como un acto de justificación de su propia existencia, que no puede ni debería ser solo la de seleccionar críticos para los jurados de la FIPRESCI.

 Isaac León Frías

Un aviso

A partir de ahora no publicaré ningún otro comentario anónimo agraviante o con referencias personales o que no se ciñan a los asuntos tratados en cada post.

Ricardo Bedoya

La APRECI y los festivales de cine

Claro que los viajes a festivales de cine no deberían ser el único propósito de una asociación como la APRECI. Pero,lamentablemente, no le conozco otra y quisiera preguntarle a Pepe Romero, a Gabriel Quispe o a Juan José Beteta, cuál es la producción de la APRECI a lo largo de cinco años. ¿Han hecho al menos un listado de los críticos de cine con ejercicio constante? ¿Han indagado en el pasado de la crítica cinematográfica en el Perú? Ya ni siquiera se les puede preguntar si han organizado algún tipo de foro,si han invitado para dictar una charla a alguno de los críticos extranjeros que han visitado Lima en los últimos años por una u otra razón, si han organizado alguna muestra de películas, porque no queda otra respuesta sino el silencio de quienes no han producido nada.

Y, sin embargo, reaccionan con la exclusión de quienes han advertido la ineficiencia de la APRECI, por no decir su práctica inutilidad, a no ser, precisamente, para enviar a alguno de sus afiliados a jurados de festivales. Lamentablemente, hubo un serio error en el origen. Cuando Klaus Eder convocó a un grupo de críticos en una sala del Centro Cultural de la PUCP hace unos seis años, mencionó la necesidad de contar con críticos peruanos para festivales. Me pareció equivocado, y se lo dije a Eder, mencionar eso casi como una de las principales razones de existencia de una asociación es enturbiar las motivaciones para acceder a ella. Eso no debió decirse. Pero, dicho y hecho, a eso se ha dedicado la APRECI, más allá de cambiar de directivas.

Por supuesto que está en la voluntad y en la dedicación de quienes integran una asociación, cualquiera que fuese, cumplir con lo que norman los estatutos y, por cierto, cumplir con esos fines que se enuncian y que terminan siendo puramente declarativos si ocurre lo que ha ocurrido hasta ahora en la APRECI. Por eso resulta inaudito que se rasguen las vestiduras ante el señalamiento de errores y carencias. Y eso que Mónica Delgado y José Sarmiento se quedaron cortos, pues es casi tibio lo que escribieron acerca de la marcha de esa asociación y que ha provocado el rechazo a su solicitud de admisión. Tiene razón Quispe cuando dice que la APRECI ha vivido en paz interior y exterior y que no se han metido con nadie en sus cinco años. Si, pues, por eso le hacemos un favor inmerecido cuando nos ocupamos de ella en este blog. Que sigan viviendo su paz interior, al margen de lo que pasa en el cine en el Perú y en todo el mundo. Y que mantengan su casi total anonimato institucional, cuando pasen las escasas resonancias que pueda tener este debate.

Isaac León Frías

miércoles, 14 de noviembre de 2012

No marquen LIKE, so pena de excomunión

Como dije en un post anterior, no pertenezco a APRECI. Y si de algo estoy seguro ahora es que no pertenecería jamás a ella ni a ninguna otra institución similar.

Pero entiendo las razones de los que quieren participar y lograr objetivos dentro de una Asociación de ese tipo. Y creo, más allá que lo que piensa Isaac León Frías, que los viajes a festivales de cine no son los únicos propósitos a los que pueden aspirar los postulantes a la APRECI.

Criticar a una directiva o a un manejo institucional no es enlodar una institución ni cuestionar el sentido de su existencia. Hay que diferenciar las instituciones de las personas que las manejan. Por eso, las asociaciones son "personas jurídicas", distintas a los seres que las conforman y gestionan.

Si José Sarmiento opinó en algún momento que la institución tuvo "nula representatividad y escasa movilidad" lo que hizo fue juzgar una conducción, una gerencia, una administración. Si afirmó que la "chibolada" debía buscar formas alternativas de participación es porque no veía, por entonces, canales propicios para el diálogo en la gestión de la institución.

Lo mismo pasa con Mónica. ¿Cuestionar una página institucional o el manejo de Facebook es denigratorio de la institución? ¿Su opinión desdeña la importancia de APRECI como institución representativa? ¿Aboga por su liquidación? ¿Su comentario no es, más bien, un llamado para que la institución propicie diálogos abiertos, más allá de las "cuatro paredes" y el "grupo de amigos"?

Las razones que se esgrimen contra Óscar y su "like" es mejor no comentarlas porque resultan entre cómicas y consternantes.

Llegan algunos comentarios al blog que se preguntan: ¿si no les gusta el manejo de la asociación y son tan críticos, para qué quieren entrar?

Son Mónica, José y Óscar los que tendrían que responder esa pregunta -y tienen el blog abierto para hacerlo- pero me parece que la respuesta es lógica: para actuar como asociados y tratar de cambiar lo que critican en las gestiones pasadas o en la actual.

Es decir, para participar desde el interior de la asociación: opinando, proponiendo cambios, votando, candidateando, siendo elegidos en cargos directivos o acaso no. Persuadiendo al resto de asociados a seguirlos en los cambios que consideren correctos. En una palabra: participando en la forma que establece el Estatuto de toda Asociación.

Aunque el de APRECI debe ser un Estatuto singular y único en el mundo. Rechaza como asociado al postulante que opta por marcar "Like" en un comentario de Facebook.

Ricardo Bedoya

¿Qué significa la APRECI?

Es muy posible que el debate de estos últimos días a partir del silencio de la directiva de la Asociación Peruana de la Prensa Cinematográfica (APRECI) ante el pedido de incorporación de un grupo de críticos, y la posterior negativa de esa asociación a la entrada de tres de ellos, haya sido hasta ahora la ocasión
en que se ha hecho visible de manera más clara esa asociación fantasmal.

Lleva cinco años de existencia, pero debe ser conocida por un escasísimo segmento de interesados por el cine. ¿Qué ha hecho o qué hace la APRECI? Poco más que seleccionar (no conozco sus mecanismos de selección) representantes a algunos jurados de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, a la que la APRECI está ligada, y escoger a sus representates en el Festival de Lima para otorgar un reconocimiento que pasa inadvertido. Si hace algo más que eso, me gustaría saberlo. Jamás he sabido que se haya organizado un coloquio y menos un seminario o un encuentro sobre temas que corresponden a la labor de la crítica y si ha habido algún pronunciamiento por lo general ha sido tardío o simplemente retórico.

Mayor presencia en los medios tenían los críticos locales cuando, sin necesidad de estar asociados, enviaban cartas y comunicaciones a diarios, radios y canales de televisión protestando por censuras, cortes y otras irregularidades.

Es verdad que otras asociaciones nacionales de prensa cinematográfica tampoco hacen mucho. Es verdad, asimismo, que la crítica cinematográfica no tiene casi la menor relevancia en muchos de nuestros países y en el nuestro ni la ha tenido ni la tiene. Por eso, si la función casi exclusiva de la APRECI es enviar críticos a festivales internacionales, por qué cerrarles las puertas a otros que, con los mismos derechos, quieren tener esa posibilidad. Es decir, que las cosas sean claras: para eso ha venido existiendo APRECI y para nada más.

Isaac León Frías



Asunto Chicho Durant. Una carta de Rosa Sophía Rodríguez. Acuerdo total.

Hace unos días, y con perfecta sincronización con el rechazo de los postulantes a la APRECI, se  publicó en Cinemaperú una comunicación enviada hace unos meses por Alberto "Chicho" Durant a las autoridades cinematográficas cuestionando la participación de Leny Fernández como jurado en un concurso de distribución de obras cinematográficas en las que postulaba una película suya. Las razones: la  vinculación de Fernández con una revista que, según él, había denigrado sus películas anteriores y tenía una posición contraria al cine peruano.

El requerimiento de Durant fue ignorado por las autoridades de Dicine.

Hay un lector que pide e insiste que me pronuncie sobre este asunto.

Muy simple. Pienso que el pedido de Durant era improcedente e inaceptable y tanto Wiener como Carmen Rosa Vargas obraron como debían.

Suscribo cada línea de lo que dice Rosa Sophía Rodríguez en una carta que ha publicado hoy en Cinemaperú.

Aquí está:


"Hola a todos,



Creo necesario publicar por este medio mi opinión personal sobre una carta que publicó Gabriel Quispe en Cinemaperu 2.0. contestando a Mario Castro Cobos:

Mario, ahí va mi opinión sobre el tema de la carta que publicó Gabriel Quispe. Probablemente no guste a mucha gente pero ahi vamos de manera directa: Cada quien es dueño de hacer lo que considere conveniente con sus mails personales y este es un mail personal y no institucional, que reciben un trato de mayor reserva. Se espera de los cineastas reconocidos de cada país una suerte de representatividad moral en la búsqueda del bien común para el gremio- es el caso de Almodovar poniéndose en primera fila de la huelga de hoy 14 de marzo en España ante los recortes en las artes-; no es el caso de la carta publicada.

Chicho Durant entiende que su película participa en inferioridad de condiciones y expone su situación ante las autoridades competentes de manera personal y con copia al representante de su gremio. Es su decisión personal que en mi opinión es completamente inapropiada, pero sabemos que existen las presiones y los lobbys. Como respuesta las autoridades, Christian y Carmen Rosa mantienen su posición y el jurado seleccionado sigue en su puesto. Esto para mí es lo realmente importante y valioso de la carta: La autoridad cinematográfica puede recibir todas las presiones del mundo pero es su deber no ceder y ni Christian ni Carmen Rosa cedieron. Creo que no lamentaremos lo suficiente la salida de Christian Wiener del cargo no sólo porque era un hombre de cine sino porque entendía perfectamente que es ser autoridad cinematográfica. Ahora, sobre los lobbys y presiones, existen, es inevitable y por eso también existen las asociaciones de intereses profesionales para canalizar estas pulsiones y todo se dé en el marco de la ley y de manera saludable para toda la comunidad. Finalmente tampoco se trata de lapidar moralmente a los colegas como en aquella vieja película con Spencer Tracy.

Por lo demás que las autoridades auditen los proyectos que sea necesario revisar; que investiguen lo que haya que investigar y procuremos que si bien muchos vínculos están quebrados que por lo menos se mantenga el diálogo. Un saludo Mario.

Saludos a todos

Rosa Sophia Rodriguez"

Ricardo Bedoya

Un comentario de Mónica Delgado

Mónica Delgado hace llegar el siguiente comentario al comunicado de APRECI:

"Apreci acaba de publicar un comunicado que no responde a las preguntas demandadas por mi persona, Oscar Contreras y José Sarmiento, vía email y públicamente, sobre las razones del rechazo a la afiliación al gremio. Han mostrado fragmentos de un post en la página de Gabriel Quispe donde intentan invisibilizar los comentarios de Rodrigo Portales en agravio de Apreci. Una vez más, en este espacio, solicito publicar el post completo. Yo asumo las palabras publicadas hoy allí: hablo de la ineficiencia de una gestión, la de Sebastián Pimentel en ese entonces. Pido transparencia y un poco de respeto. Los argumentos contra Oscar Contreras son risibles."

Mónica Delgado 


APRECI se pronuncia: comunicado sobre solicitudes de ingreso

Ante versiones sobre la solicitud de ingreso a la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica (APRECI) por un grupo de periodistas y críticos de cine, informamos lo siguiente:


1. En votación de la Asamblea de asociados, se aprobaron las solicitudes de los siguientes colegas: José Carlos Cabrejo Cobián, Jorge Esponda Jara, Enrique Jesús Vidal Chirinos, Juan Cristóbal Armesto Stornaiuolo, Eugenio Vidal Sánchez, Rodrigo Eduardo Núñez Mas y José Tsang Man Leong.

2. Igualmente, no fueron aprobadas las solicitudes de José Sarmiento, Mónica Delgado y Oscar Contreras. En estos casos, las razones de la decisión de la Asamblea, aun cuando los tres postulantes cumplen con los requisitos formales para ser miembros, son las siguientes expresiones públicas de aquellos colegas, el miércoles 5 de octubre del 2011, que, entre otras, descalifican a la asociación y a sus integrantes, en una conversación de Facebook sobre la presunta “inactividad” de Apreci:

José Sarmiento: “…(pone) en evidencia el estado de una institución con casi nula representatividad y escasa movilidad. Yo personalmente no invitaría a la chibolada a meterse al Apreci, los animaría por establecer personalmente otras rutas de intercambio cultural y cinéfilo bastantes más productivas que una asociación que apenas se sostiene”.

“… no creo que la Apreci sea una asociación productiva y eficaz. La encuentro floja y poco estable, y nada atractiva para alguien en ejercicio”.

Mónica Delgado: “No espero que la Apreci sea como una revista crítica, porque sé dónde estoy ubicada, por dios, no le pido peras al olmo. Pero sí recuerdo, como miembro fundadora que fui alguna vez, que la idea era impulsar un foco de discusión informado, serio, no algo que se haga entre cuatro paredes y entre amigos. Lo que sí me deja pensando es que siendo una institución formada por comunicadores, no refleje eso en su página institucional. Y a eso me refiero con inactividad, como cuando tienen una página del face solo para linkear cosas de Variety, porque no hay nada de sus integrantes que merezca postearse”.

Óscar Contreras puso “like” a estos y otros comments, adhiriéndose de esta manera a lo ahí expuesto.

3. La Directiva ha enviado oportunamente mensajes a todos los postulantes informándoles de la decisión de la Asamblea.

4. De otro lado, se solicitó a la Directiva reconsiderar la postulación del colega César Pereyra, la que está en curso y se verá en una próxima Asamblea.

5. Recalcamos que la no admisión de José Sarmiento, Mónica Delgado y Oscar Contreras no obedece a un tema personal, sino institucional, en el marco de un debido y transparente proceso estipulado por el Estatuto vigente, y en el que por otro lado se aprobó el ingreso de otros siete postulantes, lo que demuestra el espíritu de apertura de la asociación.

6. Debido a las manifestaciones públicas y agraviantes contra la APRECI citadas líneas arriba, los casos no aceptados constituyeron casos extraordinarios largamente evaluados por los asociados, y finalmente decididos democráticamente.

Lima, 13 de noviembre de 2012.

martes, 13 de noviembre de 2012

Carta de miembros de Ventana indiscreta: renuncian a participar en APRECI

A la comunidad cinematográfica del Perú:
Si bien, los firmantes de esta carta, críticos de cine de la revista “Ventana Indiscreta”, fuimos aceptados como nuevos miembros de Apreci (Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica) según lo señalan mails enviados por ella a nuestros correos el día 11 de noviembre del presente año, hemos decidido ya no formar parte de la Apreci por los siguientes hechos:
1.      Oscar Contreras, uno de los postulantes a la Apreci por “Ventana Indiscreta”, no ha sido admitido por razones que no están incluidas en el reglamento, entre las que se cuentan supuestas declaraciones públicas suyas “en contra de la APRECI y de sus asociados” que desconocemos.
2.      Igual situación sufren nuestros colegas José Sarmiento y Mónica Delgado, también colaboradores de “Ventana Indiscreta” y quienes postularon a nombre de la revista web “Desistfilm”, quienes han sido rechazados por la asociación por las mismas razones, ajenas al contenido del reglamento.
3.      Asimismo, tampoco se aprobó el ingreso a Apreci de César Pereyra Ravello, director del blog “Fiel al cine”, a pesar que sí merecía, según lo establecido por el reglamento, ser parte de la asociación.
Tenemos un gran aprecio hacia varios de los actuales miembros de la Apreci, entre los que se cuentan personas con las que hemos podido colaborar cercanamente, en medios comoCinencuentro o la misma “Ventana Indiscreta”. Haciendo esa salvedad, no podemos dejar de reconocer que la Apreci ha cometido un grave error al no admitir a postulantes que cumplían con todos los requisitos planteados por el reglamento, y al señalar que algunos de ellos habrían dicho algo en contra de Apreci y de sus asociados sin citar la fuente o precisar las expresiones al respecto.
Nos solidarizamos con Oscar Contreras, José Sarmiento, Mónica Delgado y César PereyraRavello, porque creemos que no han recibido un trato justo por parte de Apreci. Por ello, ya no formaremos parte de dicha asociación.
-José Carlos Cabrejo Cobián 
-Jorge Esponda Jara 
-Enrique Jesús Vidal Chirinos 
-Juan Cristóbal Armesto Stornaiuolo 
-Eugenio Vidal Sánchez 
-Rodrigo Eduardo Núñez Mas 

lunes, 12 de noviembre de 2012

El caso de César Pereyra Ravello

Cuando escribí el post sobre la postulación de un grupo de críticos a APRECI, no sabía que César Pereyra Ravello también había pedido su ingreso. La comunicación de Mónica Delgado informa que la solicitud de Pereyra ha sido rechazada.

Inexplicable.

Si hay alguien que merece estar ahí, es Pereyra. Lo conozco hace treinta años, creo. Y siempre ha estado vinculado con proyectos ligados a la cultura cinematográfica. Sea escribiendo o en la organización de cineclubes, como el del viejo BCR.

Por otro lado, su blog http://fielalcine.blogspot.com es utilísimo y lleno de informaciones sobre el cine regional peruano que no se obtiene en otros lugares (solo el blog de Héctor Turco le hace la competencia, pero son distintos)

Pereyra investiga y publica.

Y pensar que hay publicaciones semanales que ni se molestan en comentar las películas peruanas, más allá de un par de líneas desdeñosas o perdonavidas de vez en cuando.

Si Pereyra no cumple los requisitos, nadie los cumple.

Ricardo Bedoya

APRECI rechaza a postulantes

Mónica Delgado ha remitido la siguiente carta al grupo Cinemaperú donde informa que ha sido rechazada su postulación a APRECI. Aquí está, sin comentarios por el momento.

"Buenas tardes, amigos de Cinemaperú:


Hace unos días, gracias a un post en la página de Ricardo Bedoya, se hizo público el malestar por una situación de espera a las que estábamos sometidos un grupo de críticos y periodistas de cine que envió solicitudes de afiliación a la Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica. El 27 de agosto de 2012, hace más de 74 días, hicimos una solicitud de afiliación vía email, que contaba con los requisitos del caso, acorde a lo señalado en el Reglamento:ser peruano de nacimiento y demostrar el ejercicio de crítica y periodismo cinematográfico con la presentación de dos artículos publicados en un plazo no menor a seis meses. Luego hicimos reenvíos de solicitud, incluso cursamos nuevamente estos emails en la semana del 20 de setiembre. En mi caso, jamás recibí un email de recibido, de si mi documentación estaba OK, o si se iban a demorar 74 días en responder. Luego, mis colegas, recibieron una respuesta de que las solicitudes iban a ser sometidas a votación. De acuerdo, eso dice el estatuto, pero para votar si las afiliaciones están dentro o no de lo estipulado por Apreci (¿se cumple con los requisitos? ¿se ejerce con regularidad la labor de prensa o crítica?). Sin embargo, ayer, por fin, recibí este email que adjunto (email que recibieron exactamente igual, con las mismas comas y puntos, José Sarmiento y Oscar Contreras, personas que ejercen la crítica desde hace muchos años atrás):


Sra. Mónica Delgado:


Respecto a su solicitud para pertenecer a la APRECI, le comunicamos que, de acuerdo a los procedimientos del Estatuto de la Asociación, el sábado 3 de noviembre su postulación se puso a votación de los asociados reunidos en Asamblea General, resolviéndose en mayoría no aprobarla.

También fue consenso de la Asamblea expresarle que esta decisión no es un veto permanente ni tiene carácter personal. Más bien, se resolvió de esta manera en vista a declaraciones públicas suyas en contra de la APRECI y de sus asociados que consideramos no han sido rectificadas.

El trato respetuoso y tolerante entre los miembros de la APRECI ha sido un bien superior que deseamos proteger. En vista a ello, nos vemos obligados a no aprobar en esta ocasión su solicitud.

Atentamente,


CONSEJO DIRECTIVO - APRECI




El Consejo Directivo de APRECI (formado por José Romero, Rodrigo Portales y Enrique Carlín) asume que he dado declaraciones en contra de la Asociación, pero no menciona cuándo, en qué circunstancias, en qué sentido, por qué, contra quién, y las he solicitado hoy mismo solo por un afán de transparencia, ya que no es motivo ni es un criterio o norma de selección para evitar que alguien ingrese al gremio. ¿En qué parte del estatuto se señala que un comentario sobre una institución es motivo para un veto? Me extraña aún más el párrafo final: El trato respetuoso y tolerante entre los miembros de la APRECI ha sido un bien superior que deseamos proteger. En vista a ello, nos vemos obligados a no aprobar en esta ocasión su solicitud.

Lo que me revela precisamente este email, y lo que propicia mi indignación, es la ausencia total de tolerancia y de trato respetuoso. En un país donde tratamos de construir institucionalidad a través de espacios de diálogo y consenso aún tenemos que recibir excusas de este calibre, donde un grupo de personas desea convertir a Apreci en un monopolio aséptico de voces disidentes (formada en su mayoría por miembros de Godard y Cinencuentro), sin crítica dentro de la crítica, lo que empobrece más el entorno que se requiere sacar adelante.

Hace unos días nos contactó César Pereyra Ravello, un comunicador que ejerce la difusión del cine en el Perú desde hace más de 30 años, y que ha tenido una labor impecable en el cine club BCR y que tiene un blog que todos visitamos, ya que tiene información útil del cine que algunos denominan como regional: http://fielalcine.blogspot.com Sin embargo, recibió una respuesta de Apreci, absolutamente surreal y desconectada de la realidad (sobre todo por la discriminación o categoría de "reconocido"). Les dejo el email, publicado con permiso de César, con lo cual pueden sacar sus propias conclusiones:


Date: Fri, 15 Jun 2012 12:56:44 -0500

Subject: Sobre Solicitud

From: apreciperu@gmail.com

To: lanave14@hotmail.com


Estimado César Abraham Pereyra Ravello,


Hemos recibido su solicitud para pertenecer a APRECI y analizado su caso en reunión de la directiva. En la junta recordamos que los requisitos que se piden para ser miembros de nuestra institución son que el postulante publique de forma regular en un medio de comunicación reconocido y que acredite haber dado a la luz material propio publicado en el último año a través de ese medio. Teniendo esto presente, y evaluando la información que nos ha proporcionado, consideramos que no reúne las exigencias para ingresar a formar parte de la asociación.


Atentamente,


LA DIRECTIVA



Mónica Delgado Ch."




domingo, 11 de noviembre de 2012

Operación Skyfall


"Operación Skyfall" es uno de los mejores Bond.

Luego de un inicio filmado por una segunda unidad alerta pero que sigue al pie de la letra la aceitada y consabida fórmula de la secuencia de acción y persecución por Estambul, la película empieza a crecer y mejorar.

Daniel Craig hace un Bond que aparece como héroe, reaparece como espectro, prosigue como “has been” y se muestra adolorido, ojeroso, inseguro, avejentado, con la barba crecida, demacrado, tembloroso, golpeado por el cambio de las épocas. El hombre que monopolizaba los gadgets más primorosos y codiciados, fabricados exclusivamente para su uso hípersecreto, descubre que ahora cualquier émulo de Zuckerberg puede obtenerlos con herramientas informáticas manipuladas desde su casa. Bond esta en riesgo de convertirse en reliquia citable de la venerable cultura britanica, entre Turner y Tennysson.

La aventura de Skyfall es la de la reinvención de James Bond desde lo primario y fundamental. En el largo camino para reconstruir al personaje, ese viejo buque de guerra que está siendo llevado al muelle del retiro, las pruebas de competencia se libran mediante saberes tradicionales y viejas armas.

El torneo de Skyfall es retrospectivo. Arranca en la sofisticación “hi-tech” de la notable secuencia en Shangai, con medusas electrónicas proyectadas sobre los ventanales de un rascacielos de cristales iluminados. Prosigue en la exhibición de variadas destrezas de defensa mientras es amenazado por los reptiles carnívoros del casino de Macao, y culmina en un viaje a los orígenes del personaje y del género cinematográfico de espías, al que rinde tributo: en los paisajes espectrales de la Escocia rural, donde Hitchcock ambientó parte de “Los 39 escalones”, con Robert Donat.

Custodiado por sus padres de sustitución (Dench y Finney), Bond resuelva la amenaza del villano Bardem - histriónico y de lastimado Edipo- con una defensa artesanal que incluye clavos y recursos domésticos convertidos en objetos detonantes. En la ruta, apela al combate cuerpo a cuerpo, a los puños certeros, a las técnicas de las artes marciales, a las armas de fuego, a una radio transmisora que evoca la era de los transistores, al Aston Martin fabricado a mediados de los años sesenta para “007 contra Goldfinger”, y aplica las lecciones que dejó Dustin Hoffman cuando tuvo que defender su hogar del asalto de los furiosos vándalos rurales en “Los perros de paja”. Hasta escuchamos a Charles Trenet en la secuencia de la isla en ruinas.

 Este  007  mira al pasado, vuelve a la naturaleza y se defiende con los instrumentos que encuentra en el entorno. La regresión es, para Bond, el proceso que lo restaura como personaje y mito.

Ricardo Bedoya

viernes, 9 de noviembre de 2012

Cine peruano 2001-2011. Un artículo de Rodrigo Núñez Carvallo

En la revista Sub-Urbano aparece un artículo de Rodrigo Núñez Carvallo sobre el cine peruano de los últimos años. Se llama  "El cine peruano (2001 -2011): Pocas luces y muchas sombras", y lo pueden leer aquí.



jueves, 8 de noviembre de 2012

Otra mirada a Casadentro

En la página web de FIPRESCI aparece esta crítica de Dominique Martinez, que ha colaborado con la revista francesa Positif.

"La Señora Pilar, quien está a punto de cumplir 81, comparte su silenciosa casa ubicada en una provincia del Perú con Consuelo y Milagros, sus dos empleadas, y Tuna, su adorado perro. La rutina diaria de este hogar, donde todos los días son iguales, gira alrededor de eventos básicos y rutinarios: descongelar el refrigerador, comer, tomar medicinas, lavar y limpiar. Repentinamente, el teléfono interrumpe esta quietud. Patricia, una de las hijas de Pilar, llama para anunciar su llegada en unas horas, junto con su propia hija, el esposo de su hija y su nieta. Después de asentir ansiosa, la anfitriona empieza a preparar todo frenéticamente. Al ofrecer el papel principal a Elide Brero, quien actuó en Caídos del Cielo, dirigida en 1990 por el padre de la directora, el director de cine Francisco J. Lombardi, la joven Joanna Lombardi Pollarolo reconoce con elegancia su herencia artística. Pero también establece su independencia con firmeza con el tema muy personal y la narrativa sensible de su primera película. Filmada en su totalidad en planos secuencia largos ─ algunos de ellos duran casi diez minutos ─ la trama principal presenta a tres generaciones de madres conviviendo bajo un mismo techo durante una noche, a veces interactuando y a veces tratando de evadirse. No hay ningún choque real, ningún enfrentamiento espectacular, ni abrazos fuertes. Lombardi elige la introversión, la sugerencia de un gesto silencioso, las evocaciones de lo que sucede fuera de escena durante esas tomas fijas en las que los personajes entran, habitan, y luego salen cuando se encuentran entre ellos. La soledad, la desesperanzada pero necesaria pasión por estar juntos arde lenta y constantemente. El aprisionamiento de todos es tangible: La Señora Pilar se enfoca en la comida ─los únicos acercamientos son unas arverjitas, unas cebollas picadas, un pedazo de torta de chocolate ─ y en su perro, Tuna. Su hija Patricia está poseída por los celos que le tiene a su ausente pero siempre preferida hermana, Anna, y a la omnipresencia de lo que parece ser un animal favorecido. Su propia hija se preocupa constantemente por el bebé que se esfuerza por dar de lactar. A su vez, las dos empleadas habitan sus mundos propios, más allá de la división social que se hace obvia al tenerlas siempre trabajando durante la visita de la familia de la Señora Pilar. Consuelo solamente añora los tiempos en que podía ver su telenovela favorita, mientras que Milagros espera impaciente el momento en que pueda salir de la casa y estar en cuerpo y alma en el lugar al que es atraída por sus obsesivos mensajes de texto clandestinos. Los personajes parecen estar muchas veces justo fuera de cuadro, parcialmente tapados por una ventana, una puerta, una columna, una pared o una sombra producida por la iluminación de alto contraste. Pero sus vidas están entrelazadas durante esa noche oscura, en esta casa de puertas cerradas, donde todos los muebles se cierran cuidadosamente con llave, como un símil muy apropiado de la determinación de estas mujeres de mantener su verdadero ser bajo llave. Finalmente la torta de cumpleaños especialmente traída para la ocasión parece estar podrida, y es otra metáfora visual oscura… Mientras tanto, la narrativa suaviza esta sensación de asfixia al presentar una dimensión poética: la luz brillante de la mañana en el pequeño jardín, el sabor a nostalgia, provocado por la muy especial pasta casera que es un dulce recuerdo de “el olor conocido, que sale de las sábanas” como dice la bisnieta…y el claro oscuro que a veces invade el interior de la casa, representando una pausa en esa lucha tan íntima, imposible y universal. También es una esperanza, una promesa. De esta manera se revela, con un enfoque nítido, el amor de madre, con todos sus matices y su rigidez. Este no es un cuento de hadas. Este es un fiel retrato de la vida. Esto es cine."


Dominique Martinez

© FIPRESCI 2012

Dominique Martínez proviene de una familia española y nació en París, donde ha vivido siempre y realizó sus estudios. Después de graduarse en Humanidades con una especialización en Sociología Cultural Europea y una maestría en Ciencia Política, trabajó como periodista para varios periódicos. En el 2003, empezó a colaborar como crítica de cine con la revista mensual de cine, Positif (Francia).

miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Niños o ñoños? "Un reino bajo la luna" según Fuguet'


Alberto Fuguet la emprende contra "Un reino bajo la luna", de Wes Anderson. Lo hace desde la sección "La guía del ocio" de la revista "Qué pasa", una publicación de "La Tercera", de Chile.

Su artículo empieza así: 

"¿En qué momento Wes Anderson se secó y, a la vez, fue coronado como el gran cineasta (el Fellini ondero) de su generación? Por la devoción que provoca, por la manera incluso que la nueva crítica mundial lo acaricia, da la impresión que su target/fan-club está compuesta por seres lastimados, que no creen en el futuro, temen a su presente y sólo quieren volver a ser niños. Éste es su público cautivo. Quieren usar bigotes pero le tienen pánico no sólo al compromiso, al mundo real (todo es un cuento infantil, ojalá un libro ilustrado), sino curiosamente al sexo y al vello púbico. Wes Anderson hace una cinta masculina para mujeres lastimadas que echan de menos sus esquelas de Hello Kitty. ¿Anderson nunca ha conocido a un chico de 12? ¿Nunca fue uno? ¿No sabe que la inocencia se cruza con la perversión y la calentura hormonal?"

Continúa aquí.


Mejores películas de los años setenta. Una lista cinéfila

Formidable y apasionante lista de mejores películas de los años setenta de Oliver Père. Para suscribirla en casi el ochenta por ciento de los títulos cintados.

La tienen aquí





A propósito, el blog de Oliver Père es uno de los tres o cuatro más sustanciosos que existen. Imperdible. Su nueva dirección es esta  


Ricardo Bedoya

Sobre postulaciones a la APRECI

La Asociación Peruana de Prensa Cinematográfica (APRECI) agrupa a las personas que escriben de cine en el Perú.

Para empezar aclaro que no soy miembro de ella. No porque no le tenga aprecio o considere que carezca de representatividad o utilidad. Nada de eso. Mis razones son personales. Mi relación con la crítica de cine la percibo como amateur en el sentido más estricto de la palabra. Una cuestión de pasión y gusto. Una prolongación de la afición por el cine y el placer personal  de ver películas. Y en ese ejercicio me represento solo. No me veo acatando normas ni estatutos. Ni eligiendo a otros para que me representen en algo que siento intransferible.

Además, suscribo la sentencia de Groucho:   “No quiero pertenecer a un club que me admita como socio”.

Pero hay un grupo de amigos que escriben de cine -Mónica Delgado, José Sarmiento, José Carlos Cabrejo, Óscar Contreras, entre otros, miembros de la revista “Ventana indiscreta”-  que sí quieren pertenecer a la asociación y han pedido ser afiliados. Tienen el derecho de solicitarlo y cumplen con los requisitos estatutarios para ello.

Pero la directiva de la Asociación no responde a su pedido.  No dice ni sí ni no.

¿Por qué?

Pienso que las instituciones deben estar más allá de los debates cotidianos o, en todo caso, deben encausarlos. No creo que las discusiones entre críticos de cine, por más fogosas que hayan sido en el pasado,  sean el motivo del resquemor de la APRECI ante los postulantes.

En todo caso, si ellos tienen opiniones discrepantes, qué mejor espacio para debatirlas que el institucional.

En la evaluación de una solicitud de admisión no caben subjetividades. El Estatuto manda y modela la voluntad de la Asamblea de asociados, que no puede votar en contra de su documento de fundación.

Los amigos que postulan a APRECI están esperando una respuesta. Algunos de ellos me han pedido que, a través del blog, haga conocer su expectativa. Cumplo con ello. No dudo que serán admitidos.

Ricardo Bedoya

sábado, 3 de noviembre de 2012

Un reino bajo la luna

En “Un reino bajo la luna”, volvemos a encontrar lo que hace distintivo al cine de Wes Anderson: la fábula insular; el fetichismo por los objetos anacrónicos; la fantasía de color pastel; el manierismo del encuadre fijo sobre escenografías que simulan ser retablos o miniaturas; la vocación por la extravagancia cordial: la imaginería ingenua de acentos folk, a lo Norman Rockwell; los personajes caracterizados por algún detalle de utilería pintoresca, como los anteojos de Sam o los prismáticos de Suzy: la nostalgia por un pasado mediato en el que todos éramos más soñadores, más sentimentales, más lunáticos y, acaso, más infantiles.


También el carácter pictoricista de una puesta en escena calculada con regla milimétrica. O, mejor, como ocurre en la introducción y los créditos de cola, interpretada y explicada como una composición musical de Benjamin Britten en la que los instrumentos se lucen primero separados y luego al unísono. O en su traducción visual, como si fuesen las viñetas de un álbum ilustrado con esmero: tan bello en el detalle y la concepción de cada cuadro, como liso y distante en su conjunto.


La fórmula Wes Anderson es la de los sentimientos, pero nunca tan expuestos ni desenfadados. La de los afectos, pero no excesivos. La de la aventura juvenil, con mapas, brújulas y enfrentamientos como en “La guerra de los botones”, pero sin verdadero júbilo o placer lúdico. La de la pasión, pero con una barrera que la contiene: la del humor de segundo grado. La del romanticismo, pero con un toque de caricatura que lo descompone.

Ilusionados, extravagantes, perseguidos, los niños fugitivos de “Un reino bajo la luna” llevan su idilio a un grado de emoción que, de pronto, las derivas absurdas o burlescas de la historia terminan por desarmar. Luego de la placidez lírica de las escenas en el reducto de la playa, llegan las maquinaciones grotescas de la tormenta.

Anderson siempre contrapone los frenos de la distancia y los contapesos que enfrían los conflictos y las tensiones.

Diseña, por ejemplo, un personaje complejo como el de Bruce Willis, que se resiste a ser un soldadito de plomo más en este retablo de niño talentoso, pero inmediatamente le opone a Tilda Swinton, la “bruja” institucional, la caricatura que hacía falta. Y cuando el relato se complica y la narración se empieza a tensar, aparece en escena el narrador oficial, guía geográfico de esos territorios insulares de Nueva Inglaterra, y la película es propulsada hacia otros derroteros.

Wes Anderson narra su fábula desde la suficiencia. Mira la isla desde lo alto. Y a su pequeño cosmos le aplica la ciencia del maquillaje. La cosmética de Wes Anderson.

Ricardo Bedoya